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EL ARTE OSCURO

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lunes, 28 de julio de 2008

MITO GRIEGO - ROBERT GRAVES - LAS PARCAS

MITO GRIEGO - ROBERT GRAVES - LAS PARCAS
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LAS PARCAS
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a. Hay tres Parcas asociadas, vestidas de blanco, a las que Erebo
engendró en la Noche: se llaman Cloto, Láquesis y Atropo. De
ellas. Atropo es la menor en estatura, pero la más terrible.
b. Zeus, quien pesa las vidas de los hombres e informa a las
Parcas de sus decisiones, puede, segur, se dice, cambiar de opinión
e intervenir para salvar a quien desee cuando el hilo de la vida,
hilado en el huso de Cloto, y medido con la vara de Láquesis,
está a punto de ser cortado con las tijeras de Atropo. En realidad,
los hombres pretenden que ellos mismos pueden, hasta cierto punto,
dirigir sus propios destinos evitando peligros innecesarios. Los
dioses más jóvenes, por lo tanto, se ríen de las Parcas y algunos
dicen que Apolo las emborrachó traviesamente en una ocasión para
salvar de la muerte a su amigo Admeto.
c. Otros sostienen, al contrario, que el propio Zeus está sometido
a las Parcas, como la sacerdotisa Pitia confesó en una ocasión
por medio de un oráculo, porque no son hijas suyas, sino hijas
partenogénitas de la Gran Diosa Necesidad, contra quien ni siquiera
los dioses contienden y a la que se llama «el Destino Fuerte ».
d. En Delfos sólo se rinde culto a dos Parcas, la del Nacimiento
y la de la Muerte; y en Atenas Afrodita Urania, es denominada la
mayor de las tres.
*
1. Este mito parece fundarse en la costumbre de tejer las marcas de la
familia y del clan en los pañales de un recién nacido, asignándole así su
lugar en la sociedad, pero las Moiras, o Tres Parcas, son la triple
diosa Luna, y de aquí sus túnicas blancas y el hilo de lino que se consagra
a la diosa como Isis. Cloto es la «hilandera», Láquesis la «medidora» y
Atropo «la que no puede ser desviada o eludida». Moira significa «una parte
» o «una fase», y la luna tiene tres fases y tres personas: la luna nueva, la
diosa doncella de la primavera, el primer período del año; la luna llena, la
diosa ninfa del verano, el segundo período, y la luna vieja, la diosa vieja del
otoño, el último período .
2. Zeus se llamó a sí mismo «el Jefe de las Parcas» cuando asumió la soberanía
suprema y la prerrogativa de medir la vida del hombre; a esto se
debe, probablemente, la desaparición de Láquesis, «la medidora», en Delfos.
Pero su pretensión de que era su padre no fue tomada en serio por Esquilo,
Herodoto ni Platón.
3. Los atenienses llamaban Afrodita Urania a «la mayor de las Parcas»
porque era la diosa ninfa a la que el rey sagrado, en la antigüedad, era sacrificado
en el solsticio de verano. «Urania» significa «reina de las montañas»

MITO GRIEGO - ROBERT GRAVES - EL MITO OLIMPICO DE LA CREACION

MITO GRIEGO - ROBERT GRAVES - EL MITO OLIMPICO DE LA CREACION
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EL MITO OLÍMPICO DE LA CREACIÓN
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a. En el principio de todas las cosas la Madre Tierra emergió
del Caos y dio a luz a su hijo Urano mientras dormía. Contemplándola
tiernamente desde las montañas, él derramó una lluvia
fértil sobre sus hendiduras secretas, y ella produjo hierbas, flores
y árboles, con los animales y las aves adecuados para cada planta.
La misma lluvia hizo que corrieran los ríos y llenó de agua los lugares
huecos, creando así los lagos y los mares.
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b. Sus primeros hijos de forma semihumana fueron los gigantes
de cien manos llamados Enarco, Giges y Coto. Luego aparecieron
los tres feroces Cíclopes de un solo ojo, constructores de murallas
gigantescas y maestros herreros, primeramente de Tracia y luego
de Creta y Licia11, a cuyos hijos encontró Odiseo en Sicilia12. Se
llamaban Brontes, Estéropes y Arges, y sus espíritus han vivido
en las cavernas del volcán Etna desde que Apolo los mató en venganza
por la muerte de Asclepio.
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c. Los libios, sin embargo, pretenden que Garamante nació antes
que los cíclopes de cien manos y que, cuando surgió de la llanura,
ofreció a la Madre Tierra un sacrificio de bellotas dulces.
*
1. Este mito patriarcal de Urano obtuvo la aceptación oficial bajo el sistema
religioso olímpico. Urano, cuyo nombre llegó a significar «el firmamento
», parece haber conquistado su posición como Primer Padre al ser
identificado con el dios pastoral Varuna, uno de los que constituyen la trinidad
masculina aria; pero su nombre griego es una forma masculina de
Ur-ana («reina de las montañas», «reina del verano», «reina de los vientos»
o «reina de los bueyes salvajes»): la diosa en su aspecto orgiástico del solsticio
estival. El casamiento de Urano con la Madre Tierra explica una primera
invasión helénica de la Grecia septentrional, que permitió a los adoradores
de Varuna alegar que él prohijó a las tribus nativas que encontró allí,
aunque reconocían que era hijo de la Madre Tierra. Una enmienda del mito
registrada por Apolodoro, es que la Tierra y el Cielo se dividieron en una
lucha mortal y luego se volvieron a unir mediante el amor. Mencionan esto
Eurípidesy Apolonio de Rodas .La lucha mortal tiene que referirse al choque
entre los principios patriarcales y los matriarcales causado por las invasiones
helénicas. Giges («nacido de la tierra») tiene otra forma, giga.
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2. Los cíclopes parecen haber sido un gremio de forjadores de bronce de
la Hélade primitiva. Cíclope significa «los de ojo anular», y es probable
que se tatuaran con anillos concéntricos en la frente, en honor del sol. la
fuente del fuego de sus hornos; los tracios siguieron tatuándose hasta la
época clásica.Los círculos concéntricos forman parte del misterio
del arte de la herrería: para batir cuencos, yelmos, o máscaras rituales,
el forjador se guiaba por esos círculos, trazados con compás alrededor del
centro del disco plano en el que trabajaba. Los cíclopes tenían también un
solo ojo en el sentido de que los herreros se cubren con frecuencia un ojo
con un parche para evitar las chispas que vuelan. Más tarde se olvidó su
identidad y los mitógrafos ubicaron caprichosamente sus espíritus en las
cavernas del Etna, para explicar el fuego y el humo que salen de su cráter
(véase 35.1). Existía una estrecha vinculación cultural entre Tracia, Creta y
Licia; los Cíclopes estaban en su elemento en todos esos países. La primitiva
cultura heládica se extendió también a Sicilia; pero también es posible
que (como Samuel Butler fue el primero en sugerir) la composición siciliana
de la Odisea explique la presencia de los Cíclopes allí.
Los nombres de Brontes, Estéropes y Arges («trueno», «rayo» y «resplandor
») son invenciones posteriores.
3. Garamante es el antepasado epónimo de los garamantas libios que
ocuparon el oasis de Djado, al sur del Fezán, y fueron conquistados por el
general romano Balbo en el año 19 a. de C. Se dice que eran de raza cusitaberéber
y en el siglo II d. de C. fueron sometidos por los bereberes lemta,
matrilineales. Posteriormente se mezclaron con los aborígenes negros de la
margen meridional del Alto Níger y adoptaron su idioma. Hoy día sobreviven
en una sola aldea con el nombre de Koromantse. Garamante se deriva
de las palabras gara, man y te, que significan «pueblo del estado de Gara».
Gara parece ser la diosa Ker, o Q're, o Car, que dio su
nombre a los carios, entre otros pueblos, y estaba asociada con la apicultura.
Las bellotas comestibles, alimento corriente en el mundo antiguo antes
de la introducción del cereal, se daban en Libia; y la colonia garamanta de
Ammon se unió con la de Dodona en la Grecia septentrional en una liga
religiosa que, según Sir Flinders Petrie, puede haber tenido su origen ya en
el tercer milenio a. de C. Ambos lugares tenían un antiguo oráculo-encina
(véase 51.a). Herodoto describe a los garamantas como un pueblo pacífico
pero muy poderoso, que cultivaba la palmera, el cereal y el ganado vacuno

MITO GRIEGO - ROBERT GRAVES - EL MITO PELASGO DE LA CREACION

MITO GRIEGO - ROBERT GRAVES - EL MITO PELASGO DE LA CREACION
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EL MITO PELASGO DE LA CREACIÓN
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a. En el principio (Eurínome, la Diosa de Todas las Cosas, surgió
desnuda del Caos, pero no encontró nada sólido en qué apoyar
los pies y, en consecuencia, separó el mar del firmamento y danzó
solitaria sobre sus olas. Danzó hacia el sur y el viento puesto en
movimiento tras ella pareció algo nuevo y aparte con que poder
empezar una obra de creación. Se dio la vuelta y se apoderó de
ese viento norte, lo frotó entre sus manos y he aquí que surgió la
gran serpiente Ofión. Eurínome bailó para calentarse, cada vez
más agitadamente, hasta que Ofión se sintió lujurioso, se enroscó
alrededor de los miembros divinos y se ayuntó con la diosa. Ahora
bien, el Viento Norte, llamado también Bóreas, fertiliza; por
ello las yeguas vuelven con frecuencia sus cuartos traseros al
viento y paren potros sin ayuda de un semental3. Así fue como
Eurínome quedó encinta.
b. Luego asumió la forma de una paloma aclocada en las olas, y
a su debido tiempo puso el Huevo Universal. A petición suya
Ofión se enroscó siete veces alrededor de ese huevo, hasta que se
empolló y dividió en dos. De él salieron todas las cosas que existen,
sus hijos: el sol, la luna, los planetas, las estrellas, la tierra
con sus montañas y ríos, sus árboles, hierbas y criaturas vivientes.
c. Eurínome y Ofión establecieron su residencia en el monte
Olimpo, donde él irritó a la diosa pretendiendo ser el autor del
Universo. Inmediatamente ella se golpeó en la cabeza con el talón
le arrancó los dientes de un puntapié y lo desterró a las oscuras
cavernas situadas bajo la tierra4.
3Plinio: Historia natural IV. 35 y VIII. 67; Homero: Ilíada XX. 223.
4 Sólo unos fragmentos poco esclarecidos de este mito prehelénico-sobreviven en la literatura griega
de los cuales los más extensos son los de Apolonio de Rodas. Argonautica i.496-505, y Tzetzes: Sobre
Licofrón; 1191; pero está implícito en los Místerios Orficos y se puede restaurar, como se hace arriba, con
el Fragmento Berosiano y las cosmogonías tenidas citadas por Philo Byblius y Damascio; con los elementos
cananeos del relato de la creación hebrea; con Higinio (Fábula 197; véase 62.a) ; con la leyenda
beocia de los dientes del dragón (véase 58.5); y con el arte ritual primitivo. Que todos los pelasgos nacieron
de Ofión lo indica su sacrificio común, el Peloría (Ateneo: xiv 45.639-40), pues Ofión era un Pelor, o
'serpiente prodigiosa'.
d. A continuación la diosa creó las siete potencias planetarias y
puso una Titánide y un Titán en cada una: Thía e Hiperion para el
Sol; Febe y Atlante para la Luna; Dione y Cno para el planeta
Marte; Metis y Ceo para el planeta Mercurio: Temis y Eurimedonte
para el planeta Júpiter; Tetis y Océano para Venus: Rea y
Crono para el planeta Saturno5. Pero el primer hombre fue Pelasgo,
progenitor de los pelasgos; surgió del suelo de Arcadia, seguido
de algunos otros, a los que enseñó a construir chozas, alimentarse
de bellotas y coser túnicas de piel de cerdo como las que la
gente pobre lleva todavía en Eubea y Fócida6.
*
1. En este sistema religioso arcaico no había hasta entonces dioses ni sacerdotes
sino solamente una diosa universal y sus sacerdotisas, pues la mujer
constituía el sexo dominante y el hombre era su víctima asustada. No se
honraba la paternidad y se atribuía la concepción al viento, la ingestión de
habichuelas o a la deglución accidental de un insecto; la herencia era matrilineal
y a las culebras se las consideraba encarnaciones de los muertos. Eurínome
(«amplio vagabundeo») era el título de la diosa como la luna visible;
su nombre sumerio era Iahu («paloma eminente»), título que más tarde
pasó a Jehová como el Creador. Fue en forma de paloma como Marduk la
dividió simbólicamente en dos en el Festival de Primavera babilónico,
cuando inauguró el nuevo orden mundial.
2. Ofión, o Bóreas, es la serpiente demiurgo del mito hebreo y egipcio;
en el arte mediterráneo primitivo se muestra constantemente a la Diosa en
su compañía. Los pelasgos nacidos de la tierra, cuya pretensión parece
haber sido que habían brotado de los dientes de Ofión. eran originariamente,
quizás, el pueblo de los «géneros pintados» neolítico; llegaron a la tierra
firme de Grecia desde Palestina alrededor de 3500 a. de C.. y los primeros
helenos —inmigrantes del Asia Menor que habían pasado por las Cicladas—
los encontraron ocupando el Peloponeso setecientos años después.
Pero el nombre de «pelasgos» llego a aplicarse vagamente a todos los habitantes
pre-helénicos de Grecia. Así Eurípides (citado por Estrabón
cuenta que los pelasgos adoptaron el nombre de «danaides» a la llegada a
5 Homero: Ilíada ; Apolonio de Rodas: ii.1232; Apolodoro: ; Hesíodo: Teogonía.; Estéfano
de Bizancio sub Adana; Aristófanes: Las aves .; Clemente de Roma: Homilías ; Proclo
sobre el Timeo de Platón.
6 Pausanías
Argos de Dánao y sus cincuenta hijas.Las censuras de su conducta
licenciosa (Herodoto) se refieren probablemente a la costumbre
pre-helénica de las orgías eróticas. Estrabón dice en el mismo pasaje
que a los que vivían cerca de Atenas se los llamaba Pelargi («cigüeñas»):
quizás esa era su ave totémica.
3. Los Titanes («señores») y las Titánides tenían sus equivalentes en la
astrología babilonia y palestina primitiva, en la que eran deidades que regían
los siete días de la semana planetaria sagrada; y pueden haber sido introducidas
por los cananeos o hititas, colonia que se estableció en el Istmo
de Corinto a comienzos del segundo milenio a. de C.,o también
por los heladas primitivos. Pero cuando el culto de los Titanes fue abolido
en Grecia y la semana de siete días dejó de figurar en el calendario oficial,
su número fue citado como doce por algunos autores, probablemente
para hacer que correspondieran con los signos del zodíaco. Hesíodo, Apolodoro,
Estéfano de Bizancio, Pausanias y otros dan listas contradictorias
de sus nombres. En el mito babilonio los gobernantes planetarios de la semana,
a saber, Samas, Sin, Nergal, Bel, Beltis y Ninib, eran todos varones,
excepto Beltis, la diosa del amor; pero en la semana germana, que los celtas
habían tomado del Mediterráneo oriental, el Domingo, el Martes y el Viernes
eran gobernados por Titánides, en lugar de Titanes. A juzgar por el carácter
divino de las parejas de hijos e hijas de Éolo, y el mito
de Níobe , se decidió, cuando el sistema llegó por primera vez
a la Grecia pre-helénica desde Palestina, emparejar a una Titánide con cada
Titán, como medio de salvaguardar los intereses de la diosa. Pero antes de
que pasara mucho tiempo los catorce quedaron reducidos a una compañía
mixta de siete. Las potencias planetarias eran las siguientes: el Sol para la
iluminación, la Luna para el encantamiento. Marte para el crecimiento,
Mercurio para la sabiduría, Júpiter para la ley. Venus para el amor. Saturno
para la paz. Los astrólogos griegos clásicos, de acuerdo con los babilonios,
adjudican los planetas a Helio, Selene, Ares, Hermes (o Apolo), Zeus,
Afrodita y Crono, cuyos equivalentes latinos, citados anteriormente, todavía
dan el nombre a las semanas francesa, italiana y española.
4. Al final, míticamente hablando, Zeus devoró a los Titanes, incluyendo
su propio ser anterior, puesto que los judíos de Jerusalén adoraban a un
Dios transcendente, compuesto por todas las potencias planetarias de la
semana, teoría simbolizada en el candelabro de siete brazos y en los Siete
Pilares de la Sabiduría. Los siete pilares planetarios elevados cerca de la
Tumba del Caballo en Esparta estaban, según Pausanias,adornados
a la manera antigua, y quizá tenían relación con los ritos egipcios introducidos
por los pelasgos.Si los judíos tomaron la teoría
de los egipcios, o al contrario, no se sabe con seguridad; pero el llamado
Zeus Heliopolitano, del que trata A. B. Cook en su Zeus, era de
carácter egipcio y llevaba bustos de las siete potencias planetarias como
ornamentos frontales en su cuerpo y, habitualmente, también bustos de los
restantes olímpicos como ornamentos traseros. Una estatuilla en bronce de
este dios se encontró en Tortosa, España; otra, en Biblos, Fenicia; y una
estela de mármol de Marsella muestra seis bustos planetarios y una figura
de cuerpo entero de Hermes —a quien se da también la mayor prominencia
en las estatuillas—, probablemente como el inventor de la astronomía. En
Roma, Quinto Valerio Sorano pretendía igualmente que Júpiter era un dios
transcendente, aunque allí no se observaba la semana como en Marsella,
Biblos y (probablemente) en Tortosa. Pero a las potencias planetarias nunca
se les permitió influir en el culto olímpico oficial, pues se las consideraba
no griegas (Herodoto), y por lo tanto antipatrióticas: Aristófanes (La
paz) hace decir a Trigeo que la Luna y «ese viejo bellaco, el Sol»
preparan una conspiración para entregar Grecia a los persas.
5. La afirmación de Pausanias de que Pelasgo fue el primer hombre testimonia
la continuación de una cultura neolítica en Arcadia hasta la época
clásica.

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