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EL ARTE OSCURO

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GOTICO

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lunes, 31 de diciembre de 2007

RITUAL ROSACRUZ // EL RITUAL DEL PERDON

EL RITUAL DEL PERDÓN :

Aprender a Perdonar. Aprender a Caminar...

Atención: Este ritual es
MUY poderoso y actúa directamente en nuestro Ser y en nuestro camino, por lo tanto, debe realizarse cuando REALMENTE se sienta en el interior y cuando veamos que es el momento, no por la sencilla razón de estar expuesto aquí debe usarse a la ligera y sin responsabilidad.

Adecuado para liberar energías que nos tienen atados y que no nos permiten evolucionar, son varias las emociones que podemos sentir, entre ellas:

* Culpas, (yo no me siento merecedor de...)

* Sentimientos de inferioridad (mi padre-madre no me han valorado suficiente en mi niñez).

* Resentimientos (me he sentido tratado injustamente...).

* Dificultad de relacionarse adecuadamente, con la pareja (revisar la relación con padre-madre y liberarla a través del perdón), etc...

Premisas básicas antes de cualquier ritual:

Encender una vela y un incienso.

Abrir el ejercicio con el mudra de alineamiento: Mano izquierda, dedos índice y pulgar juntos.

Yo soy equilibrio en acción. Pido energía de purificación. Abro mi canal a la Luz. Pido a mi vehículo superior que tome el mando de mis vehículos inferiores par hacer este ejercicio.

Visualizo a la persona delante de mi y detrás de ella el Consejo de Ancianos o Tribunal Kármico.

Yo invoco a la Ley del Perdón y a través de ella yo te pido perdón:......por todo pensamiento, sentimiento, palabra o acción incorrectos emitidos hacia ti y por todo daño que te haya causado en ésta o en otras vidas.

(Hacer una pausa y observar si hay alguna sensación o molestia en el cuerpo, porque se están liberando las energías de limpieza, si la hay pasar la mano como recogiéndola y limpiarla sobre el fuego de la vela para purificarla).

Yo invoco a la Ley del Perdón y a través de ella yo te perdono:..... por todo pensamiento, sentimiento, palabra o acción incorrectos que hayas emitido hacía mi y por todo daño que me hayas causado en ésta o en otras vidas.

(Hacer una pausa y observar si hay alguna sensación o molestia en el cuerpo, porque se están liberando las energías de limpieza, si la hay pasar la mano como recogiéndola y limpiarla sobre el fuego de la vela para purificarla).

Yo invoco a la Ley del Perdón y a través de ella yo me perdono: a mi mismo/a por todo pensamiento, sentimiento, palabra o acción incorrectos que haya emitido hacia:........y hacia mí mismo/a y por todo el daño que le haya causado y me haya causado en ésta o en otras vidas.

(Hacer una pausa y observar si hay alguna sensación o molestia en el cuerpo, porque se están liberando las energías de limpieza, si la hay pasar la mano como recogiéndola y limpiarla sobre el fuego de la vela para purificarla).

Yo te doy la libertad y me libero de mi mismo/a y pongo en manos del Consejo Kármico nuestra situación.

Gracias por todo lo que he aprendido de ti y de nuestra relación.

Visualizar el símbolo del infinito ¥ entre los dos en color violeta y luego luz dorada que nos baña a los dos.

Cerrar el ejercicio con el mudra del alineamiento: Mano derecha, dedos índice y pulgar juntos
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sábado, 22 de diciembre de 2007

CONJURACION , PACTO Y EXORCISMO // MANCIA

Advertencia:
* No estamos fomentando prácticas sectarias ni demonología. Hemos puesto estos
contenidos para fines de ilustración o referencia. Quien los tome en serio y
haga lo que desee con ellos, es de su absoluta responsabilidad.
* No tenemos idea lo que es una piedra de ematilla.
* Los e-mails preguntando mayores datos sobre este tema no serán respondidos.

A MODO DE INTRODUCCION:

Recopilado de libros rarisimos antigus, que aunque siempre ha habido genteintentando hacerlos desaparecer, han lleado hasta nuestros dias, y muchos, que no, nunca podremos llear a saber hasta que punto todo es verdad, o mentira.Estractos de libros como el"Gran Grimorio" y el "Enchiridion Leonis papae". Los dos son propiamente el ritual y el breviario de los magos. El primero tiene por título "Gran Grimorio o arte de conjurar los espíritus celestes, aéreos, terrestres o infernales, con el verdadero secreto de hacer hablar a los muertos,etc".
La palabra "Grimorio", viene, según dicen, del italiano "Rimario", como quien diría: composición de versos. Los antiguos estaban persuadidos de que los versos coadyuvaban la fuerza de las operaciones mágicas; por esto las llamaban "incantatationes", de donde hemos formado la palabra "encanto", porque según hemos dicho antes, en ellas se empleaban la poesía y el canto.
El "Gran Grimorio" ha sido sacado de diversas fuentes y extractado de diferentes autores, entre otros de "La sagrada magia que Dios comunicó a Abraham a su Laneth y traducida del hebreo el año 1458", y después de las "clavículas de Salomón (Clavicula Salomonis ad filium roboam)"


CONJURACION PACTO CON LUCIFER PARA PEDIRLE CUANTO SE DESEE


Hechos todos los preparativos indicados en la Invocación anterior, suprimiendo los cirios, cruces y signos J. H. S. en absoluto y careciendo de todo temor, se dirá:
Al grande y poderoso Lucifer. Luzbel y Satanás.
¡Oh. gran Lucifer. emperador excelso de los antros infernales! yo me postro ante ti y te reconozco como señor y soberano. si me pones en posesión de las artes ocultas de la magia, dándome el don de conocer la ciencia misteriosa y sobrenatural que tú posees, para lograr, por su medio. la verdadera sabiduria Sea yo admitido entre tus escogidos véanse satisfechas mis aspiraciones de riquezas el logro de la persona deseada la destrucción y daño de mis enemigos. Deseo ser tu esclavo y para ello puedes desde hoy, disponer de mi cuerpo y de mi alma. Ello puedes desde hoy, Si aceptas mi pacto, que traigo escrito con tinta misteriosa y firmado con mi sangre preséntate ante mi para reconocerte como señor y soberano.

Yo te Invoco una vez más, ¡oh. esclarecido príncipe de tinieblas! para que aparezcas a mi lado en forma humana y me firmes el pacto que presento.

No tengo ningún temor y si gran deseo de que me concedas lo que pido. Juro seguir tu ley en adelante renegar de Dios a quien aborrezco, del agua del bautismo que sin mi consentimiento he recibido, y de todo aquello que no sea de tu agrado.

Quiero pertenecerte y formar compañia con los espíritus de tentación y daño, mas para eso es preciso que mi pacto sea aceptado firmado y confirmado.
Yo te conjuro, Lucifer, Luzbel y Satanás. por el poder de este mágico talismán que es imagen del que usaba el gran Salomón y por cuya mediación logró el dominio de la sabiduría, de las “Ciencias Mágicas”, y de todo lo creado, para que aparezas ante mi.

Aparece ya prontamente o. de lo contrario te haré permanecer eternamente en los profundos Infiernos por las poderosas palabras cabalisticas de Salomón “Abracadabra Eloim cuyo poder sólo él y tú conociais Preséntate a mi, yo lo quiero.

Al pronunciar estas palabras, si se dicen sin temor aparecerá Lucifer, diciendo: -¿Qué me quieres, hombre vil? ¿Qué es lo que pides? ¿Cuál es tu pacto?
—Quiero, dirás, que me des riquezas, poder, sabiduría, conocimiento de la ciencia secreta, dominio absoluto de las personas, don de ser Invisible, de andar sobre el agua, y todo cuanto se contiene en el pacto que presento, hecho según las reglas del arte y firmado con mi sangre.
Entonces le entregarás el pacto.
—¡Oh, mortal temerario —contestará con vos cavernosa—, si me entregas tu alma, accederé a tu pacto.
—Yo te prometo mi alma para el dia que muera, pero si no cumples lo que en el pacto pido, quedaré libre de volver a implo rar la divina misericordia.
Desde este momento y mediante que Lucifer no falte a su promesa, quedarás a su disposición para siempre.
Se ha de advertir que suele suceder que Satanás se presente en forma de persona o animal desconocido y aun puede ocurrir que lo haga en forma de un tronco con las ramas cortadas.
Por terrible e imponente que sea la aparición no deberás demostrar el menor miedo, pues teniendo en la mano el talismán “dominatour” no podrá hacerte daño alguno. También ocurre algunas veces que se aparece en forma de dragón echando llamas por la boca y ojos y lanzando aullidos espantosos.
Se hacen estas advertencias para que no se demuestre sorpresa ni temor para nada.

Que trata de los exorcismos y del modo de conocer si una persona padece de hechizos o enfermedad natural
Los exorcismos sirven para expulsar a los espíritus cuando Sé hallan posesionados de alguna persona, a la cual hacen padecer horriblemente con sus tentaciones y tormentos. A veces le sugieren pensamientos extraños y palabras repugnantes, y aun le obligan a lanzar blasfemias y gritos furiosos.

Es conveniente saber antes de proceder a la curación, si la enfermedad es ocasionada por hechizos o si es natural, pues a veces ocurre que una enfermedad desconocida para los médicos, se atribuye a causas sobrenaturales. Cuando esto sucede puede salirse de dudas ejecutando lo siguiente:

Se procurará que una persona provista de un talismán exterminador coloque su mano derecha sobre la cabeza del enfermo, diciendo con fe y voluntad:

‘Yo te ruego y ordeno, espiritu desconocido en nombre del Ser Supremo y del admirable Adonay. me declares el motivo de hallarte atormentado en este cuerpo que cubro con mi mano. También deseo me digas qué es lo que pretendes al hacerlo asi, yo te ofrezco si me obedeces, rogar a Dios por ti para que sea purificado y transportado a donde moran los ángeles celestiales".

El objeto de esta oración es saber si el espiritu anda errante por el mundo en demanda de caridad y de oraciones, pues en el momento que le digan: “Yo te ofrezco, si me obedeces rogar a Dios por ti”, etc., el doliente queda sosegado y tranquilo; mas si esto sucede se arrodillarán todos los circunstantes y elevando el alma a Dios recitarán de nuevo la Indicada oración.
Se ha de advertir que lo mismo pueden hallarse aposentados en nuestro cuerpo los espíritus buenos no perfectos, que los malos o de daño y por lo tanto, cuando el enfermo se halle tranquilo por la virtud de la oración precedente, se ha de suponer que quedará libre mediante los ruegos que todos los días se dirijan al Altisimo en demanda del perdón y purificación del espíritu, el cual en agradecimiento, dejará de molestarle; mas si es espíritu fuera del mal o de daño se conocerá en que, al oir la oración, causará más tormentos y molestias al enfermo. En este caso se tratará de expulsarle acudiendo a los exorcismos.

Si el enfermo no percibe modificación ninguna. es prueba de que su enfermedad es puramente natural.

PRECEPTO O EXCONJURACION A LOS DEMONIOS
PARA QUE NO MORTIFIQUEN AL ENFERMO
DURANTE EL TIEMPO QUE DUREN
LOS EXCORCISMOS


“Yo, como criatura de Dios, hecho a su semejanza y redimido con su sangre, os obligo por este precepto, demonio o demonios, para que cese vuestro delirio y dejéis de atormentar con vuestras lujurias Infernales, este, cuerpo que os sirve de aposento. Segunda vez os cito y notifico en el nombre del Soberano Señor, fuerte y poderoso, que dejéis ya este lugar y salgáis fuera de él no volviendo jamás a ocúparlo. El Señor sea con todos nosotros, presentes y ausentes, para que tú. demonio, no puedas jamás atormentar las criaturas del Señor. Huye, huye. o de lo contrario serás amarrado con las cadenas del Arcángel Miguel y humillado con la oración de San Cipriano dedicada a deshacer toda clase de hechicerías”
En seguida se dirá la siguiente

ORACION A SAN CIPRIANO

“Como siervo de Dios y criatura suya, desligo del espíritu maligno cuando éste tiene ligado. En el nombre del Divino Creador a quien amo desde que lo conozco, con todo mi corazón, alma y sentidos, y a quien prometo adorar eternamente, y agradecer también los beneficios que cual padre amoroso me concede sin tasa ni medida, yo te ordeno, espíritu del mal, que te separes en el acto de este cuerpo que estás atormentando y le deles libre de tu presencia para que pueda recibir dignamente las aspersiones de! agua exorcisada que, cual lluvia, echo sobre él. diciendo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo (se hace así).
que viven y reinan eternamente: por las virtudes que poseen los
espiritus superiores, Adonay, Eloim y Jehovan. cuya presencia y fortaleza Invoco en este acto. Amen.

Todas estas invocaciones deben ser hechas con gran fe y amor de Dios. y es seguro que Satanás, no aguardará al final del exorcismo que va a continuación, para dejar libre al enfermo Q


EXORCISMO PARA LIBRAR A LAS PERSONAS
DE LOS MALOS ESPIRITUS



En el nombre de San Cipriano y de parte de Dios Tres veces santo, por la potestad de los espiritus, superiores Adonay. Eloimy Jehovan y Mitraton, yo N (1 ),absuelvo el cuerpo de N. para que sea libertado de todos los malos hechizos, encantos y sortilegios. ya sean produddos por hombres o mujeres. ya por cualquiera otra causa. Dios sea alabádo y glorificado y se digne disponer que todas los sortilegios queden desechos. destruidos, desligados y reducidos a nada, para lograr de este modo que el cuerpo de N. quede libre de todos los males que padece.

¡Dios grande y poderoso sea tu nombre glorificado y que por vuestra soberana Intercesión sean obligados a retirarse los espiritus que as hayan aposentado en el cuerpo de N. cesando ya él sortilegio que los causadores de este daño han empleado. Yo os conjuro y mando desaparecer sin que jamas podáis entrar a este cuerpo en el cual hago tres cruces (2) y le bendigo con el agua exorcizada a al nombre del Padre, Hijo y del Espíritu Santo que amparen y protejan a N. para que jamás se vea atormentado.

Al decir estas palabras se le rociará con agua bendita.
Es conveniente saber que el que ejecuta el exorcismo ha de estar colocado a la derecha del enfermo, y que las cruces han de hacerce precisamente de izquierda a derecha.


EXORCISMO PARA LIBRAR LA CASA DE ESPIRITUS
TENTADORES


Os conjuro. espíritu rebelde, habitante y arruinador de esta a que t demora nl pretexto desaparezcais de aquí haciendo


(1) Aquí dirá su nombre el que opera.

Se hará con el dedo pulgar de la mano derecha una cruz en
la frente; otra en el pecho y otra en el vientre del enfermo.
disolver cualquier maleficio que hayáis echado vos o alguno de vuestros ayudantes: por mí lo disuelvo cantando con la ayuda de Dios y de los espiritus de luz. Adonay. EIolm y Jehovan, quino además, atarte con el precepto formal de obediencia, para que no puedas permanecer. ni volver, ni enviar a otro, ni perturbar esta casa, bajo la pena de que seas quemado eternamente con el Luego de pez y azufre dentudos.

Se bendecirá toda la casa con agua exorcizada y se baria cruces por todas las paredes con el cuchillo de mango blanco, diciendo:

“Yo te exorcizo, criatura-casa para que seas libre de los espiritus tentadores que te han hecho su morada".
Es bueno saber que cuando los espiritas malignos se muestran en las casas haciendo ruidos y dando golpes sin atacar. las personas, es porque no tienen dominio sobre ellas, bien porque en sus manos llenen la marca de la cruz de San Bartolomé o bien porque el hechizo sólo les permita molestar sin tocar a las personas.


EXORCISMOS CONTRA LOS PEDRISCOS
Y HURACANES



Tanto la conjuración como las cruces se han de repetir cuatro veces en la dirección de los cuatro puntos cardinales.
“Yo os conjuro, nubes, huracanes. granizadas, pedriscos y tormentas. en el nombre del gran Dios viviente de Eloim, Jehovan y Mitraton, a que os disolváis como la sal en el agua sin causar daño ni estrago ninguno”.
Dicho esto a tomará cuchillo de mango blanco y se harán con él cuatro cruces en el aire como si se cortara de arriba abajo y de izquierda a derecha.

martes, 4 de diciembre de 2007

LOS PERROS DE TINDALOS // FRANK B. LONG

Los Perros de Tíndalos
Frank Belknap Long


I

-Me alegro de que hayas venido -dijo Chalmers.
Estaba sentado junto a la ventana, muy pálido. Junto a uno de sus brazos
ardían dos velas casi derretidas que proyectaban una enfermiza luz ambarina
sobre su nariz larga y su breve mentón. En el apartamento de Chalmers no
había absolutamente nada moderno. Su propietario tenía el alma medieval y
prefería los manuscritos iluminados a los automóviles, y las gárgolas de
piedra a los aparatos de radio y a las máquinas de calcular.
Quitó, en mi obsequio, los libros y papeles que se amontonaban en un diván
y, al atravesar la estancia para sentarme me sorprendió ver en su mesa las
fórmulas matemáticas de un célebre físico contemporáneo junto con unas
extrañas figuras geométricas que Chalmers había trazado en unos finos
papeles amarillos.
-Me sorprende esta coexistencia de Einstein con John Dee -dije al apartar la
mirada de las ecuaciones matemáticas y descubrir los extraños volúmenes
que constituían la pequeña biblioteca de mi amigo. En las estanterías de
ébano convivían Plotino y Emmanuel Mascópoulos, Santo Tomás de
Aquino y Frenicle de Bessy. Las butacas, la mesa, el escritorio estaban
cubiertos de libros y folletos sobre brujería medieval y magia negra, así
como de textos sobre todas las cosas hermosas y audaces que rechaza
nuestro mundo moderno.
Chalmers me ofreció, sonriendo, un cigarrillo ruso y dijo:
-Estamos llegando ahora a la conclusión de que los antiguos alquimistas y
brujos tenían razón en un setenta y cinco por ciento, y los biólogos y los
materialistas modernos están equivocados en un noventa por ciento.
-Usted siempre se ha tomado un poco a broma la ciencia de hoy -repuse,
con un leve gesto de impaciencia.
-No -contestó-. Sólo me he burlado de su dogmatismo. Siempre he sido un
rebelde, un campeón de la originalidad y de las causas perdidas. No te
extrañe, pues, que haya decidido repudiar las conclusiones de los biólogos
contemporáneos.
-¿Y qué me dice usted de Einstein? -pregunté.
-¡Un sacerdote de las matemáticas trascendentes! - murmuró con respeto-.
Un profundo místico, un explorador de reinos inmensos cuya misma
existencia sólo ahora se empieza a sospechar.
-Entonces no desprecia usted la ciencia por completo.
-¡Claro que no! Lo que no me inspira confianza es el positivismo de estos
últimos cincuenta años, ni tampoco las ideas de Haeckel ni de Darwin ni de
Bertrand Russell. Creo que la biología ha fracasado lamentablemente
cuando ha intentado explicar el origen y el destino del hombre.
-Déles usted un margen de tiempo.
Los ojos de Chalmers despidieron chispas:
-Amigo mío -murmuró-, acabas de hacer un juego de palabras
verdaderamente sublime. ¡Deles usted un margen de tiempo! Yo se lo daría
encantado, pero precisamente cuando les hablas de tiempo, los modernos
biólogos se echan a reír. Poseen la llave, pero se niegan a utilizarla. ¿Qué
sabemos del tiempo? Einstein lo considera relativo y cree que se puede
interpretar en función del espacio, de un espacio curvo. Pero no hay que
quedarse ahí detenido. Cuando las matemáticas dejan de prestarnos su
apoyo, ¿acaso no se puede seguir adelante a base de... intuición?
-Ese es un terreno muy resbaladizo. El verdadero investigador evita siempre
caer en esa trampa. Por eso avanza tan despacio la ciencia moderna. Sólo
admite lo que es susceptible de demostración. Pero usted...
-Yo, ¿sabes lo que haría? Tomar hachís, opio, todas las drogas. Yo imitaría a
los sabios orientales y acaso así consiguiera...
-¿Consiguiera qué?
-Conocer la cuarta dimensión.
-¡Eso es pura teosofía, una estupidez!
-Puede que sí, pero estoy persuadido de que las drogas consiguen
aumentar el alcance de la conciencia humana. William James está de acuerdo
sobre este particular. Además, he descubierto una nueva.
-¿Una nueva droga?
-Fue utilizada hace siglos por los alquimistas chinos, pero apenas se conoce
en Occidente. Posee ciertas propiedades ocultas verdaderamente
asombrosas. Gracias a esta droga y a mis conocimientos matemáticos, creo
que puedo remontar el curso del tiempo.
-No comprendo qué quiere usted decir.
-El tiempo no es más que nuestra percepción imperfecta de una nueva
dimensión espacial. El tiempo y el movimiento son otras tantas ilusiones.
Todo lo que ha existido desde el origen del universo existe ahora también.
Lo que sucedió hace milenios sigue sucediendo en otra dimensión del
espacio. Lo que sucederá dentro de milenios sucede ya. Si no lo podemos
percibir es porque tampoco podemos penetrar en la dimensión espacial
donde sucede. Los seres humanos, tal como los conocemos, no son sino
partes infinitesimales de un todo inmenso. Cada uno de nosotros está unido
a toda la vida que le ha precedido en nuestro planeta. Todos nuestros
antepasados forman parte de nosotros. De ellos sólo nos separa el tiempo, y
el tiempo es una ilusión.
-Creo que empiezo a comprender -murmuré.
-Basta con que tengas una vaga idea del asunto para poderme ayudar. Lo
que pretendo es arrancar de mis ojos el velo de la ilusión que los cubre y ver
el principio y el fin.
-¿Y usted cree que esta nueva droga le serviría de algo?
-Estoy convencido de ello. Y pretendo que me ayudes. Quiero tomarla
inmediatamente. No puedo esperar. Tengo que ver -sus ojos lanzaron
extraños destellos-. Voy a viajar en el tiempo. Voy a retroceder en el tiempo.
Chalmers se levantó y tomó de encima de la chimenea una cajita cuadrada.
-Aquí tengo cinco gránulos de la droga Liao. Fue utilizada por el filósofo
chino Lao-Tse y, bajo su influencia logró contemplar el Tao. Tao es la fuerza
más misteriosa del mundo. Rodea y penetra todas las cosas y contiene en sí
la totalidad del universo visible y todo lo que denominamos realidad. El que
logre contemplar el misterio del Tao sabrá todo lo que fue y todo lo que
será.
-Fantasías -comenté.
-Tao es como un enorme animal reclinado e inmóvil que contiene en sí todos
los mundos, el pasado, el presente, el porvenir. A través de una hendidura
que llamamos tiempo percibimos sectores de ese monstruo terrible.
Mediante esta droga voy a ensanchar la hendidura. Contemplaré así el
rostro mismo de la vida; veré la bestia entera, inmensa y agazapada.
-¿Y cuál será mi misión?
-Escuchar, amigo mío. Escuchar y anotar lo que escuche. Y si me alejo
demasiado hacia el pasado, me tendrás que sacudir violentamente para
traerme de nuevo a la realidad. Si vieras que estoy sufriendo dolores físicos
intensos, me debes hacer regresar al instante.
-Chalmers -dije-, este experimento no me gusta nada. Va a correr usted un
peligro terrible. No creo en la cuarta dimensión y mucho menos en el Tao.
Tampoco apruebo el uso de drogas desconocidas.
-Para mí no es desconocida -repuso-. Conozco sus efectos sobre el animal
humano y también sus peligros. La droga en sí no es peligrosa. Yo lo único
que temo es extraviarme en el abismo del tiempo, porque has de saber que mi
intención es colaborar activamente con la droga. Antes de tomarla me
concentraré en los símbolos geométricos y algebraicos que he trazado en
este papel -me enseñó el diagrama que tenía sobre las rodillas- y así
prepararé mi espíritu para el viaje transtemporal. Primero me aproximaré todo
lo posible a la cuarta dimensión mediante el solo esfuerzo de mi propio ego,
y luego tomaré la droga que me dará el poder oculto de percepción. Antes
de penetrar en el mundo onírico del misticismo oriental dispondré de toda la
ayuda matemática que pueda ofrecerme la ciencia. La droga abrirá las
puertas de la percepción y las matemáticas me permitirán comprender
intelectualmente lo que así perciba. Así mis conocimientos matemáticos y mi
aproximación consciente a la cuarta dimensión complementarán la pura
acción de la droga. En mis sueños ya he conseguido captar muchas veces la
cuarta dimensión en forma intuitiva y emocional, pero en estado de vigilia
no he sido después nunca capaz de recordar el resplandor oculto que me era
revelado momentáneamente en sueños. Creo, sin embargo, que con tu
ayuda podré hacerlo esta vez. Tu anotarás todo lo que diga durante mi
trance, por muy extraño e incoherente que te parezca. A mi regreso espero
poder proporcionarte la clave de todo lo que no hayas entendido. No estoy
seguro de mi éxito, pero, si lo tengo -sus ojos volvieron a despedir un
extraño fulgor-, ¡el tiempo ya no existirá para mí!
De pronto, se sentó.
-Voy a hacer el experimento ahora mismo. Ponte, por favor, junto a la
ventana y no dejes de vigilarme. ¿Tienes pluma?
Asentí hoscamente y saqué mi pluma Waterman verde claro del bolsillo
superior de la chaqueta.
-¿Y has traído algo donde escribir, Frank?
De mala gana saqué una agenda.
-Insisto enérgicamente una vez más en que no apruebo este experimento -
gruñí-. Va a correr usted un peligro terrible.
-¡No seas niño! -agitó un dedo ante mí-. Estoy decidido a hacerlo a pesar de
todo lo que me digas, y además a hacerlo ahora mismo. Por favor, estate en
silencio mientras medito sobre estos diagramas.
Puso los dibujos ante sí y se concentró intensamente en ellos. En el silencio
oí cómo el reloj de la chimenea iba desgranando segundos. Una angustia
indefinida me oprimía el pecho.
De pronto, el reloj se paró. En ese momento, Chalmers introdujo la droga en
su boca y la tragó.
Rápidamente me aproximé a él, pero con la mirada me advirtió que no le
interrumpiera.
-El reloj se ha parado -murmuró-. Las fuerzas que lo gobiernan aprueban mi
experimento. El tiempo se detuvo y yo tomé la droga. ¡Dios mío, haz que no
me extravíe!
Cerró los párpados y se extendió en el sofá. Su rostro estaba exangüe, y
respiraba con dificultad. Era evidente que la droga estaba actuando
extraordinariamente de prisa.
-Comienzan las tinieblas -murmuró-. Anótalo. Todo se está poniendo oscuro
y se van desdibujando los objetos familiares de la habitación. Aún los veo,
pero borrosos, y se están desdibujando rápidamente.
Sacudí la pluma estilográfica, pues la tinta fluía mal, y seguí tomando
veloces notas taquigráficas.
-Abandono la habitación. Las paredes se disuelven como niebla. Ya no veo
ninguno de los objetos, pero todavía te veo la cara. Supongo que estarás
escribiendo. Creo que estoy a punto de dar el gran salto a través del
espacio, o acaso del tiempo. No lo sé. Todo es confuso, incierto.
Permaneció en silencio durante algún tiempo, con la barbilla apoyada en el
pecho. De pronto, se puso rígido y abrió los ojos.
-¡Dios mío! -exclamó-. Veo.
Se hallaba todo contraído, tenso, mirando fijamente la pared que había
frente a él. Pero yo sabía que su mirada la atravesaba y que los objetos de la
habitación no existían para él.
-¡Chalmers! ¡Chalmers! ¿Le despierto?
-¡De ninguna manera! -aulló-. ¡Veo todo! Ante mí veo los billones de vidas
que me han precedido en este planeta. Veo hombres de todas las épocas, de
todas las razas, de todos los colores. Luchan, se matan, construyen, danzan,
cantan. Se sientan en torno a la hoguera primitiva, en desiertos grises, e
intentan elevarse en el aire a bordo de monoplanos. Cruzan los mares en
toscas barcas de troncos y en enormes buques de vapor. Pintan bisontes y
elefantes en las paredes de cuevas lúgubres y cubren lienzos enormes con
formas y colores del futuro. Veo a los emigrantes procedentes de la
Atlántida y Lemuria. Veo a las razas ancestrales: a los enanos negros que
invaden Asia y a los hombres de Neanderthal, de cabeza inclinada y piernas
torcidas, que se extienden por Europa. Veo a los aqueos colonizando las
islas griegas y contemplo los rudimentos de la naciente cultura helénica.
Estoy en Atenas y Pericles es joven. Me hallo en tierra italiana. Participo en
el rapto de las sabinas. Camino con las legiones imperiales. Tiemblo de
respeto y de pavor cuando flamean los gigantescos estandartes y el suelo
trepida bajo el paso de los hastati victoriosos. Paso en una litera de oro y
marfil arrastrada por negros toros de Tebas y ante mí se postrernan mil
esclavos y las mujeres, cubiertas de flores, exclaman: "¡Ave César!". Yo les
sonrío y saludo a la multitud. Soy esclavo en una galera berberisca. Veo
cómo, piedra a piedra, se va levantando una catedral. Contemplo durante
meses, durante años, cómo van colocando en su sitio cada uno de los
sillares. Estoy crucificado, cabeza abajo, en los perfumados jardines de
Nerón y veo, con ironía y desprecio, cómo funcionan las cámaras de tortura
de la Inquisición. ¡Es un espectáculo divertido!
«Penetro en los más sagrados santuarios. Entro en el Templo de Venus. Me
arrodillo, en adoración, ante la Magna Mater y arrojo monedas al regazo de
las prostitutas sagradas que, con el rostro velado, esperan en los Jardines
de Babilonia. Penetro en un teatro inglés de la época isabelina y, en medio
de una multitud maloliente, aplaudo El Mercader de Venecia. Paseo con
Dante por las estrechas callejuelas de Florencia. Mientras contemplo,
arrobado, a la joven Beatriz, la orla de su vestido roza mis sandalias. Soy
sacerdote de Isis y mis poderes mágicos asombran al mundo. A mis pies se
arrodilla Simón Mago, implorando mi ayuda, y el Faraón tiembla ante mi sola
presencia. En la India hablo con los Maestros y huyo horrorizado, pues sus
revelaciones son como sal en una herida sangrante.
»Todo lo percibo simultáneamente. Todo lo percibo a la vez y desde todos
los ángulos posibles. Formo parte de los billones de vidas que me han
precedido. Existo en todos los seres humanos y todos los seres humanos
existen en mí. En un instante veo a la vez toda la historia del hombre, el
pasado y el presente.
»Mediante un pequeño esfuerzo soy capaz de contemplar pasados cada vez
más lejanos. Ahora me remonto hacia el mismo origen, a través de curvas y
ángulos extraños. A mi alrededor se multiplican los ángulos y las curvas.
Hay grandes sectores de tiempo que los percibo a través de curvas. Existe
un tiempo curvo y un tiempo angular. Los moradores del tiempo curvo no
pueden penetrar en el tiempo angular. Todo es muy extraño.
»Sigo retrocediendo cada vez más. De la tierra ya ha desaparecido el
hombre. Veo reptiles gigantescos agazapados bajo enormes palmeras y
nadando en pútridas aguas negras. Ya han desaparecido los reptiles. Ya no
hay animales terrestres, pero veo perfectamente bajo las aguas formas
sombrías que se mueven lentamente entre las algas.
»Las formas que veo son cada vez más simples. Ahora los únicos seres
vivos son células. A mi alrededor hay cada vez más ángulos, ángulos
totalmente ajenos a la geometría humana. Tengo un miedo horrible. En la
creación existen abismos en los que nunca ha penetrado el hombre.»
Seguí sin perderle de vista. Chalmers se había levantado y gesticulaba como
pidiendo ayuda. Al poco volvió a hablar:
-Atravieso ángulos ajenos al espacio terrestre. Me aproximo al horror
supremo.
-¡Chalmers! -exclamé-. ¿Quiere usted que intervenga?
Se llevó la mano al rostro, como para no ver una visión indeciblemente
espantosa. Pero dijo trabajosamente:
-¡Todavía no! Quiero seguir adelante... Quiero ver... lo que hay... aún más
allá...
Tenía la frente cubierta de sudor frío y movía los hombros de modo
espasmódico. Su rostro espantado era de color gris ceniciento.
-Más allá de la vida existen cosas que no logro distinguir. Pero se mueven
lentamente a través de ángulos alucinantes.
En ese momento percibí por primera vez en la estancia un olor bestial e
indescriptible, nauseabundo, insoportable. Me lancé a la ventana y la abrí
de par en par. Cuando volví al lado de Chalmers y vi su expresión, estuve a
punto de desmayarme.
-¡Me han olido! -lanzó un alarido-. ¡Lentamente se dan la vuelta hacia mí!
Todo el cuerpo le temblaba horriblemente. Durante un momento agitó los
brazos en el aire, como buscando un asidero, y luego le cedieron las piernas.
Cayó al suelo, donde permaneció boca abajo, sollozando, gimiendo.
En silencio contemplé cómo se arrastraba por el suelo. En aquellos
momentos, mi amigo no era un ser humano. Enseñaba los dientes y en las
comisuras de la boca se le formó una espuma blanquecina.
-¡Chalmers! -grité-. ¡Chalmers, basta ya! Basta ya, ¿me oye?
Como en respuesta de mi llamada, comenzó a emitir unos sonidos roncos y
convulsivos, semejantes a ladridos, y a caminar en círculo a cuatro patas
por el suelo. Me incliné y le cogí por los hombros. Le sacudí violentamente,
desesperadamente, y él intentó morderme la muñeca. Me sentía enfermo de
horror, pero no le solté, pues temía que se destruyese a sí mismo en un
paroxismo de rabia.
-¡Chalmers! -murmuré-. Basta ya. Está usted en su habitación. Nada malo le
puede suceder. ¿Comprende?
A fuerza de sacudirle y de hablarle, logré que la expresión de locura fuera
desapareciendo de su rostro. Tembloroso y convulsivo, quedó como un
grotesco montón de carne en el centro de la alfombra china.
Le ayudé a caminar hasta el sofá y a tumbarse en él. Su rostro estaba
contraído de dolor y me di cuenta de que seguía luchando sordamente
contra recuerdos espantosos.
-Whisky -murmuró-. Está ahí, en el mueblecito, junto a la ventana, en el
cajón superior de la izquierda.
Cuando le alcancé la botella, la asió con tal fuerza que los nudillos se le
pusieron azules.
-Casi me cogen -dijo entrecortadamente.
Bebió el estimulante a grandes tragos irregulares y poco a poco le fue
volviendo el color a la cara.
-Esa droga -dije- es el diablo en persona.
-No era la droga -gimió.
Su mirada ya no era de loco. Ahora daba impresión de un profundo
desaliento.
-Me han olido a través del tiempo -susurró-. He llegado demasiado lejos.
-¿Cómo eran? -pregunté para seguirle la corriente.
Se inclinó hacia mí y me agarró el brazo hasta hacerme daño. Otra vez fue
dominado por horribles temblores.
-¡No hay palabras para describirlos! -murmuró roncamente-. Han sido
vagamente simbolizados en el Mito de la Caída y en cierta forma obscena
que a veces aparece grabada en algunas tablillas arcaicas. Los griegos le
daban un nombre que ocultaba la impureza esencial de esos seres. La
manzana, el árbol y la serpiente son símbolos del misterio más atroz.
Al cabo de unos momentos su voz se convirtió en un aullido:
-¡Frank! ¡Frank! ¡En el comienzo se consumó un acto terrible e
inmencionable! Antes del tiempo, el acto, y después del acto...
Comenzó a andar histéricamente por la estancia.
-Las consecuencias del acto se mueven a través de ángulos en los oscuros
recodos del tiempo. ¡Tienen hambre y sed!
-Chalmers -intenté razonar-, ¡estamos en el tercer decenio del siglo XX!
Pero él siguió ululando:
-¡Tienen hambre y sed! ¡Los Perros de Tíndalos!
-Chalmers, ¿quiere usted que llame a un médico?
-Ningún médico puede ayudarme. Son horrores del alma y, sin embargo -
ocultó la cara entre las manos-, son reales, Frank. Los vi durante un
momento horrible. Durante un instante he llegado a estar al otro lado. Me
encontré en una ribera lívida, más allá del tiempo y del espacio. Había una
luz espantosa que no era luz y un silencio hecho de aullidos, y allí los vi. En
sus cuerpos flacos y famélicos se concentra todo el Mal del universo. En
realidad no estoy seguro de que tuvieran cuerpo: sólo los vi un instante.
Pero los he oído respirar. Durante un momento indescriptible sentí su
aliento en mi cara. Se volvieron hacia mi y huí dando alaridos. En un solo
instante huí a través de millones de siglos.
Pero me han olido. Los hombres despiertan en ellos un hambre cósmica.
Hemos escapado momentáneamente del aura impura que los rodea. Tienen
sed de todo lo que hay limpio en nosotros, de todo lo que emergió
inmaculado de aquel acto. En nosotros hay elementos que no participaron
en el acto y ellos los aborrecen. Pero no te imagines que son literal y
prosaicamente malos. En el plano donde habitan no existen el bien y el mal
tal como nosotros los concebimos. Son lo que, en el principio quedó
desprovisto de pureza para siempre jamás. Al cometer el acto, se
convirtieron en cuerpos de muerte, en receptáculo de toda impureza. Pero no
son malos en el sentido que nosotros damos a esta palabra, porque en las
esferas en que se mueven no existe pensamiento ni moral ni bueno ni malo.
Allí sólo existen lo puro y lo impuro. Lo impuro se expresa en ángulos; lo
puro, en curvas. El hombre, o mejor dicho, lo que hay en él de puro, procede
de lo curvo. No te rías. Hablo completamente en serio.
Me levanté para irme. Mientras iba hacia la puerta, dije:
-Me da usted mucha pena, Chalmers. Pero no estoy dispuesto a oírle delirar.
Le enviaré a mi médico. Es un hombre de edad, muy comprensivo, y no se
ofenderá aunque usted lo mande al diablo. Pero confío en que siga usted las
indicaciones que le dé. Se pasa usted una semana descansando en un buen
sanatorio y verá qué bien le sienta.
Mientras bajaba las escaleras le oí reír. Era una risa tan desprovista de
alegría que me hizo llorar.

II

Cuando Chalmers me telefoneó a la mañana siguiente, mi primer impulso fue
colgar inmediatamente el receptor. Me llamaba para pedirme algo tan
insólito, y tan anormalmente alterada estaba su voz, que temí por mi propia
cordura si seguía adelante con este asunto. Pero no pude dejar de percibir la
sinceridad de su angustia, y cuando se le quebró la voz y comenzó a
sollozar, decidí acceder a su petición.
-De acuerdo -dije-, ahora mismo voy y le llevo la escayola.
De camino hacia casa de Chalmers, me detuve en una droguería y adquirí
diez kilos de escayola. Al entrar en el cuarto de mi amigo, le vi agazapado
junto a la ventana, contemplando la pared de enfrente con ojos enfebrecidos
por el terror. Cuando me vio entrar, se puso en pie y me arrebató el paquete
de la escayola con una avidez que me puso los pelos de punta. Había
sacado todos los muebles de la estancia, la cual presentaba ahora un
aspecto absolutamente desolado.
-¡Aún podemos salvarnos! -exclamó-. Pero tenemos que actuar rápidamente.
Frank, hay una escalera plegable en el vestíbulo. Tráela inmediatamente. Y
ve a buscar también un cubo de agua.
-¿Para qué? -murmuré atónito.
Se volvió vivamente hacia mí y vi un relámpago de ira en sus ojos.
-¿Para qué va a ser, so bobo? ¡Para hacer la masa con la escayola! -gritó,
fuera de sí-. Para hacer la masa que nos salvará el cuerpo y el alma de una
contaminación indecible. Para hacer la masa que salvará al mundo de un
peligro... ¡Frank, tenemos que cerrarles las puertas!
-¿A quiénes? -pregunté.
-¡A los Perros de Tíndalos! -exclamó-. Sólo pueden llegar hasta nosotros a
través de ángulos. ¡Eliminemos todos los ángulos de la habitación! Voy a
poner escayola en todos los ángulos, en todos los rincones, en todas las
hendiduras. ¡La habitación quedará como el interior de una esfera!
Habría sido inútil discutir con él. Le llevé la escalera. Chalmers mezcló la
escayola con el agua y estuvimos trabajando durante tres horas. Tapamos
las cuatro esquinas de la pared y también las intersecciones de ésta con el
suelo y el techo. Por último, redondeamos los duros ángulos de la ventana.
-Ahora me quedaré en esta habitación hasta que se vayan -dijo Chalmers

cuando hubimos dado fin a la tarea-. Al darse cuenta de que el olor que
siguen les obliga a atravesar curvas, se volverán. Se volverán, hambrientos,
frustrados, insatisfechos, al plano de impureza de donde proceden, anterior
al tiempo y más allá del espacio.
Sonrió afablemente y encendió un cigarrillo.
-Te agradezco mucho que hayas venido.
-¿Sigue usted sin querer ver a un médico? -rogué.
-Quizá mañana -repuso-. Ahora tengo que vigilar y esperar.
-¿Esperar qué? -apremié.
Chalmers sonrió débilmente.
-Te crees que estoy loco -dijo-; me doy cuenta perfectamente. Eres
inteligente, pero también eres muy prosaico y no puedes concebir la
existencia de ninguna entidad independiente de toda energía y de toda
materia. Pero, mi querido amigo, ¿se te ha ocurrido pensar alguna vez que la
energía y la materia son las barreras que el tiempo y el espacio imponen a
nuestra percepción? Sabiendo, como yo sé, que el tiempo y el espacio son
lo mismo y que son engañosos porque ambos no son sino manifestaciones
imperfectas de una realidad superior, no tiene sentido buscar en el mundo
visible ninguna explicación del misterio y del terror del ser.
Me levanté y me fui hacia la puerta.
-Perdona -exclamó-. No he querido ofenderte. Tienes una gran inteligencia,
pero yo tengo una inteligencia sobrehumana. Es natural que yo sea
consciente de tus limitaciones.
-Telefonéeme si me necesita -dije, y bajé las escaleras de dos en dos-.
«Ahora sí que le envío a mi médico -me iba diciendo a mí mismo-. Está loco
de remate y sabe Dios lo que puede pasar si no se ocupa alguien
inmediatamente de él.»

III

Resumen de dos artículos publicados en la Patridgeville Gazette del 3 de
julio de 1928:


TEMBLOR DE TIERRA EN EL CENTRO DE LA CIUDAD


A los dos de la madrugada de hoy, un violento terremoto ha hecho temblar
los barrios céntricos de la ciudad, rompiendo varias ventanas en Central
Square y causando graves daños en el tendido eléctrico y en las
instalaciones de la red tranviaria. En los barrios periféricos también fue
observado el fenómeno resultando completamente derruido el campanario
de la iglesia baptista de Angell Hill, que había sido diseñado por
Christopher Wren en 1717. Los bomberos luchan por apagar el incendio que
se ha declarado en las naves de la fábrica de neumáticos. El alcalde ha
prometido abrir un expediente a fin de determinar responsabilidades si las
hubiere.


ESCRITOR OCULTISTA ASESINADO POR VISITANTE
DESCONOCIDO
Horrible Crimen en Central Square


Un misterio impenetrable envuelve la muerte de Halpin Chalmers
A las nueve horas del día de hoy fue hallado el cuerpo sin vida de Halpin
Chalmers, escritor y periodista, en una habitación vacía situada encima de la
Joyería Smithwich & Isaacs, en el número 24 de Central Square. La
investigación judicial puso de manifiesto que dicha habitación había sido
alquilada amueblada al señor Chalmers el día 1 de mayo último y que el
propio inquilino se había deshecho de los muebles hace quince días. El
señor Chalmers era autor de varios libros sobre temas de ocultismo.
Pertenecía a la Asociación Bibliográfica y anteriormente había residido en
Brooklyn (Nueva York).
A las siete de la mañana, el señor L. E. Hancock, inquilino del apartamento
situado frente al del Chalmers en el edificio de Smithwich & Isaacs, sintió un
olor especial al abrir la puerta para dejar entrar a su gato y recoger la edición
matinal de la Patridgeville Gazette. El olor, según afirma, era
extremadamente acre y nauseabundo, y tan intenso en las proximidades de
la puerta de Chalmers que tuvo que taparse la nariz cuando se aventuró por
dicha zona del rellano.
Estaba a punto de regresar a su propio apartamento cuando se le ocurrió
que acaso Chalmers se hubiera olvidado de apagar el gas de su cocina.
Considerablemente alarmado por esta posibilidad, decidió investigar lo
sucedido y, comoquiera que nadie contestase sus repetidas llamados a la
puerta de Chalmers, avisó al encargado del edificio. Este último abrió la
puerta mediante una llave maestra y ambos penetraron en la habitación de
Chalmers. La estancia estaba totalmente desprovista de mobiliario y
Hancock asegura que, al ver lo que había en el suelo, se sintió enfermo,
teniendo que permanecer el encargado y él asomados un rato a la ventana
sin mirar atrás.
Chalmers yacía boca arriba en el centro de la habitación. Estaba
completamente desnudo y tenía el pecho y los brazos cubiertos de una
especie de gelatina azulada. La cabeza, totalmente separada del tronco,
reposaba sobre el pecho y sus facciones aparecían horriblemente retorcidas
y mutiladas. No había ni rastro de sangre.
La habitación presentaba un aspecto insólito. Todas las aristas habían sido
cubiertas de escayola, que en algunos sectores se había agrietado y en
otros, desprendido. Los fragmentos de escayola caídos habían sido
agrupados en torno al cadáver, formando un triángulo perfecto.
Junto al cuerpo se hallaron varias hojas de papel amarillo casi enteramente
consumidas por el fuego. En ellas había dibujado varios símbolos
fantásticos y extrañas figuras geométricas y podían leerse diversas frases
escritas apresuradamente a mano. Dichas frases, sin embargo, son tan
absurdas que no proporcionan la menor pista sobre el posible autor del
crimen. He aquí algunas de tales frases: «Vigilo y espero. Estoy sentado
junto a la ventana y vigilo las paredes y el techo. No creo que lleguen hasta
aquí, pero debo tener cuidado con los Doels porque acaso puedan
ayudarles a pasar. También los ayudarán los Sátiros y éstos pueden
avanzar a través de los círculos purpúreos. Los griegos sabían cómo
impedirlo. Es lamentable que hayamos olvidado tantas cosas...»
En otro papel, en el más quemado de los siete u ocho fragmentos recogidos
por el Sargento Detective Douglas (de la Policía de Patridgeville), había
garrapateado lo siguiente:
«¡La escayola se cae! La ha agrietado una vibración terrible. ¡Un terremoto
parece! No podía preverlo. Se va yendo la luz de la habitación. Telefonear a
Frank. ¿Pero llegará a tiempo? Debo intentarlo. Recitaré la fórmula de
Einstein. ¿Voy a Rompen! ¡Están pasando! ¡Consiguen atravesar! Sale humo
de las esquinas de la pared sus lenguas.»
A juicio del Sargento Detective Douglas, Chalmers ha muerto envenenado
por algún desconocido producto químico. La policía ha enviado muestras
de la extraña gelatina azul que cubría el cuerpo de Chalmers al Laboratorio
Químico de Patridgeville y confía en que el informe correspondiente arroje
alguna luz sobre este crimen, el más misterioso de los últimos años. Se sabe
que Chalmers tuvo un visitante la noche anterior al terremoto, pues su
vecino oyó sin lugar a dudas, al pasar ante su puerta, rumor de
conversación. El principal sospechoso es, pues, este desconocido visitante,
cuya identidad la Policía se esfuerza afanosamente por averiguar.

IV

Informe del doctor James Morton, químico y bacteriólogo:
«Señor Juez de Instrucción: la sustancia semilíquida que usted me remitió
para su estudio es la más extraña que he analizado en mi vida. Presenta
ciertas analogías con el protoplasma, pero en ella no se encuentran ni aun
indicios de enzimas. Las enzimas son catalizadores de las reacciones
químicas que se producen en el seno de la célula viva. Cuando las células
mueren, las enzimas las desintegran mediante hidrólisis. Sin enzimas, el
protoplasma poseería una vitalidad prácticamente infinita, es decir, sería
inmortal. Las enzimas, por así decir, son los elementos negativos del
organismo unicelular, que constituye la base de la vida, y, en opinión de los
biólogos, sin ellas no puede existir materia viva. Y, sin embargo, tales
cuerpos indispensables se hallan ausentes de la gelatina viva que usted me
remitió. ¿Se da usted cuenta del significado que puede tener este
descubrimiento para la ciencia?»

V

Fragmento de un manuscrito titulado «Los que velan en silencio»,
original del fallecido Halpin Chalmers:
«¿Y si existiese otra forma de vida paralela a la que conocemos, pero carente
de los elementos que destruyen la nuestra? ¿Y si en otra dimensión existe
una fuerza diferente de la que genera nuestra vida? ¿Y si esta fuerza emite
una energía, que, procedente de su dimensión desconocida, consigue
alcanzar nuestro espacio-tiempo y crear en él una nueva forma de vida
celular? Cierto es que no se puede demostrar que tal forma nueva de vida
exista en nuestro universo, pero yo he visto sus manifestaciones y he
hablado con ellas. De noche, en mi habitación, he hablado con los Doels. Y
en mis sueños he contemplado a su Creador. Lo he visto en lejanas riberas,
más allá del tiempo y la materia. Se mueve a través de curvas extrañas y de
ángulos alucinantes. Algún día viajaré en el tiempo y me enfrentaré con él
cara a cara.»


FIN

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