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EL ARTE OSCURO

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martes, 18 de noviembre de 2008

MITO Y LEYENDA . Yonaguni: ¿La primera Atlántida?

MITO Y LEYENDA . Yonaguni: ¿La primera Atlántida?
Yonaguni: ¿La primera Atlántida?
Al igual que muchos descubrimientos, la casualidad juega un importante papel, y así fue
tambien esta vez.
Durante una inspección submarina rutinaria en los alrededores de la isla japonesa de Yona-
guni, cerca de Taiwan, los científicos del Centro Geológico Oceanográfico de la Universidad
de Ryukyu en Okinawa, descubrieron una estructura que se encuentra a unos docientos metros
de la región de Arakawabana. Esta estructura es una serie de construcciones ciclópeas for-
madas por rocas perfectamente talladas y se encuentra a unos 30 m. de profundidad, mide 120
m. de largo, 40 m. de ancho y 20 m. de alto, aparenta ser una pirámide escalonada, aveni-
das, arcadas, columnas hexagonales, escaleras, etc. con dos orificios de unos 90 cms. de
diámetro y 1 m. de profundidad que se cree eran para colocar dos pilares hechos de madera.

Las ruinas encontradas datan de entre 4.000 o 10.000 años atrás según los exámenes del
C-14, de la termoluminiscencia y de las encuestas del "Grupo de Búsqueda Submarina de la U-
niversidad de Ryukyu". La construcción es muy similar a la de la cultura Ryukyu, una for-
tificación sumergida hace muchos años descubierta en 1995, situada en la costa sur de la
isla Yonaguni, al este de Taiwán y al oeste de las islas Iriomote, en el mar de China.

Podría ser el recuerdo de un continente que ya no existe o, en todo caso, la prueba de una
civilización desconocida, contemporánea de las primeras culturas mesopotámicas y anterior
al Egipto de los faraones. Lo que comenzó siendo una curiosidad geológica puede convertirse
en el descubrimiento arqueológico más importante del siglo, si lo que parece evidente para
muchos investigadores, que se trataria de una estructura artificial, acaba por confirmarse.
La construcción tiene un aspecto que ha sido comparado con el de una pirámide escalonada
sudamericana o con un zigurat mesopotámico, pero no se encuentra aislada. Junto a ella,
como formando parte de un complejo de tipo ceremonial, aparecen los restos de anchos paseos
y avenidas flanqueadas por pilones, columnas hexagonales, escaleras, arcadas y diferentes
edificaciones, todas construidas con enormes bloques pétreos perfectamente alineados.
Todavía más sorprendente resulta que los inexplicables restos submarinos no estén limitados
a una única área de la isla. Los investigadores Kihachiro Aratake, el primero en descubrir
los restos en Yonaguni, y Masaaki Kimura, geólogo marino de la Universidad de Ryukyu en O-
kinawa, han hallado ocho lugares con formaciones en apariencia artificiales. Entre éstos,
los más interesantes, además de los de Yonaguni, son los encontrados cerca de la ciudad de
Naha, en la isla de Okinawa, donde existe una pared formada también con grandes piedras ta-
llada.
¿Se trata de construcciones artificiales? Para Masaki Kimura no cabe duda. Para este geólo-
go, que lleva 13 años estudiando el enigma, se trata de monumentos construidos por la mano
del hombre, dejados por alguna civilización desconocida de Asia. También opina que la cons-
trucción de esos monumentos habría requerido un alto grado de desarrollo técnico, así como
algún tipo de maquinaria. La antigüedad de los restos no está determinada de forma defini-
tiva, aunque existen una serie de hipótesis. Por un lado, se especula con que las edifi-
caciones podrían haber sido erigidas antes del final de la última era glacial, cuando el
nivel de los mares era notablemente inferior al actual. También podrían estar bajo el agua
a causa de algún movimiento tectónico producido en tiempos más modernos; no hay que olvidar
que todo el archipiélago japonés se encuentra en una de las zonas del planeta de mayor
actividad sísmica. Una combinación de estos dos factores también sería plausible.
Para Teruaki Oshii, profesor de geología de la Universidad de Tokio, las estructuras son,
al menos parte, obra del ser humano, que podría haber aprovechado algunas formaciones geo-
lógicas preexistentes para realizar los monumentos. Su origen se remontaría, según el geó-
logo, al 8.000 a.C., la misma época en que comenzaron su andadura las primeras civilizacio-
nes del valle del Indo o de Mesopotamia. Robert Schoch, profesor de geología de la Univer-
sidad de Boston y uno de los investigadores que sostienen una antigüedad muy superior a la
aceptada por los arqueólogos para la Esfinge de Giza, ha sido uno de los primeros científi-
cos occidentales que han estudiado las curiosas formaciones. El geólogo añade que se mues-
tra convencido de que tienen una antigüedad de unos 10.000 años si, como él cree, se con-
firma que, al menos en parte, son artificiales.

Las recientes exploraciones submarinas, realizadas por Boris Said y J. J. Hurtak, fueron
posibles gracias a la información entregada por herramientas de sensoría remota, luego de
haber sido encontrada por primera vez con un pequeño submarino y un grupo de buceo en la
primavera de 1995, por el ya mencionado Kimura. El Dr. J. J. Hurtak es un especialista en
tecnología de captación remota satelital, presidente de la Academia Para La Ciencia Futura
en Estados Unidos, y de la Facultad de Sensoría Remota, de la Universidad Autónoma de Méxi-
co. Se descubrieron una serie de "puentes" de tierra que conectan el archipiélago de pe-
queñas islas de Ryukyu con las tierras del continente de China. Dichos puentes se hundieron
debido a una serie de cambios geológicos, asi como una serie de formaciones topográficas
únicas, las cuales pueden haber sido parte de antiguos "templos" o pequeñas "pirámides".
El último puente de tierra que conecta las islas con China puede haber aparecido durante el
último período glacial a fines del Pleistoceno, conectando una serie de importantes islas a
través de Taiwán, Okinawa y Amani-Oshime con el área de Kyushu.
El análisis de las filmaciones de estas grandes ruinas por Said y Hurtak en varios lu-
gares en el Pacífico Sur, muestra lo que parecen ser dos grandes templos con muros protegi-
dos y formas bipiramidales. Una de las estructuras es la anteriormente citada, que se en-
cuentra bajo la costa de Yonaguni. La segunda se encuentra a unos 500 Km. de Okinawa en el
océano. Desde entonces, se han encontrado siete estructuras adicionales cerca de tres islas
diferentes, como si fueran parte de un gran complejo urbano que estuvo alguna vez en estos
puentes de tierra.
En las filmaciones de estas ruinas sumergidas se pueden ver claramente sendas y avenidas
bien delineadas y de diferentes formas, es decir, formas en múltiples niveles, circulares y
semi-circulares, las cuales están ordenadas en patrones escalonados perfectamente cortados
en angulo recto en la roca, indicando una capacidad de ingeniería de escalas arquitectóni-
cas masivas.

Se dice también que, estas construcciones con plataformas o terraplenes, se habrian usado
como un centro ceremonial en el que una base pétrea soportaría las paredes y el techo de
madera.
Tal vez, como propone Kimura, sea un templo dedicado a Narai-Kanai, una deidad de milenaria
tradición en Okinawa. O puede que un centro religioso destinado a una divinidad desconoci-
da. En todo caso, si se confirma el origen artificial de las construcciones submarinas ja-
ponesas habrá que reescribir la historia del nacimiento de las primeras civilizaciones. Una
cultura desconocida floreció en las orillas del Pacífico antes del fin de la era glacial y
dejó para la posteridad sus construcciones ciclópeas, curiosamente parecidas a otras de
Sudamérica. ¿Existió alguna conexión entre las civilizaciones precolombinas y esa descono-
cida cultura de Japón? ¿Pudieron llegar hasta América esos antiguos japoneses?. Incluso se
plantea la posibilidad de que restos encontrados sean parte del continente Mu, desaparecido
bajo el mar como la Atlántida, según diversas leyendas. Un continente que podría ahora co-
menzar a desvelarnos parte de sus misterios.

MITOS DEL MUNDO : MITOLOGÍA ROMANA


MITOLOGÍA ROMANA

Entre los dioses primitivos de los romanos existían los Lares o dioses del hogar, los Pena-
tes o dioses de la despensa y por lo tanto de la riqueza familiar y eran representado por
pequeñas figuritas vestidas con túnica corta y un cuerno y un plato en las manos. También
reconocían a Jano, el dios de las puertas, al que siempre se le representaba en la monedas,
con dos caras, por lo de la entrada/salida. Así se puede decir, en términos generales que
los dioses romanos carecían de personalidad propia ya que hasta los mismo Lares eran espe-
cialmente oscuros. Sus santuarios eran muy frecuentes en las casas, pero estas deidades no
desempeñaban ninguna función en las narraciones míticas, tampoco se les asignaban nombres
individuales e integraban un grupo indiferenciado, es por esto que para llegar a comprender
el sentido de la religión y la mitología en Roma tenemos que comprender su pasado a partir
de estos hechos: en primer lugar, si Roma se funda en el año 753 no olvidemos que durante
todo el siglo VIII los griegos llegaban a las costas de Sicilia configurando lo que se co-
noció como Magna Grecia. Tampoco dejemos pasar el hecho de que los Dorios fundasen Siracusa
en el año 734 y los Aqueos Metaponto, Crotona y Sibaris en el 734. Es decir que Roma ya es-
taba fundada y las influencias de esos pueblos iban a ser decisivas. Y por otra parte, ana-
lizando la historia se deduce cual fue el espíritu romano: desde el punto de vista religio-
so muy comodo y, a su vez, exigente. El romano se construye una religión a su gusto.
También el ingrediente de la exigencia se manifiesta en la expresión do ut des (te doy para
que me des) que se traduce en la ofrenda a los Dioses al mismo tiempo que se les invoca se
demanda o reclama la contraprestación. En cabecera se ve a una Vestal pero su mano se eleva
y al mismo tiempo que ofrece, también reclama. Finalmente otro hecho del que hay que par-
tir: la expansión imperialista romana le obligaba a entrar en contacto con todo tipo de
pueblos. Conocía a sus dioses; no los rechazó; incluso importó muchos de ellos cambiándoles
el nombre como sucedió con los Dioses griegos. Y algunos se preguntaran: si Roma era así
¿Por que no aceptó el Cristianismo?... Sencillamente porque el Cristianismo atentaba contra
las bases económicas del Imperio, especialmente en lo relativo al tema de la esclavitud.
Grecia influyó mucho con sus ideas y filosofía, y la cultura oriental también fue absorbida
por Roma, y es por esto que la mitología de los romanos fue un complejo mosaico de creen-
cias de los diferentes pueblos que conformaron su estructura social.
La religión romana se caracterizaba por ser politeísta y antropomórfica, es decir, creían
en muchos dioses que representaban con apariencia humana. Generalmente, los dioses personi-
ficaban aspectos de la naturaleza. Los romanos tenían dioses para todas las ocasiones de la
vida, por ejemplo, Fabulino ayudaba a los niños a aprender a hablar y Estalino les enseñaba
a caminar. Dentro de la gran cantidad de dioses que adoraban se distinguían: los del culto
privado o doméstico, como los Lares, que protegían la casa. Vesta mantenía el fuego del ho-
gar. Los Manes, que representaban el alma de sus antepasados y los del culto público o na-
cional que eran adorados por todo el pueblo romano. Muchas veces, los romanos adoptaban sus
dioses, razón por la cual tenían tantos y tan diferentes. Cuando Roma tomó contacto con
Grecia, recibió la influencia de la religión griega. Los dioses romanos adquirieron forma
humana, y se hicieron populares las leyendas de sus aventuras. Al ser incorporados a Roma,
los dioses cambiaron de nombre. En la vida pública y privada de los romanos la religión te-
nía una gran importancia. Los romanos eran muy supersticiosos y para descubrir cuál era la
voluntad de los dioses interpretaban el vuelo de los pájaros, se fijaban en la forma de las
vísceras de los animales, etc.

- Festividades religiosas

El calendario religioso romano reflejaba la hospitalidad de Roma ante los cultos y divini-
dades de los territorios conquistados. Originalmente eran pocas las festividades religiosas
romanas. Algunas de las más antiguas sobrevivieron hasta finales del imperio pagano, pre-
servando la memoria de la fertilidad y los ritos propiciatorios de un primitivo pueblo a-
grícola. Sin embargo se introdujeron nuevas festividades que señalaron la naturalización de
los nuevos dioses. Llegaron a incorporarse tantas fiestas que los días festivos eran más
numerosos que los de trabajo. Entre las festividades religiosas romanas más importantes fi-
guraban las saturnales, las Lupercales, las Equiria y los Juegos Seculares.
Bajo el Imperio, las saturnales se celebraban durante siete días, del 17 al 23 de diciem-
bre, durante el periodo en el que comienza el solsticio de invierno. Toda la actividad eco-
nómica se suspendía, los esclavos quedaban transitoriamente libres, había intercambio de
regalos y predominaba un ambiente de alegría. Las Lupercales era una antigua fiesta en la
que originalmente se honraba a Luperco, un dios pastoril de los ítalos. La festividad se
celebraba el 15 de febrero en la gruta del Lupercal en el monte Palatino, donde se suponía
que una loba había amamantado a los legendarios fundadores de Roma, los gemelos Rómulo y
Remo. Entre las leyendas romanas vinculadas con ellos se encuentra la de Fáustulo, el pas-
tor que se suponía que había descubierto a los niños en la guarida de la loba y los había
llevado a su casa, donde los crió su mujer Aca Larentia.
Las Equiria, festival en honor de Marte, se celebraba el 27 de febrero y el 14 de marzo,
tradicionalmente la época del año en la que se preparaban nuevas campañas militares. En el
Campo de Marte se hacían carreras a caballos que definían claramente la celebración. Los
Juegos Seculares, que incluían tanto espectáculos atléticos como sacrificios, se realizaban
a intervalos regulares, tradicionalmente sólo una vez en cada saeculum, o siglo, para seña-
lar el comienzo de uno nuevo. La tradición, no obstante, no siempre se respetaba.

- Templos romanos

La arquitectura de los templos romanos, así como su número total, también refleja la recep-
tividad de la ciudad a todas las religiones del mundo conocido. El templo de Isis y Serapis
en el Campo de Marte, construido con estilo y materiales egipcios para albergar el culto
helenizado de la deidad egipcia Isis, es representativo de la heterogeneidad de los monu-
mentos religiosos romanos. Los templos de Roma más dignos de mención eran el templo de Jú-
piter Capitolino y el Panteón. El templo de Júpiter Capitolino, en el monte Capitolino, es-
taba dedicado en el 509 a.C. a Júpiter, Juno y Minerva. Construido originalmente en estilo
etrusco, fue reconstruido o restaurado varias veces bajo el imperio y destruido finalmente
por los vándalos en el 455 d.C. El Panteón fue construido desde el 117 al 138 d.C. por el
emperador Adriano y dedicado a todos los dioses; este edificio reemplazaba a un templo más
pequeño que había construido Marco Agripa. El Panteón se convirtió en iglesia cristiana en
el 607, es ahora un monumento nacional italiano.


- Decadencia de la religión romana

La traslación de las cualidades antropomórficas de los dioses griegos a la religión romana
y, tal vez aún más, el predominio de la filosofía griega entre los romanos cultos, produjo
su desinterés cada vez mayor por los viejos ritos, hasta tal punto que en el siglo I a.C.
los oficios sacerdotales antiguos prácticamente desaparecieron. Muchos hombres cuyo origen
patricio los habilitaba para estas tareas no creían en los ritos, y si los practicaban era
por interés político, y la masa del pueblo inculto fue aceptando cada vez más los ritos ex-
tranjeros. Sin embargo, los cargos de pontífice y de augur siguieron siendo cargos políti-
cos codiciados. El emperador Augusto emprendió una completa reforma y restauración del an-
tiguo sistema, y él mismo llegó a ser miembro de todas las órdenes sacerdotales. Aunque los
primeros rituales habían tenido poco que ver con la moralidad —entendida como una relación
práctica con poderes ocultos en la que los individuos servían a los dioses y recibían a
cambio seguridad—, sí produjeron una disciplina piadosa y religiosa y, por tanto, Augusto
los consideró una salvaguarda contra cualquier desorden interno. Durante este periodo, la
leyenda de la fundación de Roma por el héroe troyano Eneas cobró una gran fuerza gracias a
la publicación de la Eneida por Virgilio.
A pesar de las reformas instituidas por Augusto, la religión romana en el Imperio tendió
cada vez más a centrarse en la Casa imperial y, en consecuencia, los emperadores fueron di-
vinizados después de su muerte. Esta divinización había comenzado incluso antes del esta-
blecimiento del imperio con Julio César. Los emperadores Augusto, Claudio, Vespasiano y Ti-
to también fueron divinizados y, después del reinado (96-98 d.C.) de Marco Coceyo Nerva,
muy pocos emperadores no recibieron esa distinción.
Durante el Imperio se hicieron populares y se extendieron numerosos cultos extranjeros, ta-
les como el de la diosa egipcia Isis y el del dios persa Mitra, que en algunos aspectos era
similar al cristianismo. A pesar de las persecuciones que se extendieron desde el reinado
de Nerón hasta el de Diocleciano, el cristianismo fue ganando adeptos y se convirtió en una
religión oficialmente tolerada en Roma bajo Constantino el Grande, quien gobernó como único
emperador desde 324 hasta 337. Todos los cultos paganos se prohibieron en el 392 por un
edicto del emperador Teodosio I.

MITOLOGIA MUNDIAL : MITOLOGÍA ASTURIANA


MITOLOGÍA ASTURIANA
- Introducción

Asturias no tuvo más nombre que este, pues antes de ser llamada así, no fue llamada de nin-
gún otro modo. Por él, sus ribereños fueron llamados astures y su capital Astúrica Augusta.
Un territorio que, fue llamado a veces LA TIERRA DE LAS ASTURIAS.
Los pobladores prerromanos de Asturias no se hallaba en estado de salvajismo, se dedicaban
al pastoreo, la agricultura, habitaban en poblados fortificados y conocían la metalurgia
del bronce y del hierro, confeccionaban joyas muy elaboradas, fabricaban recipientes de ce-
rámica, aperos de labranza, labraban la madera y realizaban muchas otras tareas artesanas.
Tenían una organización gentilicia, se regían por leyes y normas consuetudinarias y tenia
su religión. Cantaban y tocaban instrumentos musicales y tenían fiestas y competiciones a-
tléticas. Tenían pues, a la llegada de los romanos un nivel cultural similar a los galos,
germanos y demás pueblos indoeuropeos del septentrión de la época, a todos los cuales lla-
maban los romanos "bárbaros".
Según Estrabón, había referencias a que dormían en el suelo, comían en bancos adosados a la
pared (en orden según dignidad), bebían en cuencos de madera, comían sobre todo carne de
cabra, y en su ausencia, hacían harina de bellotas para fabricar pan. También tenían cerve-
za, y comerciaban algo de vino para ocasiones especiales (cuando bebían solían danzar los
hombres al son de flautas y trompetas). Las mujeres también bailan mezcladas con los hom-
bres, unidos por las manos. No tenían aceite, por lo que usaban grasa para cocinar. Los
hombres usaban capa negra, y las mujeres gustaban de vestidos policromos. Ellos llevaban el
pelo largo como las mujeres, y en la batalla lo ataban con un frontal (elemento similar al
que usaban los germanos o los indios del norte) hecho de cuero, probablemente adornado con
diversos motivos y objetos. También solían llevar consigo una pócima venenosa para quitarse
la vida en casos extremos. Ya citaba Cayo Plínio Segundo, la cría de caballos Asturcones
por parte de los Astures, e incluso antes de las invasiones, en el año 80 a. de C., se en-
cuentran alusiones a ellos en Roma por parte de Plínio, Marcial,y Silo Itálico.

- Mitología

Asturias, habitada desde tiempos inmemoriales por los astures, pueblo celta, y como tal,
profundamente relacionado con la naturaleza y todos sus fenomenos. Este entorno natural
proveía a las comunidades astures de dioses y demonios. De esta forma se crearon personajes
mágicos que llenaron la vida religiosa de las distintas concentraciones de poblacion astu-
res durante muchos siglos, y que, gracias al aislamiento secular de muchas comunidades han
sobrevivido hasta nuestros dias. En la cultura tradicional asturiana el mundo no se percibe
y explica de la misma forma que hoy lo hacemos en las ciudades. Es otra forma de entender
la existencia del hombre y de los objetos que le rodean. Por otra parte, la variedad clima-
tológica de Asturias ha contribuido a crear una gran cantidad de seres sobrenaturales. Las
leyendas Celtas se unen a elementos romanos, creando, de esta forma, una diversidad mitoló-
gica, poblada por una gran cantidad de seres extraños y huidizos, como los propios animales
que poblaron los bosques astures. Todo esto a dado lugar a que Asturias se convierta en uno
de los sitios mágicos de España.
Cuando llega la noche, el mundo del ensueño y la fábula abandona su escondite y se extiende
por los peñascos, las fuentes, los mesetones, las ruinas y los espacios. Se oyen sus pasos
lentos, en la sombra; junto con los rumores de la brisa, de la fronda, de las aguas, se es-
cuchan otros rumores de blandísimo sonido, hay una resurrección en el fondo de la noche y
de él se escapan las Xanas, los Busgosu y los Trasgus, que corren en multitud a poblar los
venajes, los bosques, los ríos y los hogares.
En la mitología de Asturias veremos que la tormenta no es sólo la tormenta, detrás está el
Nuberu. Como anteriormente decíamos, el bosque tiene su propio espíritu: el Busgosu. Sobre
las aguas y las espumas del mar pulula el Espumeru. Trayendo y llevando rumores del aire se
mueve el Ventolín. Las cosas desaparecen porque las esconde el Trasgu o peor aún porque las
llevó el Sumiciu y entonces no aparecerán más. En el secreto del bosque aparecen los murmu-
llos. Es la hora del misterio y del silencio. La Xana se acogió a la fuente, el Diañu bur-
lón se adentró en el bosque, el Trasgu revuelve la cocina y la Güestia recorre los caminos.
Es la hora en que parece que las cosas adquieren transparencias de cristal y permitieran
ver a través, las largas sucesiones de fantasmas de los tiempos mitológicos. En las vetas
oscuras de la noche, aún hay cuajados temblores y centelleos y llamas de la lumbre de sol,
rojo y ardiente, de la Mitología primitiva...

P.D.: La mitología en Asturias, debido a su situación geográfica, es de origen celta, por
lo que gran número de sus personajes coinciden con otros de diferente nombre que también a-
parecen en otras regiones celtas (en España).

- Seres Mitológicos

Como en todas las culturas celtas, en la cultura asturiana, existen muchos personajes mito-
lógicos, viviendo algunos de ellos siempre próximos a las personas, otros prefieren el bos-
que o el río para esconderse. De igual modo hay unos tantos que prefieren el día y otros la
noche. Por ello podemos clasificarlos en seres del día y de la noche, del bosque, del agua
o de la casa, según el lugar y el tiempo que prefieren para mostrarse a las personas.
Los más representativos de cada grupo, aunque existen muchos más, son:
a) Seres del agua: La xana - El cuélebre - El nuberu - El espumeru.
b) Seres del bosque: Busgosu - Diañu burlón.
c) Seres de la noche: La güestia - La guaxa.
d) Seres de la casa: El trasgu - El papón - El ventolín.

MITOS DEL MUNDO : MITOLOGÍA ASIRIA


MITOLOGÍA ASIRIA


- Introducción


Las inscripciones cuneiforme nos informan acerca de la historia asiria desde el siglo XIX
a.C. En un principio, los asirios, vasallos de Caldea y Egipto, consiguieron hacerse inde-
pendientes, y sus reyes, tras numerosas victorias, impusieron su dominación al resto del
Asia Occidental y de Egipto. El reino fue destruido en 612-609 por una coalición de babilo-
nios y medos.


- Religión y mitos

La religión particular del pueblo asirio no tenía grandes diferencias con la babilónica.
Debe tenerse en cuenta que los asirios participan, como semitas, de la cultura común de los
pueblos mesopotámicos. El dios principal era Ashur o Asur, dios nacional de los asirios,
"rey de todos los dioses" y protector de los reyes, así como esposo de Belit (la señora,
diosa identificada con Ishtar de Babilonia), es el principal símbolo de la religión asiria
y está por encima de otras divinidades babilónicas como Bel, Anu y Ea. Desde muy pronto a-
sumió la función muy parcial: sólo tenía un carácter guerrero, por lo que no podía comple-
tar el resto de las aspiraciones espirituales. Entre muchas otras deidades se adoraba tam-
bién a Ninit, dios de las batallas y a Nergal, dios de la caza.
Asistimos a un desarrollo de la creencia en el sol, representado en Samash, dios de la jus-
ticia, y considerado como el juez de los enemigos de Asiria. Entre los enemigos de Asiria,
habría una influencia religiosa considerable de Babilonia, aunque hay que tener en cuenta
que las relaciones Asiria - Babilonia fueron tremendamente complejas. La irradiación cultu-
ral babilónica sobre el reino del norte siempre había fascinado a las clases dirigentes a-
sirias. Ello provocaba una especie de atracción prohibida, lo que se manifiesta claramente
en el aspecto espiritual. Prueba de esta influencia son los mismos títulos que adoptaron
los reyes asirios: "Regente del dios", "Empleado de Enlil", etc. Asiria no dejó nunca de
abrirse a las influencias de ésta y en la literatura se copió el estilo de las crónicas ba-
bilónicas en los textos asirios y también la escultura recibió la influencia de Babilonia.
También en el culto religioso, la influencia e incluso la dependencia fue clara y cada vez
mayor. Desde el reinado de Ashur-uballit I, ya hubo en Asiria un templo dedicado a Marduk.
La principal divinidad femenina asiria era Ishtar, diosa de la fecundidad, como otras gran-
des divinidades femeninas orientales. Hacia el año 1.200, se dio un nuevo paso, el ritual
babilónico de la fiesta del Año Nuevo, dedicado a Marduk, en la que se renovaban los pode-
res del rey fue adoptado por Assur y en el aspecto espiritual y religioso, las dos regiones
se fueron convirtiendo cada vez más en una sola. Pero se puede llegar a afirmar que el pan-
teón tradicional sumero - acadio, evolucionado en Babilonia, a finales del siglo XII, y de-
finitivamente en los siglos XI y X, estaba considerado en Asiria como clásico, y a partir
del Imperio Nuevo Asirio podemos ya hablar de una religión Asirio Babilónica.
Los sacerdotes asirios formaban corporaciones y entre sus tareas se encontraba la de inter-
pretar los presagios. La magia desempeñaba un papel preponderante en la religiosidad priva-
da. Una vida próspera y prolongada era evidencia del favor divino.

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