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EL ARTE OSCURO

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GOTICO

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lunes, 23 de marzo de 2009

Ray Bradbury: Crónicas Marcianas (Selección)

Ray Bradbury: Crónicas Marcianas (Selección)
***

Crónicas Marcianas (Selección)
***
El verano del cohete
UN MINUTO ANTES era invierno en Ohio; las
puertas y las ventanas estaban cerradas, la
escarcha empañaba los vidrios, el hielo adornaba
los bordes de los techos, los niños esquiaban
en las laderas; las mujeres, envueltas en abrigos
de piel, caminaban torpemente por las calles
heladas como grandes osos negros.
Y de pronto, una larga ola de calor atravesó el
pueblo; una marea de aire tórrido, como si
alguien hubiera abierto de par en par la puerta de
un horno. El calor latió entre las casas, los
arbustos, los niños. El hielo se desprendió de
los techos, se quebró, y empezó a fundirse. Las
puertas se abrieron; las ventanas se levantaron;
los niños se quitaron las ropas de lana; las
mujeres se despojaron de sus disfraces de osos;
la nieve se derritió, descubriendo los viejos y
verdes prados del último verano.
El verano del cohete. Las palabras corrieron de
boca en boca por las casas abiertas y ventiladas. El verano del cohete. El caluroso aire
desértico alteró los dibujos de la escarcha en los vidrios, borrando la obra de arte.
Esquíes y trineos fueron de pronto inútiles. La nieve, que venía de los cielos helados,
llegaba al suelo como una lluvia cálida. El verano del cohete. La gente se asomaba a
los porches húmedos y observaba el cielo, cada vez más rojo. El cohete, instalado en
su plataforma, lanzaba rosadas nubes de fuego y calor. El cohete, de pie en la fría
mañana de invierno, engendraba el estío con el aliento de sus poderosos escapes. El
cohete creaba el buen tiempo, y durante unos instantes fue verano en la tierra...

Ylla
TENÍAN EN EL PLANETA MARTE, a orillas de un mar seco, una casa de columnas de
cristal, y todas las mañanas se podía ver a la señora K mientras comía la fruta dorada
que brotaba de las paredes de cristal, o mientras limpiaba la casa con puñados de un
polvo magnético que recogía la suciedad y luego se dispersaba
en el viento cálido. A la tarde, cuando el mar fósil yacía inmóvil
y tibio, y las viñas se erguían tiesamente en los patios, y en el
distante y recogido pueblito marciano nadie salía a la calle, se
podía ver al señor K en su cuarto, que leía un libro de metal
con jeroglíficos en relieve, sobre los que pasaba suavemente
la mano como quien toca el arpa. Y del libro, al contacto de
los dedos, surgía un canto, una voz antigua y suave que hablaba
del tiempo en que el mar bañaba las costas con vapores rojos
y los hombres lanzaban al combate nubes de insectos
metálicos y arañas eléctricas.
El señor K y su mujer vivían desde hacía ya veinte años a
orillas del mar muerto, en la misma casa en que habían vivido sus antepasados, y que
giraba y seguía el curso del sol, como una flor, desde hacía diez siglos.
El señor K y su mujer no eran viejos. Tenían la tez clara, un poco parda, de casi todos
los marcianos; los ojos amarillos y rasgados, las voces suaves y musicales.
En otro tiempo habían pintado cuadros con fuego químico, habían nadado en los canales,
cuando corría por ellos el licor verde de las viñas y habían hablado hasta el amanecer,
bajo los azules retratos fosforescentes, en la sala de las conversaciones.
Ahora no eran felices.
Aquella mañana, la señora K, de pie entre las columnas, escuchaba el hervor de las
arenas del desierto, que se fundían en una cera amarilla, y parecían fluir hacia el horizonte.
Algo iba a suceder.
La señora K esperaba.
Miraba el cielo azul de Marte, como si en cualquier momento pudiera encogerse,
contraerse, y arrojar sobre la arena algo resplandeciente y maravilloso.
Nada ocurría.
Cansada de esperar, avanzó entre las húmedas columnas. Una lluvia suave brotaba de
los acanalados capiteles, caía suavemente sobre ella y refrescaba el aire abrasador. En
estos días calurosos, pasear entre las columnas era como pasear por un arroyo. Unos
frescos hilos de agua brillaban sobre los pisos de la casa. A lo lejos oía a su marido que
tocaba el libro, incesantemente, sin que los dedos se le cansaran jamás de las antiguas
canciones. Y deseó en silencio que él volviera a abrazarla y a tocarla, como a una arpa
pequeña, pasando tanto tiempo junto a ella como el que ahora dedicaba a sus increíbles
libros.
Pero no. Meneó la cabeza y se encogió imperceptiblemente de hombros. Los párpados
se le cerraron suavemente sobre los ojos amarillos. El matrimonio nos avejenta, nos
hace rutinarios, pensó.
Se dejó caer en una silla, que se curvó para recibirla, y cerró fuerte y nerviosamente los
ojos.
Y tuvo el sueño.
Los dedos morenos temblaron y se alzaron, crispándose en el aire.
Un momento después se incorporó, sobresaltada, en su silla. Miró vivamente a su
alrededor, como si esperara ver a alguien, y pareció decepcionada. No había nadie
entre las columnas.
El señor K apareció en una puerta triangular
-¿Llamaste? -preguntó, irritado.
-No-dijo la señora K.
-Creí oírte gritar.
-¿Grité? Descansaba y tuve un sueño.
-¿Descansabas a esta hora? No es tu costumbre.
La señora K seguía sentada, inmóvil, como si el sueño, le hubiese golpeado el rostro.
-Un sueño extraño, muy extraño -murmuró.
-Ah.
Evidentemente, el señor K quería volver a su libro.
-Soñé con un hombre-dijo su mujer
-¿Con un hombre?
-Un hombre alto, de un metro ochenta de estatura
-Qué absurdo. Un gigante, un gigante deforme.
-Sin embargo. . .-replicó la señora K buscando las palabras-. Y... ya sé que creerás que
soy una tonta, pero... ¡tenía los ojos azules!
-¿Ojos azules? ¡Dioses!-exclamó el señor K- ¿Qué soñarás la próxima vez? Supongo
que los cabellos eran negros.
-¿Cómo lo adivinaste?-preguntó la señora K excitada.
El señor K respondió fríamente:
-Elegí el color más inverosímil.
-¡Pues eran negros!-exclamó su mujer-. Y la piel, ¡blanquísima! Era muy extraño. Vestía
un uniforme raro. Bajó del cielo y me habló amablemente.
-¿Bajó del cielo? ¡Qué disparate!
-Vino en una cosa de metal que relucía a la luz del sol -recordó la señora K, y cerró los
ojos evocando la escena-. Yo miraba el cielo y algo brilló como una moneda que se tira
al aire y de pronto creció y descendió lentamente. Era un aparato plateado, largo y
extraño. Y en un costado de ese objeto de plata se abrió una puerta y apareció el
hombre alto.
-Si trabajaras un poco más no tendrías esos sueños tan tontos.
-Pues a mí me gustó -dijo la señora K reclinándose en su silla-. Nunca creí tener tanta
imaginación. ¡Cabello negro, ojos azules y tez blanca! Un hombre extraño, pero muy
hermoso.
-Seguramente tu ideal.
-Eres antipático. No me lo imaginé deliberadamente, se me apareció mientras dormitaba.
Pero no fue un sueño, fue algo tan inesperado, tan distinto...
El hombre me miró y me dijo: .Vengo del tercer planeta. Me llamo Nathaniel York....
-Un nombre estúpido. No es un nombre.
-Naturalmente, es estúpido porque es un sueño -explicó la mujer suavemente-. Además
me dijo: .Este es el primer viaje por el espacio. Somos dos en mi nave; yo y mi amigo
Bart..
-Otro nombre estúpido.
-Y luego dijo: .Venimos de una ciudad de la Tierra; así se llama nuestro planeta.. Eso
dijo, la Tierra. Y hablaba en otro idioma. Sin embargo yo lo entendía con la mente.
Telepatía, supongo.
El señor K se volvió para alejarse; pero su mujer lo detuvo, llamándolo con una voz muy
suave.
-¿Yll? ¿Te has preguntado alguna vez... bueno, si vivirá alguien en el tercer planeta?
-En el tercer planeta no puede haber vida-explicó pacientemente el señor K- Nuestros
hombres de ciencia han descubierto que en su atmósfera hay demasiado oxígeno.
-Pero, ¿no sería fascinante que estuviera habitado? ¿Y que sus gentes viajaran por el
espacio en algo similar a una nave?
-Bueno, Ylla, ya sabes que detesto los desvaríos sentimentales. Sigamos trabajando.
Caía la tarde, y mientras se paseaba por entre las susurrantes columnas de lluvia, la
señora K se puso a cantar. Repitió la canción, una y otra vez.
-¿Qué canción es ésa? -le preguntó su marido, interrumpiéndola, mientras se acercaba
para sentarse a la mesa de fuego.
La mujer alzó los ojos y sorprendida se llevó una mano a la boca.
-No sé.
El sol se ponía. La casa se cerraba, como una flor gigantesca. Un viento sopló entre las
columnas de cristal. En la mesa de fuego, el radiante pozo de lava plateada se cubrió
de burbujas. El viento movió el pelo rojizo de la señora K y le murmuró suavemente en
los oídos. La señora K se quedó mirando en silencio, con ojos amarillos, húmedos y
dulces a el lejano y pálido fondo del mar, como si recordara algo.
-Drink to me with thine eyes, and I will pledge with mine (=Brinda por mí con tus ojos y
yo te prometeré con los míos)-cantó lenta y suavemente, en voz baja-. Or leave a kiss
within the cup, and I.ll not ask for wine. (= O deja un beso en tu copa y no pediré vino.)
Cerró los ojos y susurró moviendo muy levemente las manos. Era una canción muy
hermosa.
-Nunca oí esa canción. ¿Es tuya?-le preguntó el señor K mirándola fijamente.
-No. Sí... No sé-titubeó la mujer-. Ni siquiera comprendo las palabras. Son de otro
idioma.
-¿Qué idioma?
La señora K dejó caer, distraídamente, unos trozos de carne en el pozo de lava.
-No lo sé.
Un momento después sacó la carne, ya cocida, y se la sirvió a su marido.
-Es una tontería que he inventado, supongo. No sé por qué.
El señor K no replicó. Observó cómo su mujer echaba unos trozos de carne en el pozo
de fuego siseante. El sol se había ido. Lenta, muy lentamente, llegó la noche y llenó la
habitación, inundando a la pareja y las columnas, como un vino oscuro que subiera
hasta el techo. Sólo la encendida lava de plata iluminaba los rostros.
La señora K tarareó otra vez aquella canción extraña.
El señor K se incorporó bruscamente y salió irritado de la habitación.
Más tarde, solo, el señor K terminó de cenar.
Se levantó de la mesa, se desperezó, miró a su mujer y dijo bostezando:
-Tomemos los pájaros de fuego y vayamos a entretenernos a la ciudad.
-¿Hablas seriamente?-le preguntó su mujer-. ¿Te sientes bien?
-¿Por qué te sorprendes?
-No vamos a ninguna parte desde hace seis meses.
-Creo que es una buena idea.
-De pronto eres muy atento.
-No digas esas cosas -replicó el señor K disgustado-. ¿Quieres ir o no?
La señora K miró el pálido desierto; las melliza lunas blancas subían en la noche; el
agua fresca y silenciosa le corría alrededor de los pies. Se estremeció levemente.
Quería quedarse sentada, en silencio, sin moverse, hasta que ocurriera lo que había
estado esperando todo el día, lo que no podía ocurrir, pero tal vez ocurriera. La canción
le rozó la mente, como un ráfaga.
-Yo . . .
-Te hará bien-inustió su marido. Vamos.
-Estoy cansada. Otra noche.
-Aquí tienes tu bufanda-insistió el señor K alcanzándole un frasco-. No salimos desde
hace meses.
Su mujer no lo miraba.
-Tú has ido dos veces por semana a la ciudad de Xi-afirmó.
-Negocios.
-Ah-murmuró la señora K para sí misma.
Del frasco brotó un liquido que se convirtió en un neblina azul y envolvió en sus ondas el
cuello de señora K.
Los pájaros de fuego esperaban, como brillantes brasas de carbón, sobre la fresca y
tersa arena. La flotante barquilla blanca, unida a los pájaros por mil cintas verdes, se
movía suavemente en el viento de la noche.
Ylla se tendió de espaldas en la barquilla, y a una palabra de su marido, los pájaros de
fuego se lanzaron ardiendo, hacia el cielo oscuro. Las cintas se estiraron, la barquilla
se elevó deslizándose sobre las arenas, que crujieron suavemente. Las colinas azules
desfilaron, desfilaron, y la casa, las húmedas columnas, las flores enjauladas, los libros
sonoros y los susurrantes arroyuelos del piso quedaron atrás. Ylla no miraba a su
marido. Oía sus órdenes mientras los pájaros en llamas ascendían ardiendo en el
viento, como diez mil chispas calientes, como fuegos artificiales en el cielo, amarillos y
rojos, que arrastraban el pétalo de flor de la barquilla.
Ylla no miraba las antiguas y ajedrezadas ciudades muertas, ni los viejos canales de
sueño y soledad. Como una sombra de luna, como una antorcha encendida, volaban
sobre ríos secos y lagos secos.
Ylla sólo miraba el cielo.
Su marido le habló.
Ylla miraba el cielo.
-¿No me oíste?
-¿Qué?
El señor K suspiró.
-Podías prestar atención.
-Estaba pensando.
-No sabía que fueras amante de la naturaleza, pero indudablemente el cielo te interesa
mucho esta noche.
-Es hermosísimo.
-Me gustaría llamar a Hulle-dijo el marido lentamente-. Quisiera preguntarle si podemos
pasar unos días, una semana, no más, en las montañas Azules. Es sólo una idea...
-¡En las montañas Azules! Gritó Ylla tomándose con una mano del borde de la barquilla
y volviéndose rápidamente hacia él.
-Oh, es sólo una idea...
Ylla se estremeció.
-¿Cuándo quieres ir?
-He pensado que podríamos salir mañana por la mañana-respondió el señor K
negligentemente-. Nos levantaríamos temprano...
-¡Pero nunca hemos salido en esta época!
-Sólo por esta vez.-El señor K sonrió.-Nos hará bien. Tendremos paz y tranquilidad.
¿Acaso has proyectado alguna otra cosa? Iremos, ¿no es cierto?
Ylla tomó aliento, esperó, y dijo:
-¿Qué?
El grito sobresaltó a los pájaros; la barquilla se sacudió.
-No-dijo Ylla firmemente-. Está decidido. No iré.
El señor K la miró y no hablaron más. Ylla le volvió la espalda.
Los pájaros volaban, como diez mil teas al viento.
Al amanecer, el sol que atravesaba las columnas de cristal disolvió la niebla que había
sostenido a Ylla mientras dormía. Ylla había pasado la noche suspendida entre el techo
y el piso, flotando suavemente en la blanda alfombra de bruma que brotaba de las
paredes cuando ella se abandonaba al sueño. Había dormido toda la noche en ese río
callado, como un bote en una corriente silenciosa. Ahora el calor disipaba la niebla, y la
bruma descendió hasta depositar a Ylla en la costa del despertar.
Abrió los ojos.
El señor K, de pie, la observaba como si hubiera estado junto a ella, inmóvil, durante
horas y horas. Sin saber por qué, Ylla apartó los ojos.
-Has soñado otra vez-dijo el señor K-. Hablabas en voz alta y me desvelaste. Creo
realmente que debes ver a un médico.
-No será nada.
-Hablaste mucho mientras dormías.
-¿Sí? -dijo Ylla, incorporándose.
Una luz gris le bañaba el cuerpo. El frío del amanecer entraba en la habitación.
-¿Qué soñaste?
Ylla reflexionó unos instantes y luego recordó.
-La nave. Descendía otra vez, se posaba en el suelo y el hombre salía y me hablaba,
bromeando, riéndose, y yo estaba contenta.
El señor K, impasible, tocó una colmuna. Fuentes de vapor y agua caliente brotaron del
cristal. El frío desapareció de la habitación.
-Luego -dijo Ylla-, ese hombre de nombre tan raro, Nathaniel York, me dijo que yo era
hermosa y. . . y me besó.
-¡Ah! -exclamó su marido, dándole la espalda.
-Sólo fue un sueño-dijo Ylla, divertida.
-¡Guárdate entonces esos estúpidos sueños de mujer!
-No seas niño -replicó Ylla reclinándose en los últimos restos de bruma química.
Un momento después se echó a reír.
-Recuerdo algo más-confesó.
-Bueno, ¿qué es, qué es?
-Ylla, tienes muy mal carácter.
-¡Dimelo!-exigió el señor K inclinándose hacia ella con una expresión sombría y dura-.
¡No debes ocultarme nada!
-Nunca te vi así-dijo Ylla, sorprendida e interesada a la vez-. Ese Nathaniel York me
dijo. . . Bueno, me dijo que me llevaría en la nave, de vuelta a su planeta. Realmente es
ridículo.
-¡Si! ¡Ridiculo! gritó el señor K-. ¡Oh, dioses! ¡Si te hubieras oído, hablándole, halagándolo,
cantando con él toda la noche! ¡Si te hubieras oído!
-¡Yll!
-¿Cuándo va a venir? ¿Dónde va a descender su maldita nave?
-Yll, no alces la voz.
-¡Qué importa la voz! ¿No soñaste-dijo el señor K inclinándose rígidamente hacia ella y
tomándola de un brazo-que la nave descendía en el valle Verde?
¡Contesta!
-Pero, si...
-Y descendía esta tarde, ¿no es cierto?
-Sí, creo que sí, pero fue sólo un sueño.
-Bueno-dijo el señor K soltándola-, por lo menos eres sincera. Oí todo lo que dijiste
mientras dormías. Mencionaste el valle y la hora.
Jadeante, dio unos pasos entre las columnas, como cegado por un rayo. Poco a poco
recuperó el aliento. Su mujer lo observaba como si se hubiera vuelto loco. Al fin se
levantó y se acercó a él.
-Yll-susurró:
-No me pasa nada.
-Estás enfermo.
-No-dijo el señor K con una sonrisa débil y forzada-. Soy un niño, nada más. Perdóname,
querida. -La acarició torpemente.- He trabajado demasiado en estos días. Lo lamento.
Voy a acostarme un rato.
-¡Te excitaste de una manera!
-Ahora me siento bien, muy bien.-Suspiró.-Olvidemos esto. Ayer me dijeron algo de Uel
que quiero contarte. Si te parece, preparas el desayuno, te cuento lo de Uel y olvidamos
este asunto.
-No fue más que un sueño.
-Por supuesto-dijo el señor K, y la besó mecánicamente en la mejilla-. Nada más que
un sueño.
Al mediodia, las colinas resplandecían bajo el sol abrasador.
-¿No vas al pueblo? -preguntó Ylla.
El señor K arqueó ligeramente las cejas.
-¿Al pueblo?
-Pensé que irías hoy.
Ylla acomodó una jaula de flores en su pedestal. Las flores se agitaron abriendo las
hambrientas bocas amarillas. El señor K cerró su libro.
-No -dijo-. Hace demasiado calor, y además es tarde.
-Ah-exclamó Ylla. Terminó de acomodar las flores y fue hacia la puerta-. En seguida
vuelvo-añadió.
-Espera un momento. ¿A dónde vas?
-A casa de Pao. Me ha invitado-contestó Ylla, ya casi fuera de la habitación.
-¿Hoy?
-Hace mucho que no la veo. No vive lejos.
-¿En el valle Verde, no es así?
-Sí, es sólo un paseo -respondió Ylla alejándose de prisa.
-Lo siento, lo siento mucho. -El señor K corrió detrás de su mujer, como preocupado
por un olvido.- No sé cómo he podido olvidarlo. Le dije al doctor Nlle que viniera esta
tarde.
-¿Al doctor Nlle?-dijo Ylla volviéndose.
-Sí-respondió su marido, y tomándola de un brazo la arrastró hacia adentro.
-Pero Pao...
-Pao puede esperar. Tenemos que obsequiar al doctor Nlle.
-Un momento nada más.
-No, Ylla.
-¿No?
El señor K sacudió la cabeza.
-No. Además la casa de Pao está muy lejos. Hay que cruzar el valle Verde, y después
el canal y descender una colina, ¿no es así? Además hará mucho, mucho calor, y el
doctor Nlle estará encantado de verte. Bueno, ¿qué dices?
Ylla no contestó. Quería escaparse, correr. Quería gritar. Pero se sentó, volvió lentamente
las manos, y se las miró inexpresivamente.
-Ylla-dijo el señor K en voz baja-. ¿Te quedarás aquí, no es cierto?
-Sí-dijo Ylla al cabo de un momento-. Me quedaré aquí.
-¿Toda la tarde?
-Toda la tarde.
Pasaba el tiempo y el doctor Nlle no había aparecido aún. El marido de Ylla no parecíá
muy sorprendido. Cuando ya caía el sol, murmuró algo, fue hacia un armario y sacó de
él un arma de aspecto siniestro, un tubo largo y amarillento que terminaba en un gatillo
y unos fuelles. Luego se puso una máscara, una máscara de plata, inexpresiva, la
máscara con que ocultaba sus sentimientos, la máscara flexible que se ceñía de un
modo tan perfecto a las delgadas mejillas, la barbilla y la frente. Examinó el arma
amenazadora que tenía en las manos. Los fuelles zumbaban constantemente con un
zumbido de insecto. El arma disparaba hordas de chillonas abejas doradas. Doradas,
horribles abejas que clavaban su aguijón envenenado, y caían sin vida, como semillas
en la arena.
-¿A dónde vas?-preguntó Ylla.
-¿Qué dices?-El señor K escuchaba el terrible zumbido del fuelle-El doctor Nlle se ha
retrasado y no tengo ganas de seguir esperándolo. Voy a cazar un rato. En seguida
vuelvo. Tú no saldrás, ¿no es cierto?
La máscara de plata brillaba intensamente.
-No.
-Dile al doctor Nlle que volveré pronto, que sólo he ido a cazar.
La puerta triangular se cerró. Los pasos de Yll se apagaron en la colina. Ylla observó
cómo se alejaba bajo la luz del sol y luego volvió a sus tareas. Limpió las habitaciones
con el polvo magnético y arrancó los nuevós frutos de las paredes de cristal. Estaba
trabajando, con energía y rapidez, cuando de pronto una especie de sopor se apoderó
de ella y se encontró otra vez cantando la rara y memorable canción, con los ojos fijos
en el cielo, más allá de las columnas de cristal.
Contuvo el aliento, inmóvil, esperando.
Se acercaba.
Ocurriría en cualquier momento.
Era como esos días en que se espera en silencio la llegada de una tormenta, y la
presión de la atmósfera cambia imperceptiblemente, y el cielo se transforma en ráfagas,
sombras y vapores. Los oídos zumban, empieza uno a temblar. El cielo se cubre de
manchas y cambia de color, las nubes se oscurecen, las montañas parecen de hierro.
Las flores enjauladas emiten débiles suspiros de advertencia. Uno siente un leve
estremecimiento en los cabellos. En algún lugar de la casa el reloj parlante dice:
.Atención, atención, atención, atención. . .., con una voz muy débil, como gotas que
caen sobre terciopelo.
Y luego, la tormenta. Resplandores eléctricos, cascadas de agua oscura y truenos
negros, cerrándose, para siempre.
Así era ahora. Amenazaba, pero el cielo estaba claro. Se esperaban rayos, pero no
había una nube.
Ylla caminó por la casa silenciosa y sofocante. El rayo caería en cualquier instante;
habría un trueno, un poco de humo, y luego silencio, pasos en el sendero, un golpe en
los cristales, y ella correría a la puerta. . .
-Loca Ylla-dijo, burlándose de sí misma-. ¿Por qué te permites estos desvaríos?
Y entonces ocurrió.
Calor, como si un incendio atravesara el aire. Un zumbido penetrante, un resplandor
metálico en el cielo.
Ylla dio un grito. Corrió entre las columnas y abriendo las puertas de par en par, miró
hacia las montañas. Todo había pasado. Iba ya a correr colina abajo cuando se contuvo.
Debía quedarse allí, sin moverse. No podía salir. Su marido se enojaría muchísimo si se
iba mientras aguardaban al doctor.
Esperó en el umbral, anhelante, con la mano extendida. Trató inútilmente de alcanzar
con la vista el valle Verde.
Qué tonta soy, pensó mientras se volvía hacia la puerta. No ha sido más que un pájaro,
una hoja, el viento, o un pez en el canal. Siéntate. Descansa.
Se sentó.
Se oyó un disparo.
Claro, intenso, el ruido de la terrible arma de insectos.
Ylla se estremeció. Un disparo. Venía de muy lejos. El zumbido de las abejas distantes.
Un disparo. Luego un segundo disparo, preciso y frío, y lejano.
Se estremeció nuevamente y sin haber por qué se incorporó gritando, gritando, como si
no fuera a callarse nunca. Corrió apresuradamente por la casa y abrió otra vez la puerta.
Ylla esperó en el jardín, muy pálida, cinco minutos.
Los ecos morían a los lejos.
Se apagaron.
Luego, lentamente, cabizbaja, con los labios temblorosos, vagó por las habitaciones
adornadas de columnas, acariciando los objetos, y se sentó a esperar en el ya oscuro
cuarto del vino. Con un borde de su chal se puso a frotar un vaso de ámbar.
Y entonces, a lo lejos, se oyó un ruido de pasos en la grava. Se incorporó y aguardó,
inmóvil, en el centro de la habitación silenciosa. El vaso se le cayó de los dedos y se
hizo trizas contra el piso.
Los pasos titubearon ante la puerta.
¿Hablaría? ¿Gritaría; .¡Entre, entrel.?, se preguntó
Se adelantó. Alguien subía por la rampa. Una mano hizo girar el picaporte.
Sonrió a la puerta. La puerta se abrió. Ylla dejó de sonreír. Era su marido. La máscara
de plata tenía un brillo opaco.
El señor K entró y miró a su mujer sólo un instante. Sacó luego del arma dos fuelles
vacíos y los puso en un rincón. Mientras, en cuclillas, Ylla trataba inútilmente de recoger
los trozos del vaso.
-¿Qué estuviste haciendo?-preguntó.
-Nada -respondió él, de espaldas, quitándose la máscara.
-Pero... el arma. Oí dos disparos.
-Estaba cazando, eso es todo. De vez en cuando me gusta cazar. ¿Vino el doctor Nlle?
-No.
-Déjame pensar.-El señor K castañeteó fastidiado los dedos.-Claro, ahora recuerdo. No
iba a venir hoy, sino mañana. Qué tonto soy.
Se sentaron a la mesa. Ylla miraba la comida, con las manos inmóviles.
-¿Qué te pasa?-le preguntó su marido sin mirarla, mientras sumergía en la lava unos
trozos de carne.
-No sé. No tengo apetito.
-¿Por qué?
-No sé. No sé por qué.
El viento se levantó en las alturas. El sol se puso, y la habitación pareció de pronto más
fría y pequeña.
-Quisiera recordar-dijo Ylla rompiendo el silencio y mirando a lo lejos, más allá de la
figura de su marido, frío, erguido, de mirada amarilla.
-¿Qué quisieras recordar?-preguntó el señor K bebiendo un poco de vino.
-Aquella canción-respondió Ylla-, aquella dulce y hermosa canción. Cerró los ojos y
tarareó algo, pero no la canción.-La he olvidado y no se por qué. No quisiera olvidarla.
Quisiera recordarla siernpre.
Movió las manos, como si el ritmo pudiera ayudarle a recordar la canción. Luego se
recostó en su silla.
-No puedo acordarme-dijo, y se echó a llorar.
-¿Por qué lloras?-le preguntó su marido.
-No sé, no sé, no puedo contenerme. Estoy triste y no sé por qué. Lloro y no Sé por
qué.
Lloraba con el rostro entre las manos; los hombros sacudidos por los sollozos.
-Mañana te sentirás mejor-le dijo su marido.
Ylla no lo miró. Miró únicamente el desierto vacío y las brillantísimas estrellas que
aparecían ahora en el cielo negro, y a lo lejos se oyó el ruido creciente del viento y de
las aguas frías que se agitaban en los largos canales. Cerró los ojos, estremeciéndose.
-Sí-dijo-, mañana me sentiré mejor.
Quienquiera que fuese el que golpeaba la puerta,
no se cansaba de hacerlo.
La señora Ttt abrió la puerta de par en par.
-¿Y bien?
-¡Habla usted inglés!-El hombre, de pie en el
umbral, estaba asombrado.
-Hablo lo que hablo-dijo ella.
-¡Un inglés admirable!
El hombre vestía uniforme. Había otros tres con
él, excitados, muy sonrientes y muy sucios.
-¿Qué desean?-preguntó la señora Ttt.
-Usted es marciana.-El hombre sonrió.-Esta palabra no le es familiar, ciertamente. Es
una expresión terrestre.-Con un movimiento de cabeza señaló a sus compañeros.-
Venimos de la Tierra. Yo soy el capitán Williams. Hemos llegado a Marte no hace más
de una hora, y aquí estamos, ¡la Segunda Expedición! Hubo una Primera Expedición,
pero ignoramos qué les pasó. En fin, ¡henos aquí! Y el primer habitante de Marte que
encontramos ¡es usted!
-¿Marte? -preguntó la mujer arqueando las cejas.
-Quiero decir que usted vive en el cuarto planeta a partir del Sol. ¿No es verdad?
-Elemental-replicó ella secamente, examinándolos de arriba abajo.
-Y nosotros-dijo el capitán señalándose a sí mismo con un pulgar sonrosado-somos de
la Tierra. ¿No es así, muchachos?
-¡Así es, capitán!-exclamaron los otros a coro.
-Este es el planeta Tyrr-dijo la mujer-, si quieren llamarlo por su verdadero nombre.
-Tyrr, Tyrr. -El capitán rió a carcajadas.- ¡Qué nombre tan lindo! Pero, oiga buena mujer,
¿cómo habla usted un inglés tan perfecto?
-No estoy hablando, estoy pensando-dijo ella- ¡Telepatía! ¡Buenos días!-y dio un portazo.
Casi en seguida volvieron a llamar. Ese hombre espantoso, pensó la señora Ttt.
Abrió la puerta bruscamente.
-¿Y ahora qué?-preguntó.
El hombre estaba todavía en el umbral, desconcertado, tratando de sonreír. Extendió
las manos.
-Creo que usted no comprende...
-¿Qué?
El hombre la miró sorprendido:
-¡Venimos de la Tierral!
-No tengo tiempo -dijo la mujer-. Hay mucho que cocinar, y coser, y limpiar... Ustedes,
probablemente, querrán ver al señor Ttt. Está arriba, en su despacho.
-Sí-dijo el terrestre, parpadeando confuso-. Permítame ver al señor Ttt, por favor.
-Está ocupado.
La señora Ttt cerró nuevamente la puerta.
Esta vez los golpes fueron de una ruidosa impertinencia.
-¡Oiga!-gritó el hombre cuando la puerta volvió a abrirse-. ¡Este no es modo de tratar a
las visitas! -Y entró de un salto en la casa, como si quisiera sorprender a la mujer.
-¡Mis pisos limpios! -gritó ella-. ¡Barro! ¡Fuera! ¡Antes de entrar, límpiese las botas!
El hombre se miró apesadumbrado las botas embarradas.
-No es hora de preocuparse por tonterías -dijo luego-. Creo que ante todo debiéramos
celebrar el acontecimiento.-Y miró fijamente a la mujer, como si esa mirada pudiera
aclarar la situación.
-¡Si se me han quemado las tortas de cristal-gritó ella-, lo echaré de aquí a bastonazos!
La mujer atisbó unos instantes el interior de un horno encendido y regresó con la cara
roja y transpirada. Era delgada y ágil, como un insecto. Tenía ojos amarillos y
penetrantes, tez morena, y una voz metálica y aguda.
-Espere un momento. Trataré de que el señor Ttt los reciba. ¿Qué asunto los trae?
El hombre lanzó un terrible juramento, como si la mujer le hubiese martillado una mano.
-¡Digale que venimos de la Tierra! ¡Que nadie vino antes de allá!
-¿Que nadie vino de dónde? Bueno, no importa -dijo la mujer alzando una mano-. En
seguida vuelvo.
El ruido de sus pasos tembló ligeramente en la casa de piedra.
Afuera, brillaba el inmenso cielo azul de Marte, caluroso y tranquilo como las aguas
cálidas y profundas de un océano. El desierto marciano se tostaba como una prehistórica
vasija de barro. El calor crecía en temblorosas oleadas. Un cohete pequeño yacía en la
cima de una colina próxima y las huellas de unas pisadas unían la puerta del cohete
con la casa de piedra.
De pronto se oyeron unas voces que discutían en el piso superior de la casa. Los
hombres se miraron, se movieron inquietos, apoyándose ya en un pie, ya en otro, y con
los pulgares en el cinturón tamborilearon nerviosamente sobre el cuero.
Arriba gritaba un hombre. Una voz de mujer le replicaba en el mismo tono. Pasó un
cuarto de hora. Los hombres se pasearon de un lado a otro, sin saber qué hacer.
-¿Alguien tiene cigarrillos?-preguntó uno.
Otro sacó un paquete y todos encendieron un cigarrillo y exhalaron lentas cintas de
pálido humo blanco. Los hombres se tironearon los faldones de las chaquetas; se
arreglaron los cuellos.
El murmullo y el canto de las voces continuaban. El capitán consultó su reloj.
-Veinticinco minutos -dijo-. Me pregunto qué estarán tramando ahí arriba. -Se paró ante
una ventana y miró hacia afuera.
-Qué día sofocante-dijo un hombre.
-Sí-dijo otro.
Era el tiempo lento y caluroso de las primeras horas de la tarde. El murmullo de las
voces se apagó. En la silenciosa habitación sólo se oía la respiración de los hombres.
Pasó una hora.
-Espero que no hayamos provocado un incidente -dijo el capitán. Se volvió y espió el
interior del vestíbulo.
Allí estaba la señora Ttt, regando las plantas que crecían en el centro de la habitación.
-Ya me parecía que había olvidado algo-dijo la mujer avanzando hacia el capitán-. Lo
siento-añadió, y le entregó un trozo de papel-. El señor Ttt está muy ocupado. -Se volvió
hacia la cocina.-Por otra parte, no es el señor Ttt a quien usted desea ver, sino al señor
Aaa. Lleve este papel a la granja próxima, al lado del canal azul, y el señor Aaa les dirá
lo que ustedes quieren saber.
-No queremos saber nada-objetó el capitán frunciendo los gruesos labios-. Ya lo sabemos.
-Tienen el papel, ¿qué más quieren?-dijo la mujer con brusquedad, decidida a no añadir
una palabra.
-Bueno -dijo el capitán sin moverse, como esperando algo. Parecía un niño, con los
ojos clavados en un desnudo árbol de Navidad-. Bueno-repitió-. Vamos, muchachos.
Los cuatro hombres salieron al silencio y al calor de la tarde.
Una media hora después, sentado en su biblioteca, el señor Aaa bebía unos sorbos de
fuego eléctrico de una copa de metal, cuando oyó unas voces que venían por el camino
de piedra. Se inclinó sobre el alféizar de la ventana y vio a cuatro hombres uniformados
que lo miraban entornando los ojos.
-¿El señor Aaa?-le preguntaron.
-El mismo.
-¡Nos envía el señor Ttt!-gritó el capitán.
-¿Y por qué ha hecho eso?
-¡Estaba ocupado!
-¡Qué lástima! -dijo el señor Aaa, con tono sarcástico-. ¿Creerá que estoy aquí para
atender a las gentes que lo molestan?
-No es eso lo importante, señor-replicó el capitán.
-Para mí, sí. Tengo mucho que leer. El señor Ttt es un desconsiderado. No es la primera
vez que se comporta de este modo. No mueva usted las manos, señor. Espere a que
termine. Y preste atención. La gente suele escucharme cuando hablo. Y usted me
escuchará cortésmente o no diré una palabra.
Los cuatro hombres de la calle abrieron la boca, se movieron incómodos, y por un
momento las lágrimas asomaron a los ojos del capitán.
-¿Le parece a usted bien-sermoneó el señor Aaa- que el señor Ttt haga estas cosas?
Los cuatro hombres alzaron los ojos en el calor.
-¡Venimos de la Tierra!-dijo el capitán.
-A mí me parece que es un mal educado-continuó el señor Aaa.
-En un cohete. Venimos en un cohete.
-No es la primera vez que Ttt comete estas torpezas.
-Directamente desde la Tierra.
-Me gustaría llamarlo y decirle lo que pienso.
-Nosotros cuatro, yo y estos tres hombres, mi tripulación.
-¡Lo llamaré, sí, voy a llamarlo!
-Tierra. Cohete. Hombres. Viaje. Espacio.
-¡Lo llamaré y tendrá que oírme! -gritó el señor Aaa, y desapareció como un títere de un
escenario.
Durante unos instantes se oyeron unas voces coléricas que iban y venían por algún
extraño aparato. Abajo, el capitán y su tripulación miraban tristemente por encima del
hombro el hermoso cohete que yacía en la colina, tan atractivo y delicado y brillante.
El señor Aaa reapareció de pronto en la ventana, con un salvaje aire de triunfo.
-¡Lo he retado a duelo, por todos los dioses! ¡A duelo!
-Señor Aaa... -comenzó otra vez el capitán con voz suave.
-¡Lo voy a matar! ¿Me oye?
-Señor Aaa, quisiera decirle que hemos viajado noventa millones de kilómetros.
El señor Aaa miró al capitán por primera vez.
-¿De dónde dice que vienen?
El capitán emitió una blanca sonrisa.
-Al fin nos entendemos-les murmuró en un aparte a sus hombres, y le dijo al señor Aaa-
: Recorrimos noventa millones de kilómetros. ¡Desde la Tierra!
El señor Aaa bostezó.
-En esta época del año la distancia es sólo de setenta y cinco millones de kilómetros.
-Blandió un arma de aspecto terrible.- Bueno, tengo que irme. Lleven esa estúpida nota,
aunque no sé de qué les servirá, a la aldea de Iopr, sobre la colina y hablen con el señor
Iii. Ése es el hombre a quien quieren ver. No al señor Ttt. Ttt es un idiota, y voy a
matarlo. Ustedes, además, no son de mi especialidad.
-Especialidad, especialidad-baló el capitán-. ¿Pero es necesario ser un especialista
para dar la bienvenida a hombres de la Tierra?
-No sea tonto, todo el mundo lo sabe.
El señor Aaa desapareció. Apareció unos instantes después en la puerta y se alejó
velozmente calle abajo.
-¡Adiós! -gritó.
Los cuatro viajeros no se movieron, desconcertados. Finalmente dijo el capitán:
-Ya encontraremos quien nos escuche.
-Quizá debiéramos irnos y volver-sugirió un hombre con voz melancólica-. Quizá
debiéramos elevarnos y descender de nuevo. Darles tiempo de organizar una fiesta.
-Puede ser una buena idea-murmuró fatigado el capitán.
En la aldea la gente salía de las casas y entraba en ellas, saludándose, y llevaba
máscaras doradas, azules y rojas, máscaras de labios de plata y cejas de bronce,
máscaras serias o sonrientes, según el humor de sus dueños.
Los cuatro hombres, sudorosos luego de la larga caminata, se detuvieron y le preguntaron
a una niñita dónde estaba la casa del señor Iii.
-Ahí-dijo la niña con un movimiento de cabeza.
El capitán puso una rodilla en tierra, solemnemente, cuidadosamente, y miró el rostro
joven y dulce.
-Oye, niña, quiero decirte algo.
La sentó en su rodilla y tomó entre sus manazas las manos diminutas y morenas,
como si fuera a contarle un cuento de hadas preciso y minucioso.
-Bien, te voy a contar lo que pasa. Hace seis meses otro cohete vino a Marte. Traía a un
hombre llamado York y a su ayudante. No sabemos qué les pasó. Quizá se destrozaron
al descender. Vinieron en un cohete, como nosotros. Debes de haberlo visto. ¡Un granv
cohete! Por lo tanto nosotros somos la Segunda Expedición. Y venimos directamente
de la Tierra...
La niña soltó distraídamente una mano y se ajustó a la cara una inexpresiva máscara
dorada. Luego sacó de un bolsillo una araña de oro y la dejó caer. El capitán seguía
hablando. La araña subió dócilmente a la rodilla de la niña, que la miraba sin expresión
por las hendiduras de la máscara. El capitán zarandeó suavemente a la niña y habló
con una voz más firme:
-Somos de la Tierra, ¿me crees?
-Sí-respondió la niña mientras observaba cómo los dedos de los pies se le hundían en
la arena.
-Muy bien. -El capitán le pellizcó un brazo, un poco porque estaba contento y un poco
porque quería que ella lo mirase.-Nosotros mismos hemos construido este cohete. ¿Lo
crees, no es cierto?
La niña se metió un dedo en la nariz.
-Sí-dijo.
-Y... Sácate el dedo de la nariz, niñita... Yo soy el capitán y...
-Nadie hasta hoy cruzó el espacio en un cohete -recitó la criatura con los ojos cerrados.
-¡Maravilloso! ¿Cómo lo sabes?
-Oh, telepatía... -respondió la niña limpiándose distraídamente el dedo en una pierna.
-Y bien, ¿eso no te asombra? -gritó el capitán-. ¿No estás contenta?
-Será mejor que vayan a ver en seguida al señor Iii -dijo la niña, y dejó caer su juguete-
. Al señor lii le gustará mucho hablar con ustedes.
La niña se alejó. La araña echó a correr obedietemente detrás de ella.
El capitán, en cuclillas, se quedó mirándola, con las manos extendidas, la boca abierta
y los ojos húmedos.
Los otros tres hombres, de pie sobre sus sombras, escupieron en la calle de piedra.
El señor Iii abrió la puerta. Salía en ese momento para una conferencia, pero podía
concederles unos instantes si se decidían a entrar y le informaban brevemente del
objeto de la visita.
-Un minuto de atención-dijo el capitán, cansado, con los ojos enrojecidos-. Venimos de
la Tierra, en un cohete; somos cuatro: tripulación y capitán; estamos exhaustos,
hambrientos, y quisiéramos encontrar un sitio para dormir. Nos gustaría que nos dieran
Ray Bradbury: Crónicas Marcianas (Selección)
Universidad de Chile - Facultad de Ciencias Sociales - ® 2000Programa de Informática
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la llave de la ciudad, o algo parecido, y que alguien nos estrechara la mano y nos dijera:
.¡Bravo!. y .¡Enhorabuena, amigos!. Eso es todo.
El señor lii era alto, vaporoso, delgado, y llevaba unas gafas de gruesos cristales azules
sobre los ojos amarillos. Se inclinó sobre el escritorio y se puso a estudiar unos papeles.
De cuando en cuando alzaba la vista y observaba con atención a sus visitantes.
-No creo tener aquí los formularios -dijo revolviendo los cajones del escritorio-. ¿Dónde
los habré puesto? Deben de estar en alguna parte... ¡Ah, sí, aquí! -Le alcanzó al capitán
unos papeles.-Tendrá usted que firmar, por supuesto.
-¿Tenemos que pasar por tantas complicaciones? -preguntó el capitán.
El señor Iii le lanzó una mirada vidriosa.
-¿No dice que viene de la Tierra? Pues tiene que firmar.
El capitán escribió su nombre.
-¿Es necesario que firmen también los tripulantes?
El señor Iii miró al capitán, luego a los otros tres y estalló en una carcajada burlona.
-¡Que ellos firmen! ¡Ah, admirable! ¡Que ellos, oh, que ellos firmen!-Los ojos se le llenaron
de lágrimas. Se palmeó una rodilla y se dobló en dos sofocado por la risa. Se apoyó en
el escritorio.-¡Que ellos firmen!
Los cuatro hombres fruncieron el ceño.
-¿Es tan gracioso?
-¡Que ellos firmen!-suspiró el señor Iii, debilitado por su hilaridad-. Tiene gracia. Debo
contárselo al señor Xxx.
Examinó el formulario, riéndose aún a ratos.
-Parece que todo está bien. -Movió afirmativamente la cabeza.- Hasta su conformidad
para una posible eutanasia -cloqueó.
-¿Conformidad para qué?
-Cállese. .I.engo algo para usted. Aquí está. La llave.
El capitán se sonrojó.
-Es un gran honor...
-¡No es la llave de la ciudad, imbécil! -ladró el señor Iii-. Es la de la Casa. Vaya por aquel
pasillo, abra la puerta grande, entre y cierre bien. Puede pasar allí la noche. Por la
mañana le mandaré al señor Xxx.
El capitán titubeó, tomó la llave y se quedó mirando fijamente las tablas del piso. Sus
hombres tampoco se movieron. Parecían secos, vacíos, como si hubiesen perdido toda
la pasión y la fiebre del viaje.
-¿Qué le pasa? -preguntó el señor Iii-. ¿Qué espera? ¿Qué quiere? -Se adelantó y
estudió de cerca el rostro del capitán.-¡Váyase!
-Me figuro que no podría usted... -sugirió el capitán-, quiero decir... En fin... Hemos
trabajado mucho, hemos hecho un largo viaje y quizá pudiera usted estrecharnos la
mano y darnos la enhorabuena -añadió con voz apagada-. ¿No le parece?
El señor Iii le tendió rígidamente la mano y le sonrió con frialdad.
-¡Enhorabuena!-y apartándose dijo-: Ahora tengo que irme. Utilice esa llave.
Sin fijarse más en ellos, como si se hubieran filtrado a través del piso, el señor Iii anduvo
de un lado a otro por la habitación, llenando con papeles una cartera. Se entretuvo en la
oficina otros cinco minutos, pero sin dirigir una sola vez la palabra al solemne cuarteto
inmóvil, cabizbajo, de piernas de plomo, brazos colgantes y mirada apagada.
Al fin cruzó la puerta, absorto en la contemplación de sus uñas...
Avanzaron pesadamente por el pasillo, en la penumbra silenciosa de la tarde, hasta
llegar a una pulida puerta de plata. La abrieron con la llave, también de plata, entraron,
cerraron, y se volvieron.
Estaban en un vasto aposento soleado. Sentados o de pie, en grupos, varios hombres
y mujeres conversaban junto a las mesas. Al oír el ruido de la puerta miraron a los
cuatro hombres de uniforme.
Un marciano se adelantó y los saludó con una reverencia.
-Yo soy el señor Uuu.
-Y yo soy el capitán Jonathan Williams, de la ciudad de Nueva York, de la Tierra-dijo el
capitin sin mucho entusiasmo.
Inmediatamente hubo una explosión en la sala.
Los muros temblaron con los gritos y exclamaciones. Hombres y mujeres gritando de
alegría, derribando las mesas, tropezando unos con otros, corrieron hacia los terrestres
y, levantándolos en hombros, dieron seis vueltas completas a la sala, saltando,
gesticulando y cantando.
Los terrestres estaban tan sorprendidos que durante un minuto se dejaron llevar por
aquella marea de hombros antes de estallar en risas y gritos.
-¡Esto se parece más a lo que esperábamos!
-¡Esto es vida! ¡Bravo! ¡Bravo!
Se guiñaban alegremente los ojos, alzaban los brazos, golpeaban el aire
-¡Hip! ¡Hip! -gritaban.
-¡Hurra! -respondía la muchedumbre.
Al fin los pusieron sobre una mesa. Los gritos cesaron. El capitán estaba a punto de
llorar:
-Gracias. Gracias. Esto nos ha hecho mucho bien.
-Cuéntenos su historia-sugirió el señor Uuu.
El capitán carraspeó y habló, interrumpido por los ¡oh! y ¡ah! del auditorio. Presentó a
sus compañeros, y todos pronunciaron un discursito, azorados por el estruendo de los
aplausos.
El señor Uuu palmeó al capitán.
-Es agradable ver a otros de la Tierra. Yo también soy de allí.
-¿Qué ha dicho usted?
-Aquí somos muchos los terrestres.
El capitán lo miró fijamente.
-¿Usted? ¿Terrestre? ¿Es posible? ¿Vino en un cohete? ¿Desde cuándo se viaja por el
espacio?-Parecía decepcionado.-¿De qué... de qué país es usted?
-De Tuiereol. Vine hace años en el espíritu de mi cuerpo.
-Tuiereol.-El capitán articuló dificultosamente la palabra.-No conozco ese país. ¿Qué
es eso del espíritu del cuerpo?
-También la señorita Rrr es terrestre. ¿No es cierto, señorita Rrr?
La señorita Rrr asintió con una risa extraña.
-También el señor Www, el señor Qqq y el señor Vw.
-Yo soy de Júpiter-dijo uno pavoneándose.
-Yo de Saturno-dijo otro. Los ojos le brillaban maliciosamente.
-Júpiter, Saturno -murmuró el capitán, parpadeando.
Todos callaron; los marcianos, ojerosos, de pupilas amarillas y brillantes, volvieron a
agruparse alrededor de las mesas de banquete, extrañamente vacías. El capitán observó,
por primera vez, que la habitación no tenía ventanas. La luz parecía filtrarse por las
paredes. No había más que una puerta.
-Todo esto es confuso. ¿Dónde diablo está Tuiereol? ¿Cerca de América?-dijo el capitán.
-¿Que es América?
-¿No ha oído hablar del continente americano y dice que es terrestre?
El señor Uuu se irguió enojado.
-La Tierra está cubierta de mares, es sólo mar. No hay continentes. Yo soy de alli y lo
sé.
El capitán se echó hacia atrás en su silla.
-Un momento, un momento. Usted tiene cara de marciano, ojos amarillos, tez morena.
-La Tierra es sólo selvas -dijo orgullosamente la señorita Rrr-. Yo soy de Orri, en la
Tierra; una civilización donde todo es de plata.
El capitán miró sucesivamente al señor Uuu, al señor Www, al señor Zzz, al señor Nnn,
al señor Hhh y al señor Bbb, y vio que los ojos amarillos se fundían y apagaban a la luz,
y se contraían y dilataban. Se estremeció, se volvió hacia sus hombres y los miró
sombríamente.
-¡Comprenden qué es esto?
-¿Qué, señor?
-No es una celebración-contestó agotado el capitán-. No es un banquete. Estas gentes
no son representantes del gobierno. Esta no es una surprise party. Mírenles los ojos.
Escúchenlos.
Retuvieron el aliento. En la sala cerrada sólo había un suave movimiento de ojos blancos.
-Ahora entiendo -dijo el capitán con voz muy lejana-por qué todos nos daban papelitos
y nos pasaban de uno a otro, y por qué el señor Iii nos mostró un pasillo y nos dio una
llave para abrir una puerta y cerrar una puerta. Y aquí estamos...
-¿Dónde, capitán?
-En un manicomio.
Era de noche. En la vasta sala silenciosa, tenuemente alumbrada por unas luces ocultas
en los muros transparentes, los cuatro terrestres, sentados alrededor de una mesa de
madera conversaban en voz baja, con los rostros juntos y pálidos. Hombres y mujeres
yacían desordenadamente por el suelo. En los rincones oscuros había leves
estremecimientos: hombres o mujeres solitarios que movían las manos. Cada media
hora uno de los terrestres intentaba abrir la puerta de plata.
-No hay nada que hacer. Estamos encerrados.
-¿Creen realmente que somos locos, capitán?
-No hay duda. Por eso no se entusiasrnaron al vernos. Se limitaron a tolerar lo que entre
ellos debe de ser un estado frecuente de psicosis. -Señaló las formas oscuras que
yacían alrededor.-Paranoicos todos. ¡Qué bienvenida! -Una llamita se alzó y murió en
los ojos del capitán.-Por un momento creí que nos recibían como merecíamos. Gritos,
cantos y discursos. Todo estuvo muy bien, ¿no es cierto? Mientras duró.
-¿Cuánto tiempo nos van a tener aquí?
Hasta que demostremos que no somos psicópatas.
-Eso será fácil.
-Espero que sí.
Ray Bradbury: Crónicas Marcianas (Selección)-No lo estoy. Mire aquel rincón.
De la boca de un hombre en cuclillas brotó una llama azul. La llama se transformó en
una mujercita desnuda, y susurrando y suspirando se abrió como una flor en vapores de
color cobalto.
El capitán señaló otro rincón. Una mujer, de pie, se encerró en una columna de cristal;
luego fue una estatua dorada, después una vara de cedro pulido, y al fin otra vez una
mujer.
En la sala oscurecida todos exhalaban pequeñas llamas violáceas móviles y cambiantes,
pues la noche era tiempo de transformaciones y aflicción.
-Magos, brujos-susurró un terrestre.
-No, alucinados. Nos comunican su demencia y vemos así sus alucinaciones. Telepatía.
Autosugestión y telepatía.
-¿Y eso le preocupa, capitán?
-Sí. Si esas alucinaciones pueden ser tan reales, tan contagiosas, tanto para nosotros
como para cualquier otra persona, no es raro que nos hayan tomado por psicópatas. Si
aquel hombre es capaz de crear mujercitas de fuego azul, y aquella mujer puede
transformarse en una columna, es muy natural que los marcianos normales piensen
que también nosotros hemos creado nuestro cohete.
-Oh-exclamaron sus hombres en la oscuridad.
Las llamas azules brotaban alrededor de los terrestres, brillaban un momento, y se
desvanecían. Unos diablillos de arena roja corrían entre los dientes de los hombres
dormidos. Las mujeres se transformaban en serpientes aceitosas. Había un olor de
reptiles y bestias.
Por la mañana todos estaban de pie, frescos, contentos, y normales. No había llamas
ni demonios. El capitán y sus hombres se habían acercado a la puerta de plata, con la
esperanza de que se abriera.
El señor Xxx llegó unas cuatro horas después. Los terrestres sospecharon que había
estado esperando del otro lado de la puerta, espiándolos por lo menos durante tres
horas. Con un gesto les pidió que lo acompañaran a una oficina pequeña.
Era un hombre jovial, sonriente, si se lo juzgaba por su máscara. En ella estaban
pintadas no una sonrisa, sino tres.
Detrás de la máscara, su voz era la de un psiquiatra no tan sonriente.
-Y bien, ¿qué pasa?
-Usted cree que estamos locos, y no lo estamos-dijo el capitan.
-Yo no creo que todos estén locos-replicó el psiquiatra señalando con una varita al
capitán-. El único loco es usted. Los otros son alucinaciones secundarias.
El capitán se palmeó una rodilla.
-¡Ah, es eso! ¡Ahora comprendo por qué se rió el señor Iii cuando sugerí que mis hombres
firmaran los papeles!
El psiquiatra rió a través de su sonrisa tallada.
-Sí, ya me lo contó el señor Iii. Fue una broma excelente. ¿Qué estaba diciendo? Ah,
sí. Alucinaciones secundarias. A veces vienen a verme mujeres con culebras en las
orejas. Cuando las curo, las culebras se disipan.
-Nosotros nos alegraremos de que nos cure. Siga.
El señor Xxx pareció sorprenderse
-Es raro. No son muchos los que quieren curarse. Le advierto a usted que el tratamiento
es muy severo.
-¡Siga curándonos! Pronto sabrá que estamos cuerdos.
-Permítame que examine sus papeles. Quiero saber si están en orden antes de iniciar
el tratamiento.-Y el señor Xxx examinó el contenido de una carpeta.- Sí. Los casos
como el suyo necesitan un tratamiento especial. Las personas de aquella sala son
casos muy simples. Pero cuando se llega como usted, debo advertírselo, a alucinaciones
primarias, secundarias, auditivas, olfativas y labiales, y a fantasías táctiles y ópticas, el
asunto es grave. Es necesario recurrir a la eutanasia.
El capitán se puso en pie de un salto y rugió:
-Mire, ¡ya hemos aguantado bastante! ¡Sométanos a sus pruebas, verifique los reflejos,
auscúltenos, exorcísenos, pregúntenos!
-Hable libremente.
El capitán habló, furioso, durante una hora. El psiquiatra escuchó.
-Increíble. Nunca oí fantasía onírica más detallada.
-¡No diga estupideces! ¡Le enseñaremos nuestro cohete!-gritó el capitán.
-Me gustaría verlo. ¿Puede usted manifestarlo en esa habitación?
-Por supuesto. Está en ese fichero, en la letra C.
El señor Xxx examinó atentamente el fichero, emitió un sonido de desaprobación, y lo
cerró solemnemente.
-¿Por qué me ha engañado usted? El cohete no está aquí.
-Claro que no, idiota. Ha sido una broma. ¿Bromea un loco?
-Tiene usted unas bromas muy raras. Bueno, salgamos. Quiero ver su cohete.
Era mediodía. Cuando llegaron al cohete hacía mucho calor.
-Ajá.
El psiquiatra se acercó a la nave y la golpeó. El metal resonó suavemente.
-¿Puedo entrar?-preguntó con picardía.
-Entre.
El señor Xxx desapareció en el interior del cohete.
-Esto es exasperante -dijo el capitán, mordisqueando un cigarro-. Volvería gustoso a la
Tierra y les aconsejaría no ocuparse más de Marte. ¡Qué gentes más desconfiadas!
-Me parece que aquí hay muchos locos, capitán. Por eso dudan tanto quizá.
-Sí, pero es muy irritante.
El psiquiatra salió de la nave después de hurgar, golpear, escuchar, oler y gustar durante
media hora.
-Y bien, ¿está usted convencido?-gritó el capitán como si el señor Xxx fuera sordo.
El psiquiatra cerró los ojos y se rascó la nariz.
-Nunca conoci ejemplo más increíble de alucinación sensorial y sugestión hipnótica.
He examinado el .cohete., como lo llama usted. -Golpeó la coraza.-Lo oigo. Fantasía
auditiva.-Inspiró.-Lo huelo. Alucinación olfativa inducida por telepatía sensorial.-Acercó
sus labios al cohete.-Lo gusto. Fantasía labial.
El psiquiatra estrechó la mano del capitán:
-¿Me permite que lo felicite? ¡Es usted un genio psicópata! Ha hecho usted un trabajo
completo. La tarea de proyectar una imaginaria vida psicópata en la mente de otra
persona por medio de la telepatía, y evitar que las alucinaciones se vayan debilitando
sensorialmente, es casi imposible. Las gentes de mi pabellón se concentran habitualmente
en fantasias visuales, o cuando más en fantasías visuales y auditivas combinadas.
¡Usted ha logrado una síntesis total! ¡Su demencia es hermosísimamente completa!
El capitán palideció:
-¿Mi demencia?
-Sí. Qué demencia más hermosa. Metal, caucho, gravitadores, comida, ropa, combustible,
armas, escaleras, tuercas, cucharas. He comprobado que en su nave hay diez
mil artículos distintos. Nunca había visto tal complejidad. Hay hasta sombras debajo de
las literas y debajo de todo. ¡Qué poder de concentración! Y todo, no importan cuándo
o cómo se pruebe, tiene olor, solidez, gusto, sonido. Permítame que lo abrace.-El
psiquiatra abrazó al capitán.- Consignaré todo esto en lo que será mi mejor monografia.
El mes que viene hablaré en la Academia Marciana. Mírese. Ha cambiado usted hasta
el color de sus ojos, del amarillo al azul, y la tez de morena a sonrosada. ¡Y su ropa, y
sus manos de cinco dedos en vez de seis! ¡Metamorfosis biológica a través del
desequilibrio psicológico! Y sus tres amigos...
El señor Xxx sacó un arma pequeña:
-Es usted incurable, por supuesto. ¡Pobre hombre admirable! Muerto será más feliz.
¿Quiere usted confiarme su última voluntad?
-¡Quietos por Dios! ¡No haga fuegol!
-Pobre criatura. Lo sacaré de esa miseria que lo llevó a imaginar este cohete y estos
tres hombres. Será interesantísimo ver cómo sus amigos y su cohete se disipan en
cuanto yo lo mate. Con lo que observe hoy escribiré un excelente informe sobre la
disolución de las imágenes neuróticas.
-¡Soy de la Tierra! Me llamo Jonathan Williams y estos...
-Sí, ya lo sé-dijo suavemente el señor Xxx, y disparó su arma.
El capitán cayó con una bala en el corazón. Los otros tres se pusieron a gritar.
El señor Xxx los miró sorprendido.
-¿Siguen ustedes existiendo? ¡Soberbio! Alucinaciones que persisten en el tiempo y en
el espacio.-Apuntó hacia ellos.-Bien, los disolveré con el miedo.
-¡No! -grilaron los tres llombres.
-Petición auditiva, aun muerto el paciente-observó el señor Xxx mientras los hacía caer
con sus disparos.
Quedaron tendidos en la arena, intactos, inmóvilest El senor Xxx los tocó con la punta
del pie y luego golpeó la cora7a clel cohete.
-¡Persiste! ¡Persisten!-exclamó y disparó de nuevo su arma, varias veces, contra los
cadáveres. Dio un paso atrás. La máscara sonriente se le cayó de la cara.
-Alucinaciones-murmuró aturdidamente-. Gusto. Vista. Olor. Tacto. Sonido.
El rostro del menudo psiquiatra cambió lentamente. Se le aflojaron las mandíbulas.
Soltó el arma. Miró alrededor con ojos apagados y ausentes. Extendió las manos como
un ciego, y palpó los cadáveres, sintiendo que la saliva le llenaba la boca.
Movió, débilmente las manos, desorbitado, babeando.
-¡Váyanse!-les gritó a los cadáveres-. ¡Váyase!-le gritó al cohete.
Se examinó las manos temblorosas.
-Contaminado-susurró-. Víctima de una transferencia. Telepatía. Hipnosis. Ahora soy
yo el loco. Contaminado. Alucinaciones en todas sus formas.-Se detuvo y con manos
entumecidas buscó a su alrededor el arma.-Hay sólo una cura, sólo una manera de que
se vayan, de que desaparezcan.
Se oyó un disparo.
Los cuatro cadáveres yacían al sol; el señor Xxx cayó junto a ellos
El cohete, reclinado en la colina soleada, no desapareció
Cuando en el ocaso del día la gente del pueblo encontró el cohete, se preguntó qué
sería aquello. Nadie lo sabía; por lo tanto fue vendido a un chatarrero, que se lo llevó
para desmontarlo y venderlo como hierro viejo.
Aquella noche llovió continuamente. El día siguiente fue bueno y caluroso.

domingo, 22 de marzo de 2009

Más allá del sepulcro

Más allá del sepulcro



CAPITULO PRIMERO

LA MUERTE FISICA


1- ¿Qué es la muerte física?

R.- La cesación de todas las funciones orgánicas, la defunción.


2- ¿Qué hay después de la muerte?

R. La muerte es profundamente significativa. Descubriendo lo que ésta es en sí misma conoceremos el secreto de la vida. Aquello que continúa más allá del sepulcro sólo puede ser conocido por gentes de conciencia despierta. Usted está dormido y por ende desconoce aquello que está más allá de la muerte. Teorías hay muchas, cada cual puede formarse su opinión, pero lo importante es experimentar en forma directa eso que pertenece a los misterios de ultratumba. Puedo asegurarles que dentro del ultra de esta gran naturaleza viven las almas de los difuntos.

3- ¿Por qué existe el temor hacia la muerte?

R.- El temor hacia la muerte se debe a la ignorancia, uno siempre teme lo que desconoce. Cuando la conciencia despierta la ignorancia desaparece y entonces el temor a lo desconocido deja de existir.

4- ¿El cuerpo físico sabemos que se desintegra en la sepultura después de la muerte, que pasa o a donde va el alma?

R.- El alma de los difuntos continúa en las dimensiones superiores de la naturaleza. Esto significa de hecho que los desencarnados pueden ver el sol, la luna, las estrellas, los ríos, los valles, las montañas, lo mismo que nosotros, pero en forma más espléndida.

5- ¿Es verdad que después de llevar una vida de maldad y libertinaje, si nos arrepentimos en el momento de la muerte, puede salvarse el alma?

R.- Para el indigno todas las puertas están cerradas, menos una, la del arrepentimiento. Es claro que si nos arrepentimos aunque sea en el último instante podremos ser ayudados a fin de enmendar nuestros errores.

6- ¿Por qué después de muertos venimos como fantasmas a este mundo?

R.- Es bueno saber que dentro de este planeta existe un universo paralelo, regiones de una cuarta dimensión donde viven los difuntos; tal mundo aparentemente invisible interfiere con el nuestro sin confundirse.

7- ¿A dónde va el alma de un ser humano que se quita la vida por sí mis mo?

R.- Los suicidas sufren mucho después de la desencarnación; viven aquí y ahora en la región de los muertos y tendrán que volver a una nueva matriz y renacer en este valle de lágrimas y morir contra su voluntad al llegar nuevamente a la edad en que se suicidaron, tal vez en instantes en que están más ilusionados de la vida.

8- ¿Es lo mismo espíritu y alma?

R.- Un espíritu se ES, un alma SE TIENE. Son pues diferentes.

9- ¿Los animales y las plantas tienen alma?

R.- Sí tienen. Las almas vegetales son conocidas en todas las leyendas universales con los nombres de Hadas, etc. Las almas animales son criaturas inocentes. Recordemos la palabra ANIMAL, si le quitamos la última letra “L”, quedaría escrito así: ANIMA.

10- ¿Existe un juicio superior después de la muerte y quién lo hace?

R.- Después de la muerte tenemos que revisar la vida que acaba de pasar, la revivimos en forma retrospectiva, con la inteligencia y el corazón. Concluída tal retrospección, entonces debemos presentarnos ante los Tribunales de Dios, los Angeles de la Ley llamados entre los orientales: SEÑORES DEL KARMA; ellos nos juzgarán conforme a nuestros actos y de tal juicio, puede resultar el que regresemos nuevamente a una nueva matriz para renacer em este mundo inmediatamente, o el que pasemos una época de vacaciones en los mundos de la luz y de la felicidad o por último el que tengamos que vernos obligados a entrar en el interior de la tierra donde están los mundos infiernos con todas sus penas y sinsabores.

11- ¿Cuándo un niño muere al nacer, dónde va su alma?

R.- Escrito está que las almas de los niños entran en el Limbo, la región de los muertos, más luego volverán a entrar a una nueva matriz y renacerán en este mundo.

12- ¿A qué se debe el que muere al nacer?

R.- Se debe a la ley del destino; padres que necesitaban pasar por esa dura lección, que en vidas anteriores fueron crueles con sus hijos y con este sufrimiento mejoran, aprenden a amar.

13- ¿Sirven de ayuda al alma las misas que se le hacen después de muerto?

R.- Cualquier ritual ayuda a las almas de los difuntos, es claro que las plegarias de los dolientes llevan consuelo a las almas de los fallecidos.







CAPITULO SEGUNDO


MAS ALLA DEL SEPULCRO



1- ¿Por qué en el instante de morir unos lloran, otros cantan y otros sonrien?

R- Esta presunta se divide en tres etapas: Primero: escrito está que uno hace llorando y muere llorando. Segundo: hay casos en que el moribundo canta recordando momentos dichosos del pasado y Tercero: suelen sonreir, (aunque esto no es muy común) posiblemente recordando escenas simpáticas de su existencia.


2-¿Quién ordena al alma que salga del cuerpo para que pueda ser sepultado?

R- En instantes en que el moribundo exhala su último aliento, concurre al lecho mortuorio un Angel de la Muerte; de ellos hay legiones. El Angel funeral corta el cordón plateado o hilo de la vida que conecta al ama con el cuerpo físico. El moribundo suele ver a tal ángel en forma espectral y la guadaña con que se le representa es ciertamente real; dicho instrumento de trabajo, sirve exactamente para que tal Deidad pueda cortar el hilo de la existencia.

3- ¿Qué comen y con qué pagan los difuntos?

R- Aquí en México tenemos nosotros el día de los difuntos, el 2 de Noviembre de cada año. En tal día las gentes visitan el panteón, ponen velas encendidas en los sepulcros y en platos, ollas, vasos, etc., aquellos alimentos y bebidas que más gustaban al desencarnado cuando vivía. Es costumbre de muchas gentes comerse después esas sobras y cualquiera que tenga algo de sensibilidad psíquica, podrá notar que le falta a esos manjares el “principio vital”. Las gentes sencillas piensan, y con justo acierto, que el ser querido desencarnado se alimenta con esas viandas.

No hay duda de que realmente los fallecidos comen, no la parte física de los alimentos, sino sus alimentos dijéramos etéricos, sutil, desconocido para la vista física, pero perceptible a la clarividencia; no debemos olvidar que en todo alimento físico existen alimentos etéricos, fácilmente asimilables por los difuntos.

Los desencarnados pueden visitar un restaurante del mundo físico, saludarán a los vivos y el subconsciente de ellos les contestará, pedirá comida y es obvio que el Ego interno de los dueño del restaurante traerá a la mesa formas mentales semejantes a los platos y alimentos que en el establecimiento se consumen; el desencarnado sentado en el comedor, comerá de esos “platillos sutiles”, hechos con esencia del mundo mental y pagará con “moneda mental”, saliendo luego del restaurante. En tales condiciones es obvio que los muertos siguen creyendo que están vivos y esto lo puede evidenciar cualquier persona que haya desarrollado la clarividencia y las otras facultades del alma.

4- ¿En dónde habitan los difuntos?

R- Los difuntos viven los primeros días en la casa en donde fallecieron o en la clínica u hospital donde murieron y después, como quiera que tienen que revivir la vida que acaban de pasar, es claro que vivirán en aquellos lugares donde antes habitaron.

5- ¿Cómo visten los difuntos?

R- Como acostumbraban a vestir en vida; por lo común se visten con la misma ropa con las que fueron sepultados.

6- ¿Qué diversiones tienen los difuntos?

R- Es claro que el borracho seguirá yendo a las cantinas, el cineasta a los cines, el jugador a las casas de juego, la mujer ramera a donde vivían y el libertino a donde ellas.

7- ¿Qué sol alumbra a los difuntos?

R- El sol que alumbra a los vivos es el mismo que ilumina a los muertos, sólo que estos ven los colores más allá del espectro solar. Ellos ven colores que no perciben la retina física de la gente mortal.

8- ¿Los difuntos se bañan y con qué agua?

R- Es obvio que ellos se bañan con las mismas aguas que se bañan los vivos, sólo que ellos utilizan el agua de la cuarta dimensión.

9- ¿Por qué hay personas que mueren más rápido que otras?

R- Porque hay gentes que se pegan demasiado al mundo y es claro que no quieren irse de él y demoran agonizando horas y horas.

10- ¿Qué esperanza tienen los difuntos?

R- Eso de las esperanzas es muy variado; depende de la calidad del muerto. La mayor esperanza de un avaro, aún después de muerto, es conseguir más riquezas, pues tiene la conciencia dormida; la mayor esperanza de un hombre enamorado será pues, conseguir mujeres que le adoren, que lo quieran, que lo idolatren; la mayor esperanza de un hombre profundamente religioso, será entrar a las regiones inefables de la Luz, etc., etc., etc.

11- ¿Qué busca el alma después que abandona el cuerpo?

R- El alma busca lo que quiere; la madre busca a su hijo y a veces se hará visible; el esposo busca a su esposa, si es que la adoraba, y el que deja tesoros enterrados, buscará estos en el lugar a donde dejó sus riquezas, etc.

12- ¿Los difuntos tienen autoridades como en el mundo físico?

R- Autoridades existen en todos los rincones del Universo, tanto en los vivos como en los muertos, por ejemplo, las autoridades de las almas perdidas que viven en el Abismo serán los mismos demonios; las autoridades de los Inefables, serán los que están por encima de ellos en la escala de la jerarquía, pero como las gentes tienen la conciencia dormida, es obvio que siguen respetando las autoridades que existen en el mundo físico.

13- ¿Cómo ven los muertos al mundo de los vivos?

R- Ellos ven las mismas calles, las mismas ciudades y a las gentes igual que si estuvieran vivos.

14- ¿Por qué el difunto no se da cuenta de que está muerto?

R- El difunto sigue creyendo que está vivo porque tiene la conciencia dormida y cuesta mucho trabajo hacerles creer que ya no pertenecen al mundo de los vivos. Como ven todas las cosas absolutamente iguales que como las veían en vida, es claro que no sospechan que han muerto.

15- ¿A qué se dedican los difuntos?

R- Las gentes cuando han muerto siguen ocupadas en las mismas tareas de cuando vivían, ya que no sospechan que han perecido.

16- ¿Un difunto puede trasladarse a donde quiera , cómo lo hacía en vida?

R- Los difuntos tienen plena libertad para moverse en todos los ámbitos del espacio y para visitar todos los lugares.

17- ¿con qué luz se alumbran los difuntos?

R- Ellos se alumbran con la luz astral; tal luz es un fuego desprendido del NIMBO del sol y fijado en la tierra por la fuerza de la gravedad y el peso de la atmósfera.

18- ¿Se siente algún dolor al morir?

R- La muerte es dolorosa para los jóvenes y deliciosa para los viejos. Esto es semejante a un fruto, cuando ya está maduro cae por su propio peso, pero cuando está verde no cae y podría decirse que sufre por el desprendimiento.

19- ¿Después de muerto uno puede reconocer su cuerpo en el ataud?

R- Pueden verlo, pero no lo reconocen porque como tienen la conciencia dormida nunca creen que ése es su propio cuerpo, y piensan que se trata del cuerpo de otra persona?

20- ¿Si la persona se diera cuenta de que murió, podría volver a meterse al cuerpo antes de que lo sepulten?

R- Después de haberse cortado el hilo de la vida, ya no es posible meterse en su cuerpo; en este caso, cuando la persona estuviera consciente de que realmente ya murió o bien se asustaría terriblemente o se alegraría, todo depende de las condiciones morales del difunto.

21- ¿Qué consuelo recibe el alma cuando muere el cuerpo?

R- El consuelo de los desencarnados es la oración de los dolientes, hay que orar por los muertos.

22- ¿Para morirse tiene uno su hora, día y minuto fijado?

R- Toda persona que viene a este mundo recibe un capital de valores vitales; cuando dicho capital se acaba sobreviene la muerte. Es bueno aclarar que podemos ahorrar tales valores y alargar la vida. Aquellos que no saben ahorrar los valores vitales desencarnan más pronto.

23- ¿Un difunto puede llevarse a un vivo al mundo de los muertos?

R- Nosotros los Gnósticos aprendemos a salir del cuerpo físico a voluntad, entonces podemos visitar el mundo de los muertos; los difuntos también pueden llevarse en algunas ocasiones las almas de sus amigos; esto sucede especialmente durante el sueño, pero tienen que regresar al mundo físico al despertar del sueño normal; eso significa que la visita al mundo de los muertos se hace durante el sueño del cuerpo.

24- ¿En el mundo de los difuntos hay aviones, carros y trenes como en el mundo físico?

R- Todos los inventos que existen en el mundo físico vienen precisamente de la región de los muertos; tales artefactos en el fondo son formas mentales que los desencarnados pueden ver, oir, tocar y palpar.




CAPITULO TERCERO



LA LEY DEL RETORNO



1- ¿Qué se entiende por retorno?

R- La gente común y corriente entiende por retorno el regreso a una nueva matriz; esto significa que nosotros podemos reincorporarnos en un nuevo organismo humano. No está demás decir que al regresar volvemos a nacer y a existir en la misma forma y del mismo modo vivido por nosotros en nuestra presente existencia.

2- ¿Por qué no recordamos nada de nuestras vidas pasadas?

R- La gente no recuerda sus vidas anteriores porque tiene la conciencia dormida; si la tuvieran despierta es claro que recordarían sus vidas pasadas.

3- ¿Quiénes son los que retornan?

R- Mientras uno tenga posibilidad de salvación, puede regresar a una nueva matriz y revestirse con un nuevo cuerpo físico; empero cuando el caso está perdido, cuando nos hemos vuelto definitivamente malvados, cuando ya ningún castigo viene a resultarnos útil, entonces es claro que ya no volvemos, no se nos da nuevo cuerpo y entramos en los mundos infiernos donde solamente se oye el llanto y el crujir de dientes.

4- ¿Cómo podemos comprobar que regresamos a este mundo nuevamente?

R- El retorno a este mundo después de la muerte para unos es una teoría más, para otros un dogma, una carcajada, una superstición o una creencia; pero para aquellos que recordamos nuestras vidas pasadas, el retorno es un hecho; esto significa que sólo recordando nuestras existencias anteriores, podremos evidenciar la cruda realidad de la reincorporación o regreso a este valle de lágrimas; empero, repetimos, sólo es posible recordar nuestras vidas pasadas despertando conciencia.

5- ¿A qué venimos a este mundo nuevamente?

R- Nosotros regresamos a este mundo con el propósito de volvernos perfectos, pues desgracidamente somos pecadores y necesitamos acabar con nuestros errores.

6- ¿Qué es lo que regresa a este mundo de los seres humanos?

R- Lo que retorna a este mundo es el alma del fallecido.

7- ¿Los animales y las plantas también tienen su regreso a este mundo?

R- Las almas de las plantas, de los animales y de las piedras son los elementales de la naturaleza; ellos también regresan a este mundo en forma continua, por ejemplo, si una planta se seca y muere, el elemental de dicho vegetal renace en otra planta; si un animal muere, el elemental de esa criatura regresa en un nuevo organismo animal, etc., etc., etc.

8- ¿Existe la predestinación?

R- Cada alma es el artífice de su propio destino; si uno hace bien, pues recibe buena suerte y si hace malas obras, renace en este mundo para sufrir y pagar todo lo que debe; ahora se explicará el por qué unos nacen en colchón de plumas y otros en la desgracia.

9- ¿Quisiera recordar mis vidas pasadas, pero como tengo la conciencia dormida ¿En qué forma puedo despertarla?

R- Siguiendo la senda de la santidad; es el camino para despertar conciencia. Acabe con sus errores, arrepiéntase de sus malas acciones, vuélvase puro en pensamiento, palabra y obra; yo le garantizo a usted que cuando haya alcanzado la santidad verdaderasu conciencia habrá despertado.

10- ¿Por qué muchos no creemos que hemos tenido otras vidas anteriores?

R- Algunas gentes no creen esto sencillamente porque no recuerdan sus vidas pasadas y realmente no las recuerdan debido a que tienen la conciencia totalmente dormida.

11- ¿Usted señor recuerda sus vidas pasadas? ¿A usted le consta que existe el retorno?

R- Es claro que si no recordara mis vidas anteriores tampoco me atrevería a defender con tanta pasión la doctrina del retorno; afortunadamente recuerdo con entera exactitud todas las vidas que he tenido en el planeta tierra.

12- ¿Cuántas veces puede uno retornar?

R- Escrito está con letras de oro en el Libro de la Vida que uno regresa a este mundo 108 veces.

13- ¿Por qué unos seres humanos retornamos en hombres y otros en mujeres?

R- Todo depende de los acontecimientos de la vida; a veces tenemos que regresar en cuerpo femenino y otras en masculino; esto de acuerdo con los actos de nuestras vidas anteriores.
14- ¿Por qué se dice que si tratamos mal a los animales puede uno retornar en caballo, perro o gato; etc.?

R- Las almas perdidas ingresan a los mundos infiernos; allí, como dicen las sagradas escrituras, pasan por la muerte segunda; es después de tal muerte que las almas condenadas quedan libre de toda mancha; entonces pueden volver a este mundo, evolucionan como elementales minerales ascendiendo después al estado vegetal, luego se reincorporan en organismos animales y más tarde, reconquistarán el estado humano que otrora perdieron; al llegar a esas alturas se les asigna nuevamente 108 vidas, con el propósito de que se vuelvan perfectos; mas si fracasan otra vez, se vuelve a repetir el mismo proceso.

15- ¿A qué se debe que al estar en ciertos lugares tenga uno la sensación de que ya lo conoce tan bien que puede dar santo y seña del mismo?

R- Ese fenómeno se debe a que en vidas anteriores estuvimos en dicho lugar.

16- ¿Cuántas oportunidades hay de retornar en ser humano? ¿Cuántas en animal? ¿Cuántas en vegetal? ¿Y cuántas en mineral?

R-El retorno en los seres humanos ya está debidamente calculado en 108 veces; pero el retorno en organismos vegetales o animales o simplemente como elementales minerales, no tiene un número exacto.

17- ¿Es posible pasar del reino vegetal al humano, o del animal al mineral?

R- Del reino vegetal se pasa al humano, pero a través del animal; esto significa que no podemos saltarnos porque “la naturaleza no hace saltos”. Si el elemental animal se degenera, entonces involuciona, retrocede, hasta el estado mineral pasando antes naturalmente por el estado vegetal.

18- ¿En qué dimensión se encuentran los llamados elementales del vegetal y mineral?

R- Las criaturas elementales viven en la cuarta dimensión de la naturaleza.

19- ¿Somos los mismos seres humanos desde los antiguos tiempos los que retornamos o algunos desaparecen definitivamente?

R- La humanidad actual es muy vieja; está retornando a este mundo desde hace millones de años.

20- ¿Cuánto tiempo se tarda un ser humano después de morir para que le den nuevamente cuerpo?

R- Eso depende del destino de cada cual; unos renacen inmediatamente y otros demoran mucho tiempo para regresar.

21- ¿Un estudiante que haya empezado a despertar conciencia, al morir se puede dar cuenta del proceso de retorno?

R- Quien despierta conciencia no necesita aguardar el momento de la muerte para recordar las vidas pasadas; puede recordarlas en vida, aquí y ahora.

22- ¿Considera la Gnosis justo el hecho de que millones de seres humanos vivan en la más completa ignorancia sobre la evolución, el retorno, la realización y el despertar de la conciencia?

R- Nosostros los Gnósticos consideramos injusto el que no hay predicadores suficientes, o mejor dijéramos, misioneros en mucha cantidad, como para llevar las enseñanzas a todas partes; mas no tenemos la culpa de todo esto; lo que sucede es que a la humanidad lo único que le interesa es divertirse, conseguir dinero, entregarse a los placeres; si la gente fuera más comprensiva se preocuparía por estas enseñanzas y las divulgaría.

23- ¿Qué es la muerte segunda y que tiene que ver con el retorno?

R- La muerte segunda marca el fin de nuestras pasiones animales en los mundos infiernos; esto significa que al fin los condenados, los perdidos, llegan a la pureza original y cuando esto sucede salen de los abismos infernales, los cuales existen dentro del interior de la tierra. Entonces, como ya dijimos, tales almas vuelven a evolucionar desde la piedra hasta el hombre.

24- ¿Hasta cuando será posible que la humanidad pueda entender el por qué de los retornos?

R- La humanidad sólo podrá entender el porqué del retorno cuando logre el despertar de la conciencia.

25- ¿Por qué las gentes nacen y mueren y vuelven a repetir el mismo disco?

R- Ciertamente las gentes repiten, como dice usted, el mismo disco, quiero referirme a la Ley de Recurrencia. En cada vida volvemos a repetir todo lo que hicimos en la anterior, mas sufrimos las consecuencias de lo bueno y de lo malo que en la pasada vida hicimos; esto es un círculo vicioso, repetición de dramas, escenas, amores, reencuentro con las mismas personas, etc., etc., etc.

26- ¿Cómo haremos para salir de tanta repeticiones?

R- Sólo santificándonos podemos libertarnos de la Ley de Recurrencia.

27- ¿Quién nos manda a tomar de nuevo cuerpo físico?

R- A este mundo nos mandan los Angeles del Destino; ellos tienen anotados en sus libros nuestras buenas y malas acciones.

28- Si después de muerto el cuerpo, el alma va al cielo, como dicen muchas religiones, ¿Por qué mejor no se queda allá?

R- El cielo es un premio y una recompensa por nuestras buenas acciones, mas cuando se acaba la recompensa entonces es claro que tenemos que volver a este mundo.

29- ¿Será cierto que hay infierno?

R- El infierno con llamas, el hoyo aquel con carbones encendidos y diablos con tenedores, es un símbolo que corresponde a una tremenda realidad; existen los mundos infiernos, mundos inferiores, regiones de amarguras dentro del interior del planeta tierra; en esos abismos viven las almas perdidas.

30- ¿Si algunas almas van al infierno, cómo podemos hacer para librarnos de esas llamas?

R- Enseñar la Doctrina a tales almas es nuestro deber y sería injusto, como ya dije en una pregunta anterior, no predicar la enseñanza en todas las regiones del mundo.

31- ¿Es cierto que las almas caen en un pozo lleno de llamas, y no se queman?

R- Dentro del interior de la tierra existe el fuego y el agua; las almas fracasadas se identifican con estos elementos de la naturaleza y sufren; mas el fuego no puede quemarlas, ni el agua ahogarlas porque las almas son incorpóreas, sutiles. Mirado desde otro ángulo, este asunto de las llamas, quiero decirle a usted que tales flamas o candelas simbolizan nuestras pasiones animales.

32- ¿Quién vió esas llamas y se dió cuenta que ahí estaban las almas?

R- Cualquier persona inteligente sabe que dentro del interior de la tierra existe el fuego líquido. Los volcanes así lo indican; no se necesita ser sabio para ver las llamas; cualquiera puede verlas en los cráteres mezclados con lavas y gases inflamables.

33- ¿Qué es la región purgatorial?

R- Las Religiones hablan sobre el Purgatorio y la Región Purgatorial; en realidad existen zonas moleculares inferiores y sumergidas situadas más allá de la cuarta dimensión. En tales zonas muchas almas que aspiran a la LUZ se purifican eliminando sus pecados.

34- ¿Será cierto que creyendo en Dios se puede uno escapar del infierno?

R- Muchas personas creen en Dios y, sin embargo, no se escapan del infierno; si quiere uno escaparse de la región de las tinieblas necesita volverse Santo.

35- ¿Será cierto que aprendiéndose uno los capítulos de la Biblia de memoria, se libra del infierno?

R- En los infiernos hay muchas gentes que se saben la Biblia de memoria con puntos y comas.

36- ¿Podría alguien salvarse con sólo creer en lo que está escrito en la Biblia?

R- La fe sin obras es fe muerta; necesitamos fe viva y ésta debe fundamentarse en las buenas obras. Es urgente vivir de acuerdo con las Enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo.

37- ¿Es una obligación retornar?

R- Mientras no lleguemos a la perfección, nos mandarán a este mundo los Angeles del Destino.

38- ¿El retorno será favorable para pagar nuestras malas acciones?

R- Todos los sufrimientos que tenemos en este mundo se deben a las malas acciones de nuestras vidas pasadas.

39- ¿Siempre regresamos en la misma familia?

R- El yo continúa en su propia semilla; esto significa que continuamos en nuestros descendientes, es decir, regresamos a la misma familia.

40- ¿Cuál es la diferencia entre retorno y reencarnación?

R- Los Egos “RETORNAN” incesantemente, para repetir dramas, escenas, sucesos aquí y ahora. El Ego retorna para pagar Karma y satisfacer deseos.

La palabra REENCARNACION es muy exigente. Nadie podría reencarnarse sin antes haber eliminado el Ego.

Absurdo sería confundir la reencarnación con el retorno.

El humanoide de conciencia dormida Retorna. Maestros como Jesús, Budha, Krishna, etc., Reencarnan a voluntad.

CAPITULO CUARTO


LA LEY KARMA




1- ¿Qué se le puede contestar al profano cuando al hablarle del retorno dice que no puede creer en él, puesto que nadie ha ido y vuelto para contar lo que ha visto?

R- Los días van y vienen; los soles regresan a su punto de partida después de miles de años; los años retornan una y otra vez; las cuatro estaciones de primavera, verano, otoño e invierno, siempre retornan, de manera que no hay necesidad de creer en el retorno puesto que es tan evidente que todo el mundo lo está viendo todos los días; así también las almas retornan, regresan a este mundo; eso es una ley que existe en todo lo creado.

2- ¿Cómo podemos demostrar la existencia del retorno?

R- Despertando la conciencia podemos evidenciar todos la ley del eterno retorno. Nosotros tenemos sistemas, métodos de despertar la conciencia; la persona que está despierta puede recordar todas sus vidas pasadas. Para quien recuerda sus vidas pasadas, la ley del eterno retorno es un hecho.

3- ¿Por qué hay algunas personas que estando bien preparadas, que trabajan mucho y luchan por conquistar una posición no lo logran y en cambio otras con menos preparación y sin esfuerzos logran el éxito deseado?

R- Todo depende de la ley del Karma. Esta palabra (KARMA) significa “acción y consecuencia”. Si en vidas pasadas hemos hecho mucho bien, entonces triunfamos con felicidad en la vida presente; mas si en vidas pasadas hemos hecho mal, entonces fracasamos en nuestra vida actual.

4- ¿Por qué existen familias que por más que se esfuerzan no logran tener amigos por ningún lado y para otros es tan fácil conquistarlos a donde quiera que van?

R- En vidas anteriores hemos tenido muchos amigos y enemigos; al retornar o regresar a este mundo, nos volvemos a reencontrar con esas amistades y con esos adversarios y entonces todo se repite tal como sucedió; mas hay también gentes difíciles que no gustan de tener amigos, misántropos diríamos, gentes que se ocultan, que se alejan, que se apartan de la sociedad, solitarios por naturaleza y por institno. Cuando tales gentes retornan a este mundo suelen verse solos, nadie simpatiza con ellos. En cambio hay otras personas que en vidas pasadas supieron cumplir sus deberes con la sociedad, para con el mundo y pasta trabajaron a favor de sus semejantes; es lógico que al retornar a este mundo se vean rodeados por aquellas almas que en el pasado o pasadas vidas formaron su ámbito, y entonces gozan como es natural de mucha simpatía.

5- ¿A qué se debe que algunas amas de casa no encuentren nunca quién les ayude fielmente auqnue tranten bien a sus servidores y otras en cambio todos le son fieles?

R- Aquellas amas de casa que no cuentan con servidumbre fiel y sincera, fueron en vidas anteriores, déspotas, crueles con sus criados y ahora no encuentran realmente quien les sirva, pues ellas nunca supieronservir en el pasado y eso es su consecuencia.

6- ¿Por qué hay personas que desde que nacen están trabajando sin descanso como si estuvieran sufriendo una condena hasta que se mueren, en cambio otras viven bien sin tanto trabajo?

R- Eso se debe a la LEY DEL KARMA; las personas que trabajan excesivamente y no progresan, en vidas pasadas hicieron trabajar mucho a otras, explotanto a sus súditos en forma despiadada y ahora sufren la consecuencia trabajando inútilmente, pues no progresan.

7- Mi hijo contrajo matrimonio y le fue sumamente mal; las empresas donde él trabajaba quebraban; solicitó un préstamo al banco para poner un negocio y fue rotundamente al fracaso; todo lo que él emprendía fracasaba; tuvo que divorciarse de su esposa de tantos disgustos que tenían; después de algún tiempo contrajo nuevas nupcias y aquel hombre que sólo le faltó pedir limosna, ahora se encuentra muy bien y cada día va en aumento su éxito.

¿A qué se debe esto?

R- Existen tres vínculos matrimoniales: el primero Kármico, el segundo Dhármico y el tercero Cósmico; los primeros son de dolor, miseria, hambre, desnudez, desgracia; los segundos son de éxito, dicha, amor, progreso económico, etc.; y los terceros son únicamente para las almas selectas, puras, santas y traen, como es natural, felicidad inagotable. Sobre el caso que usted me pregunta, debo decirle que pertenece al primer orden de estos tres estados matrimoniales (Kármico), no hay duda de que su hijo y su primera esposa sufrieron lo indecible pagando las malas acciones de sus vidas anteriores; es claro que ellos en antiguas vidas fueron también marido y mujer, mas hicieron muchomal; no supieron vivir y el resultado fue el dolor. El nuevo matrimonio de su hijo, fue benigno desde el punto de vista económico; podemos catalogarlo como de buena suerte, dhármico diríamos, resultado de buenas obras en vidas anteriores; la segunda esposa también vivió con él en vidas pasadas y como quiera que con ella observó una conducta mejor, el resultado es que ahora le cambió su suerte, le mejoró su vida, eso es todo.

8- Mi hijo tiene 5 años de enfermo, hemos gastado mucho en doctores y no le encuentran la causa exacta de la misma; unos nos dicen que tal vez sea un choque nervioso, ya que ha sido un muchacho bastante inteligente en sus estudios; otros suponen que ha sido víctima de trabajos de hechicería;

¿Usted que opina?

R- A todas luces resalta con entera claridad meridiana un castigo, un Karma mental por mal uso de la mente en vidas anteriores. Si usted quiere que su hijo se sane, luche por sanar a otros enfermos mentales, con el propósito de modificar la causa originaria; recuerde que sólo modificando la causa se modifica el efecto; desafortunadamente los enfermos tienen una marcada tendencia a encerrarse dentro de su propio círculo; rara vez en la vida se ve el caso de que un enfermo se preocupe por curar a otros enfermos; si alguien lo hace, es claro que sana de sus propios dolores, yo le aconsejo ya que en este caso preciso su hijo no podría dedicarse a sanar a otros, hacerlo usted en nombre de él; no olvide las obras de caridad; preocúpese por la salud de todos los enfermos mentales que encuentre a su paso: haga bien por toneladas. Tampoco olvide que en el mundo invisible existen Maestros muy sabios que pueden ayudarle en este caso concreto de su hijo; quiero referirme ahora en forma específica al glorioso ANGEL ADONAY, el Angel de la Luz y de la Alegría. Ese Maestro es muy sabio y si usted se concentra intensamente rogándole en nombre del Cristo sanar a su hijo, estody plenamente seguro de que de ninguna manera se negaría a hacer esa obra de caridad; mas no olvide a “Dios rogando y con el mazo dando”, suplique y haga bien por toneladas, ése es el camino.

9- Tuve la oportunidad de presenciar un caso de un matrimonio en Santa Marta Colombia; tenían un negocio muy grande y de un momento a otro se les incendió; de ahí el señor se enfermó y murió tuberculoso; 20 años después encontré que su esposa estaba a punto de morir también tuberculosa;

¿A qué se debería eso?

R- Es bueno que usted sepa que la tuberculosis se debe a la falta de religión en vidas anteriores, el materialismo a la vida sin devoción y sin amor a Dios; si el señor murió tuberculoso, pues, ésa es la causa y si perdió sus bienes, es claro que acabó con las propiedades de otras personas en su vida anterior. Quemó y le quemaron, daño y le dañaron; eso se llama Karma, castigo. A la esposa no alcanzó de afectarla en todo la tuberculosis porque la falta de religiosidad en vidas anteriores, no fue del todo tan cruda; hubo algo ligero de espiritualidad.

10- Tengo un hijo muy bueno que trabajaba y todo lo que ganaba me lo entregaba, pero se enamoró de una señora de edad, amiga mía que tenía tres hijos de un señor casado; se juntó sin casarse a vivir con ella y aún a pesar de que él trabajaba no le rendía el dinero al grado de que recurrió a mí, exigiéndome una cantidad de dinero diciéndome que iva a emprender un negocio, cosa que nunca hizo, pero en cuanto se acabó lo que le entregué, la señora lo dejó; ahora vive sólo, trabaja, pero él está totalmente arruinado.

¿A qué se debe esto?

R- A simple vista resalta el adulterio con todas sus dolorosas consecuencias: pérdidas de dinero, mala situación, sufrimientos morales intensivos, etc., etc.; ese es el resultado del error.

11- ¿Quisiera me informara si podría mejorar su situación?

R- Si en un platillo de la balanza cósmica podemos las buenas acciones y en otra las malas y éstas últimas pesas más, es claro que la balanza se inclinará en nuestra contra produciéndonos amarguras; mas si ponemos buenas obras en el platillo delbien, podemos inclinar la balanza a nuestro favor; entones nuestra suerte mejorará notablemente. Si ese hijo suyo se dedica a hacer el bien su suerte mejorará.

12- Tengo un hijo de veinte años, que desde hace dos años no quiere vivir en el hogar, sino en casa de mis amigas; no ha querido estudiar ni trabajar; viene por un mes a la casa,se siente feliz por unos días y después a disgustarse con todos; entonces se vá otra vez de la casa;

¿Quisiera que me dijera usted a que se debe esto?

R- Ese hijo sólo le ha creado problemas. Es claro que el resultado del desorden será el dolor. No hay duda de que él no sabe ni quiere aprender a vivir; empero hay que tratarlo lo mejor posible con infinita paciencia y amor. No hay duda de que en un futuro tendrá fuerte tropiezos con amargas consecuencias. Entonces comenzará a comprender la necesidad de establecer el orden en su vida.




















CAPITULO QUINTO

FANTASMAS





1- ¿Usted ha visto alguna vez algún fantasma?

R- Algunas persona creen en los fantasmas, otras dudan y por último hay algunas que se mofan. Yo no necesito de creer, ni de dudar, ni de reir, para mí los fantasmas son un hecho.

2- ¿A usted le consta? ¿Usted los ha visto?

R- Amigo mío: No está por demás relatarle un caso muy interesante. Era yo muy joven todavía y ella se llamaba Angela; novia por cierto muy singular, hoy ya muerta. Cierto día, aun ella con vida, resolví alejarme sin despedirme. Me fuí hacia las costas del Atlántico y hube de hospedarme en casa de una señora anciana, noble mujer que no me negó hospitalidad. Establecí mi habitación dentro de la misma sala, cuya puerta daba directamente a la calle. Mi cama, un catre de lona totalmente tropical y como quiera que había mucho mosquito, zancudo, etc., etc., no dejé de protegerme con un pabellón muy fino y transparente.

Una noche yacía en mi lecho dormitando, cuando de pronto alguien tocó tres veces a mi puerta acompasadamente; en instante en que me senté para levantarme y salir a la puerta, sentí un par de manos penetrar a través de mi pabellón; éstas se acercaron a mí peligrosamente acariciándome el rostro. Empero la cosa no quedó ahí; además de aquellas manos apareció todo un fantasma humano con la semblanza manifiesta de aquella novia que francamente no me interesaba. Lloraba al angustiado fantasma diciéndome frases como éstas: “ingrato, te alejaste sin despedirte de mí y yo tanto que te quería y te adoraba con todo el corazón!, etc., etc., etc., y otras cosas”.

Quise hablar, mas todo fue inútil porque se me trabó la lengua; entonces mentalmente le ordené a aquel fantasma que se retirara inmediatamente.

Nuevos lamentos, nuevas recriminaciones , y luego dijo, me voy pues”, y se alejó despacito, despacito; mas cuando yo vi que la aparición aquella se marchaba, un pensamiento nuevo, una idea especial surgió en mi entendimiento, me dije a mí mismo: este es el momento de saber qué cosa es un fantasma, de qué está hecho, qué tiene de real.

Es obvio que al pensar así de esta manera, desapareció en mí el temor y se me destrabó la lengua; entonces pude hablar y ordené al fantasma así: “No, no se vaya usted, regrese, necesito platicar con usted”, el fantasma respondió: “bueno me regreso, está bien pues”, no está de más afirmar que la palabra fue acompañada de la acción y vino otra vez el fantasma hacia mí.

Lo primero que hice fue examinar mis propias facultades para evidenciar si estaban funcionando correntamente. “No estoy borracho”,me dije, “no estoy hipnotizado, no soy víctima de ninguna alucinación, mis cinco sentidos están correctos, no tengo porqué dudar”.

Una vez que pude verificar el buen funcionamiento de mis cinco sentidos, procedí entonces a examinar al fantasma.

“Deme usted la mano”, le dije a la aparición; es ostensible que ésta no rehusó mi exigencia y me extendió su diestra; tomé el brazo de la singular figura que tenía frente a mí y pude notar una marcha rítmica normal como si tuviese corazón. Ausculté el hígado, bazo, etc. Y todo marchaba correctamente; empero la calidad de aquella materia parecía más bien como protoplasma, sustancia gelatinosa a veces semejante en el tacto al vinylo; el examen aquél lo hice a la luz de un foco debidamente encendido y duró algo así como media hora.

Después despedí al fantasma diciendo: “Ya puede usted retirarse, estoy satisfecho con el examen” y el fantasma haciendo múltiples recriminaciones se retiró llorando amargamente.

Momentos después, la dueña de casa tocó en la puerta; creía que le había faltado al respeto a la casa; vino diciéndome que me había dado hospitalidad a mí sólo y que se extrañaba de que estuviera metiendo mujeres en la habitación.

“Dispense usted señora”, fue mi respuesta”; yo nohe traído ninguna mujer aquí, me ha visitado un fantasma y eso es todo” (es claro que le narré la historia). La dama aquella quedó convencida y se extremeció terriblemente cuando percibió un frío espantoso dentro de la habitación y en pleno clima cálido; esto le confirmó la veracidad de mi relato.

Yo anoté día, fecha y hora del acontecimiento y más tarde cuando me encontré con aquella novia le relaté mi historia.

Ella se limitó a decirme que en esa noche y a esa hora por mí citada, dormía y soñaba que estaba en un lugar de la cosa y que platicaba conmigo dentro de una habitación semejante a una sala.

Es claro, me dije a mí mismno; la dama se acostó pensando en mí y su fantasma me visitó.

Lo curioso fue que varios meses después aquella dama murió y estando una noche yo descansando en mi lecho, se repitió el fenómeno, mas esta vez aquel fantasma resolvió acostarse junto a mí, lleno de ternuras y de cariño; como quiera esto se estaba volviendo bastante feo, no me quedó más remedio que ordenarle en forma muy severa que se retirara para siempre y no me molestara jamás en la existencia; el fantasma así lo hizo y jamás volvió.


3- Muy interesante su relato señor, ¿Quisiera usted narrarnos otro caso parecido?

R- Con mucho gusto, amigo mío: En cierta ocasión llegó a la ciudad una pobre mujer joven, en pésima situación económica; se trataba de una muchacha honrada y me solicitó trabajo.

No tuve inconveniente en darle trabajo de sirvienta en casa y resultó ella ser muy hacendosa; desafortunadamente a los pocos días de trabajar en casa se presentaron una serie de fenómenos psíquicos extraordinarios, que no solamente turbaron a mis familiares, sino también a las gentes de la vencidad.

En presencia de ella los platos se levantaban en el aire para estrellarse contra el piso y convertirse en fragmentos; las mesas, las sillas, danzaban solas y caían piedras dentro de nuestro domicilio.

No resultaba muy agradable para nosotros el que, en los precisos instantes de estar comiendo, cayeran dentro de los alimentos piedras, tierra, etc., etc.

La joven aquella tenía en su mano derecha un anillo misterioso con una inscripción que a la letra decía así: “Recuerdo de tu amigo LUZBEL”.

Lo más interesante es que aunque aquella mujer estuviese en desgracia (hablando económicamente) no dejaba de recibir del citado amigo algunas monedas que le alcanzaban para comer; tales dineros venían por el aire y ella las recogía sencillamente.

Contaba la muchacha que su ya citado “amigo” le decía que vivía en el mar y que quería llevársela para el fondo del océano.

Muchas veces hicimos conjuraciones para alejar a su camarada invisible, mas este retornaba con más fuerza, volviendo a sus andanzas y las gentes, como es natural, no dejaban de alarmarse.

Algunos jóvenes se enamoraban de ella, mas cuando intentaban acercarse a su dama, entre-llovían piedras sobre ellos y horrorizados huían despavoridos.

Más tarde, aquella muchacha se alejó de todos estos contornos de la ciudad; ¿Qué se hizo? No lo sabemos; lo que sí pudimos comprobar es que su tal amigo Luzbel era sencillamente un elemental del océano. No hay duda de que ella tenía mucho de naturaleza de elemental; así nos lo decían sus ojos, sus miradas, su cuerpo, su forma de ser, etc., etc.



CAPITULO SEXTO



ACONTECIMIENTOS HUMANOS




1- Voy a relatarle un caso que me aconteció hace algún tiempo. Dejamos la casa en que vivimos durante once años y en la que nos fue bastante mal; como se habían quedado algunas cosas regresamos mi tía y yo a los pocos días; al entrar inmediatamente nos vino un olor a cadáver putrefacto; como quiera que la casa había quedado totalmente limpia, con la curiosidad, subí a la planta alta para revisar y entré a una de las recámaras, viendo en el lugar donde estaba una de las camas un hoyo profundo como si fueran a meter un ataúd; lancé un grito y al oirlo mi tía, subió; al verme tan espantada, salimos inmediatamente de ahí regresando a la casa donde habitábamos.

De ahí, empecé a no tener apetito; poco a poco comía menos hasta que llegó el momento en que no podía pasar alimento alguno; en dos meses adelgacé 20 kilos; tuvieron que internarme en un sanatorio y me auscultaron todos los especialistas; ninguno daba que tenía y estaba muriéndome con un dolor en el estómago que no me dejaba ni un minuto; medicinas, comidas, nada podía pasar, todo tenía que ser inyectado.

A los ocho días de haberme internado, entré en estado de coma, los médicos desfallecieron por sanarme; pronosticaron que era cáncer y mi cuerpo en realidad exhalaba el olor del cuerpo canceroso; quisieron operarme y mis familiares no lo permitieron, veían siempre junto a mí a un médico con bata blanca desconocido para mí y para mis familiares, pues no tenía existencia en el mundo físico.

Tal galeno, para todos invisible excepto para mí, me reanimó y prometió sanarme. Ciertamente la palabra se cumplió y fuí curada milagrosamente. Cuando los doctores me operaron con el propósito de descubrir la causa causorum de mi enfermedad, con asombro descubrieron que estaba totalmente sanada; el supuesto cáncer no existía.

¿Podría usted decirme que sucedió? ¿Cuál fué el motivo de esta enfermedad? Esto ha sido para mí siempre un enigma.


R- Con el mayor gusto daré respuesta a su pregunta. Permítame decirle, señorita, que en su pasada existencia acaecida precisamente aquí en la ciudad capital de México, usted cometió un acto de Magia Negra con otra persona, produciéndole muerte y el resultado fue su misteriosa enfermedad. Si sanó, si no murió, se debe esto a buenas acciones que permitieron disminuir su Karma. Fue asistida ciertamente por un médico invisible y de ello usted debe de estar inmensamente agradecida.


2- Del primer matrimonio de mi padre fuimos tres; cuando mi hermano mayor contaba con un año, se lo quitaron a mi madre; después cuando yo tení 5 años, mi madre me entregó a mi papá, el cual vivía con su mamá y mi hermano mayor.

Durante toda mi niñez, nunca tuve el cariño de ninguno de ellos, pues como mi abuelita me odiaba tanto, ellos por no contrariarla no me hacían caso. De mi madre nunca supe si vivía hasta que tuve 15 años; ella si me dió cariño hasta que murió hace 10 años.

Quisiera que usted me dijera: ¿Por qué no he podido alcanzar la felicidad y el amor de un hombre, y a que se debió el odio tan grande por parte de mi abuela?

R- Déle usted vuelta a la medalla de su relato y tendrá la respuesta. Es obvio que todos estos sucesos de su vida son una repetición de la pasada existencia donde usted, en vez de ser la víctima, fue la victimaria. Aquellos que hoy le han proporcionado tantos dolores fueron en el pasado sus víctimas; eso es todo. Recuerde que la Ley del Karma es el fiel balance de todos nuestros casos; no puede existir efecto sin causa, causa sin efecto. Usted ha recogido las consecuencias de sus mismos actos. Si usted recordara su vida anterior o sus vidas anteriores, podría verificar la realidad de mis palabras.

3- ¿Podría usted explicarme por qué en la vida no encuentro un amor a pesar de desearlo mucho?

R- Basados en la ley de acción y consecuencia recogemos lo que sembramos; por consecuencia lógica vemos que usted sembró tempestades y recogió rayos.

4- ¿Quisiera usted relatarnos algún caso concreto de enfermedad por causa de malas acciones en vidas anteriores?

R- Con el mayor gusto. En mi pasada reencarnación conocí el caso de un bandido que fue fusilado; esto acaeció en un camino; al bandolero se le llamaba en el apodo de “golondrino” y cayó en manos de la justicia; se le ató a un árbol y se le aplicó la pena máxima.

Mucho después aquel hombre renació en cuerpo femenino. Un día cualquiera sus parientes me solicitaron ayuda. Una señorita muy distinguida dentro de la cual estaba encarnada el alma del “Golondrino”, echaba espuma por la boca, se retorcía horriblemente y gritaba llena de espanto pronunciando frases como las siguientes: “Ya viene la policía por mí, dicen que soy un ladrón, un salteador de caminos, me tienen atado a este árbol y me van a fusilar”. Estas últimas palabras iban siempre acompañadas de movimientos en las manos y de esfuerzos como si quisiese desatar lazos invisibles, extrañas cuerdas.

Nuestras investigaciones nos permitieron saber el caso concreto: se trataba pues de una repetición mental del episodio final en la vida anterior de esta alma que ahora estaba encarnada en cuerpo de mujer.

Los psiquiatras fracasaron rotundamente, no lograron la curación. Nosotros tuvimos que apelar a ciertas conjuraciones mágicas y el resultado fue asombroso, la enferma sanó radicalmente. No hay duda de que fuimos asistidos por el Poder Divino del Espíritu Santo.

5- Vivíamos en una casa con el número trece en la puerta y éramos trece de familia; durante once años en esa casa no hubo más que enfermedades y miseria.

¿Podría usted decirnos a que se debió esto?

R- Con el mayor placer responderé a su pregunta, distinguida señorita. Recuerde usted el viaje de la nace cósmica Apolo 13; fue un fracaso completo, se aplazó el plan de la conquista del espacio por los Estados Unidos; estuvieron a punto de perecer sus tres tripulantes, etc. Me viene a la memoria en estos instantes el recuerdo de una noche de año nuevo. Trece personas nos hallábamos reunidas alrededor de una mesa; fue entonces cuando en pleno banquete dije a los invitados: “uno de los trece que estamos aquí reunidos morirá muy pronto”. Tal profecía se cumplió algunos meses después, cuando falleció ciertamente uno de aquellos invitados.

No se extrañe pues, por el fatídico trece; tal número es muerte, fatalidad, tragedia, dolor; empero también trae el trece nuevas situaciones, pues la muerte y la vida se hayan íntimamente relacionadas; es claro que ustedes estaban pagando espantoso Karma. Eso es todo.

6- ¿Podría usted decirme por qué siempre he fracasado en el amor, cuando he estado a punto de alcanzar la felicidad se me escapa de la mano, aún a pesar de que siempre dicen que me quieren se alejan de mi para casarse con otra?

R- Con el mayor gusto le responderé a su pregunta, distinguida dama. Es claro que su problema no podría ser debidamente comprendido si ignoramos la ley del eterno retorno: todos los casos son una repetición incesante de las distintas vidas pasadas. Todo ser humano en el pasado ha contraído diversos matrimonios, ha establecido relaciones sexuales con otras personas, etc., el resultado de tales asociaciones conyugales puede ser buena, mala o indiferente. Si nos hemos portado mal con determinado cónyugue, en una nueva vida se establece el reencuentro con sus consecuencias: fracasos matrimoniales, frustramiento de bodas, ruptura de relaciones amorosas, etc. Lo más grave de todo esto es la separación legal obligada por tal o cual motivo y sobre todo cuando hay amor.
CAPITULO SEPTIMO


INTERESANTES RELATOS



1- Una noche de abril de 1968, estando profundamente dormido, escuché gritos y ruídos como de gente que quebraba vidrios y peleaba en la calle; temiendo que quebrasen un vidrio de mi automóvil el cual se quedaba en la calle, me levanté, tomé unas pantuflas y los pantalones y me fuí por el pasillo; atravesé la estancia y me asomé por la ventana (levantando la cortina) y descubrí con sorpresa que no había gente, ni ruidos y en cambio había paz y tranquilidad, iluminación plena de la calle y mi coche en perfecto estado.

Pensando en que había sido producto de una ilusión o pesadilla, regresé nuevamente por el pasillo hasta la puerta de la recámara; y al abrir ésta y penetrar unos cuantos pasos, me quedé estupefacto al verme en la cama profundamente dormido junto a mi esposa, con los brazos fuera delas cobijas, la pierna izquierda totalmente destapada y la cara recostada del lado izquierdo.

Al ver esta escena, me entró un terrible pavor y me sentí atraído hacia mi cuerpo como si este tuviera imán; desperté muy sobresaltado con fuertes latidos de corazón y un sudor frío en todo el cuerpo.

¿Puede usted decirme que fue lo que realmente sucedió?

R- En este caso concreto hubo lo que se llama un desdoblamiento; su alma estaba ausente del cuerpo físico; es claro que durante el sueño normal, común y corriente toda alma sale del cuerpo y deambula por ahí; y va a distintos lugares regresando luego a su cuerpo físico en el instante preciso del despertar; precisamente el estado de vigilia viene cuando el alma entra otra vez a su cuerpo de carne y hueso.

Lo interesante de su caso fue que al regresar su alma a la recámara pudo ver su cuerpo físico dormido en la cama; lo vió usted en la misma forma en que puede ver una mesa o el automóvil para conducirlo, así también usted, es decir el alma, se mete en el cuerpo, despierta y viene el estado de vigilia, eso fue lo que le sucedió.

2- En el año de 1958, después de regresar de una función de cine, me encontré con la novedad de que en la casa estaba toda la familia preocupadísima por la desaparición de una tía que había salido desde temprano a la calle dejando a sus niños solos en la casa (cuatro, de 3 a 6 años), los cuales estaban llorando de miedo y hambre. Los familiares habían ido a varias partes a buscarla y todo había sido inútil; entonces se organizaron para irla a buscar y preguntar por ella; a mí me tocó quedarme en la casa.

Cerca de las tres de la mañana, desperté sobresaltado y vi la pieza totalmente obscura, pero de pronto se empezó a iluminar una figura ovalada en el centro de la habitación , se dirigió a la cama, llego hasta el borde y levantó la tela del mosquitero; sentí como que se sentó un cuerpo a orilla de la cama y tomó totalmente la figura de mi tía a quien andaban buscando, diciéndome en voz lta lo siguiente: “Hijito no te asustes; soy tu tía y te vengo a avisar que ya estoy muerta y quiero que les avises dónde pueden encontrar mi cadáver; localiza a tu tío y dile que me busquen en la Delegación “X”, te pido mucho que cuiden y recen por mis hijos”.

Se levantó, bajó la tela del mosquitero y desapareció. Al siguiente día hice lo que me dijo, nadie me creía hasta que se convencieron de que efectivamente en esa Delegación estaba su cadáver deforme porque murió en un baño de vapor.

¿Cómo fué posible que después de muerta una persona de datos para la localización de su cadáver y pida por sus hijos?

R- Después de la muerte del cuerpo físico; el alma vive en las dimensiones superiores de la naturaleza y del cosmos; esto ya lo dijimos en un capítulo aparte, pero de todas maneras lo repetimos. Es claro que esa alma necesitaba informarte sobre su muerte; era necesario ese informe, tenía hijos y debía cumplir con su deber; en este caso no hay duda de que esa alma fue ayudada por las leyes superiores y se le permitió entrar en este mundo de tres dimensiones en el cual vivimos, para darte una información completa, para decirte donde estaba su cadáver, hecho que fue debidamente comprobado, pues el cuerpo fue hallado exactamente en el lugar donde ella dijo que estaba, en una Delegación de Policía; hechos son hechos y tenemos que rendirnos ante ellos.

3- Estando en una reunión Gnóstica, una persona se me acercó a rogar que pidiera por la saludde su madre, quién prácticamente estaba desahuciada; le prometí hacer todo lo posible por su curación.

Después pedí al Angel Adonay que me ayudara y me imaginé en la casa de la señora, simpática ancianita a quien yo encontraba acostada en su lecho y que al verme sonreía alegremente, se sentaba y le ponía mi mano derecha en la frente y mi izquierda tocándome el corazón; me concentré fuertemente en el Maestro Jesús para que me ayudara; vi cómo se restablecía, y sonriente ella me acompañaba hasta la puerta de su casa.

En la siguiente reunión, la persona que me había pedido la ayuda, casi con lágrimas en los ojos, vino a darme las gracias y decirme que su madre se había restablecido y que me mandaba saludos porque me había visto.

¿Cómo es posible que dos personas únicamente con fé, hayan logrado una curación casi milagrosa?

R- Amigo mío, la fe obra milagros; el Divino Maestro Jesús dijo: “Tened fe como un grano de mostaza y moveréis montañas.

Es claro que al imaginarse usted en forma vívida estar junto al lecho de la enferma, se produjo un desdoblamiento; su alma viajó hacia la enferma y con ayuda del Divino Maestro sanó a la paciente. No se extrañe pues de que lo hayan visto; cuando el alma se desdobla se hace muchas veces visible aún en remotas distancias. ¿No ha oído usted hablar de santos que hicieron lo mismo?, ¿qué durante la oración en estado de éxtasis se les vió en otros lugares sanando enfermos?

4- A otra de las reuniones en que se hacía curación llegó una señora aproximadamente de unos 60 años, quién traía una herida muy profunda de cuchillo en los brazos y que mostró a todos los asistentes; después el Maestro hizo conjuraciones y todos pronunciamos las palabras que él decía; posteriormente la hizo sentar.

En la siguiente reunión, nos mostró nuevamente los brazos y ya casi estaba curada la herida; se hizo la misma operación y en la tercera ocasión nos mostró los brazos viendo con sorpresa que ya no había ni cicatriz en donde antes había verdaderas tajadas de carne.

¿Qué fué lo que ocurrió para que esta persona curara tan perfecta y rápidamente?

R- _Ah! Entiendo que usted me está hablando de reuniones Gnósticas; ciertamente son muy interesantes esas Asambleas; recuerde usted que los primitivos cristianos fueron Gnósticos y que realizaban curaciones maravillosas.

No se extrañe pues de que en esas reuniones, bajo la dirección del Maestro que instruye a la congregación, se haya realizado otro milagro semejante; los Gnósticos invocan a los Seres Divinos que viven en el mundo invisible para que realicen curaciones de esta clase. No hay duda de que esto fue lo que sucedió y la paciente sanó radicalmente.

5- Alrededor del año 1962, aproximadamente por el mes de Noviembre, días em que yo apenas empezaba a asistir a las conferencias Gnósticas se presentó un señor de aspecto raro que reflejaba preocupación y tenía una mirada vaga y misteriosa; pidió se le ayudara a sacarle “entidades tenebrosas” de su cuerpo, que le estaban dañando y le habían producido una hinchazón en las piernas las cuales nos mostró.

El Maestro accedió y pronunció “la conjuración de los siete”; dio unos pases magnéticos, comenzando el individuo a retorcerse y a dar gritos, aullidos y quejarse como si sintiera inmensos dolores, al mismo tiempo que hacía gesticulaciones y movimientos como si algo saliese de él; después empezó a sentirse un fuerte olor nauseabundo; posteriormente hubo una pausa en que parecía haber descansado; el Maestro dio tres palmadas incorporándose el hombre, diciendo que no se acordaba de nada. En tres sesiones tenía las piernas perfectamente bien y no se quejaba más de las famosas entidades.

¿Podría explicarme que fue lo que pasó, y cómo fue posible su curación?

R- Estos son los casos de posesos de que habla el Evangelio Cristiano; Jesús ponía la mano sobre los posesos y ordenaba a los demonios salir fuera de ellos, y es claro que estos obedecían.

Los Apóstoles también recibieron ese poder; Jesús le confirió tal autoridad y pudieron exorcizar a los demonios y arrojarlos fuera de los cuerpos de los pacientes para que sanasen; así pues el caso que usted me cuenta no es el único; las enfermedades son producidas precisamente por las entidades tenebrosas que se meten dentro del cuerpo de los enfermos; muchas tribus indígenas de América conocen estos Misterios; sé del caso de muchos sacerdotes indígenas que antes de curar a sus enfermos, los exorcizan con el sano propósito de eliminar las “entidades tenebrosas”, que causan la enfermedad; si nuestros médicos siguieran el ejemplo de esos curanderos indígenas, es obvio que realizarían maravillas en el terreno de la medicina; el caso concreto que usted me cita es apenas normal, se exorcizó al enfermo y éste sanó, eso es todo. No olvide que la RUDA y la SALVIA son plantas maravillosas que se pueden usar como sahumerio en los exorcismos.


CAPITULO OCTAVO


EL DESDOBLAMIENTO




1- ¿Qué es el desdoblamiento?

R- ¿Ignora usted realmente lo que es el desdoblamiento?

Entiendo muy bien , señorita, que su pregunta es sincera. El desdoblamiento es sumamente simple y sencillo; es un fenómeno natural como el comer, el beber, etc., etc. Es claro que cuando el cuerpo físico está adormitándose, el alma se sale de éste y viaja por todas partes, al regresar el alma, al meterse otra vez en su cuerpo recuerda muchas veces los lugares donde estuvo, las personas con las que habló, etc., y a esto le denomina sueños; tal es realmente el desdoblamiento.

2- ¿Esto sólo puede hacerse en sueños o también a voluntad?

R- De todas maneras se necesita sueño para poder desdoblarse aunque sea a voluntad.

3- ¿El desdoblamiento no es peligroso?

R- Me parece que hacerse uno consciente de sus propios fenómenos naturales jamás puede ser peligroso; uno debe hacerse consciente de los alimentos que come, de lo que bebe, del estado en que se encuentra su salud y también del proceso del desdoblamiento que ocurre en toda criatura viviente.

4- Explíqueme usted la técnica para poder desdoblarme. Quisiera ir a París a voluntad.

R- Aquello que hace usted siempre en forma involuntaria, inconsciente; aprenda a hacerlo en forma voluntaria y consciente. Siempre se ha desdoblado usted;en instantes al estar dormitando toda alma se sale del cuerpo en forma desafortunadamente inconsciente; haga usted eso mismo, pero en forma voluntaria y consciente repito; cuando se sienta en ese estado de laxitud propia del sueño, cuando comience a dormitar, imagínese ser como un fantasma sutil, vaporoso; piense que se va a salir de su cuerpo; comprenda que usted no es el cuerpo; entienda que usted es un alma; siéntase siendo alma y levántese de su lecho con suavidad, delicadamente, como se levantan las almas. Esto que le estoy diciendo tradúzcase en hechos concretos; no se trata de pensar, sino de hacer! Al levantarse, de luego un saltito dentro de su propia recámara con la firme intención de flotar en el espacio; así, es claro que si flota es porque ya está fuera del cuerpo físico; entonces puede salir de su recámara y flotar en el espacio; puede irse aParís,Londres o al lugar a donde quiera; mas si no flotare es porque se ha levantado de su cama, con cuerpo físico, entonces métase nuevamente entre su lecho y repita el experimento.

5- ¿Al flotar, el cuerpo físico queda en el lecho?

R- Quiero que usted me entienda; es claro que si usted flota en el medio ambiente circundante es porque está fuera del cuerpo físico; en este caso concreto debe usted comprender que su cuerpo ha quedado metido dentro de la cama y que usted está fuera del cuerpo y lejos de la cama.

6- ¿Cuando uno siente flotar debe pensar que viaja a un lugar determinado?

R- Quiero que usted comprenda que no se trata de pensar, sino de hacer, que es diferente. Por ejemplo, yo esoy viéndola a usted sentada en esa silla, mas si usted piensa que se va a levantar de esa silla y se va a la calle y no actúa, es claro que ahí permanecerá sentada en la silla; acción es lo que se necesita: ¿me ha entendido?

7- Eso es lo que me gusta de la Gnosis que todo lo que no entiendo me lo explican claramente.

R- Eso es claro a nosotros nos gusta la exactitud en todo, la precisión.

8- ¿Puede contarme algún caso concreto de desdoblamiento a voluntad?

R- Con el mayor placer, distinguida señorita, voy a relatarle un caso personal. Quiero contarle a usted mi primer desdoblamiento; era yo muy joven todavía cuando resolví desdoblarme a voluntad. Recuerdo claramente que entonces puse mucha atención en el proceso del sueño y cuando ya me sentí dormitando en ese estado de transición que existe entre vigilia y sueño, actué inteligentemente.

Yo no me puse a pensar en que me iva a desdoblar, porque es obvio que me hubiera quedado pensando y no hubiera realizado el anhelado experimento; repito: actuée, me levanté con gran suavidad de mi propio lecho y al hacerlo se produjo una separación muy natural entre el alma y el cuerpo; el alma quedó afuera y el cuerpo quedó en la cama dormido.

Salí de mi casa a la calle en forma espontánea y clara y luego caminé por una calle solitaria. Deteniéndome en la esquina siguiente de la calle, reflexioné por unos instantes sobre el lugar a donde debería dirigirme; resolví marcharme a Europa.

Es ostensible que tuve que viajar por encima de las aguas del Atlántico flotando maravillosamente en el espacio luminoso; me sentí lleno de una dicha inconcebible para los seres humanos y al fin llegué a la ciudad de París.

Caminando o mejor dicho flotando en esa atmósfera luminosa, sentí instintivamente la necesidad de entrar en una casa.

No me pesa haber penetrado en cierta mansión lo curioso del caso fue el encuentro con un iniciado que había conocido en antiguas reencarnaciones.

El también estaba fuera del cuerpo; pude evidenciar ciertamente que su cuerpo yacía dormido entre la cama; junto a él ví a una mujer y dos niños que también dormían; entendí que se trataba de su esposa y de sus hijos.

Saludé cariñosamente a mi amigo y al alma de su esposa, que estaba también fuera del cuerpo; no está demás decir que como los niños aquellos dormían, sus almas estaban afuera.

Trataron de asustarse aquellas almas infantiles con mi inusitada presencia; comprendí la necesidad de retirarme para evitar que tales almas espantadas regresaran a sus respectivos cuerpos; es incuestionable que si esto hubiera sucedido, los niños hubieran llorado entre la cama y el llanto habría despertado a mi amigo y a su esposa; entonces el diálogo se habría suspendido; tanto el alma de mi amigo como la de su esposa se hubieran visto obligadas a penetrar en sus respectivos cuerpos de carne y hueso.

Todo esto comprendí en milésimos de segundo y para evitar precisamente este problema, propuse a mi amigo abandonar la casa para salir conmigo a dar una vuelta por las calles de París; grande fue mi alegría cuando el aceptó.

Nos fuimos juntos por las afueras de aquella gran ciudad y hasta le aconsejé volver al Camino entrando en la Senda de la Luz; por último le propuse visitar un Templo maravilloso que existe en Alemania; mi amigo declinó tal invitación diciéndome que no podía hacer eso porque debía concentrar su atención en los problemas de la vida práctica, puesto que tenía mujer, hijos, etc., etc.; me despedí de aquel Iniciado y suspendiéndome en la atmósfera, pasé por encima de unas grandes murallas y luego me fui por una carretera, por un camino serpentino lleno de cuervas, hasta que llegué a un Templo maravilloso.

Frente a tal Santuario vi a muchas almas de distintas nacionalidades; gentes que durante las horas del sueño se escapaban de su cuerpo denso para llegar hasta aquí.

Todas esas gentes reunidas en distintos grupos platicaban entre sí; hablaban del Cosmos, de las leyes, de las reencarnaciones y del Karma, de los misterios de la vida y de la muerte, etc.

Busqué entre tales grupos a cierto amigo hábil en el desdoblamiento, mas no lo hallé.

Entonces me acerqué hasta el umbral del Templo y ví un jardín exquisito con flores deliciosas que exhalaban un perfume embriagador; en el fondo se destacaba la silueta de un
Templo espléndido iluminado por los esplendores de las estrellas; quise entrar, mas el guardián intervino diciéndome: “Este es el Templo de la sabiduría; retírate, todavía no es tiempo”.

Obedeciendo las órdenes, me retiré a cierta distancia sin alejarme demasiado del umbral; entonces me miré a mí mismo; observé mis manos y mis pies espirituales y hasta me permití el lujo de compararlos con las manos y pies de ese cuerpo de carne y hueso que allá, en la América Latina, en la tierra sagrada de los aztecas, había dejado dormido entre el lecho.

Es evidente que todas estas comparaciones dieron por resultado que instantáneamente regresara a mi vehículo físico material que roncaba profundamente dormido entre la cama; entonces desperté sobresaltado diciéndome: “Estuve en el Templo de la Sabiduría; qué dicha, qué felicidad”.

Todavía hoy no puedo olvidar aquella luz tan blanca, tan inmaculada que resplandecía en aquel Santuario. Ciertamente, esa luz no parecía de ninguna lámpara física; salía de todas partes y no hacía sombra de ninguna especie .

9- ¿Puede uno viajar a cualquier lugar aun sin conocerlo?

R- Yo fui a ese Templo Divino y sin embargo, no lo conocía, me llevó dijéramos un “sentido telepático superior”, podría decirle que me guió mi propio Espíritu.

10- ¿Cuando hace el desdoblamiento a voluntad puede recordar cuando despierta a donde fué?

R- Es claro que si no recuerda es porque no se ha desdoblado a voluntad, pues a mí me parece imposible que una persona que se desdobla a voluntad, que sale del cuerpo intencionalmente, conscientemente, no sea capaz de recordar lo que vio fuera de su cuerpo. Por ejemplo, cuando usted sale de su casa a la oficina y luego regresa de la oficina a su casa, ¿recuerda lo que vio en la oficina? ¿el trabajo que ejecutó, las órdenes de su jefe?

11- Si, recuerdo todo lo que hice en la oficina cuando regreso a la casa.

R- Pues este es el mismo caso, señorita; recuerde que su cuerpo físico es una casa de carne y hueso; si usted se sale a voluntad de tal casa verá muchas cosas y si se regresa usted voluntariamente, también es obvio que recordará todo lo que vió y oyó.


CAPITULO NOVENO


FENOMENOS MISTICOS






1- Cierta ocasión en que trataba de hacer ejercicio de meditación en el campo, me sentí salir del cuerpo como si me estremeciera; de pronto sentí que volaba a grandes velocidades llegando en un par de segundos a Egipto; descendí muy cerca de la Esfinge sintiendo el calor de la arena en la planta de los pies, pudiendo tocar las enormes y carcomidas piedras del gigantesco monumento, fue una gran sorpresa para mí el ver tan claro panorama y tan vívida percepción del cielo y una tenue brisa que venía del río Nilo que movía unas grandes y delgadas palmeras.

Después de un breve descanso, sentí una especial atracción que me hizo elevarme del piso hasta flotar aproximadamente a la altura de la nariz de la Esfinge, en la cual había una pequeña cavidad por donde penetré hacia una escalera que descendía en forma muy estrecha y seguía una camara donde se encontraba un guardián vestido con un mandil, sandalias doradas, un tocado en la cabeza con una diadema dorada que semejaba una cobra en actitud de picar, en la mano derecha una lanza que me impedía pasar; sus ojos eran de un azul verde muy penetrante y su piel morena; no pronunció ni una sola palabra, solamente me examinó y me hizo un saludo de pase elcual contesté; se sonrió y recogiendo la lanza me hizo pasar con una amable reverencia; penetré en una gran cámara donde se oían unos cantos muy leves de un coro que pronunciaba oraciones en forma de cantos deliciosos.

Había en el ambiente un humo de incienso de color rosado, el cual olía a un extracto de rosas rojas y que hacía vibrar mi cuerpo de pies a cabeza; había también muchos símbolos egipcios en las paredes, que a pesar de no entender me eran muy familiares; después de ver el rico decorado de aquella cámara, que indudablemente debe ser un templo muy especial, sonó un gong y aparecieron tres Maestros los cuales tenían un rostro apacible y venerable, pero la mirada muy penetrante; dosde ellos venían vestidos de amarillo y uno con túnica blanquísima; después de saludarme me dieron la bienvenida con un abrazo muy fraternal.

Luego oficiaron una misa en un altar que había entre dos columnas enormes con un gran escarabajo de oro que resplandecía entre el humo del incienso; después se iluminó una pileta de agua cristalina que antes no había notado; me acercaron a ella y empecé a verme con un rostro horriblemente negro y barbado como de orangután; luego vi muchos pasajes de mi vida en donde cometí toda clase de pecado; terminé gimiendo y llorando.

Después me amonestaron y me dieron consejos en forma simbólica, entregángome un escarabajo de oro macizo; lo pusieron en mi mano derecha cerrándomela y pronunciando unas palabras que yo no entendí, diciéndome que lo conservara y me hiciera merecedor de tenerlo siempre a mi lado; después me bendijeron y regresé a mi cuerpo, despertando instantáneamente muy impresionado y sin que hasta la fecha se me olvide ningun detalle.

¿Podría usted decirme que sucedió y qué significado tiene todo esto para mí?

R- Con mucho gusto contestaré a su pregunta. A todas luces resalta con entera claridad meridiana un desdoblamiento. Usted quedó dormido mientras meditaba y oraba y entonces su alma salió del cuerpo y fue a dar a Egipto, la Tierra Sagrada de los Faraones.

Quiero que usted comprenda que entró espiritualmente al Templo Misterioso de la Esfinge. Me alegra mucho el que haya descubierto una puerta secreta en la misma nariz de la Esfinge. Es obvio que no se trata de una puerta física, material; es más bien una puerta invisible para los sentidos físicos, pero perfectamente visible para la inteligencia y el corazón.

Es ostensible que el Templo de la Esfinge tampoco se encuentra en este mundo físico; se trata de un Templo invisible para los ojos de la carne, pero totalmente visible para los ojos del Espíritu.

Lo que le sucedió a usted es algo muy similar a la experiencia aquella de San Pablo, el cual, como es sabido, fue llevado a los cielos y vió y oyó cosas que a loshombres no les es dable comprender.

No hay duda de que usted en una pasada existencia fue Iniciado en los misterios Egipcios y debido a esto se le llamó en el Templo. Por eso, por esa llamada que le hicieron cuando usted estaba en meditación, fue precisamente a dar allí.

Asistió usted espiritualmente a un ritual Egipcio; vió y oyó a los Sacerdotes del Templo; escuchó sublimes cánticos y vió en el agua a su YO PECADOR y a todos esos delitos que usted ha cometido. No hay duda de que se vió a sí mismo bastante fe feo; es que uno se vuelve así de horible con los pecados.

Le entregaron un escarabajo sagrado, de oro puro, símbolo maravilloso del alma santificada; eso es todo.

Espero que usted, caballero, me haya comprendido; es indispensable que se resuelva a seguir el camino de la santidad; que se arrepienta de todos sus errores.

2- En otra ocasión en que hacía ejercicios de meditación en pleno bosque en las cercanías de la población de Cuernavaca, México, junto a un amigo espiritual de mucha sabiduría, a quien estimo como a un Padre, tuve la siguiente experiencia.

Nos sentamos ambos en posición YOGA conocida como flor de loto e hicimos unos ejercicios de respiración; después entramos en silencio y meditación; inmediatamente me sentí transportado a las cordilleras de los Montes Himalayas, más bien en el área del TIBET; en el lugar hacía un tremendo frío y se escuchaba el agudo aullar de los vientos; veía también algunos soldados chinos armados rondando por esos inhóspitos lugares. Llegué a una planicie un tanto nublada donde se descubría poco a poco una majestuosa construcción amurallada, la cual tenía un enorme portón de madera sujeto con clavos de hierro forjado hacía siglos atrás; en esta ocasión custodiada estaba la entrada por dos soldados de tipo Tibetano, que al acercarme me marcaron el alto y me dijeron que esperara un momento a que consultaran si tenía derecho a pasar o no.

Instantes después recibieron un mensaje y se oyó el rechinar de las bisagras del enorme portón, diciéndome que pasara. A primera vista me pareció una ciudad celestial y a la vez espectacular, ya que resplandecía la blancura del mármol y los deliciosos jardines con flores de una belleza indescriptible y arbustos de tonalidades verdes y amarillas nunca vistas en la tierra; caminé por unas amplias escaleras que tenían barandales con columnas torneadas en bellas figuras de mármol y que me condujeron a una plazoleta que tenía fuente de agua cristalina y vaporosa; era pequeña y tenía en el centro un hermoso niño que vertía un cántaro de agua que nunca se acababa; luego tomé hacia la derecha dirigiéndome hacia un portal de un edificio alargado horizontalmente, que tenía siete columnas de mármol bellamente decoradas; al estar observando el pasillo se empezaron a escuchar coros angelicales que trajeron consigo a una figura que destellaba luminosidad y respeto, nada menos que la figura del Maestro Jesús, el CRISTO, a quien, al verlo, sentí desfallecer; me miró fijamente y en su rostro se dibujó una sonrisa de amor y fraternidad. Acto seguido se acercó a mí y puso su mano derecha sobre mi frente pronunciando las siguientes palabras: “ID Y ENSEÑAD A TODAS LAS NACIONES QUE YO ESTARE CON VOSOTROS’.

Después caminamos por otros pasillos y nos encontramos a otros grandes Maestros, entre los cuales reconocí al Maestro SAMAEL AUN WEOR, a quien llamó en voz alta y le recomendó se hiciera cargo de vigilar e instruir a mi humilde persona; después llamó a otros alumnos y Maestros vestidos de blanco que se encontraban cerca, y nos bendijo con oraciones y mantrans especiales. Personalmente nos despidió al Maestro Samael y a mí, viendo cómo desaparecía de nuestra vista tan magnífico recinto.

Al regresar a mi cuerpo, abrí los ojos y vi que mi amigo aún no despertaba pero un minuto después despertó y comentamos las experiencias vividas.

¿Cómo es que un humilde estudiante Gnóstico sin mérito de ninguna especie, haya tenido tan maravillosa experiencia, y le hayan confiado esta misión tan delicada?

R- Con el mayor gusto responderé a su pregunta. Ya ve usted lo que es la meditación y la oración. Si una persona de buena voluntad se entrega a la oración y a la meditación, puede tener la dicha de llegar al éxtasis. Entonces el alma se sale del cuerpo, como ya lo hemos explicado muchas veces, y viaja a cualquier remoto lugar de la tierra o del infinito.

En el caso concreto suyo, es claro que fue a dar al Tibet, y penetró en un Templo secreto donde pudo ver a los Maestros de la humanidad y a nuestro señor el CRISTO. No olvide usted que el alma en oración, en éxtasis, puede llegar a ver al CRISTO; usted tuvo esa dicha y no hay duda de que el Señor le encomendó enseñar esta Doctrina de la Gnosis a todos sus semejantes.

Es obvio que yo debo darle esas enseñanzas; por eso vio usted y oyó que el Señor se preocupó porque le instruyera.


CAPITULO DECIMO


EXPERIENCIAS MISTICAS DE UN NEOFITO




1- En una de las prácticas de desdoblamiento, una noche del año 1966, logré salir conscientemente de mi cuerpo y sentir una liberación muy especial, ya que mi ser sentía alegría indescriptible y volé como un pájaro hasta otro planeta para mí desconocido pero que tenía mucho parecido con la tierra, ya que veía enormes y verdes bosques poblados de pinos y una cabaña de troncos en la que había algunas gentes haciéndome señas; descendí y me encontré con la grata sorpresa de que estaba ahí el Maestro SAMAEL AUN WEOR con algunos familiares y discispulos conocidos, quiénes me recibieron con un abrazo muy efusivo y una alegría muy especial que no puedo describir.

Luego el Maestro me invitó a caminar por el bosque hasta llegar a un puente de piedra donde me explicó que ese planeta era LA LUNA en pasadas épocas, cuando había habitantes, animales y vegetación y que era la antigua TIERRA- LUNA o TIERRA-MADRE-LUNA y me enseñó ríos, montañas y grandes mares.

¿Me podría explicar cómo es posible visitar otro planeta en épocas tan remotas como esa?

R- Ya ve usted distinguido caballero lo que es el desdoblamiento; entonces el alma puede transportarse a otros planetas y conocer muchos misterios; usted fue realmente en alma, espíritu, como quiera decir, a ese satélite que resplandece en las noches estrelladas.

Ciertamente allá se encontró a mi Espíritu en el citado puente; empero es obvio que lo que usted vió, el puente, el río, la vegetación, etc., etc., corresponden a un pasado sumamente antiguo, porque hoy en día ya la luna es un cadáver.

Es bueno que usted sepa que los mundos, las personas, los vegetales y los animales, nacen, crecen, envejecen y mueren.

En nombre de la verdad debo decirle que hoy la luna es un cadáver.

Ese satélite tuvo vida en abundancia; pasó por su infancia, por su juventud, por su madurez, envejeció y murió.

El alma puede ver no solamente el futuro y el presente, sino también el pasado. Lo que usted vio corresponde exactamente a aquella época pasada en que la luna tuvo ríos caudalosos, profundos mares, exhuberante vegetación, volcanes en erupción, vida vegetal, animal y humana.

Quiero que usted sepa que los selenitas existieron; la luna tuvo 7 razas humanas a través de sucesivos períodos históricos; las primeras fueron de gigantes y las últimas fueron de liliputienses, es decir, pequeñísimos. Las últimas familias humanas que vivieron en la luna podríamos catalogarlas como de hombres hormigas; no se extrañe de lo que le digo; esto siempre sucede en todos los planetas; las primeras razas son de gigantes y las últimas demasiado pequeñas.

Lo felicito por haber recordado lo que vió y oyó en la Luna.

2- En el mes de Julio de 1969, teniendo la oportunidad de visitar una población del estado de Hidalgo en compañía del Maestro SAMAEL AUN WEOR, su familia, un amigo, otro discípulo y un humilde servidor, partimos en automóvil en una tarde muy lluviosa y algo fría a una zona arqueológica, pensando nosotros en que no iva a ser posible visitar el lugar propuesto, ya que en la carretera llovía fuertemente y apenas había visibilidad.

Recorrimos así casi todo el camino y al llegar vimos con sorpresa como se aclaraba el pueblo a donde nos dirigíamos, estando alrededor cargado de nubes negras.

No obstante, pudimos visitar la zona arqueológica prácticamente en su totalidad. Noté que el Maestro hizo algunas concentraciones instantáneas y posteriormente comentó con su esposa que ya se había terminado el permiso; luego me preguntó que si me había dado cuenta del fenómeno que se había producido, respondiéndole afirmativamente, pues era claro que el había pedido que cesara la lluvia; luego nos indicó que subiéramos al coche e instantáneamente empezó a llover a cántaros.

¿Me podría decir cómo fué posible éste milagro?

R- Es bueno que usted sepa que los 4 elementos: fuego, aire, agua y tierra están densamente poblados por criaturas elementales de la naturaleza; puede que a usted se le haga raro lo que le estoy diciendo, pero en todas las épocas de la historia existieron tradiciones sobre eso que se llaman hadas, ninfas, nereidas, silfos, duendes, etc.

Pues bien, esos son los elementales; se les llama así porque viven en los elementos.

Los pigmeos, por ejemplo, viven entre las rocas de la tierra; las salamandras viven en el fuego; los silfos en el aire, en las nubes; y las nereidas en las aguas.

Las gentes incrédulas no aceptan nada de esto, pero creo que usted es una persona que tiene fe y por ello con el mayor placer le explico y respondo a su pregunta.

Por medio de ciertas fórmulas secretas, mi propio Espíritu dio órdenes a los silfos que viven en las nubes para que alejaran a éstas. Sin embargo, no debe usted ignorar que las aguas están manejadas también por las ondinas. Si los silfos promueven corrientes psíquicas especiales, se llevan a las nubes, las mueven, las alejan del lugar y con ellas también se van las ondinas de las aguas; entonces momentáneamente se puede alejar la lluvia; empero esto sólo lo hacemos nosotros los Iniciados en casos muy especiales, porque de lo contrario se establecería el desorden en la naturaleza.

Cuando un Iniciado Gnóstico realiza un milagro de estos, lo hace siempre con permiso de los Seres Superiores.

El milagro que usted presenció fue necesario, pues se necesitaba estudiar algunos monolitos de tula, por cierto bastante interesantes.

3- En una práctica en que quise recordar mis pasadas vidas, tal y como usted nos ha enseñado, traje las siguientes experiencias:

Me ví en las Pirámides de Teotihuacán en la época de los aztecas, donde se encuentra la Ciudadela; había una gran multitud que hacía grandes aclamaciones y vociferaciones, pues en toda la Avenida de los Muertos había gente del pueblo, soldados y políticos ricamente ataviados con penachos, brazaletes, sandalias y ordamentos de oro y pedrería.

Por esta avenida caminábamos varios prisioneros atados de manos y cuellos, rodeados por varios soldados vestidos de caballeros tigres y águilas que nos llevaron al pié de la Pirámide del Sol, donde había una gran fogata; al llegar a la plataforma nos formaron. Un sacerdote hizo señal y todos callaron; entonces comenzaron a sonar las chirimías y los teponaztlis; después vinieron doncellas bailando danzas de una fastuosidad indescriptible.

Al terminar las danzas vinieron doce ancianos que hicieron una especie de CORTE MARCIAL y nos juzgaron. Posteriormente nos vendaron los ojos, haciéndonos subir los escalones de la Pirámide, por cierto que algunos resbalaron y cayeron; ya que escuchamos el ruido y los gritos de dolor, recuerdo que sentía los escalones estrechos que apenas pentraba la mitad del pies; al llegar a la parte superior hubo oraciones, invocaciones y ofertorios y fuimos sacrificados al DIOS HUICHILOPOTXTLI.

¿Me podría explicar qué sucedió? ¿Es esa reencarnación o retorno?

R- Usted, en meditación, quiso recordar sus vidas pasadas; se adormeció un poco y entonces su alma salió del cuerpo de carne y hueso; después vinieron las distintas escenas, recuerdos de un pasado. Lo invito a comprender que ciertamente usted fue un habitante azteca en el México antiguo.

Ya vio cómo se juzgaba a muchos delincuentes y después es obvio que se les sacrificaba a los Dioses.

Así, pues, no todos los inmolados en el Ara de los sacrificios humanos eran personas inocentes, existió en el México precolombino, los sacrificos humanos.


CAPITULO ONCEAVO


NEGOCIOS



1- Tengo un negocio y últimamente se me ha puesto la situación económica muy difícil; mi establecimiento marcha pésimamente; los clientes se me han retidado.

¿Qué debo hacer?

R- Ante todo, mi estimado amigo, debo decirle que usted necesita guardar 40 días de castidad absoluta, pues entiendo que usted ha llevado una vida muy profana, ha sido muy fornicario, ha gastado torpemente sus energías sexuales.

Es indispensable, es urgente, que usted comprenda la íntima relación existente entre los órganos sexuales y la glándula pineal.

No se sorprenda de lo que le digo; tal glandulita se encuentra situada en la parte superior del cerebro.

Todo estudiante Gnóstico sabe muy bien que en nuestro organismo tenemos establecido todo un sistema inalámbrico. El plexo solar, situado en la región del ombligo, es la antena receptora telepática que capta las ondas mentales de nuestros amigos y enemigos y los trasnsmite a la mente, y la glándula pineal es el centro emisor del pensamiento que transmite ondas a distintas personas y lugares.

Es claro que los grandes comerciantes, los grandes líderes de todos los tiempos, tienen muy desarrollada esa glándula.

Cuando se malgasta la energía sexual, la glándula pineal se debilita, se degenera; entonces ya no puede emitir con fuerza las ondas mentales, y viene el fracaso en los negocios.

Como quiera que usted es un hombre profano que nada sabe sobre nuestros estudios esotéricos, lo único que puedo aconsejarle es que guarde siquiera 40 días de castidad absoluta para acumular energías sexuales y dar fuerza a su glándula pineal; así mejorará su situación económica; habrá un cambio favorable.

Le aconsejo además llevar azufre entre sus zapatos. No se sorprenda! ; las emanaciones etéricas del azufre le limpiarán su atmósfera personal.

Debe usted saber que con la fornicación se forman muchas larvas invisibles a su alrededor, en su aura; de ellas existen variadas especies, empero con las emanaciones del azufre esas asqueantes larvas se desintegran y se aclara su atmósfera.

Además, conviene que limpie el ambiente donde tiene su negocio; haga sahumerios ahí con azufre; esto por unos 9 días; después, por otros 9 días, haga sahumerios con azúcar para endulzar el ambiente para hacerlo agradable.

Estamos hablando de ocultismo y creo que usted me debe comprender, pues necesita mejorar su negocio.

2- ¿Podría usted indicarme que puedo hacer para prosperar? Yo vendo artículos en el interior de la República sin tener negocio establecido, sólo que hay meses que no logro cobrar nada.

R- Comprendo su situación, amigo mío; con toda sinceridad puedo decirle que cuandouno cumple exactamente con los 10 mandamientos de la ley de dios, cuando ora diariamente al Padre que está en secreto, es claro que la situación mejora.

El Padre le da a uno todo; nada le hace falta entonces; mas cuando uno anda mal, cuando no cumple realmente con los 10 mandamientos, cuando no se entrega al Padre, entonces El se ausenta y cae uno en desgracia.

Siga usted mis consejos; haga muchas obras de caridad, guarde castidad, báñese con yerbas aromáticas, tales como yerbabuena de menta, manzanilla, eucalipto, nogal, etc. Se estas plantas por 40 días en su baño diario y repito, haga obras de caridad por toneladas; sólo así puede mejorarle su situación económica.

3- ¿Bueno, pero que entiende usted por castidad?

R- Amigo mío, no voy a explicarle a usted el ARCANO A.Z.F. de nuestros estudios Gnósticos porque no lo entendería; este libro es tan sólo una cartilla elemental para esas personas que jamás han estudiado nuestras obras; me limitaré únicamente a decirle que guarde 40 días de abstención sexual en pensamiento, palabra y obra; eso es todo. Si usted sedea penetrar un poco más en nuestros estudios, lea usted nuestros libros avanzados tales como el “Matrimonio Perfecto” y muchos otros.

4- ¿Podría usted explicarme cuáles son las obras de caridad que puedo hacer?

R- Es bueno que usted sepa que las obras de caridad son las obras de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, enseñar al que no sabe, curar a los enfermos, etc.

5- ¿Podría decirme cuándo debo hacer una obra de caridad y cuándo no y a quiénes?

Uno no es juez para juzgar; además la caridad no necesitad juez. Esto es cosa de sentido común. Dar de comer al hambriento es algo muy humano, porque hasta los presos se les dá de comer, sino morirían de hambre; dar de beber al sediento es algo muy lógico ya que sería demasiado cruel negarle un vaso de agua a una persona con sed; regalarle una camisa al desnudo es algo muy natural; consolar a un aflijido es muy humano; para eso no se necesita jueces, mas sería el colmo del absurdo darle alcohol a un borracho, o prestarle una arma a un asesino.
AMOR ES LEY, PERO AMOR CONSCIENTE!





CAPITULO DOCEAVO


LA LEY DEL LIBRE ALBEDRIO



1- Quiero pedirle a usted un favor: Sucede que mi marido ha sido apartado por otra mujer, sufro lo indecible, y no se qué hacer.

Como quiera que usted conoce las ciencias ocultas, me parece que podría arreglar mi problema. Se que usted dispone de una fuerza mental maravillosa y que, por lo tanto, puede dominar la mente ajena, sugestionar al ser amado, ponerlo a mis pies por medio de la magia.

¿Qué precio pondría usted a su trabajo? Yo puedo pagarle lo que sea.

R- Creo que usted se ha equivocado, señora; yo no soy mago negro; utilizar las fuerzas de la mente para subyugar a otros, para esclavizarlos, para obligarlos, es violencia y todo acto violento es magia negra..

Cada cual es cada cual y nadie tiene derecho a intervenir en los asuntos ajenos; es absurdo querer dominar a otros.

¿Cuando será que las gentes aprenderán a respetar el libre albedrío de los demás? ¿Cree usted acaso que se puede obligar impunemente a alguien a amar a los demás a la fuerza, así porque sí? Es necesario que sepa que esa clase de acciones de magia negra se pagan con muy fuertes castigos; Los Angeles del Destino no están dispuestos a perdonar esta clase de delitos; si usted continua por ese camino recibirá su castigo.

En el mundo existen muchas gentes dedicadas a la hechicería; a la brujería, a la magia negra. Millares de hechiceros viven de ese sucio negocio y es claro que tales gentes no progresan porque la magia negra trae miseria, hambre, desnudez, supremo dolor.

2- ¿En las personas que se dedican a la hechicería también alcanza el castigo a sus hijos?

R- Es claro que el ambiente de los magos negros suele ser desastroso; los hijos de estos tenebrosos también son tenebrosos. Es evidente que las almas perdidas busquen a los magos negros como progenitores o padres terrenales; no es pues de extrañarse el que los hijos de los perversos sean también perversos y caigan en la desgracia.

Es lamentable que las gentes no entiendan la necesidad de respetar el libre albedrío de los demás; existe siempre la tendencia nefasta de dominar a otros a la fuerza, de querer imponer nuestras ideas al prójimo, de intentar obligar a que los demás hagan lo que nos viene en gana; todo eso se paga carísimo con lágrimas, miseria y supremo dolor.

3- ¿Por qué estos magos negros consideran que están haciendo un bien a la humanidad puesto que, aunque cobran, los están ayudando a resolver sus problemas?

R- Quiero decirle a usted que existe la lógica del absurdo. Para los tenebrosos lo blanco es negro y viceversa; recuerde que el camino que conduce al abismo está empedrado de buenas intenciones.

Constantemente me llueven cartas de todas partes solicitándome esa clase de servicios; realmente causa dolor la humanidad; si uno está entregando un Mensaje Divino a las gentes, en vez de preocuparles el estudio de tal Mensaje, lo único que se les ocurre es escribirme dizque para que les arregle los maridos, o también para que les domine la mente de la mujer deseada, o bien que me meta en el pensamiento ajeno con el propósito de que fulano le pague tanto a sutano, etc., etc.; verdaderamente todo esto me causa profundo dolor, no me escriben para pedirme orientación esotérica, para aclarar enseñanzas, sino para que les domine a los demás; así es el estado en que se encuentra la humanidad; en esas condiciones prefiero que no me escriban porque sólo me preocupo por dar la enseñanza, por mostrar el camino de la liberación, por indicar la meta que conduce a la verdadera felicidad del Espíritu; desgraciadamente esto no quieren entenderlo las multitudes. Existen personas que tienen altamente cotizado el poder de la sugestión mental; cobran tantos pesos o tantos dólares por cada sugestión; tantos otros por ponerle un “espíritu (como dicen los espiritualistas) al ser adorado o amado para que los quiera, para que deje la otra persona entre cuyos brazos duerme, para que venga llorando a la casa y etc., etc., etc.

Es claro que todos esos sucios negocios son abismales, tenebrosos y aquellos que los ejercen de buena o mala fe, entrarán inevitablemente al abismo donde sólo se oye el llanto y el crujir de dientes.

4- Yo echo las cartas y puedo jurar que a la gente le digo la verdad, le ayudo en sus problemas, aunque les cobro porque esa es mi manera de vivir. ¿Cree usted que estoy haciendo bien?

R- Horrible manera de vivir tiene usted; de hecho es una pitonisa, una hechicería. ¿Cree usted acaso que con el diablo metido adentro, en el reino mismo del corazón, se puede decir la verdad? Bien sabe y de una vez conviene que no lo ignore que usted lleva en el fondo de su propio corazón al yo pecador de los mortales, a Satán mismo. ¿Puede acaso estar iluminada una persona que no ha llegado a la santidad? El hecho mismo de cobrar por predicar o adivinar, ya es un delito. Piensa usted que es bueno, pero no se extrañe; en el abismo viven muchos anacoretas, penitentes, brujos, hechiceros, adivinos que se sienten mártires y que también creen que van muy bien.

5- ¿Entonces puede usted decirme, si mis hijos, a los que he enseñado mis creencias, val mal?

R- Ya que se trata de creencias sobre adivinar hechos, suertes, etc., tengo que decirle que van mal; repito, no es posible conocer el destino de los demás si no conocemos nuestro propio destino y no es posible conocer nuestro propio destino sino hemos llegado al despertar de la conciencia; tal despertar resulta imposible si antes no muere el YO pecador (nuestros defectos).

6- ¿Aún a pesar de que he estudiado en escuelas esotéricas muchos años y de que me he abstenido en el sexo siendo casada, cree usted que no hay salvación para mí?

R- Lo que creo es que usted va muy mal: es casada y ha rechazado al “Consolador” del cual nos hablara Jesús el Cristo: me refiero al Espíritu Santo; es claro que el Espíritu Santo está en el sexo; sabiéndolo manejar se llega a la Iluminación, pero ustd lo odia y nisiquiera cumple sus deberes sexuales con el marido. ¿Todavía cree usted que va bien? Habrá recibido información de tipo ocultista o pseudoocultista, mas nada ha realizado; el Yo pecador está muy vivo en usted, reconózcalo; arrepiéntase, estudie nuestros libros y practique.

7- Yo hago trabajos de toda clase; arreglo maridos ajenos; hago venir a la gente a la fuerza, etc., etc., etc., y estoy muy bien económicamente ya que gano mucho dinero.

¿Qué podría usted decirme sobre esto?

R- La miseria en este caso le vendrá un poquito más tarde; mientras tanto conténtese con los sufrimientos morales que tiene que no son por cierto muy agradables; recuerde que tiene un hijo enfermo de epilepsia; esta clase de enfermos son realmente posesos del demonio. ¿No lo entiende usted? ¿No quiere entenderlo? La suerte que le aguarda será el abismo y la muerte segunda.


CAPITULO TRECEAVO

MAGIA PRACTICA





1- Por ser el cumpleaños de mi hermana, llegué a su casa a la cual no iba desde hacía bastante tiempo porque ella la frecuenta cada 8 días. La encontré bastante enferma sin saber a ciencia cierta lo que tenía; ella me explicaba que hacía mucho que sólo en las noches se sentía así y no podía dormir por falta de respiración; que cuando quería leer cierto libro esotérico que le habían prestado se ponía tan enferma que no podía leerlo, sólo diciendo el conjuro de los 7 que yo le había dado y llamándolo a usted. Viéndola tan enferma, me nació del corazón tomar dos huevos y limpiarla con ellos diciendo el conjuro de los Siete del Sabio Salomón que usted nos había enseñado. A los pocos minutos ella se sintió bien y pudo respirar perfectamente.

¿Deseo que usted me diga si hice bien y a qué se debió esa enfermedad?

R- No hay duda de que los tenebrosos suelen atacar a las personas que buscan el Sendero de la Luz; es claro que en el mundo invisible viven las potencias de las tinieblas; ellos vigilan y cuando ven que una alma intenta escapárseles de sus garras, entonces se esfuerzan en desviarlos, en alejarlos del Camino Luminoso.

Usted hizo muy bien curando a su hermana; no hay duda de que el huevo usado en la forma en que usted lo hizo tenía cierto poder mágico maravilloso; permite eliminar ciertas larvas y fluídos de tipo maligno que suelen acumularse en la atmósfera de las personas, ocasionando diversos malestares.

Es necesario que las personas que lean estas líneas conozcan ese conjuro de los Siete del Sabio Salomón que fue el que usted usó para ahuyentar a los tenebrosos que atacaban a su hermana. La conjuración es así:


CONJURACION DE LOS SIETE

EN NOMBRE DE MICHAEL, QUE JEHOVA TE MANDE Y TE ALEJE DE AQUI, CHAVAJOTH!

EN NOMBRE DE GABRIEL, QUE ADONAY TE MANDE Y TE ALEJE DE AQUI, BAEL!

EN NOMBRE DE RAPHAEL, DESAPARECE ANTE ELIAL, SAMGABIEL!

POR SAMAEL ZEBAOTH Y EN NOMBRE DE ELOHIM GIBOR, ALEJATE ANDRAMELECK!

POR ZACHARIEL ET SACHEL MELCK, OBEDECE ANTE ELVAH, SANAGABRIL!

EN EL NOMBRE DIVINO Y HUMANO DE SCHADDAI Y POR EL SIGNO DEL PENTAGRAMA QUE TENGO EN LA MANO DERECHA, EN NOMBRE DEL ANGEL ANAEL, POR EL PODER DE ADAM Y EVA QUE SON JOT-CHAVAH RETIRATE LILLIT; DEJANOS EN PAZ NAHEMAH!. POR LOS SANTOS ELOHIM Y EN NOMBRE DE LOS GENIOS CASHIEL, SEHALTIEL, APHIEL Y ZARAHIEL , AL MANDATO DE ORIFIEL; RETIRATE MOLOCH! NOSOTROS NO TE DAREMOS NUESTROS HIJOS PARA QUE LOS DEVORES. AMEN, AMEN, AMEN.

Hay que aprender de memoria esta conjuración y usarla en el momento en que se necesita; usted supo usarla en el preciso instante.
2- Al otro día regresé a su casa con otro hermano Gnóstico, porque la ví muy sombría, y juntos quemamos azufre, incienso y mirra en toda la casa; pusimos el Pentagrama esotérico que usted me había magnetizado e hicimos cadenas llamando a todos los Maestros de la Blanca Hermandad para que ellos ayudaran.

¿Cree usted que estuvo bien?

R- Los sahumerios son muy útiles para limpiar la atmósfera de las casas. El azufre, por ejemplo, desintegra larvas; los otros sahumerios hay que saberlos usar. Usted ha debido quemar el azufre por unos 9 días seguidos, para purificar la atmósfera de esa casa limpiándola de larvas astrales y después, haber continuado con los otros sahumerios, porque el incienso y la mirra son muy útiles, mas no se deben mezclar con el azufre; resultan incompatibles.

El Conde Cagliostro invocaba a los cuatro santo o cuatro Angeles que, situados en los cuatro puntos cardinales de la tierra, gobiernan todo el destino de los seres humanos.

No hay duda de que el Conde Cagliostro usaba también para esto los sahumerios; ofrecía laurel al Genio de la luz que vive en el Oriente, Mirto al Angel del Occidente, incienso al Rey del Norte, Mirra al Rey del Sur. En un caso de grave necesidad se pueden invocar a estos cuatro santos, ofreciéndoles sus sahumerios correspondientes a cada cual y pidiéndole de todo corazón la anhelada ayuda.


CAPITULO CATORCEAVO

MEDICINA OCULTA


1- ¿Qué me dice usted, maestro, sobre las curaciones a distancia?

R- Constantemente me vienen cartas de distintos lugares del mundo solicitando tales curaciones. Nosotros nos limitamos a la Medicina Espiritual, indicamos la hora precisa en que pueden concentrarnos, es decir pensar en nosotros, invocarnos.

Es claro que nosotros asistimos espiritualmente a los enfermos y algunas veces hasta nos hacemos visibles delante de ellos.

Por lo común, los instruímos en el sentido de que enciendan tres fuegos a determinada hora conveniente; les aconsejamos poner un vaso de agua ante esos tres fuegos o lumbres; les insinuamos que, después de una media hora de concentración en nosotros, beban del agua.

Es evidente que en esa agua depositamos ciertas substancias que, al ser llevadas al interior del organismo, suelen realizar curaciones maravillosas.

En el trabajo de curación cooperan varios Maestros tales como Paracelso, Hilariom, San Rafael y algunos otros. No siempre les indicamos concentración específica en SAMAEL. “Yo tengo mucho trabajo”; también les señalamos a cualquiera de los otros Maestros con el mismo propósito.

Lo importante es que los enfermos tengan fe porque ésta hace milagros; ya lo dijo el Cristo: “Tened fe como un grano de mostaza y moveréis montañas”. La fe es un poder solar maravilloso con el cual se pueden realizar muchos prodigios. Nuestro sistema de curación espiritual no riñe con los doctores; cada cual puede tener fe en nuestros métodos y consultar en el mundo físico a su médico.

2- ¿Se puede curar cualquier enfermedad por medio de estos métodos?

R- Es claro que los Maestros de la medicina sanan el cuerpo vital medicinándolo y el resultado más tarde es la curación del organismo físico; sin embargo, hay enfermedades kármicas muy graves, resultado de malas acciones cometidas en vidas anteriores; cuando el castigo es muy severo la curación se hace imposible; sin embargo, los Maestros de la Medicina asisten y tratan de salvar al paciente.

3- ¿Se puede llegar a curar sin necesidad de atención médica?

R- Cuando la persona no debe un karma muy grave los Maestros de la Medicina pueden curar al enfermo, aunque éste no consulte a ningún doctor.

4- ¿Todas las enfermedades son kármicas?

R- No hay que exagerar las cosas, distinguida señorita; no todas las enfermedades suelen ser kármicas; por eso es que muchos pacientes sanan rápidamente con nuestros procedimientos psíquicos o espirituales.

Empero es conveniente saber que por estos tiempos están apareciendo muchas enfermedades desconocidas, resultado espantoso de la perversidad humana; tales enfermedades suelen ser mortales.

5- ¿Puede usted decirme si existe la enfermedad del mal de ojo?

R- Tengo que decirle a usted que en las ciudades mueren millares de niños a consecuencia del mal de ojo. Sucede que en los países “super civilizados” las gentes no creen en tal enfermedad y por ello la mortandad aumenta en forma general.

Cualquier persona con fuerza hipnótica inconsciente, al mirar un niño hiere involuntariamente su cuerpo vital y el resultado no se hace esperar mucho; pronto la criatura aparece con grandes ojeras, vómitos, calentura, diarrea, etc., y los galenos, por lo común, diagnostican “Infección intestinal”; le recetan muchos antibióticos, cucharadas, etc., pero las criaturas, en vez de mejorar, enferma y muere.

6- ¿Qué se puede hacer para curar estos casos?

R- Lo mejor es hacer fuertes pases magnéticos de abajo hacia arriba sobre el rostro y párpados del niño, con el propósito firme de eliminar los fluídos vitales tenebrosos. Conviene encender un fuego, vela o veladora, y leerle a las criaturas la Conjuración de los Siete del Sabio Salomón, tal como está escrito en esta cartilla elemental de introducción a la Gnósis; (ver cap. 14), también se debe santiguar en la frente, en el pecho, sobre la cabeza y en las espaldas al niño enfermo a tiempo que se le leen los cuatro evangelios.

7- ¿Leer los cuatro evangelios es muy largo; no se podría abreviar algo?

R- Sí, se pueden leer las bienaventuranzas con verdadera fe, paraque la fuerza curativa sea lo suficientemente fuerte como para desalojar los malos fluídos acumulados en el organismo del enfermo, a fin de que éste sane.

8- ¿Existen enfermedades por hechicerías?

R- El mundo está lleno de eso distinguida señorita; podría citar innumerables casos, pero no cabrían dentro del marco de este libro que estamos terminando. Ante todo debo decirle que lo primero que se necesita es el diagnóstico exacto; sólo así es posible curar.

Desafortunadamente son muy raros los curanderos que de verdad saben diagnosticar una enfermedad ocasionada por hechicerías. Voy a citar un caso muy especial relatado por el Sabio Waldemar; va entre comillas porque no me gusta adornarme con plumas ajenas, mas como es realmente sensacional, es bueno que nuestros lectores lo conozcan.

“Uno de los casos más interesantes de celos vampirescos lo experimentó el investigador ocultista francés Eliphas Levi (abate Constant).”

“Durante su estancia en Londres trabó Levi amistad con un joven duque, en cuya casa estaba invitado casi cada día. Hacía poco que el duque se había casado con una joven y extraordinariamente bella princesa francesa y por cierto que contra el deseo de su familia protestante, ya que la joven era católica practicante.”

“El duque, como pudo comprobarlo Lévi, había llevado durante largos años una vida un tanto frívola, por no decir libertina, teniendo mucho tiempo por amante a una joven italiana, bailarina de ballet, hasta que por fin la dejó, puesto que en realidad sólo amaba por entero a su esposa”.

“Cierta tarde enfermó la duquesa, por lo que tuvo que guardar cama; los médicos diagnosticaron un principio de embarazo, pero luego se mostró que la debilidad que padecía debía tener por origen otra causa. Y a pesar de que el duque llamó a consulta a los más famosos médicos de Londres, éstos se vieron ante un enigma. Fueron empleados los más diversos remedios, más sin éxito alguno”.

“Frecuentaba también el palacio del duque un anciano abate francés, que conocía ya a la princesa de París, y quien halló especial agrado en conversar con Eliphas Lévi sobre problemas metafísicos, por los que él también se interesaba desde décadas, y no sólo teóricamente. Cierta noche se quedaron ambos a solas en el salón, pues el duque preocupado, había ido al lado de su mujer enferma. Era una noche fría y húmeda; fuera ondeaba la célebre niebla londinense que empañaba la luz de los faroles. De pronto, el abate asió de una mano a Lévi y dijo con voz queda: “Escuche, querido amigo, desearía hablar de algo con usted. ¿Puedo estar seguro de su entera discresión? “Lévi respondió afirmativamente, y el abate prosiguió: “Tengo todos los motivos para suponer que la enfermedad de la duquesa no es natural. Conozco a Mildred desde niña y siempre fue la muchacha más sana que usted pueda imaginar. Mas ahora languidece y se debilita de día en día; parece como si se desangrara misteriosamente”....

“¿Cree usted que se halla bajo el influjo de algún poder oscuro? ¿Qué hay en juego algún sortilegio? - Preguntó Lévi -“

-Puedo fiar muy bien de mi voz interior, y por ello casi me atravería a decir que en esa enfermedad hay algo que no va como debe. ¿Quiere usted ayudarme a romper el ensalmo?”

“ - Con mucho gusto”.

“- Bien, en tal caso no debemos perder tiempo. Le agradecería que media hora antes de la medianoche viniese a mi domicilio para una conjuración en compañía. Intentaré interpelar al poder tenebroso. Acaso nos llegue una respuesta del más allá....”

“Tras esta conversación. Eliphas Lévi tomó un coche de punto y se trasladó a su domicilio, donde hubo de lavarse, afeitarse y mudarse de ropa de cabeza a pies, pues los espíritus de la zona media, que eran los que pensaba invocar el abate, exigían de sus conjuradores la más escrupulosa limpieza. También el traje debía estar de acuerdo con su naturaleza; no soportaban ningún tejido animal, por lo que quedaban descartados los de lana, así como los zapatos de piel”.

“Debido a que la casa del abate se hallaba al Nordeste, en Hampstead Heath, y Eliphas vivía en la plaza Russel, o sea que era considerable la distancia entre ambos lugares, Eliphas debió hacer su aseo a fondo con cierta prisa si quería estar a la hora convenida con el abate. A unos cuarenta minutos antes de la medianoche llegó a Hampstead Heath. El abate en persona, todo de blanco, le abrió la puerta y lo condujo por una elevada escalinata a un aposento que se hallaba a un extremo del corredor del primer piso. Aquí, los ojos de Eliphas debieron primero acostumbrarse a la oscuridad: llamitas azuladas y temblorosas despedían un incienso oliendo a ámbar y almizcle”.

“A la incierta luz, Eliphas observó una gran mesa circular que se hallaba en el centro de la habitación, y plantado sobreella, el crucifijo invertido, símbolo del falo. Junto a la mesa se encontraba un hombrecillo delgado. “Es mi criado - cuchicheó el abate. - Ya sabe usted que es indispensable la cifra de tres para estas conjuraciones. Comience usted con la primera invocación”. Esta invocación por parte del abate era más que una cortesía, pues las potencias de la zona media podrían enojarse y vengarse sobre el dueño de la casa, hasta acarreándole la muerte, caso de que permitiera rebajar la armonía de su esfera por un intruso incompetente”.

“El ceder, pues, así la invocación al amigo, era muestra de que consideraba a Eliphas como maestro de primera categoría en la magia. Y la tal suposición era en verdad justificada. Si alguien podía ejecutar con éxito, con frente despejada y sin temor, puro corazón y una voluntad fortalecida por numerosas pruebas, las milenarias ceremonias de la magia sagrada, era este hombre, que en el reino de los espíritus ejercía tanto dominio como en el de sus criaturas encarnadas y adeptos”.

“Entre el velo de humo, Eliphas tendió la mano instintivamente a la izquierda; allá debía hallarse el recipiente con el agua bendita que debía haber sido sacada, en una noche de plenilunio, de una cisterna y velándose, orando sobre ella durante veintiuna noches. Ahora hizo una aspersión a los cuatro ángulos de la habitación; el Abate hacía de acólito y ondeaba el incensario. En el humo comenzaron a forjarse raras figuras y, al mismo tiempo, les pareció como si un frío helado brotara del suelo y les llegara hasta la punta del pelo, dificultándoles la respiración”.

“Eliphas Lévi profirió hora con más fuerza las palabras de invocación. Súbitamente parecieron retirarse las paredes de la habitación, y como si se abriese un abismo ante ellos, amenazando engullirles, infinito y astral: brillaron resplandores de destellante luminosidad, y se cubrieron los ojos para no ofender, por una mirada indiscreta, al espíritu invocado. Con voz recia preguntó Lévi la causa de la enfermedad de la duquesa Mildred. No recibió respuesta. Los vahos del humo se espesaron de tal modo que amenazaban con privar los sentidos. Precipitándose a la ventana, Eliphas oyó súbitamente una voz, la cual, aunque era fuerte y resonante, parecía salir de lo más profundo de sí mismo y llenar todo el espacio de su alma. Lo que la voz le gritó era tan espantoso, que sus piernas se negaron a moverse, y se quedó como petrificado en el mismo sitio en que estaba”.

“El Abate fue ahora quien se precipitó a su lado junto a la ventana, pero sus manos temblorosas, sin fuerzas, no lograron abrir el pasador. El criado, que había asistido pasivamente a la invocación, yacía desmayado en el suelo”.

“Eliphas salió por fin de su entumecimiento y rompió el cristal con el crucifijo, absorviendo con fruición, en compañía del abate, el aire fresco de la noche especialmente él, que bañaba, por decirlo así, su febril cabeza en la húmeda niebla. Por todos sus nervios recorría la espantosa acusación que el misterioso espíritu había lanzado con claridad inequívoca contra él. Cuando por fin se recobró algo, se volvió a la habitación. El humo se había disuelto entretanto, y la lamparilla seguía ardiendo tenuemente. El abate, palidísimo, contemplaba a Eliphas con ojos dilatados, y balbuceó: “¿Es usted realmente culpable, amigo mío? O puedo creerlo!”.

“ - ¿Así que ha oído usted la respuesta del espíritu?”

“El Abate dejó caer la cabeza, como abrumado, en gesto de asentimiento: “.....Sí..... - musitó apenas perceptiblemente!”....

“Le juro a usted - manifestó con vehemencia Lévi - que he tomado el símbolo con manos puras, que en mi vida cometí jamás un crimen! Le juro a usted que no estoy manchado de sangre!.”

“Al decir estas palabras, se acercó más a la lámpara, de manera que el resplandor de ésta cayó de lleno sobre él. Espantado, señaló ahora el Abate con el dedo a la mandíbula y pechera de la camisa de Eliphas. “Ahí... mírese usted mismo al espejo...” dijo, tomando de la mano a su amigo y conduciéndolo ante un gran espejo de pared que pendía en una habitación contigua. Y allá comprobó Eliphas un rasguño en su barbilla, con unas gotitas de sangre seca; también en su camisa aparecían otras gotitas. Debió haberse cortado al afeitarse tan apresuradamente... Así, la respuesta del espíritu se explicaba perfectamente: “Yo no hablo con un manchado de sangre”.

“Lévi sintió como si su corazón se aligerara en muchas arrobas; el Abate parec0ía, no obstante, más abrumado y se había dejadoc aer sobre un sofá; contraíanse convulsivamente sus hombros y escondía el rostroentre las manos. Lévi intentó calmar al anciano, pero éste le rechazó diciendo: “Se trata de la pobre Mildred; cada hora consume su vida. De no ser así, podríamos invocar de nuevo al espíritu en tres veces veintiún días, con las debidas ofrendas y plegarias...., pero es demasiado tiempo, pues en el interin morirá Mildred.

“Lévi no supo que responder y se cernió un silencio denso, que cortó el Abate al levantarse y caminar con pasos un tanto vacilantes de un lado a otro de la sala: “Cueste lo que cueste, debo obtener una respuesta... a cualquier precio! Prométame, amigo mío, que no me abandonará!”

“Una vaporosa determinación se leía en la mirada del anciano; para tranquilizarle, Eliphas respondió:”

“Le dí mi palabra de ponerme a su disposición como mago. Y puesto que el objetivo no ha sido logrado aún, mantengo la palabra dada.”

“Entonces, quédese aquí; dentro de doce horas efectuaremos otra conjuración; invocaré a los espíritus de la zona baja...”

“Eliphas se sobresaltó; ¿se había vuelto loco el viejo? Usted.... ¿qué? Dijo ¿Usted?... un hijo de la Iglesia quiere entrar en contacto con los espíritus infernales? No, eso no está ni siquiera en la intención de la devota duquesa! Renuncie a ello, no arriesgue su alma!.”

(Es ostensible que invocar demonios es magia negra. Resulta palmario que la magia negra trae hambre, desnudez, enfermedades y calamidades físicas y morales).

“Había tal glacial decisión en las palabras y ademanes del Abate, que Eliphas sintió que toda réplica sería vana. Y contra su voluntad, aunque por lealtad a la palabra dada, aceptó el requerimiento de su amigo.”

“Quedose como huésped en la casa y, tras la extraordinariamente tensa y fatigosa conjuración anterior, durmió tan pesada y profundamente que se despertó tarde en la mañana”.

“ El día pasó en las debidas purificaciones y plegarias. Por la noche, Eliphas recibió la ropa apropiada para el servicio del Diablo, y los requisitos. Como ya antes había manifestado el Abate que, aunque le asistiría como acólito, no tomaría parte activa en la invocación; vistióse también con el ropaje prescrito”.

(Lo que sucedió después, es algo que francamente de ninguna manera quiero transcribir porque hay responsabilidad en la palabra; es preferible en este caso callar. “El silencio es la elocuencia de la sabiduría”).

(Es palmario que si uno transcribe párrafos tenebrosos, se convierte en cómplice del delito; eso es tanto como enseñar a las gentes magia negra.)

(Afortunadamente los invocadores del presente relato, no lograron hacer visibles y tangibles a los demonios invocados).

(Lo único que consiguieron fue que brotara de entre la pared una salamandra o pequeña criatura inocente del fuego).

“El Abate, haciendo acopio de todas sus fuerzas, preguntó por la dolencia de la duquesa”.

“Batracios! - dijo la Salamandra con voz infantil, y en el mismo instante desapareció”.

“Eliphas vio entonces como el Abate se tambaleaba y se desplomaba al suelo”.

“Eliphas tomó en brazos su magro cuerpo y lo llevó al dormitorio, donde desnudando al anciano le puso en la cama, yendo luego a buscar al criado que trajese algún reconfortante. Al volver, se encontró con que el Abate había vuelto en sí por completo, más su aspecto era el de un hombre abatido que parecía haber envejecido muchos años”.

(Es obvio que el Abate estaba haciendo esfuerzo sobrehumano por salvar a la duquesa).

“Todo inútil! - dijo con voz feble la pobre Mildred habrá de morir!.. Mi alma... oh mi alma...! ¿qué quiere decir batracios?”.

“Sólo sé - respondió Eliphas que es una palabra griega que significa rana”.

“No tardó en venir el criado con vino y bizcocho, pero el Abate rechazó todo alimento; Eliphas tomó algo e intentó arrancar de su desesperado letargo a mi amigo, mas fue inútil que pretendiera reanimarlo. Y con el corazón oprimido se trasladó a su domicilio”.

“Al día siguiente fue a informarse de cómo se encontraba el Abate y la duquesa.”

“Mildred iva cada vez peor. El médico de cabecera daba por descontado su óbito.”

“También el Abate se hallaba en grave estado; se negaba a todo alimento, no respondió al principio a las preguntas del amigo, y le manifestó después que pensaba poner fin a sus días mediante la inanición. Hondamente entristecido se despidió Lévi, preocupándole mucho las trágicas consecuencias del pecaminoso conjuro.”

“Durante las dos tardes siguientes, se sumió de nuevo en sus acostumbrados estudios y, mientras leía el Enquiridion de León III, se detuvo en un punto en el que, por medio de la clave de Trithenus, se descifraba del escrito esotérico kabalístico lo siguiente: “Un apreciado encantamiento maléfico es el de la rana”. (Nos abstenemos de entregar la fórmula secreta del sapo para no dar armas a los criminales perversos de la magia negra).

“Como un relámpago atravesó la mente de Eliphas, y sin cerrar siquiera el libro, se puso el sobretodo y lanzóse a través de las calles de Londres, que se ivan sumiendo en el crepúsculo vesperal. Por fin halló un carruaje y le pareció insoportablemente largo el tiempo que tardó en llegar al palacio del duque. Rostros llorosos le recibieron en él: a duquesa se encuentra en agonía; se le administran los últimos sacramentos...”, le informaron”.

“Yo puedo salvarla”!, clamó Eliphas; y apartando a los pasmados criados se precipitó a la habitación de Mildred, donde halló al duque. Con jadeante respiración, Eliphas le suplicó: “Me conoce usted lo bastante para saber que soy de su confianza. Créame, pues, que no se ha perdido aún toda la esperanza. En tanto viva la duquesa no hay por qué desesperar. Pero le ruego me deje a solas con ella, y por amor de Dios, no me pregunte nada...., tenga confianza en mí”! Aunque atónito y confuso al extremo, el duque accedió al deseo de Eliphas, pidiendo a los presentes en la estancia un médico, un sacerdote y una doncella de la paciente, que la abandonaran. Una vez solo, Lévi cerro la puerta tras sí y se aproximó al lecho de la Princesa. “Ya me lo suponía”, murmuró al ver a Mildred sumida en una especie de catalepsia con los ojos en blanco. Sus labios estaban morados y respiraba con suave estertor”.

“Inmediatamente puso Lévi manos a la obra y comenzó a levantar el entarimado del umbral, pero la madera se resistió a sus temblorosos dedos. Sacó su navaja del bolsillo, cuya hoja rompió en su frenético intento. Finalmente, y con desesperada fuerza, logró levantar el listón. Le sangraban los dedos, pero su esfuerzo había sido bald¡o..... Nada había oculto allá! Levantó luego las alfombras... Tampoco! Volvió a mirar a la duquesa, quien respiraba dificultosamente, y reparó en que su mano izquierda pendía singularmente contraída a un lado. “La cama”, pensó Lévi. Y en la certidumbre de buscar ahora en el debido sitio, alzó a la enferma de su lecho y la depositó tan suavemente como pudo sobre una otomana que había contra la pared. Dedicóse seguidamente, con creciente excitación, a resolver mantas y almohadas...mas nada.... nada de nuevo. Sacó el colchón y lo deshizo; tanteó, palpó, hurgó su crin.... y.... sus dedos tropezaron con un objeto blanduzco, esponjoso; lo asió, lo sacó..... y en efecto, aquello era lo que buscaba... se precipitó fuera de la habitación, provó al duque tras breve explicación que pusiera a su disposición un carruaje y trasladóse en él con la mayor rapidez a su domicilio, llegando al cual se puso de nuevo a la tarea, quemando, en las llamas de pez y azufre, a la bestia infernal, siguiendo al pie de la letra la prescripción del Enquiridión. Abrió la ventana de su habitación de par en par, a fin de que desapareciera el mal olor, y abrumado por un enorme cansancio, echóse vestido como estaba en su cama, sumiéndose al instante en profundo sueño”.

“Al día siguiente fue recibido como un salvador en el palacio del duque. De manera pasmosa, y en absoluto incomprensible para los médicos, el estado de salud de la joven duquesa había mejorado a tal punto, que podía ya hablarse de una franca superación de la crisis”.

“El mismo día 28 de Octubre de 1865, Londres se impresionó con la sensacional noticia de que la Diva del Ballet María Bertin, había fallecido repentinamente sin enfermedad alguna, mas esta noticia no fue la única; pocas horas después era también arrebatada por la muerte una próxima pariente del duque, vieja solterona, que había sido apasionada enemiga de Mildred y que en vano había intentado impedir el matrimonio del Duque con la Princesa católica”.


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