Cayo Julio César
1.
Introducción
Cayo
Julio César (100-44 a.C.), general
y político romano, creó los cimientos del futuro sistema imperial romano al
final de la República.
2.
La primera etapa de su vida
Nacido en Roma el 12 o
13 de julio del año 100 a.C., perteneció a la prestigiosa familia Julia;
desde su más tierna infancia conoció la polémica política. Su tío fue Cayo
Mario, líder de los populares. Este partido apoyó reformas agrarias contra las
que estaban los reaccionarios optimates, una fracción senatorial. En su
último año como cónsul, Mario provocó muchas bajas entre los optimates,
al mismo tiempo que nombraba al joven César flamen dialis, uno de los
arcaicos sacerdocios sin poder. Esto lo identificó con la política extremista
de su tío, y su matrimonio en el 84 a.C. con Cornelia, la hija del socio
de Mario, Cinna, reafirmó su confirmación como radical. Cuando Lucio Cornelio
Sila, líder de los optimates, fue nombrado dictador en el 82 a.C.,
publicó una lista de adversarios para ser ejecutados. Aunque César no resultó
perjudicado, Sila le ordenó que se divorciara de Cornelia. Negándose a cumplir
esa orden, creyó prudente salir de Roma. No regresó a la ciudad hasta el
78 a.C., tras la dimisión de Sila.
César tenía entonces 22
años. Incapaz de obtener un cargo, dejó Roma de nuevo y se fue a Rodas, donde
estudió retórica; regresó a Roma en el 73 a.C., convertido en un orador
muy persuasivo. El año anterior, mientras estaba en Rodas, había sido elegido
para el Pontificado, un importante colegio de sacerdotes romanos.
3.
El triunvirato
En el año 71 a.C. Pompeyo
Magno, que se había hecho acreedor de su epíteto sirviendo bajo el mando de
Sila, regresó a Roma, tras derrotar a Quinto Sertorio, el general de los
rebeldes populares, en Hispania. Ese mismo año, Marco Licinio Craso, patricio
acaudalado, reprimió la sublevación de esclavos dirigida por Espartaco en
Italia. Tanto Pompeyo como Craso obtuvieron el consulado en el 70 a.C.
Pompeyo, quien para entonces había cambiado de bando, era técnicamente
inadecuado, pero con la ayuda de César obtuvo el cargo. En el 69 a.C.,
César fue elegido cuestor y en el 65 a.C. edil curul, cargo en el
que obtuvo gran popularidad con sus generosos juegos de gladiadores. Para
pagarlos, pidió dinero prestado a Craso. Esto unió a los dos hombres, quienes
también hicieron causa común con Pompeyo. Cuando César regresó a Roma en el
60 a.C., después de un año como gobernador de Hispania, se unió a Craso y
Pompeyo para formar el primer triunvirato; con el fin de fortalecer aun más su
relación, Pompeyo se casó con la hija de César, Julia. Con la ayuda de esta
alianza, César fue elegido cónsul en el 59 a.C. a pesar de la hostilidad optimate,
y en el 58 a.C. se le nombró gobernador de la Galia. Durante los siete
años siguientes dirigió las campañas conocidas como las guerras de las Galias,
al final de las cuales el poder romano se estableció sobre el centro y norte de
Europa, al oeste del río Rin.
3.1.El juego del
poder
Mientras César estaba
en las Galias, sus agentes intentaron dominar la política en Roma. Sin embargo,
esto amenazó la posición de Pompeyo y fue necesario que los triunviros se
reunieran en Lucca en el 56 a.C., tras lo cual se reconciliaron. Se
decidió que César podía continuar en las Galias otros cinco años, mientras
Pompeyo y Craso podían ser cónsules en el 55 a.C.; después de esa fecha,
los triunviros tendrían poder proconsular sobre sus respectivas provincias.
César se marchó para reprimir una sublevación en las Galias y dirigir una
expedición a Britania. Cuando llegó a Britania se supone que dijo “veni,
vidi, vinci” (“llegué, vi y vencí”). Craso, siempre ansioso de gloria
militar, se marchó a su cargo en Siria. Después de entrar en guerra con Partia,
fue derrotado y muerto en Carres en el 53 a.C. Esto aumentó las
diferencias entre César y Pompeyo, cuyos lazos familiares se habían roto con la
muerte de Julia en el 54 a.C.
4.
La guerra civil
En el año 52 a.C., tras
el fallecimiento de Craso, Pompeyo fue nombrado único cónsul. Este cargo,
combinado con sus otros poderes, lo situó en una posición privilegiada. Celoso
de sus jóvenes rivales, decidió acabar con el poder de César, un objetivo que
no podía realizar sin antes quitarle el mando de las Galias. Para protegerse,
César sugirió que él y Pompeyo renunciaran a sus mandos simultáneamente, pero
esto fue rechazado; incitado por Pompeyo, el Senado pidió a César que
renunciara a su mando y disolviera su ejército o sería considerado enemigo
público. Los tribunos, que eran agentes de César, vetaron esta moción, pero
fueron expulsados del Senado. Entonces éste confió a Pompeyo la seguridad del
Estado. Sus fuerzas, muy superiores en número a las de César, estaban dispersas
por todas las provincias y sus tropas de la península Itálica no estaban
preparadas para la guerra. A principios del año 49 a.C. César cruzó el
Rubicón, un pequeño río que separaba su provincia gala cisalpina de Italia y se
dirigió rápidamente hacia el sur. Pompeyo huyó a Brundisium (la actual
Brindisi) y desde allí a Grecia. En el periodo de tres meses, César controló
toda la península Itálica y sus fuerzas tomaron Hispania y el puerto clave de
Massilia (la actual Marsella, en Francia).
En Roma, César se convirtió
en dictador hasta ser elegido cónsul en el 48 a.C. A principios de ese año
llegó a Grecia y destruyó las fuerzas de Pompeyo en Farsalia. Éste huyó a
Egipto, donde fue asesinado. Cuando César visitó Egipto, instaló a Cleopatra,
hija del fallecido rey Tolomeo XII, como reina. En el 47 a.C. sometió a
Asia Menor y regresó a Roma como dictador. Aproximadamente en el 48 a.C. todas
las fuerzas optimates habían sido derrotadas y el mundo mediterráneo
pacificado.
5.
Dictadura y asesinato
La base del poder de César
era su posición de dictador ‘vitalicio’. Según la constitución tradicional
republicana este cargo sólo podía desempeñarse durante seis meses en una
situación de gravedad extrema. Sin embargo, esa regla se había roto incluso
antes de César. Sila había gobernado como dictador durante varios años y César
siguió este precedente. También fue nombrado cónsul por diez años en el año
45 a.C. (en el mismo año en que derrotó, en la península Ibérica, a los
hijos de Pompeyo Magno en la batalla de Munda) y recibió la inviolabilidad de
los tribunos. Además obtuvo honores que incrementaron su prestigio. Vistió la
toga, la corona y el cetro de un general triunfante y usó el título de imperator.
Es más, como sumo sacerdote, fue jefe de la religión del Estado, pero sobre
todo tenía el mando de todos los ejércitos, lo cual continuó siendo la
principal fuente de su poder.
César estableció un programa
de reformas muy variado. En las provincias eliminó el corrupto sistema de
impuestos, patrocinó el establecimiento de colonias de veteranos y amplió la
ciudadanía romana. En la metrópoli reorganizó las asambleas e incrementó el
número de senadores. Su reforma del calendario dio a Roma un medio racional
para registrar el tiempo.
Sin embargo, varias familias
senatoriales sentían que César amenazaba sus posiciones; el honor y los poderes
de César les hacían temer que éste quisiera ser rex (rey), un título
que, como republicanos, odiaban. En el año 44 a.C., un grupo de senadores,
entre ellos Cayo Casio y Marco Junio Bruto, conspiraron para llevar a cabo su
asesinato. En los idus (el 15) de marzo del 44 a.C., cuando César
entró en el Senado, el grupo lo asesinó.
6.
Vida íntima
Después de la muerte de
la primera esposa de César, Cornelia, en el 68 a.C., se casó con Pompeya,
nieta de Sila. Cuando los misterios de la Bona Dea, presididos por ella, fueron
violados, fue difamada por las habladurías y César se divorció, arguyendo ante
el Senado que su esposa debía estar por encima de toda sospecha (no sólo debía
ser honrada, sino parecerlo). Su siguiente matrimonio (59 a.C.) lo llevó a
cabo con Calpurnia y se debió a motivos políticos. Al no tener César herederos
varones, en su testamento estableció la condición de que su sobrino nieto,
Octavio, se convirtiera en su sucesor. Octavio fue el primer emperador de Roma
con el nombre de Augusto.
César fue un escritor
de talento, con un estilo claro y sencillo. Sus Comentarios sobre la guerra
de las Galias (De bello gallico), en los cuales describe las Galias
y sus campañas gálicas, son unas de las principales fuentes de información
sobre las primeras tribus celtas y germanas.
7.
Logros
La opinión de los eruditos
sobre los logros de César está dividida. Algunos le consideran un tirano sin
escrúpulos, con un insaciable apego al poder, y le culpan de la desaparición de
la República de Roma. Otros admiten que pudo ser cruel, pero insisten en que la
República ya estaba destruida. Mantienen que para salvar el mundo romano del
caos debía crearse una nueva clase de gobierno. En realidad, las reformas de
César dieron estabilidad al mundo mediterráneo. También fue un general
excepcional, que inspiró lealtad a sus soldados. En tanto que una de las figuras
más notables del mundo antiguo, fue el tema de muchas obras literarias y
biográficas, incluido el drama Julio César (c. 1599) del inglés
William Shakespeare.
Cayo Salustio Crispo
Cayo
Salustio Crispo
(86-c. 35 a.C.), historiador romano cuyo trabajo influyó en el
desarrollo de la historiografía. Nació en una familia plebeya en la ciudad de
Amiternum, al norte de la actual ciudad italiana de L’Aquila. Nombrado tribuno
de la plebe en el 52 a.C., Salustio se opuso al partido aristocrático
romano y a su líder, Pompeyo Magno, y desde un principio apoyó a su rival,
Julio César, a quien se unió en la guerra civil (49-45 a.C.). Actuó como
cuestor en el 49 a.C. y como pretor, en el 46 a.C., acompañando a
César en su campaña africana, a cuyo término, César le nombró gobernador del
reino anexionado de Numidia (en la actual Argelia). Se hizo muy rico y regresó
a Roma con una inmensa fortuna, construyendo los jardines cercanos a la colina
del Quirinal, conocidos durante siglos como Horti Sallustiani. Se retiró
de la vida pública y se dedicó a sus trabajos históricos.
Las dos obras completas que se
conservan son Bellum Catilinae (La conjuración de Catilina), un
relato vivaz de la conspiración en el 63 a.C. del líder político romano
Lucio Sergio Catilina, y Bellum Iugurthinum (La guerra de Yugurta),
historia de la guerra librada a finales del siglo II a.C. entre los romanos y
Yugurta, rey de Numidia. Sólo se conservan fragmentos de sus cinco libros sobre
la historia de Roma desde el 78 hasta el 67 a.C. Salustio tomó como modelo
al historiador griego Tucídides, para intentar explicar los acontecimientos y
hacer que sus relatos fueran legibles y dramáticos. En ellos expresó su
desaprobación de la debilidad e inmoralidad del Estado romano, en su
característico estilo conciso.
Tito Livio
Tito
Livio
(59 a.C.-17 d.C.), historiador romano, cuya principal obra,
denominada Ab urbe condita libri CXLII (más conocida como Décadas),
es una de las fuentes más importantes sobre la historia más antigua de Roma y
uno de los mejores trabajos de la literatura latina. Tito Livio nació en
Patavium (actual Padua), en el norte de Italia, pero posiblemente pasó la mayor
parte de su vida en Roma, donde fue tutor del futuro emperador Claudio I.
Sus Décadas son una narración en 142 libros de los acontecimientos
ocurridos desde la legendaria fundación de la ciudad en el 753 a.C. hasta
el 9 a.C., publicados entre el 26 a.C. y el 14 d.C.
Tito Livio escribió durante el
reinado del emperador Augusto, cuando el Imperio romano dominaba el mundo
mediterráneo, con la intención tanto de demostrar que Roma había sido destinada
a la grandeza ya desde los días de sus humildes orígenes, como de proporcionar
un fondo adecuado para las glorias de la época de Augusto. Usó el material que
encontró en los relatos de historiadores romanos anteriores a él, sin intentar
diferenciar hechos veraces de los ficticios; de ahí que su trabajo se distinga
más por su estilo literario y habilidades dramáticas que por su exactitud
histórica. Su obra fue la historia de Roma más leída y admirada hasta el
renacimiento.
Publio Cornelio Tácito
Publio
Cornelio Tácito
(c. 55-c. 120), historiador romano. Probablemente nacido en Roma,
todo lo que se sabe de su vida es a través de referencias sobre sí mismo en sus
obras o a través de las cartas que le escribió el político y orador romano
Plinio el Joven. Parece ser que ocupó el cargo de cuestor en el 79, el de
pretor en el 88 y el de cónsul sufecto en el 97. Se cree que fue procónsul
(gobernador) de Asia en los años 112 y 113. Los últimos años de su vida los
dedicó sobre todo a la redacción de trabajos históricos, de los cuales se
conservan menos de la mitad.
Su obra más antigua conocida es
el Dialogus de oratoribus (Diálogo de los oradores), escrita
hacia el 81, valiosa por su descripción de la educación romana. En De vita
Iulii Agricolae (Vida de Agrícola, hacia el 98), relata la vida de
su suegro, el político y general romano Cneo Julio Agrícola, una muestra
excelente del estilo hagiográfico romano. La tercera de sus obras cortas es Germania
(escrita hacia el 98), una monografía sobre la etnografía de Germania.
Las Historiae (Historias),
el primero de sus dos principales trabajos, parece ser que se compuso entre el
104 y el 109. Es la historia del Imperio romano desde el 69 d.C. hasta el
asesinato del emperador Domiciano en el 96. De la obra original, posiblemente
compuesta por catorce libros, sólo se conservan los cuatro primeros y parte del
quinto. Su trabajo más característico, comúnmente llamado Annales
(escrita hacia los años 115 o 117), aunque es posible que en un principio se
titulara Ab excessu Diui Augusti (Desde la muerte del divino Augusto),
es la historia de los emperadores de la dinastía Julia-Claudia, desde Tiberio
hasta Nerón, y cubre desde el 14 d.C. hasta el 68. En un principio esta
obra comprendió dieciséis libros, pero sólo se conservan nueve y algunos
fragmentos de los restantes.
Su gran poder
como historiador radica en su perspicacia psicológica y en la brillantez de sus
retratos de personajes. Su estilo es una combinación eficiente de expresiones
concisas y pintorescas. Ensalzó los ideales de la República romana y realizó
descripciones críticas muy profundas de muchos de los emperadores romanos.
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