Practica de la Toma de Refugio
Extraído de Las Palabras de mi Perfecto Maestro de Dza Patrul Rimpoche,
texto Nying-ma que recoge las practicas preliminares del Dzog-chen.
Primero, visualiza el campo de méritos en presencia del cual tomarás refugio:
Considera que todo el lugar donde te encuentras es un campo de Budas, hermoso y agradable, hecho de todo tipo de sustancias preciosas. El suelo es tan llano como la superficie de un espejo, sin colinas, valles o irregularidades. En el medio, frente a ti, crece un árbol que colma los deseos con cinco grandes ramas extendiéndose desde su tronco. Sus perfectas hojas, flores y frutos se extienden tan lejos en todas las direcciones que llenan la totalidad del cielo, y de cada rama y ramita cuelgan multitud de fascinantes joyas y campanas de muchos tipos.
Sobre la rama central hay un trono enjoyado sostenido por ocho grandes leones. Sentado sobre el trono, en un asiento consistente en lotos multicolor, un sol y una luna, esta tu propio y glorioso maestro raíz, fuente incomparable de compasión, encarnación de la esencia de todos los Budas del pasado, presente y futuro, apareciendo en forma del gran Vajradhara de Uddiyana. Su tez es blanca, teñida de rojo. Tiene una cara, dos brazos y dos piernas y está sentado en la postura real. En su mano derecha sostiene un vajra dorado de cinco radios con el gesto amenazador. En su mano izquierda, la cual descansa en la postura de meditación, sostiene una copa-cráneo conteniendo un vaso llenado con la ambrosía de la sabiduría inmortal. La tapa del vaso esta culminada por un árbol que colma los deseos. Lleva un manto brocado, ropas monásticas y una larga túnica azul de manga larga, y en su cabeza el sombrero de loto. Sentado con el en unión esta su consorte, la dakini blanca Yeshe Tsogyal, sosteniendo un cuchillo curvo y una copa-craneo.
Visualízalo sentado ante ti de esta manera, con todos los lamas del linaje sobre su cabeza, uno encima del otro. Los maestros de la transmisión del tantra general son innumerables, pero aquí visualizamos particularmente las figuras principales del linaje Esencia-corazón de la Gran Perfección; Samantabhadra, el dharmakaya; Vajrasatva, el sambhogakaya; Garab Dorje, el nirmanakaya; el maestro Jampel Senhyen; Guru Shri Singha; el sabio Jñanasutra; el gran pandit, Vimalamitra; Padmasambhava de Uddiyana y sus mas allegados discípulos, los Tres Amigos - el rey del Dharma Trisongdetsen, el gran traductor Vairotsana y la dakini Yeshe Tsogyal; el omnisciente Longchen Rabjampa; y Rigzin Jigme Lingpa. Cada uno de ellos debe visualizarse con sus propios ornamentos y atributos particulares. Todos ellos están rodeados por una inconcebible multitud de deidades yidam de las cuatro secciones del tantra, y por dakas y dakinis.
En la rama frontal esta el Buda, el Conquistador Sakyamuni, rodeado por los mil-dos Budas perfectos de este Buen Kalpa, así como también por todos los demás Budas del pasado, presente y futuro y de las diez direcciones. Todos ellos están en la forma del supremo nirmanakaya, vestidos con ropas monásticas, todos llevando las treinta y dos marcas mayores del estado de Buda - la protuberancia de la coronilla, las ruedas marcadas en las plantas de los pies, etc. - y los ochenta signos menores. Están sentados en la postura vajra. Algunos son blancos, algunos amarillos, algunos rojos, algunos verdes y algunos azules. De sus cuerpos fluyen inconcebibles rayos de luz.
En la rama de la mano derecha visualiza los ocho grandes Hijos Allegados, encabezados por los Protectores Bodhisattva de las Tres Familias - Mañjushri, Vajrapani y Avalokiteshvara - y rodeado por la totalidad de la noble sangha de Bodhisattvas. Son blancos, amarillos, rojos, verdes y azules. Todos ellos llevan los trece ornamentos del sambhogakaya, y permanecen de pie con los dos pies juntos.
En la rama de la mano izquierda visualiza los dos principales shravakas, Sahriputra y Maudgalyayana, rodeado por la noble sangha de los shravakas y pratyekabuddhas. Todos son de color blanco, y vestidos con las tres ropas monásticas. También ellos permanecen de pie, sosteniendo sus cuencos de limosna y báculos de peregrino en sus manos.
En la rama posterior visualiza la Joya del Dharma en forma de una pila de libros. En lo mas alto, recubiertos de un entramado de luces, están los seis millones cuatrocientos mil tantras de la Gran Perfección, la etiqueta de cada volumen mirando hacia ti . Todos estos volúmenes aparecen muy perfecta y claramente, y resuenan con la melodía espontánea de las vocales y consonantes.
Entre las ramas se encuentran todos los gloriosos protectores del Dharma, tanto los protectores de la sabiduría como los protectores obligados por el efecto de sus acciones pasadas. Todos los protectores masculinos miran hacia fuera; su actividad es la de impedir que entren los obstáculos externos, protegiéndonos de los obstáculos y condiciones desfavorables para la práctica del Dharma y el logro de la iluminación. Los protectores femeninos miran hacia adentro; su actividad es la de guardar los logros internos de su perdida.
Piensa en todas estas figuras de refugio, con sus inconmensurables cualidades de conocimiento, amor y poder, como tu único gran guía.
Imagina que tu padre de esta vida esta contigo a tu derecha y tu madre a tu izquierda. Frente a ti, reunidos en una inmensa multitud que cubre la superficie de la tierra, están todos los seres de los tres mundos y los seis reinos de existencia, la primera línea consistente en todos los adversarios que te detestan y todos los hacedores de obstáculos que te dañan. Todos estos seres permanecen contigo de pie, con las palmas de sus manos juntas. Expresando respeto con tu cuerpo, haz postraciones. Expresando respeto con tu palabra, recita la oración de refugio. Expresando respeto con tu mente, cultiva el siguiente pensamiento:
“Oh Maestro y las Tres Joyas, cualquier cosa que me ocurra, favorable o desfavorable, placentera o dolorosa, buena o mala, cualquier enfermedad y sufrimiento me suceda, no tengo otro refugio ni protección que vosotros. Vosotros sois mi único protector, mi único guía, mi único refugio y mi única esperanza. Desde ahora en adelante hasta que alcance el corazón mismo de la iluminación, deposito toda mi confianza y fe en vosotros. No buscaré el consejo de mi padre, ni pediré el consejo de mi madre, ni decidiré por mi mismo. Sois vosotros, mi maestro y las Tres Joyas, lo que tomo como mi soporte. Es a vosotros que hago mis ofrecimientos. Me comprometo solo con vosotros. ¡No tengo otro refugio, ninguna otra esperanza mas que vosotros!”.
Con esta ardiente convicción, recita el texto siguiente:
En los Sughatas de las Tres Raíces, las Tres Joyas verdaderas,
En la bodhichitta, naturaleza de los canales, energías y esencias,
Y en el mandala de naturaleza esencial, expresión y compasión natural,
Yo tomo refugio hasta que alcance el corazón de la iluminación.
Di esto tantas veces cuanto te sea posible en cada sesión. Hasta que lo hayas dicho al menos cien mil veces, asegúrate de practicarlo en distintas sesiones y haz de ella tu práctica constante y mas importante.
Cuando llegue el momento de concluir la sesión, visualiza que tu anhelante devoción causa el que emanen innumerables rayos de luz de las deidades de refugio. Los rayos te tocan a ti y a todos los seres sintientes, y, como una bandada de pájaros dispersada por el lanzamiento de una piedra, todos voláis con un sonido de aleteo y os disolvéis en la asamblea de deidades.
Luego las deidades de alrededor se disuelven en luz, de fuera hacia adentro, y se disuelven en el maestro en el centro, encarnación de los tres refugios. Todas las deidades de encima de la cabeza del maestro se disuelven en él. El maestro se disuelve y desvanece luego en luz. Permanece tanto como puedas en el estado primordial libre de toda elaboración, el dharmakaya, sin ningún movimiento del pensamiento.
Cuando surjas de esta meditación, dedica el mérito a la infinidad de seres con estas palabras:
A través del mérito de esta práctica,
Pueda yo realizar rapidamente las Tres Joyas
Y establecer a cada ser sintiente,
sin excepción, en su nivel.
Colofón:
Recuerda a las deidades de refugio constantemente, en todas las situaciones. Cuando camines, visualízalas en el espacio sobre tu hombro derecho e imagina que las estás circunvalando Cuando te sientes, visualízalas sobre tu cabeza como soporte de tus oraciones. Cuando comas, visualízalas en tu garganta y ofréceles la primera porción de tu comida o bebida. Cuando duermas, visualízalas en tu centro del corazón. Esta práctica es esencial para disolver las ilusiones en la luz clara.
Cualquier cosa que hagas, nunca te separes de una clara imagen mental de las deidades de refugio. Encomiéndate con total confianza a las Tres Joyas y dedícate enteramente a tomar refugio.
Extraído de Las Palabras de mi Perfecto Maestro de Dza Patrul Rimpoche,
texto Nying-ma que recoge las practicas preliminares del Dzog-chen.
Primero, visualiza el campo de méritos en presencia del cual tomarás refugio:
Considera que todo el lugar donde te encuentras es un campo de Budas, hermoso y agradable, hecho de todo tipo de sustancias preciosas. El suelo es tan llano como la superficie de un espejo, sin colinas, valles o irregularidades. En el medio, frente a ti, crece un árbol que colma los deseos con cinco grandes ramas extendiéndose desde su tronco. Sus perfectas hojas, flores y frutos se extienden tan lejos en todas las direcciones que llenan la totalidad del cielo, y de cada rama y ramita cuelgan multitud de fascinantes joyas y campanas de muchos tipos.
Sobre la rama central hay un trono enjoyado sostenido por ocho grandes leones. Sentado sobre el trono, en un asiento consistente en lotos multicolor, un sol y una luna, esta tu propio y glorioso maestro raíz, fuente incomparable de compasión, encarnación de la esencia de todos los Budas del pasado, presente y futuro, apareciendo en forma del gran Vajradhara de Uddiyana. Su tez es blanca, teñida de rojo. Tiene una cara, dos brazos y dos piernas y está sentado en la postura real. En su mano derecha sostiene un vajra dorado de cinco radios con el gesto amenazador. En su mano izquierda, la cual descansa en la postura de meditación, sostiene una copa-cráneo conteniendo un vaso llenado con la ambrosía de la sabiduría inmortal. La tapa del vaso esta culminada por un árbol que colma los deseos. Lleva un manto brocado, ropas monásticas y una larga túnica azul de manga larga, y en su cabeza el sombrero de loto. Sentado con el en unión esta su consorte, la dakini blanca Yeshe Tsogyal, sosteniendo un cuchillo curvo y una copa-craneo.
Visualízalo sentado ante ti de esta manera, con todos los lamas del linaje sobre su cabeza, uno encima del otro. Los maestros de la transmisión del tantra general son innumerables, pero aquí visualizamos particularmente las figuras principales del linaje Esencia-corazón de la Gran Perfección; Samantabhadra, el dharmakaya; Vajrasatva, el sambhogakaya; Garab Dorje, el nirmanakaya; el maestro Jampel Senhyen; Guru Shri Singha; el sabio Jñanasutra; el gran pandit, Vimalamitra; Padmasambhava de Uddiyana y sus mas allegados discípulos, los Tres Amigos - el rey del Dharma Trisongdetsen, el gran traductor Vairotsana y la dakini Yeshe Tsogyal; el omnisciente Longchen Rabjampa; y Rigzin Jigme Lingpa. Cada uno de ellos debe visualizarse con sus propios ornamentos y atributos particulares. Todos ellos están rodeados por una inconcebible multitud de deidades yidam de las cuatro secciones del tantra, y por dakas y dakinis.
En la rama frontal esta el Buda, el Conquistador Sakyamuni, rodeado por los mil-dos Budas perfectos de este Buen Kalpa, así como también por todos los demás Budas del pasado, presente y futuro y de las diez direcciones. Todos ellos están en la forma del supremo nirmanakaya, vestidos con ropas monásticas, todos llevando las treinta y dos marcas mayores del estado de Buda - la protuberancia de la coronilla, las ruedas marcadas en las plantas de los pies, etc. - y los ochenta signos menores. Están sentados en la postura vajra. Algunos son blancos, algunos amarillos, algunos rojos, algunos verdes y algunos azules. De sus cuerpos fluyen inconcebibles rayos de luz.
En la rama de la mano derecha visualiza los ocho grandes Hijos Allegados, encabezados por los Protectores Bodhisattva de las Tres Familias - Mañjushri, Vajrapani y Avalokiteshvara - y rodeado por la totalidad de la noble sangha de Bodhisattvas. Son blancos, amarillos, rojos, verdes y azules. Todos ellos llevan los trece ornamentos del sambhogakaya, y permanecen de pie con los dos pies juntos.
En la rama de la mano izquierda visualiza los dos principales shravakas, Sahriputra y Maudgalyayana, rodeado por la noble sangha de los shravakas y pratyekabuddhas. Todos son de color blanco, y vestidos con las tres ropas monásticas. También ellos permanecen de pie, sosteniendo sus cuencos de limosna y báculos de peregrino en sus manos.
En la rama posterior visualiza la Joya del Dharma en forma de una pila de libros. En lo mas alto, recubiertos de un entramado de luces, están los seis millones cuatrocientos mil tantras de la Gran Perfección, la etiqueta de cada volumen mirando hacia ti . Todos estos volúmenes aparecen muy perfecta y claramente, y resuenan con la melodía espontánea de las vocales y consonantes.
Entre las ramas se encuentran todos los gloriosos protectores del Dharma, tanto los protectores de la sabiduría como los protectores obligados por el efecto de sus acciones pasadas. Todos los protectores masculinos miran hacia fuera; su actividad es la de impedir que entren los obstáculos externos, protegiéndonos de los obstáculos y condiciones desfavorables para la práctica del Dharma y el logro de la iluminación. Los protectores femeninos miran hacia adentro; su actividad es la de guardar los logros internos de su perdida.
Piensa en todas estas figuras de refugio, con sus inconmensurables cualidades de conocimiento, amor y poder, como tu único gran guía.
Imagina que tu padre de esta vida esta contigo a tu derecha y tu madre a tu izquierda. Frente a ti, reunidos en una inmensa multitud que cubre la superficie de la tierra, están todos los seres de los tres mundos y los seis reinos de existencia, la primera línea consistente en todos los adversarios que te detestan y todos los hacedores de obstáculos que te dañan. Todos estos seres permanecen contigo de pie, con las palmas de sus manos juntas. Expresando respeto con tu cuerpo, haz postraciones. Expresando respeto con tu palabra, recita la oración de refugio. Expresando respeto con tu mente, cultiva el siguiente pensamiento:
“Oh Maestro y las Tres Joyas, cualquier cosa que me ocurra, favorable o desfavorable, placentera o dolorosa, buena o mala, cualquier enfermedad y sufrimiento me suceda, no tengo otro refugio ni protección que vosotros. Vosotros sois mi único protector, mi único guía, mi único refugio y mi única esperanza. Desde ahora en adelante hasta que alcance el corazón mismo de la iluminación, deposito toda mi confianza y fe en vosotros. No buscaré el consejo de mi padre, ni pediré el consejo de mi madre, ni decidiré por mi mismo. Sois vosotros, mi maestro y las Tres Joyas, lo que tomo como mi soporte. Es a vosotros que hago mis ofrecimientos. Me comprometo solo con vosotros. ¡No tengo otro refugio, ninguna otra esperanza mas que vosotros!”.
Con esta ardiente convicción, recita el texto siguiente:
En los Sughatas de las Tres Raíces, las Tres Joyas verdaderas,
En la bodhichitta, naturaleza de los canales, energías y esencias,
Y en el mandala de naturaleza esencial, expresión y compasión natural,
Yo tomo refugio hasta que alcance el corazón de la iluminación.
Di esto tantas veces cuanto te sea posible en cada sesión. Hasta que lo hayas dicho al menos cien mil veces, asegúrate de practicarlo en distintas sesiones y haz de ella tu práctica constante y mas importante.
Cuando llegue el momento de concluir la sesión, visualiza que tu anhelante devoción causa el que emanen innumerables rayos de luz de las deidades de refugio. Los rayos te tocan a ti y a todos los seres sintientes, y, como una bandada de pájaros dispersada por el lanzamiento de una piedra, todos voláis con un sonido de aleteo y os disolvéis en la asamblea de deidades.
Luego las deidades de alrededor se disuelven en luz, de fuera hacia adentro, y se disuelven en el maestro en el centro, encarnación de los tres refugios. Todas las deidades de encima de la cabeza del maestro se disuelven en él. El maestro se disuelve y desvanece luego en luz. Permanece tanto como puedas en el estado primordial libre de toda elaboración, el dharmakaya, sin ningún movimiento del pensamiento.
Cuando surjas de esta meditación, dedica el mérito a la infinidad de seres con estas palabras:
A través del mérito de esta práctica,
Pueda yo realizar rapidamente las Tres Joyas
Y establecer a cada ser sintiente,
sin excepción, en su nivel.
Colofón:
Recuerda a las deidades de refugio constantemente, en todas las situaciones. Cuando camines, visualízalas en el espacio sobre tu hombro derecho e imagina que las estás circunvalando Cuando te sientes, visualízalas sobre tu cabeza como soporte de tus oraciones. Cuando comas, visualízalas en tu garganta y ofréceles la primera porción de tu comida o bebida. Cuando duermas, visualízalas en tu centro del corazón. Esta práctica es esencial para disolver las ilusiones en la luz clara.
Cualquier cosa que hagas, nunca te separes de una clara imagen mental de las deidades de refugio. Encomiéndate con total confianza a las Tres Joyas y dedícate enteramente a tomar refugio.
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