EL PRIMER DESCUBRIMIENTO DEL HOMBRE
Isaac AsimovEnsayos científicos del libro "Fronteras y otros ensayos", de Isaac Asimov, publicado por la editorial Ediciones B en español en el año 1994. La traducción desde el ingles la realizo Josep Ferrer i Aleu.
Páginas: 36, 37, 38 y 39.
Un temprano e
importante descubrimiento hecho por los seres humanos o por los más primitivos
hominidos, o sea nuestros antepasados, fue el uso del fuego; pero nunca hemos
sabido exactamente cuánto tiempo hace que se realizó este descubrimiento. Sin
embargo, dos arqueólogos sudafricanos han aportado pruebas de que pudo
realizarse muchísimo antes de lo que nos figurábamos.
Téngase en cuenta
que no estoy tratando aquí del descubrimiento del propio fuego. El fuego fue un
accidente común desde que aparecieron los bosques, hace aproximadamente unos
400 millones de años. Éstos podían arder, y desde luego ardieron inflamados por
el rayo, de modo que los animales temían el fuego y huían de él, cientos de
millones de años antes de que los seres humanos entrasen en escena.
Sin embargo; los
seres humanos o prehumanos fueron los primeros organismos que no se limitaron a
huir del fuego. Lo dominaron y utilizaron. Llevaban cautelosamente una rama
encendida a algún lugar conveniente, la resguardaban, añadían combustible y
conservaban el fuego.
M principio, los
seres humanos o sus antepasados tuvieron que depender del rayo para encender
fuego. Si éste se apagaba, tenían que pedirlo a una tribu vecina o esperar que
cayese otro rayo. Tardaron muchos miles de años en aprender a encenderlo, a
hacer la función del rayo, por así decirlo. No sabemos exactamente cuándo ni
cómo ocurrió.
Sin embargo, el
mero empleo del fuego, incluso por gente que no sabía encenderlo, marcó una
gran diferencia. Con fuego podían tener luz por la noche y calor en invierno.
El fuego permitía disponer de más horas para las actividades y los seres
humanos pudieron extenderse más allá de los trópicos en regiones más frías. El
fuego asustaba a los otros animales, incluso a los depredadores, de manera que
los seres humanos podían dormir tranquilos en el interior de una cueva que
tuviese una hoguera ante la entrada. Esto dio más seguridad a la raza humana.
Con fuego se podía
asar la carne, dándole mejor sabor y al mismo tiempo ablandando las fibras para
que se pudiese masticar más fácilmente. Se podía tostar el grano y hacerlo
suave y comestible, aumentando de este modo las reservas de comida. El fuego
además mataba los gérmenes y parásitos de la comida, reduciendo las
enfermedades.
Finalmente, los
seres humanos aprendieron a cocer la arcilla, haciendo así posible la
alfarería. También aprendieron a calentar arena y hacer vidrio con ella, y a
calentar minerales para extraer metales.
Dicho en pocas
palabras, el fuego fue el principio indispensable de la tecnología humana. Por
muy inteligentes que sean los delfines y otras criaturas marinas, sin fuego
nunca podrán crear éstos ni la más elemental tecnología. Y no se puede encender
fuego en un mundo acuático.
¿Cuándo
se empleó por primera vez el fuego?
Hasta los años
ochenta no se detectaron las más antiguas huellas de fuego en unas cuevas de
Zukudián, cerca de Pekín, la capital de China. Allí se encontraron rastros de
antiguas hogueras, de hace unos 500.000 años.
Ningún ser humano
del tipo Horno sapiens vivió en aquellas cuevas. En realidad, el Homo sapiens
aún no había aparecido. En aquellas cuevas vivía un homínido más simple,
llamado Horno erectus, que se parecía más a nosotros que a cualquier clase de
simio, pero que tenía un cerebro sólo un poco mayor que la mitad del nuestro.
Sin embargo era lo bastante inteligente como para descubrir la manera de
conservar y emplear el fuego, y por esto hemos de estar agradecidos a este
antepasado nuestro. Pero ¿fue realmente entonces cuando se empezó a utilizar el
fuego? Tal vez no, porque el 1 de diciembre de 1988, dos arqueólogos, C.K.
Brain y A. Sillen, informaron que habían encontrado rastros de fogatas mucho
más antiguas en ciertas cuevas de África del Sur, a unos cincuenta y seis
kilómetros al oeste de Pretoria. En estas cuevas se encontraron restos de
huesos que al parecer habían sido quemados. Los huesos frescos están llenos de
tuétano y de grasa. Si se queman con fuego de leña, arden y despiden mucha luz
y mucho calor, como las antorchas resinosas. Al parecer eso es lo que hicieron
los primitivos habitantes: utilizar antorchas de hueso para iluminarse en las
cavernas y mantener calientes las cosas cuando hacía frío. Estos huesos
quemados tienen 1.500.000 años de antigüedad, tres veces más que las fogatas de
Zukudián. No había rastros de huesos quemados enterrados en capas más antiguas
de las cuevas; pero en cuanto comenzaron a aparecer, siguieron apareciendo en
capas más recientes. En otras palabras: desde que empezó a utilizarse el fuego,
siguió empleándose. Era demasiado útil como para dejar que cayese en el olvido.
En aquellas
cavernas vivieron individuos más antiguos que el Horno erectus, por lo que
parece que aquellos homínidos empezaron a valerse del fuego poco después de su
evolución.De hecho hay señales de que también vivió en aquellas cuevas, en una
época diferente, un homínido todavía más antiguo y primitivo llamado
Australopithecus robustus. Esta especie se extinguió poco después de cuando se
utilizó el fuego en las cavernas dejando el dominio de la Tierra al Horno
erectus y a su descendiente, el Homo sapiens. ¿Nos legó el Australopithecus
robustus el uso del fuego, antes de morir? En mi opinión, esto no es probable
aunque sí posible.
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