Giovanni Papini El Libro Negro
Conversación 64
VIDA IGUAL A MUERTE
(DE KIERKEGAARD)
Conversación 64
VIDA IGUAL A MUERTE
(DE KIERKEGAARD)
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Entre los manuscritos inéditos de la colección Everett hallé una libreta con apuntes desordenados,
escritos en lengua dinamarquesa; lo traje aquí a Copenhague a fin de que me los tradujeran.
El joven profesor Olaf Rasmussen, después de examinar el cuadernillo me dijo que se trata de
pensamientos inéditos de un valor inestimable, pues ha reconocido la escritura del famoso Sóren
Kierkegaard, primer patriarca del existencialismo.
Según parece, Kierkegaard tenía la intención de escribir, antes de morir, una obra nueva, y tal vez esos apuntes en mi poder son la prueba última de su pensamiento. El profesor Rasmussen
fotografió una a una todas las páginas de la libreta e hizo para mí una diligente traducción del
contenido.
El libro del malhadado filósofo hubiera tenido por título Vida Igual a Muerte, y su comienzo era
el siguiente
«Platón escribió que la filosofía es una preparación para la muerte. Pero debió haber dicho que la
vida misma, en su conjunto, no es otra cosa que la preparación y actuación progresiva de la
muerte. Lo que llamamos vida es la agonía, más o menos prolongada, entre la salida de la Nada y
el regreso a la Nada. Entiendo la Nada en el sentido material y humano. En verdad, la fe nos
asegura que su verdadero nombre es Dios, pero no se cambia la sustancia de las cosas, porque la
existencia en el abismo divino, antes y después de nuestra fugaz aparición terrena, continúa
siendo para la mente humana un misterio, o sea, en definitiva, similar a la Nada.»
«Al nacer se comienza a morir. Según los físicos y los médicos, cada día se anula alguna partecita
de nosotros. Por lo tanto, la vida no es resistencia contra la muerte, como alguno podría pensarlo,
sino una cotidiana aceptación de la misma, o sea, no otra cosa que una forma de la muerte...»
«Cuando el místico dice que es necesario morir al mundo no hace más que repetir lo que en
realidad nos sucede a todos y todos los días. El vivir no es más que un continuo renunciar, una
pérdida perpetua, una anulación jamás interrumpida».
»El asceta, el místico y el santo no hacen más que esforzarse por abreviar los tiempos, por
acelerar esa disolución universal de los vivientes.»
* * *
«Dios condenó al hombre a una sepultura diaria en el sueño, para recordarle esta verdad
saludable y fundamental: no hay diversidad sustancial entre la vida y la muerte.»
* * *
«Quizá Dios creó a Eva durante el sueño, facsímil de la muerte de Adán, para enseñarnos que la
vida no puede proceder sino de la muerte.»
* * *
«En el Breviario Romano hay un texto que dice así: Media vita in morte sumos. La diferencia
profunda entre los hombres es solamente ésta: que los muertos se burlan de estar vivos, mientras
que algunos vivos saben con certeza que están muertos en cuanto están "nel mezzo del cammin di nostra vita".»
* * *
«Lo que muchos consideran ser propiedades de la vida, amor, creación, felicidad, para los ojos
del filósofo y del cristiano se demuestra ser completamente imposible. El amor, que debería ser
ensimismamiento, no es más que el sueño de dos egoísmos solitarios; la creación, incluso en los
genios más poderosos, es tan sólo una final confesión de impotencia; la felicidad no existe sino
como ilusión relativa del pasado o como ilusión que se ubica en el futuro. Por lo tanto, la vida no
existe en realidad, por esto existe solamente su opuesto: la muerte.»
* * *
«Mi agonía a la que, víctima también yo del error común, frecuentemente denominé vida, está
por concluir. Pero, si en la vida no hallamos otra cosa que muerte, lícito es suponer que el estado
denominado por nosotros muerte, por retorsión o devolución dialéctica será la vida, aquella vida
verdadera, que anhelamos inútilmente en la prolongada agonía de la tierra.»
* * *
«Cristo fue condenado a muerte ya desde su nacimiento (la matanza de los inocentes en Belén)
para significar el fin último y supremo de su venida al mundo: ser muerto. Entre esas dos
condenas a muerte, la de Herodes y la de Caifás, adquiere consistencia y significado la "vida" de
Jesús. Es el Muerto por excelencia, y por esto es el Unico que tiene poder para resucitar a los
demás y a Si mismo.»
* * *
«Las palabras de Cristo: "Dejad que los muertos entierren a sus muertos", son incomprensibles si no se acepta la identidad entre la Vida y la Muerte. ¿Cómo podrían los muertos, en el sentido
vulgar de la palabra, cavar fosas y depositar los cadáveres? Simplemente, Cristo quiere significar
que tanto los sepultureros como los difuntos pueden ser denominados con un mismo nombre,
dado que están en una misma condición: muertos.»
* * *
«Los muertos están todavía vivos, tal fue el gran descubrimiento de los primitivos. Los vivos
están muertos; tal fue el descubrimiento de la moderna filosofía existencialista.»
«En este lecho en el que me hallo tendido, ¡oh Señor!, no concluyo de vivir, sino que concluyo de
morir. La Resurrección no tendría sentido...»
Con estas palabras truncadas llegan a su término los pensamientos de Kierkegaard.
El resto de las páginas del cuadernillo, la mayoría, han quedado en blanco.
escritos en lengua dinamarquesa; lo traje aquí a Copenhague a fin de que me los tradujeran.
El joven profesor Olaf Rasmussen, después de examinar el cuadernillo me dijo que se trata de
pensamientos inéditos de un valor inestimable, pues ha reconocido la escritura del famoso Sóren
Kierkegaard, primer patriarca del existencialismo.
Según parece, Kierkegaard tenía la intención de escribir, antes de morir, una obra nueva, y tal vez esos apuntes en mi poder son la prueba última de su pensamiento. El profesor Rasmussen
fotografió una a una todas las páginas de la libreta e hizo para mí una diligente traducción del
contenido.
El libro del malhadado filósofo hubiera tenido por título Vida Igual a Muerte, y su comienzo era
el siguiente
«Platón escribió que la filosofía es una preparación para la muerte. Pero debió haber dicho que la
vida misma, en su conjunto, no es otra cosa que la preparación y actuación progresiva de la
muerte. Lo que llamamos vida es la agonía, más o menos prolongada, entre la salida de la Nada y
el regreso a la Nada. Entiendo la Nada en el sentido material y humano. En verdad, la fe nos
asegura que su verdadero nombre es Dios, pero no se cambia la sustancia de las cosas, porque la
existencia en el abismo divino, antes y después de nuestra fugaz aparición terrena, continúa
siendo para la mente humana un misterio, o sea, en definitiva, similar a la Nada.»
«Al nacer se comienza a morir. Según los físicos y los médicos, cada día se anula alguna partecita
de nosotros. Por lo tanto, la vida no es resistencia contra la muerte, como alguno podría pensarlo,
sino una cotidiana aceptación de la misma, o sea, no otra cosa que una forma de la muerte...»
«Cuando el místico dice que es necesario morir al mundo no hace más que repetir lo que en
realidad nos sucede a todos y todos los días. El vivir no es más que un continuo renunciar, una
pérdida perpetua, una anulación jamás interrumpida».
»El asceta, el místico y el santo no hacen más que esforzarse por abreviar los tiempos, por
acelerar esa disolución universal de los vivientes.»
* * *
«Dios condenó al hombre a una sepultura diaria en el sueño, para recordarle esta verdad
saludable y fundamental: no hay diversidad sustancial entre la vida y la muerte.»
* * *
«Quizá Dios creó a Eva durante el sueño, facsímil de la muerte de Adán, para enseñarnos que la
vida no puede proceder sino de la muerte.»
* * *
«En el Breviario Romano hay un texto que dice así: Media vita in morte sumos. La diferencia
profunda entre los hombres es solamente ésta: que los muertos se burlan de estar vivos, mientras
que algunos vivos saben con certeza que están muertos en cuanto están "nel mezzo del cammin di nostra vita".»
* * *
«Lo que muchos consideran ser propiedades de la vida, amor, creación, felicidad, para los ojos
del filósofo y del cristiano se demuestra ser completamente imposible. El amor, que debería ser
ensimismamiento, no es más que el sueño de dos egoísmos solitarios; la creación, incluso en los
genios más poderosos, es tan sólo una final confesión de impotencia; la felicidad no existe sino
como ilusión relativa del pasado o como ilusión que se ubica en el futuro. Por lo tanto, la vida no
existe en realidad, por esto existe solamente su opuesto: la muerte.»
* * *
«Mi agonía a la que, víctima también yo del error común, frecuentemente denominé vida, está
por concluir. Pero, si en la vida no hallamos otra cosa que muerte, lícito es suponer que el estado
denominado por nosotros muerte, por retorsión o devolución dialéctica será la vida, aquella vida
verdadera, que anhelamos inútilmente en la prolongada agonía de la tierra.»
* * *
«Cristo fue condenado a muerte ya desde su nacimiento (la matanza de los inocentes en Belén)
para significar el fin último y supremo de su venida al mundo: ser muerto. Entre esas dos
condenas a muerte, la de Herodes y la de Caifás, adquiere consistencia y significado la "vida" de
Jesús. Es el Muerto por excelencia, y por esto es el Unico que tiene poder para resucitar a los
demás y a Si mismo.»
* * *
«Las palabras de Cristo: "Dejad que los muertos entierren a sus muertos", son incomprensibles si no se acepta la identidad entre la Vida y la Muerte. ¿Cómo podrían los muertos, en el sentido
vulgar de la palabra, cavar fosas y depositar los cadáveres? Simplemente, Cristo quiere significar
que tanto los sepultureros como los difuntos pueden ser denominados con un mismo nombre,
dado que están en una misma condición: muertos.»
* * *
«Los muertos están todavía vivos, tal fue el gran descubrimiento de los primitivos. Los vivos
están muertos; tal fue el descubrimiento de la moderna filosofía existencialista.»
«En este lecho en el que me hallo tendido, ¡oh Señor!, no concluyo de vivir, sino que concluyo de
morir. La Resurrección no tendría sentido...»
Con estas palabras truncadas llegan a su término los pensamientos de Kierkegaard.
El resto de las páginas del cuadernillo, la mayoría, han quedado en blanco.
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