CICLO DE MINOS Y TESEO
88.MINOS Y SUS HERMANOS
a. Cuando Zeus abandonó a Europa, después de haber engendrado
con ella a Minos, Radamantis y Sarpedón en Creta, ella se
casó con Asterio, el rey reinante, cuyo Téctamo, hijo de Doro,
había llevado una colonia mixta de eolios y pelasgos a la isla y
allí se casó con una hija del eolio Creteo451.
b. Corno este matrimonio no tuvo hijos, Asterio adoptó a Minos,
Radamantis y Sarpedón y los nombró sus herederos. Pero
cuando los hermanos llegaron a la edad viril se pelearon por el
amor de un hermoso muchacho llamado Mileto, hijo de Apolo y
la ninfa Aria, a la qué algunos llaman Deyone y otros Teia452.
Habiendo decidido Mileto que quien más le gustaba era Sarpedón,
Minos lo echó de Creta y navegó con una gran flota a Caria en el
Asia Menor, donde fundó la ciudad y el reino de Mileto. Durante
las dos generaciones anteriores esta región, llamada entonces
Anactoria, había sido gobernada por el gigante Anacte, hijo de
Urano y de la Madre Tierra, y por su igualmente gigantesco hijo
Asterio. El esqueleto de Asterio, a quien mató Mileto y luego enterró
en un islote situado frente a Lade, ha sido desenterrado recientemente;
tiene por lo menos diez codos de longitud. Pero algunos
dicen que Minos sospechaba que Mileto conspiraba para
derrocarle y apoderarse del reino; pero que temía a Apolo y que
por lo tanto se abstuvo, de hacer otra cosa que amonestar a Mileto,
quien huyó a Caria por su propia iniciativa453 Otros dicen que
el muchacho que ocasionó la pendencia no fue Mileto, sino un tal
Atimno, hijo de Zeus y Casiopea, o de Fénix454.
451 Diodoro Sículo: iv.60 y v.80.
452 Diodoro Sículo: iv.60; Apolodoro: iii.1.2; Ovidio: Metamorfosis ix.442; Antoninus Liberalis:
Transformaciones 30.
453 Pausanias: vii.2.3 y 1.35-5; Ovidio: Metamorfosis ix.436 y ss.
454 Apolodoro: loc. cit.; Escoliasta sobre Apolonio de Rodas: ii.178.
c. Cuando murió Asterio, Minos reclamó el trono de Creta y,
como prueba de su derecho a reinar, se jactó de que los dioses
responderían a cualquier ruego que les hiciera. Primeramente dedicó
un altar a Posidón, hizo todos los preparativos para un sacrificio
y luego rogó que saliese del mar un toro. Inmediatamente un
toro de un blanco deslumbrante llegó nadando a la costa, pero
Minos quedó tan impresionado por su belleza que lo envió con
sus ganados y sacrificó a otro en su lugar. El derecho de Minos al
trono fue aceptado por todos los cretenses excepto Sarpedón,
quien todavía afligido por la pérdida de Mileto, declaró que el
propósito de Asterio había sido dividir el reino por partes iguales
entre sus tres herederos; y, en verdad, Minos mismo había dividido
ya la isla en tres zonas, eligiendo una capital para cada una455.
d. Desterrado de Creta por Minos, Sarpedón huyó a Cilicia en
Asia Menor, donde se alió con Cílix contra los milios, a los que
venció y se convirtió en su rey. Zeus le concedió el privilegio de
vivir durante tres generaciones y cuando por fin murió, el reino
milio recibió el nombre de Licia, por su sucesor Lico, que se
había refugiado allí cuando fue desterrado de Atenas por Egeo456.
e. Entretanto, Minos se había casado con Pasífae, hija de Helio
y la ninfa Creta, llamada también Perseis. Pero Posidón, para
vengarse de la afrenta que le había hecho Minos, hizo que Pasífae
se enamorase del toro blanco que se había librado del sacrificio.
Confió su pasión no natural a Dédalo, el famoso artífice ateniense
que vivía desterrado en Cnosos deleitando a Minos y su familia
con las muñecas de madera animadas que tallaba para ellos.
Dédalo prometió ayudarla y construyó una vaca de madera hueca
que cubrió con un cuero de vaca, le puso ruedas ocultas en sus
pezuñas y la llevó a la pradera de las cercanías de Cortina donde
el toro de Posidón pacía bajo las encinas entre las vacas de Minos.
Luego, después de enseñar a Pasífae cómo se abrían, las puertas
corredizas situadas en la parte trasera de la vaca, y a entrar en ella
con las piernas metidas en los cuartos traseros, se retiró discretamente.
El toro blanco no tardó en acercarse y montar a la vaca, de
455 Estrabón: x.4.8.
456 Apolodoro: loc. cit.; Herodoto: i.173.
modo que Pasífae vio satisfecho su deseo y a su tiempo dio a luz
al Minotauro, monstruo con cabeza de toro y cuerpo humano457.
f. Pero algunos dicen que Minos, quien sacrificaba anualmente
a Posidón el mejor toro que poseía, dejó de hacerlo un año y sacrificó
en cambio el que le seguía en excelencia, y de ahí la ira de
Posidón; otros dicen que fue a Zeus a quien ofendió; y otros más
que Pasífae había dejado durante varios años de propiciar a Afrodita,
quien la castigó haciéndole sentir esa lujuria monstruosa.
Más tarde el toro se hizo salvaje y devastó a toda Creta, hasta que
Heracles lo capturó y llevó a Grecia, donde finalmente lo mató
Teseo458.
g. Minos consultó a un oráculo para saber cómo podía evitar
mejor el escándalo y ocultar la deshonra de Pasífae. La respuesta
fue: «Ordena a Dédalo que te construya un retiro en Cnosos.»
Dédalo lo hizo y Minos pasó el resto de su vida en el recinto intrincado
llamado el Laberinto, en el centro del cual ocultó a Pasífae
y el Minotauro459.
h. Radamantis, más sensato que Sarpedón, se quedó en Creta;
vivió en paz con Minos y fue recompensado con la tercera parte
de los dominios de Asterio. Famoso como legislador justo y recto,
inexorable en su castigo de los malhechores, legisló tanto para los
cretenses como para los isleños del Asia Menor, muchos de los
cuales adoptaron voluntariamente su código judicial. Cada nueve
años hacía una visita a la cueva de Zeus y llevaba de vuelta una
nueva serie de leyes, costumbre que siguió luego su hermano Minos460.
Pero algunos niegan que Radamantis fuera hermano de
Minos y le llaman hijo de Hefesto, así como otros niegan que Minos
fuera hijo de Zeus y dicen que lo era de Licasto y la ninfa del
Ida. Legó unas tierras en Creta a su hijo Gortis, cuyo nombre lleva
la ciudad cretense de Cortina, aunque los tegeos insisten en
457 Diodoro Sículo: loc. cit.; Pausanias: vii.4.5; Virgilio: Églogas vi.5 y ss.; Apolodoro: loc. cit. y
iii.1.3-4.
458 Diodoro Sículo: iv.77.2 y 14.4; Primer Mitógrafo Vaticano: 47; Higinio: Fábula 40 (pero el texto
está adulterado).
459 Ovidio: Metamorfosis viii.155 y ss.; Apolodoro: iii.1.4.
460 Diodoro Sículo: iv.60 y v.79; Apolodoro: iii.1.2; Estrabón: loc. cit.
que Gortis era arcadio e hijo de Tegeates461. Radamantis legó
también unas tierras en el Asia Menor a su hijo Éritro, y la isla de
Quíos a Enopión, el hijo de Ariadna, el primero a quien Dioniso
enseño a hacer vino; y Lemmos a Toante, otro hijo de Ariadna; y
Cournos a Éniues, y Peparetos a Estáfilo, y Maronea a Euantes, y
Paros a Alceo, y Délos a Anio, y Andros a Andró462.
i. Radamantis huyó posteriormente a Beocia porque había matado
a un pariente, y vivió desterrado en Ocálea, donde se casó
con Alcmena, madre de Heracles, después de la muerte de Anfitrión.
Su tumba, y la de Alcmena, están en Haliarto, cerca de una
plantación de cañas duras llevadas de Creta y con las que se hacen
jabalinas y flautas. Pero algunos dicen que Alcmena se casó con
Radamantis en los Campos Elíseos después de su muerte463. Pues
Zeus había nombrado a Radamantis uno de los tres Jueces de los
Muertos; sus colegas eran Minos y Éaco, y residía en los Campos
Elíseos464.
*
1. La clasificación de Sir Arthur Evans de los períodos sucesivos de la
cultura cretense pre-clásica como minoica I, II y III, indica que al gobernante
de Creta se le llamaba ya Minos a comienzos del tercer milenio a. de
C.; pero esto induce a error. Minos parece haber sido el título regio de una
dinastía helena que gobernó Creta a comienzos del segundo milenio y cada
uno de cuyos reyes se casaba ritualmente con la sacerdotisa de la Luna de
Cnosos y tomaba de ella su título de «ser lunar». Se hace anacrónicamente
a Minos sucesor de Asterio, el nieto de Doro, pues los dorios no invadieron
Creta hasta el final del segundo milenio. Es más probable que los eolios y
pelasgos (quizás incluyendo a los «jonios del Ática») llevados allá por Tectamo
(«artífice») —nombre que lo identifica con Dédalo y con Hefesto, el
supuesto padre de Radamantis— fueran los compañeros originales de Minos;
y que Asterio («estrellado») sea una masculinización de Asteria, la
diosa como Reina del Cielo y creadora de las potencias planetarias (véase
461 Cineton, citado por Pausanias: viii.53.2; Diodoro Sículo: iv.60; Pausanias: viii.53.2.
462 Escoliasta sobre Apolonio de Rodas: iii.997; Diodoro Sículo: v.79.1-2.
463 Tzetzes: Sobre Licofrón 50; Apolodoro: ii.4.11; Plutarco: Lisandro 28; Estrabón: ix.11.30; Ferécides,
citado por Antoninus Liberalis: Transformaciones 33.
464 Diodoro Sículo: v.79; Homero: Odisea iv.564.
l.d). Creta es una palabra griega, una forma de crateia, «diosa fuerte o gobernante
»; y de aquí Creteo y Cretheo. Las recientes investigaciones de los
señores M. Ventris y J. Chadwick sobre la hasta ahora indescifrada Escritura
Lineal B, ejemplos de la cual se han encontrado en Pilos, Tebas y Micenas,
así como entre las ruinas del palacio de Cnosos saqueado en 1400 a. de
C., demuestran que el idioma oficial de Cnosos a mediados del segundo
milenio era una forma primitiva del griego eolio. La escritura parece haber
sido inventada originalmente para utilizarla con un idioma no ario y adaptada
al griego con alguna dificultad. (Todavía no se ha probado si las inscripciones
en la Escritura Lineal A están escritas en griego o cretense.)
Gran número de nombres de la mitología griega aparecen en las tablillas
cretenses y del continente, entre ellos los siguientes: Aquiles, Idomeneo,
Teseo, Creteo, Néstor, Enaltes, Juto, Ayax, Glauco y Éolo; lo que indica
que muchos de estos mitos se remontan a una época anterior a la caída de
Troya.
2. Como Mileto es un nombre masculino, al conocido mito de los dos
hermanos que se disputan los favores de una mujer se le dio un aspecto
homosexual. La verdad parece ser que durante un período de desorden que
siguió al saqueo de Cnosos por los aqueos alrededor de 1400 a. de C. numerosos
aristócratas cretenses de habla griega y ascendencia eolio-pelasga
o jonia, para quienes la diosa Luna era la deidad suprema, emigraron con
sus subalternos nativos al Asia Menor, sobre todo a Caria, Licia y Lidia;
pues, sin tener en cuenta la tradición de la dinastía de Sarpedón en Licia,
Herodoto constata que los licios de su época todavía se regían por la sucesión
matrilineal (Herodoto: i.173; Estrabón: xii. 8.5), como los carios (véase
75.5). Miletos puede ser una palabra cretense nativa, o una transliteración
de milteios, «el color de ocre rojo o de minio»; y por tanto un sinónimo
de Éritro, o Fénix, que significan «rojo». Los cretenses tenían la tez
más roja que los helenos, y los licios y carios eran en parte de raza cretense,
lo mismo que los puresati (filisteos), cuyo nombre significa también «hombres
rojos» (véase 38.3).
3. Los gobernantes gigantes de Anactoria recuerdan a los anaceos del
Génesis (Josué xiv.12), gigantes expulsados por Caleb del altar oracular
que en otro tiempo había pertenecido a Efrón, el hijo de Heth (¿Tetis?).
Efrón dio su nombre a Hebrón (Génesis xxiii.16) y se le puede identificar
con Foroneo. Esos anaceos parecen haber llegado de Grecia como miembros
de la confederación de pueblos del mar que causó a los egipcios tantos
trastornos en el siglo XIV a. de C. el cementerio de Asterio, el hijo de
Anacte, tenía probablemente ese nombre en honor de la diosa Lat, Leto o
Latona (véase 14.2), y el hecho de que este Asterio tenga el mismo nombre
que el padre de Minos indica que los milesios lo llevaron consigo desde la
cretense Mileto (véase 25.6). Según una tradición razonable que aparece en
el Libro de las invasiones irlandés, los milesios irlandeses de origen cretense
huyeron a Siria pasando por Asia Menor, y desde allí navegaron hacia el
oeste en el siglo XIII a. de C. hasta Getulia en el norte de África, y por fin
llegaron a Irlanda pasando por Brigantium (Compostela, en el noroeste en
España).
4. La pretensión de Mileto de que era hijo de Apolo indica que a los reyes
milesios se les daban atributos solares, como a los de Corinto (véase
67.2).
5. El triunfo de Minos, hijo de Zeus, sobre sus hermanos se refiere al
dominio final de Creta por los dorios, pero fue a Posidón a quien Minos
sacrificó el toro, lo que también indica que los anteriores poseedores del
título de «Minos» eran eolios. Creta había sido durante siglos un país muy
rico y, a fines del siglo VIII a. de C. era compartida por los aqueos, dorios,
pelasgos y cidonios (eolios), y, en el lejano oeste de la isla, por «verdaderos
cretenses» (Odisea xix.171-5). Diodoro Sículo trata de distinguir a Minos
hijo de Zeus de su nieto, Minos hijo de Licasto, pero dos o tres dinastías de
Minos pueden haber reinado sucesivamente en Cnosos.
6. El nombre de Sarpedón («regocijándose en un arca de madera») indica
que llevó consigo a Licia (véase 162.n) el ritual del héroe Sol, el cual, en el
Año Nuevo, hace su reaparición anual como un niño que flota en un arca,
lo mismo que Moisés, Perseo (véase 73.c), Anio (véase 160.t) y otros. Una
relación cretense con el mito de Perseo la proporciona Perséis, la madre de
Pasífae. La concesión de Zeus a Sarpedón de que viviría durante tres generaciones
significa, quizá, que en vez de los ocho años habituales —un Gran
Año— que era el período del reinado de Minos, se le permitió conservar el
trono hasta el año decimonono, cuando se daba una mayor sincronización
del tiempo solar y el lunar que al final de los ocho; y así entró en el tercer
Gran Año (véase 67.2).
7. Como «Pasífae», según Pausanias (iii.26.1), es un título de la Luna, e
«Itona» su otro nombre, un título de Atenea como hacedora de lluvia (Pausanias:
ix.34.1), el mito de Pasífae y el toro indica un casamiento ritual bajo
una encina entre la sacerdotisa de la Luna, que llevaba cuernos de vaca, y el
rey Minos, que llevaba una máscara de toro (véase 76.1). Según Hesiquio
(sub Carten), «Gortis» es el equivalente de Carten, la palabra cretense que
significa vaca; y el casamiento parece haber sido entendido como realizado
entre el Sol y la Luna, puesto que había un rebaño de vacas consagrado al
Sol en Cortina (Servio sobre las Églogas de Virgilio vi.60). La retirada discreta
de Dédalo de la pradera indica que el acto no se consumaba públicamente
al estilo picto o mesino. A muchos griegos posteriores les disgustaba
el mito de Pasífae y preferían creer que había tenido un amorío no con un
toro, sino con un hombre llamado Tauro (Plutarco: Teseo 19; Palepato: Sobre
fábulas increíbles ii). Los toros blancos, que estaban consagrados peculiarmente
a la Luna (véase 84.1), figuraban en el sacrificio anual que se realizaba
en el monte Albano de Roma, en el culto de Dioniso Tracio, en el
ritual del muérdago y la encina de los Druidas galos (véase 50.1) y, según
el Libro de la Vaca Parda, en los ritos adivinatorios que precedían a una
antigua coronación irlandesa.
8, El palacio de Minos en Cnosos era un conjunto intrincado de habitaciones,
antesalas, vestíbulos y corredores en el que un visitante del campo
podía perderse fácilmente. Sir Arthur Evans sugiere que éste era el Laberinto,
llamado así por la labrys o hacha de cabeza doble, emblema familiar de
la soberanía cretense en forma de una luna creciente y una luna menguante
unidas de espaldas y que simbolizaba tanto el poder creador como el poder
destructor de la diosa. Pero el laberinto de Cnosos tenía una existencia separada
del palacio; era un verdadero laberinto, como el de Hampton Court,
y parece que estaba dibujado en mosaico sobre un pavimento como un patrón
de baile ritual, patrón que se da también en lugares tan separados como
Gales y el nordeste de Rusia, para utilizarlo en la danza laberíntica de la
Pascua de Resurrección. Esta danza se bailaba en Italia (Plinio: Historia
natural xxxvi.85) y en Troya (Escoliasta sobre Andrómaca de Eurípides
1139), y parece haber sido introducida en Britania hacia fines del tercer milenio
a. de C. por inmigrantes neolíticos provenientes del África del norte.
Homero describe el laberinto de Cnosos (Ilíada xviii.592) así.
Dédalo ideó en Cnosos un suelo para que danzase la rubia Ariadna y Lucitano
se refiere a danzas populares cretenses relacionadas con Ariadna y el
Laberinto. (Sobre la danza 49).
9. El culto de Radamantis puede haber sido llevado de Beocia a Creta y
no al contrario. Haliarto, donde tenía un altar de héroe, estaba consagrada,
al parecer, a la «Diosa Blanca del Pan», o sea Deméter; pues Halia, «del
mar», era un título de la Luna como Leucotea, «la Diosa Blanca» (Diodoro
Sículo: v.55), y artos significa «pan». Alcmena («fuerte en la ira») es otro
título de la Luna. Aunque se ha dicho que es una palabra cretense, Radamanto
puede significar Rhabdomantis, «adivinando con una varilla», nombre
tomado del cañaveral de Haliarto, donde su espíritu agitaba las puntas
de las cañas oracularmente (véase 83.3). Si es así, la tradición de que legisló
para toda Creta y las islas del Asia Menor significaría que se consultaba
a un oráculo de Creta al comienzo de cada nuevo reinado, y que sus pronunciamientos
tenían autoridad en todas partes en que se aceptaban los pesos,
las medidas y las costumbres comerciales de Creta. Se le llama hijo de
Zeus, más bien que de Hefesto, sin duda porque los oráculos radamantinos
provenían de la Cueva Dictea, consagrada a Zeus (véase 7.b).
10. En Petsofa, Creta, se ha descubierto un depósito de cabezas y miembros
humanos hechos con arcilla, cada uno de ellos con un agujero por el
que podía pasar una cuerda. Si se los fijaba a troncos de madera, pueden
haber formado parte de las muñecas articuladas de Dédalo y haber representado
a la diosa de la Fertilidad. Quizá las colgaban de un árbol frutal,
con los miembros moviéndose al impulso del viento, para conseguir buenas
cosechas. Una muñeca así se ve colgando de un árbol frutal en el famoso
anillo de oro del Tesoro de la acrópolis de Micenas. El culto del árbol es el
tema de varias obras de arte minoicas, y se dice que Ariadna, la diosa cretense,
se ahorcó de un árbol (Disputa de Hornero y Hesíodo 14), como hizo
la ática Erígone (véase 79.a). Ártemis la Ahorcada, que tenía un templo en
Condilea, Arcadia (Pausanias: viii.23.6) y Helena de los Árboles, que tenía
un templo en Rodas, y de quien se dice que fue ahorcada por Polixo (Pausanias:
iii.19.10), pueden ser variantes de la misma diosa.
89.
LOS AMORES DE MINOS
a. Minos yació con la ninfa Paría, cuyos hijos colonizaron Paros
y luego fueron muertos por Heracles; también con Androgenea,
madre de Asterio el menor465, así como con otras muchas, pero
especialmente persiguió a Britomartis de Cortina, una hija de Leto.
Ella inventó las redes de caza y era una compañera íntima de
Ártemis, cuyos sabuesos atraillaba466.
b. Britomartis se ocultó de Minos en las vegas, bajo renuevos
de encina de hojas gruesas, y luego, durante nueve meses, él la
persiguió por montañas escarpadas y llanuras, hasta que, desesperada,
se arrojó al mar, donde la salvaron unos pescadores. Ártemis
divinizó a Britomartis con el nombre de Dictina, pero en Egina se
la adora como Afea, porque desapareció; en Esparta como Ártemis,
apodada «la Dama del Lago»; y en Cefalonia como Lafria;
pero los samios emplean su verdadero nombre en sus invocaciones467.
465 Apolodoro: ii.5.9 y iii.1.2; Nono: Dionisíacas xiii.222 y xl.284.
466 Solino: xi.8; Calímaco: Himno a Ártemisa 189; Eurígides: Ifigenia en Táuride 126; Diodoro Sículo:
v.76; Aristófanes: Ranas 1359.
467 Pausanias: ii.30.3 y üi.14.2; Antoninus Liberalis: Transformaciones 40; Herodoto: iii.59.
c. Las numerosas infidelidades de Minos enfurecieron de tal
modo a Pasífae que lo hechizó: siempre que se acostaba con una
mujer eyaculaba, no semen, sino una multitud de serpiente nocivas,
escorpiones y ciempiés que hacían presa en los órganos vitales
de ella468. Un día, Procris, hija del rey de Atenas Erecteo y a la
que había abandonado su marido Céfalo, hizo una visita a Creta.
Eos, que se había enamorado de él, había inducido a Céfalo a
hacer eso. Cuando él rechazó cortésmente sus requerimientos alegando
que no quería engañar a Procris, con la que había intercambiado
promesas de fidelidad perpetua, Eos protestó diciendo
que Procris, a la que conocía mejor que él, faltaría fácilmente a su
promesa a cambio de oro. Como Céfalo lo negó con indignación,
Eos lo metamorfoseó dándole la apariencia de un tal Pteleón, y le
aconsejó que indujera a Procris a acostarse con él ofreciéndole
una corona de oro. Él lo hizo y, al ver que Procris se dejaba seducir
fácilmente, ya no sintió escrúpulo alguno en acostarse con
Eos, de la que ella estaba dolorosamente celosa.
d. Eos dio a Céfalo un hijo llamado Faetonte; pero Afrodita lo
robó cuando era todavía un niño para que vigilara por la noche
sus templos más sagrados; y los cretenses le llaman Adimno, con
lo que se refieren al lucero del alba y el lucero de la tarde469.
e. Entretanto, Procris no podía soportar seguir viviendo en Atenas,
pues su abandono era el tema de la comidilla general, y en
consecuencia fue a Creta, donde a Minos no le costó más seducirla
de lo que le había costado al supuesto Pteleón. La sobornó con
un sabueso que nunca dejaba escapar su presa, y con una flecha
que nunca erraba el blanco, los cuales le había regalado Ártemis470.
Procris, que era una cazadora entusiasta, los aceptó de
buena gana, pero exigió que Minos tomase una bebida profiláctica
—una cocción de raíces mágicas inventada por la hechicera Circe—
para que él no la llenara de reptiles e insectos. Esa bebida
hizo el efecto deseado, pero Procris temía que Pasífae la embrujara,
por lo que regresó apresuradamente a Atenas, disfrazada de
468 Antoninus Liberalis: Transformaciones 41.
469 Hesíodo: Teogonía 986; Solino: xi.9; Nono: Dionisíacas xi.121 y xii.217.
470 Apolodoro: ii.4.7; Ovidio: Metamorfosis vii.711; Higinio: Fábula 189.
bello muchacho, después de haber cambiado su nombre por el de
Pterelante. Nunca volvió a ver a Minos.
f. Céfalo, a quien acompañó en una cacería, no la reconoció y
codiciaba tanto a Lelaps, su sabueso, y la flecha infalible, que le
propuso comprarlos por una gran cantidad de plata. Pero Procris
no quería privarse de ellos como no fuera por amor, y cuando él
accedió a llevarla a su lecho le reveló llorando que era su esposa.
Así se reconciliaron finalmente y Céfalo cazó mucho con el perro
y la flecha. Pero a Ártemis le molestó que sus valiosos regalos pasaran
así de mano en mano entre aquellos adúlteros mercenarios y
preparó su venganza. Hizo que Procris sospechara que Céfalo seguía
visitando a Eos cuando se levantaba dos horas después de la
medianoche y salía a cazar.
g. Una noche Procris, vestida con una túnica oscura, salió a hurtadillas
tras él a media luz. Al poco rato él oyó un susurro en un
bosquecillo situado a su espalda, Lelaps gruñó y se atiesó y Céfalo
disparó la flecha infalible y traspasó con ella a Procris. A su
debido tiempo el Areópago le condenó a destierro perpetuo por
asesinato471.
h. Céfalo se retiró a Tebas, donde el rey Anfitrión, el supuesto
padre de Heracles, le pidió prestado el perro Lelaps para cazar a la
zorra Teumesia que estaba causando estragos en Cadmea. Esta
zorra, destinada por los dioses a no ser cazada nunca, sólo podía
ser apaciguada mediante el sacrificio mensual de un niño. Pero
como Lelaps estaba destinado por los dioses a hacer presa en todo
lo que perseguía, en el Cielo se planteó la duda acerca de cómo se
podía resolver esa contradicción. Al final la resolvió airadamente
Zeus convirtiendo tanto a Lelaps como a la zorra en piedras472.
i. Céfalo ayudó luego a Anfitrión en una guerra victoriosa contra
los telebeos y tafios. Antes de emprenderla, Anfitrión hizo
jurar por Atenea y Ares a todos sus aliados que no ocultarían parte
alguna del botín; sólo uno de ellos, Panopeo, faltó a su juramento
y se le castigó haciéndole padre de un cobarde, el célebre
471 Apolodoro: loc. cit. y iii.15.1; Antoninus Liberalis: loc. cit.; Higinio: Fábulas 125 y 189; Escoliasta
sobre el Himno de Ártemisa de Calímaco 209.
472 Pausanias: i.37.6 y ix.19.1.
Epeo473. El rey telebeano era Pterelao, en cuya cabeza Posidón, su
abuelo, había puesto un bucle dorado de inmortalidad. Su hija
Cometa se enamoró de Anfitrión y, como deseaba conquistar su
afecto, le arrancó el bucle dorado, por lo que Pterelao murió y
Anfitrión venció rápidamente a los telebeos con la ayuda de Céfalo;
pero condenó a muerte a Cometa por parricidio.
j. La parte que correspondió a Céfalo en los dominios telebeos
fue la isla de Cefalenia, que todavía lleva su nombre. Nunca perdonó
a Minos el que hubiera seducido a Procris y le hubiera dado
la flecha fatal, pero tampoco podía eximirse de su responsabilidad.
Después de todo, él había sido el primero en faltar a su promesa,
porque el amorío de Procris con el supuesto Pteleón no podía
considerarse como infidelidad. «No, no —se lamentaba—,
¡jamás debí haberme acostado con Eos!» Aunque purificado de su
culpabilidad, le perseguía el espectro de Procris y, como temía
que eso atrajera la desgracia sobre sus compañeros, un día fue al
cabo Léucade, donde había erigido un templo a Apolo de la Roca
Blanca, y se arrojó al mar desde lo alto del risco. Al caer invocó
en voz alta el nombre de Pterelante, pues era con ese nombre con
el que había amado más a Procris474.
*
1. La seducción de ninfas por Minos al estilo de Zeus recuerda indudablemente
el casamiento ritual del rey de Cnosos con sacerdotisas de la Luna
de varias ciudades-estados de su imperio.
2. A la diosa Luna se la llamaba Britomartis en la Creta oriental. De aquí
que los griegos la identificaran con Ártemis (Diodoro Sículo: v.76; Eurípides:
Hipólito 145 e Ifigenia en Táuride 127; Hesiquio sub Britomartis), y
con Hécate (Eurípides: Hipólito 141, con escoliasta). En la Creta occidental
era Dictina, como sabía Virgilio: «Llamaban a la luna Dictina por tu nombre
» (Virgilio: Ciris 305). Dictina se relaciona en el mito con dictyon, que
significa una red de las empleadas para cazar o pescar; y Dicte es al parecer
una forma desgastada de dictynnaean, «lugar de Dictina». Después de la
introducción del sistema patriarcal la caza asesina del rey sagrado por la
diosa armada con una red se convirtió en una caza amorosa de la diosa por
473 Tzetzes: Sobre Licofrón 933.
474 Apolodoro: ii.4.7; Estrabón: x.2.9 y 14.
el rey sagrado (véase 9.1 y 32.b). Ambas cacerías se dan con frecuencia en
el folklore europeo (véase 62.1). La persecución de Britomartis por Minos,
que tiene su análoga en Filistia con la persecución de Derceto por Moxo o
Mopso, comienza cuando los robles tienen ya todo su follaje —
probablemente en la canícula, que era cuando Set perseguía a Isis y el Niño
Horus en las praderas del delta del Nilo— y termina nueve meses después
en la Víspera de Mayo. La seducción de Europa por Zeus era también un
acontecimiento de la Víspera de Mayo (véase 58.3).
3. A juzgar por el ritual del norte celta, donde a la diosa se la llama Goda
(«la Buena») —Neanthes traduce la sílaba brito como «buena» (Greek
Hisiorical Fragments iii, ed. Müller)— originalmente viajaba montada en
una cabra, desnuda con excepción de una red, con una manzana en una mano
y acompañada por una liebre y un cuervo, a su banquete de amor anual.
La silla tallada miserere de la catedral de Coventry, en la que estaba representada
así, era un testimonio de las ceremonias pre-cristianas de la Víspera
de Mayo en Southam y Coventry, de las que se ha desarrollado piadosamente
la leyenda de Lady Godiva. En la Alemania celta, Escandinavia y
probablemente también en Inglaterra, Goda tenía una relación ritual con la
cabra, o con un hombre vestido con pieles de cabra: el rey sagrado que más
tarde se convirtió en el Demonio del culto de las brujas. Su manzana es una
señal de la próxima muerte del rey; la liebre simboliza la caza, durante la
cual ella se convierte en un lebrel; su red lo atrapará cuando él se convierta
en un pez; el cuervo pronunciará oráculos desde su tumba.
4. Parece que en Creta el culto de la cabra precedió al culto del toro y
que Pasífae se casaba originalmente con un rey-cabra. Lafria («la que obtiene
botín») título de Dictina en Egina, era también un título de la diosacabra
Atenea, de la que se dice que fue atacada por la cabría Palas, cuya
piel desolló y convirtió en su égida (véase 9.a). «Lafria» indica que la diosa
era la perseguidora, no la perseguida. Inscripciones de Egina demuestran
que el gran templo de Ártemis pertenecía a Ártemis Afea («no oscura», para
distinguirla de Hécate); en el mito se hace que Afea signifique aphanes,
«desapareciendo».
5. La fábula de Minos y Procris se ha convertido de mito en anécdota y
de anécdota en cuento popular, y recuerda algunos de los cuentos de El asno
de oro. Vinculada con la guerra de Minos contra Atenas y la caída final
de Cnosos, se refiere quizá a la exigencia del rey cretense de un casamiento
ritual con la suma sacerdotisa de Atenas, exigencia que ofendió a los atenienses.
Pteleón («olmedal»), el nombre del seductor de Procris, puede referirse
al culto de la vid que se extendió desde Creta en la época de Minos
(véase 88.h), pues las vides eran puestas en espaldera en los olmos; pero
también puede derivarse de ptelos, «jabalí». En ese caso, Céfalo y Pteleón
habrán sido originalmente el rey sagrado y su sucesor, disfrazado de jabalí
(véase 18.7). Las hechicerías de Pasífae son características de una diosa
Luna airada, y Procris se opone a ellas con las hechicerías de Circe, otro
título de la misma diosa.
6. El salto de Céfalo desde la roca blanca en el cabo Léucade recuerda,
como dice con razón Estrabón (x.2.9), que los leucadios acostumbraban a
arrojar todos los años a un hombre provisto con alas para amortiguar su
caída, e incluso con aves vivas atadas a su cuerpo, desde el risco al mar. La
víctima, un pharmacos, o víctima propiciatoria, cuya eliminación libraba a
la isla de culpabilidad, parece haber llevado también un parasol blanco como
paracaídas (véase 70.7). Había embarcaciones esperándole para recogerlo
si sobrevivía y transportarlo a alguna otra isla (véase 96.3).
7. El mito de Cometo y Pterelao se refiere al corte del cabello del rey solar
antes de su muerte (véase 83.3, 91.1 y 95.5); pero el nombre Pterelao
indica que el pharmacos alado arrojado a su muerte era originalmente el
rey. La sílaba eláos o elaios significa el olivo silvestre que, como el abedul
en Italia y el noroeste de Europa, era utilizado para expulsar a los malos
espíritus (véase 89.7 y 52.3); y en el dialecto rodio elaios significa sencillamente
pharmacos. Pero los sinos de Pterelao y Céfalo están vinculados
míticamente por haber adoptado Procris el nombre de Pteralante, y esto indica
que ella era realmente la sacerdotisa de Atenea, la cual lanzó a la
muerte al emplumado Céfalo.
8. La zorra era el emblema de Mesena (Apolodoro: ii.8.5; véase 49.2 y
146.6); probablemente porque los eolios adoraban a la diosa Luna como
zorra y el mito de la zorra teumesia puede referirse a las incursiones eolias
en Cadmea en busca de niños para el sacrificio, a las que pusieron fin los
aqueos adoradores de Zeus.
9. Faetonte y Adimno (de a-dyomenos, «el que no se pone») son nombres
alegóricos del planeta Venus. Pero Faetonte, hijo de Eos y Céfalo, ha
sido confundido por Nono con Faetonte, hijo de Helio que condujo el carro
del sol y se ahogó (véase 42.d) y con Atimnio (de atos e hymnos, «insaciable
de elogio heroico»), un héroe solar adorado por los milesios (véase
88.b).
10. Epeo, que construyó el caballo de madera (véase 167.a), aparece en
las leyendas primitivas como un guerrero notablemente valiente, pero su
nombre se aplicaba irónicamente a los fanfarrones, hasta que se hizo sinónimo
de cobardía (Hesiquio sub Epeo).
90.
LOS HIJOS DE PASÍFAE
a. Entre los hijos que tuvo Pasífae con Minos estaban Acacálide,
Ariadna, Androgeo, Catreo, Glauco y Fedra475. También tuvo
a Cidón con Hermes y al libio Amón con Zeus476.
b. Ariadna, amada primeramente por Teseo y luego por Dioniso,
dio a luz muchos hijos famosos. Catreo, que sucedió a Minos
en el trono, fue muerto en Rodas por su propio hijo. Fedra se casó
con Teseo y se hizo famosa por su infortunado amorío con Hipólito,
su hijastro. Acacálide fue el primer amor de Apolo; cuando él
y su hermana Ártemis fueron para purificarse a Tarra, desde Egialia
en el continente, Apolo encontró a Acacálide en la residencia
de Carmanor, un pariente materno, y la sedujo. Minos se enfadó y
desterró a Acacálide a Libia, donde, según dicen algunos, fue madre
de Garamante, aunque otros pretenden que éste fue el primer
hombre nacido477.
c. Cuando Glauco era todavía un niño jugaba un día a la pelota
en el palacio de Cnosos, o quizá cazaba un ratón, y de pronto desapareció.
Minos y Pasífae lo buscaron por todas partes, pero no
pudieron encontrarlo y recurrieron al oráculo de Delfos. Allí les
informaron que quien pudiera dar el mejor símil para un reciente
y portentoso nacimiento que había tenido lugar en Creta encontraría
lo que se había perdido. Minos hizo investigaciones y averiguó
que entre sus rebaños había nacido un becerro que cambiaba de
color tres veces al día: de blanco a rojo y de rojo a negro. Llamó a
sus adivinos al palacio, pero a ninguno de ellos se le ocurrió un
símil hasta que Poliido, el argivo, descendiente de Melampo, dijo:
«Este becerro a nada se parece tanto como a una mora en maduración.
» Minos le ordenó inmediatamente que saliera en busca de
Glauco478.
d. Poliido recorrió el palacio laberíntico, hasta que encontró un
buho posado a la entrada de un sótano espantando a un enjambre
475 Pausanias: viii.53.2; Diodoro Sículo: iv.60; Apolodoro: iii.1.2.
476 Pausanias: loc. cit.; Plutarco: Agís 9.
477 Plutarco: Teseo 20; Apolodoro: iii.2.1-2; Eurípides: Hipólito; Pausanias: ii.7.7; Apolonio de Rodas:
iv.1493 y ss.
478 Higinio: Fábula 136; Apolodoro: iii.3.1; Pausanias: i.43.5.
de abejas, y tomó eso por un agüero. En el sótano encontró una
gran tinaja utilizada para guardar miel, y a Glauco ahogado en
ella, hundido de cabeza. Cuando informaron a Minos de ese
hallazgo, consultó con los Curetes y, siguiendo su consejo, le dijo
a Poliido: «Ahora que has encontrado el cadáver de mi hijo debes
devolverle la vida.» Poliido protestó diciendo que, como él no era
Asclepio, no podía resucitar a los muertos. «Yo sé lo que debe
hacerse —replicó Minos—. Te encerrarán en una tumba con el
cadáver de Glauco y una espada, y permanecerás allí hasta que
hayan sido obedecidas mis órdenes.»
e. Cuando Poliido se acostumbró a la oscuridad de la tumba vio
que una serpiente se acercaba al cadáver del niño y, tomando su
espada, la mató. Poco después otra serpiente apareció y al ver que
su compañera estaba muerta se retiró, pero volvió en seguida con
una hierba mágica en la boca y la dejó sobre el cadáver de la otra.
La serpiente volvió lentamente a la vida.
f. Poliido se quedó pasmado, pero tuvo la paciencia de ánimo
suficiente para aplicar la misma hierba al cuerpo de Glauco, y con
el mismo resultado feliz. Entonces él y Glauco se pusieron a gritar
con todas sus fuerzas pidiendo ayuda, hasta que un transeúnte les
oyó y corrió a llamar a Minos, quien rebosaba de júbilo cuando
abrió la tumba y encontró vivo a su hijo. Hizo muchos regalos a
Poliido, pero no le dejó volver a Argos hasta que enseñara a
Glauco el arte de la adivinación. Poliido obedeció de mala gana, y
cuando estaba a punto de regresar a su patria le dijo a Glauco:
«Muchacho, escupe en mi boca abierta.» Glauco lo hizo e inmediatamente
olvidó todo lo que había aprendido479.
g. Más tarde Glauco condujo una expedición hacia el oeste y
exigió un reino a los italianos, pero ellos le despreciaron porque
no era un hombre tan grande como su padre; sin embargo, introdujo
en Italia el cíngulo y el escudo militares cretenses y así mereció
el nombre de Labico, que significa «ceñido»480.
h. Androgeo hizo una visita a Atenas y ganó todas las competencias
en los Juegos Panateneos. Pero el rey Egeo conocía su
479 Apolodoro: loc. cit.; Higinio: loc. cit.
480 Servio sobre la Eneida de Virgilio vii.796.
amistad con los cincuenta rebeldes hijos de Palante y, temiendo
que pudiera persuadir a su padre Minos para que los apoyase en
una rebelión franca, conspiró con los megareses para que le tendieran
una emboscada en Énoe cuando se dirigía a Tebas, donde
se proponía intervenir en ciertos juegos fúnebres. Androgeo se
defendió con valor y siguió una feroz batalla en la que resultó
muerto481.
i. Minos se enteró de la muerte de Androgeo cuando hacía un
sacrificio a las Gracias en la isla de Paros. Arrojó al suelo las
guirnaldas y ordenó a los flautistas que dejaran de tocar, pero
terminó la ceremonia; desde entonces en Paros hacen los sacrificios
a las Gracias sin música ni flores482.
j. A Glauco hijo de Minos se le ha confundido a veces con el
Glauco antedonio, hijo de Antedón, o de Posidón, quien en una
ocasión observó la propiedad restaurativa de cierta hierba sembrada
por Crono en la Edad de Oro, cuando un pez muerto (o, según
dicen algunos, una liebre) volvió a la vida al ser colocado encima.
Probó la hierba, se hizo inmortal y se arrojó al mar, donde
es ahora un dios marino, famoso por sus aventuras amorosas. Su
residencia submarina se halla frente a la costa de Délos y cada
año hace una visita a todos los puertos e islas de Grecia, pronunciando
oráculos muy apreciados por los marineros y pescadores.
Apolo mismo es considerado como discípulo de Glauco483.
*
1. A Pasífae como la Luna (véase 51.A) se le han atribuido numerosos
hijos: Cidón, el héroe epónimo de Cidón, en las cercanías de Tegea, y de la
colonia cidónea en Creta; Glauco, un héroe marino corintio (véase 71.4);
Androgeo, en cuyo honor se celebraban juegos anuales en el Cerámico y a
quien los atenienses rendían culto como «Eurigies» («dando grandes vueltas
»), para indicar que era el espíritu del año solar (Hesequio sub Andro-
481 Diodoro Sículo: iv.60.4; Apolodoro: iii.15.7; Servio sobre la Eneida de Virgilio vi. 14; Higinio:
Fábula 41.
482 Apolodoro: iii.15.7.
483 Ateneo: vii.48; Tzetzes: Sobre Licofrón 754; Ovidio: Metamorfosis xiii.924 y ss.; Pausanias:
ix.22.6; Servio sobre las Geórgicas de Virgilio i.437.
geo); Amón, el héroe oracular del Oasis de Amón, posteriormente igualado
con Zeus; y Catreo, cuyo nombre parece ser una forma masculina de Catarrea,
la Luna como hacedora de lluvia. Sus hijas Ariadna y Fedra son reproducciones
de ella misma; Ariadna, aunque se la interprete como ariagne,
«purísima», parece ser un nombre sumerio, Ar-ri-an-de, «madre alta y
fecunda de la cebada», y Fedra aparece en inscripciones de la Palestina meridional
como Pan.
2. El mito de Acacálide («sin murallas») registra, al parecer, la toma por
los invasores helenos provenientes de Egialia de la ciudad de Tarra, en el
oeste de Creta, la cual, como otras ciudades cretenses, carecía de murallas
(véase 98.1); y la huida de los principales habitantes a Libia, donde llegaron
a ser gobernantes de los pacíficos garamantes.
3. Blanco, rojo y negro, los colores de la novilla de Minos, eran también
los de Io, la vaca Luna (véase 56.1); los de los toros sagrados de Augías
(véase 127.1); y en un jarrón quirite (Monumenti Inediti vi-vii. p. 77) los
del toro Minos que raptó a Europa. Además, los trípodes de arcilla o yeso
consagrados a la diosa cretense descubiertos en Ninou Khani, y un trípode
análogo encontrado en Micenas, estaban pintados de blanco, rojo y negro; y
según el Indica de Ctesias, éstos eran los colores del cuerno del unicornio;
el unicornio, como símbolo calendario, representaba el dominio de la diosa
Luna sobre las cinco estaciones del año de Osiris, cada una de las cuales
contribuía a su composición con parte de un animal. Que Glauco estuviere
cazando un ratón puede indicar un conflicto entre los atenienses adoradores
de Atenea, que tenían a la lechuza (glaux) por su espíritu protector, y los
adoradores de Apolo Esminteo («Apolo Ratón»); o la fábula original puede
haber sido que Minos le dio un ratón envuelto en miel para que lo tragase,
remedio desesperado que se prescribía para los niños enfermos en el antiguo
Mediterráneo Oriental. Su manera de morir puede referirse también al
empleo de la miel como un fluido embalsamador — muchos entierros de
niños en jarrones se ven en las casas de Creta — y la lechuza era un ave de
la muerte. Las abejas se explican quizás por una interpretación equivocada
de ciertas gemas talladas (Weiseler: Denkmale der Alten Kunst ii.252), en
las que aparecía Hermes llamando a los muertos enterrados en jarrones
mientras sus almas revoloteaban en el aire en forma de abejas (véase 39.S y
82.4).
4. Poliido es tanto el multiforme Zagreo (véase como el semidiós Asclepio
cuya hierba regeneradora parece haber sido el muérdago (véase 50.2), o
su equivalente de la Europa oriental, las plantas lorantáceas. La leyenda
babilonia de Gilgamesh es análoga a la resurrección de la serpiente. Una
serpiente le roba la hierba de vida eterna e inmediatamente muda la piel y
se rejuvenece; Gilgamesh, incapaz de recuperar la hierba, se resigna a morir.
Se la describe como parecida al ladierno o tamujo, planta que los griegos
tomaban como purgante antes de realizar sus misterios.
5. El acto de escupir blanco en la boca abierta de Poliido recuerda otro
acto análogo de Apolo cuando Casandra no le pagó por haberle dado el don
de la profecía; pero, en el caso de Casandra el resultado no fue que ella
perdiera ese don, sino que nadie le creía (véase 158.q).
6. Las diosas a las que Minos hacía sacrificios sin las acostumbradas
flautas y flores cuando se enteró de que su hijo había muerto eran las Parias
o Antiguas (véase 89.a), probablemente las Tres Parcas, llamadas eufemísticamente
las «Gracias». El mito se ha convertido en una anécdota popular.
La muerte de Androgeo es un recurso utilizado para explicar la disputa cretense
con Atenas (véase 98.c), basada, quizás, en alguna tradición fuera de
lugar de un asesinato cometido en Enoe.
7. Los dones oraculares del Glauco antedonio, su nombre y sus amoríos,
uno de los cuales fue con Escila (véase 170.t), indican que era una personificación
del poderío marítimo cretense. Tanto Minos (quien recibía sus oráculos
de Zeus) como Posidón, patrono de la confederación cretense (véase
39.7), habían poseído a Escila (véase 91.2); y Antedón («el que goza con
las flores») era, al parecer, un título del héroe de la Flor de Primavera cretense
encarnado en todos los reyes minoicos difuntos (véase 85.2). El rey
Cnosos parece haber estado relacionado mediante casamientos sagrados
con todos los estados miembros de su confederación (véase 89.1); de aquí
la reputación amorosa de Glauco. Es probable que un representante de
Cnosos hiciera un recorrido anual por las dependencias de Creta al otro lado
del mar, al estilo de Talos (véase 92.7), dando a conocer los últimos
edictos oraculares. Délos era una isla cretense y quizás un centro de distribución
de los oráculos llevados desde la Cueva Dictea en Cnosos. Pero este
Glauco se parece también a Proteo, el dios marino oracular de la cretense
Faros (véase 169.6), y a Melicertes, el dios marítimo de Corinto, identificado
con otro Glauco (véase 71.4). La hierba de Crono en la Edad de Oro
puede haber sido la mágica herbé d'or de los druidas.
8. Plinio (Historia natural xxl.14) y Nono (Dionisíacas xxl-451-551) citan
una versión del mito de Glauco tomada del historiador lidio Janto, y se
la conmemora en una serie de monedas de Sardis. Cuando el héroe Tilón o
Tilo («nudo» o «falo») fue mordido mortalmente en el tobillo por una serpiente
venenosa (véase 117.1) su hermana Moira («destino») apeló al gigante
Damasen («sojuzgador»), quien lo vengó. Entonces otra serpiente
trajo del bosque «la flor de Zeus» y la puso en los labios de su compañera
muerta, la cual volvió a la vida. Moira siguió ese ejemplo y resucitó a Tilo
del mismo modo.
91.
ESCILA Y NISO
a. Minos fue el primer rey que dominó el mar Mediterráneo, al
que libró de piratas, y en Creta gobernó en noventa ciudades.
Cuando los atenienses asesinaron a su hijo Androgeo decidió
vengarse de ellos y recorrió el Egeo reuniendo barcos y reclutas
armados. Algunos isleños accedieron a ayudarle, pero otros se negaron.
Sifnos le fue entregada por la princesa Arne, a la que sobornó
con oro, pero los dioses la metamorfosearon en una corneja
que ama el oro y todas las cosas que brillan. Concluyó una alianza
con los habitantes de Anafe, pero le desairó el rey Éaco de Egina
y se marchó jurando venganza; Éaco accedió luego al llamamiento
de Céfalo para que se uniera a los atenienses contra Minos484.
b. Entretanto Minos asolaba el istmo de Corinto. Puso sitio a
Misa, gobernada por el egipcio Niso, quien tenía una hija llamada
Escila. En la ciudad había una torre construida por Apolo [¿y Posidón?]
y a su pie se hallaba una piedra musical que, si se arrojaban
desde arriba piedras sobre ella, sonaba como una lira, porque
Apolo en una ocasión había dejado su lira en ella cuando trabajaba
como albañil. Escila solía pasar mucho tiempo en lo alto de la
torre en la piedra tocando melodías con los guijarros que le arrojaba;
y subía allí a diario cuando comenzó la guerra para contemplar
la lucha.
c. El sitio de Nisa se prolongó y Escila no tardó en conocer los
nombres de todos los guerreros cretenses. Impresionada por la belleza,
de Minos y por su magnífica vestimenta y su corcel blanco,
se enamoró perversamente de él. Algunos dicen que Afrodita lo
quiso así, y otros echan la culpa a Hera485.
d. Una noche Escila se introdujo a hurtadillas en el dormitorio
de su padre y le cortó el famoso mechón de oro del que dependían
su vida y su trono; luego le quitó las llaves de la ciudad, abrió las
484 Estrabón: x.4.8 y 15; Ovidio: Metamorfosis vii.480-viii.6.
485 Higinio: Fábula 198; Virgilio: Ciris.
puertas y salió. Fue directamente a la tienda de Minos y le ofreció
el mechón de cabello a cambio de su amor. «¡Trato hecho!», exclamó
Minos, y esa misma noche, después de entrar en la ciudad
y saquearla, yació con Escila; pero no quiso llevarla a Creta, porque
aborrecía el crimen de parricidio. Sin embargo, Escila nadó
detrás de su barco y se asió a su popa hasta que el alma de su padre
Niso se lanzó sobre ella en forma de águila pescadora con sus
garras y su pico curvo. La aterrada Escila se soltó y se ahogó; su
alma voló transformada en ciris, ave conocida por su pecho purpúreo
y sus patas rojas486. Pero algunos dicen que Minos ordenó
que ahogaran a Escila, y otros que su alma se convirtió en el pez
ciris, y no en el ave de ese nombre487.
e. Nisa se llamó luego Megara, en honor de Megareo, hijo de
Enope e Hipómenes; Megareo había sido aliado de Niso y se casó
con su hija Ifínoe, y, según se dice, le sucedió en el trono488.
f. Esta guerra se fue prolongando hasta que Minos, viendo que
no podía subyugar a Atenas, rogó a Zeus que vengase la muerte
de Androgeo; y en consecuencia toda Grecia fue castigada con
terremotos y el hambre. Los reyes de varias ciudades-estados se
reunieron en Delfos para consultar al oráculo, y recibieron instrucciones
de hacer que Éaco ofreciera plegarias en su nombre.
Hecho esto, los temblores de tierra cesaron en todas partes menos
en Ática.
g. Entonces, los atenienses trataron de redimirse de la maldición
sacrificando a Perséfone las hijas de Jacinto, a saber Antéis,
Egléis, Litea y Ortea, en la tumba del cíclope Geresto. Las muchachas
habían venido a Atenas procedentes de Esparta. Pero los
temblores de tierra continuaban, y cuando los atenienses volvieron
a consultar con el oráculo de Delfos se les dijo que dieran a
Minos cualquier satisfacción que pudiera pedir; ésta resultó ser un
tributo de siete jóvenes y siete doncellas que debían enviar cada
486 Apolodoro: iii.15.8; Higinio: loc. cit.; Ovidio: Metamorfosis viii.6-151; Virgilio: loc. cit.; Pausanias:
ii.34.7.
487 Apolodoro: loc. cit.; Pausanias: loc. cit.
488 Pausanias: i.39.4-5.
nueve años a Creta para que los devorase el Minotauro489.
h. Minos volvió entonces a Cnosos, donde sacrificó una hecatombe
de toros en agradecimiento por su triunfo, pero su muerte
se produjo en el noveno año490.
*
1. La base histórica del mito de Escila es, al parecer, una disputa entre
los atenienses y sus señores cretenses no mucho antes del saqueo de Cnosos
en 1400 a. de C. El mito mismo, que se repite casi exactamente en la
fábula tafiana de Pterelao y Cometo, recuerda los de Sansón y Dalila en
Filistia, y de Curoi, Blathnat y Cuchulain en Irlanda; Llew Llaw, Blodeuwedd
y Gronw en Gales: todos ellos variaciones de un solo modelo. Se refiere
a la rivalidad entre el rey sagrado y su heredero por el favor de la diosa
Luna, la cual, en el solsticio de verano, corta al rey el cabello y le traiciona.
La fuerza del rey reside en su cabello, porque representa al sol, y sus
largos bucles amarillos son comparados con los rayos del astro. Dalila corta
el cabello a Sansón antes de hacer entrar a los filisteos; Blathnat ata el de
Curoi a un poste de la cama antes de llamar a su amante Cuchulain para
que lo mate; Blodeuwedd ata el de Llew Llaw a un árbol antes de llamar a
su amante Gronw. El alma de Llew Llaw toma la forma de un águila, y
Blodeuwedd («aspecto de flor bella»), mujer hecha mágicamente con nueve
flores diferentes, se metamorfosea en una lechuza, como quizás se metamorfosea
también Escila en la leyenda griega original. Un cotejo de estos
cinco mitos demuestra que Escila-Cometo-Blodeuwedd-Blathnat-Dalila es
la diosa Luna en su aspecto primaveral como Afrodita Cometo («de cabello
brillante»); en el otoño se transforma en lechuza, o en ciris, y se convierte
en la diosa Muerte Atenea —que tenía muchas epifanías de aves, incluyendo
la lechuza (véase 97.4)— o Hera, o Hécate. Su nombre Escila indica que
el rey era descuartizado después de raparle la cabeza. Como en el mito de
Llew Llaw, el castigo impuesto luego a la traidora es una adición moral
posterior.
2. Ovidio (Arte de amar i.331) identifica esta Escila con una homónima
a la que Afrodita transformó en un monstruo canino porque Posidón la
había seducido (véase 16.2), y dice que introdujo perros feroces en su útero
y sus lomos como castigo por haber cortado el cabello de Niso. Ovidio se
equivoca raras veces en su mitología y quizá se refiera en este caso a la leyenda
de que la maldición que Pasífae echó sobre Minos hizo que él llenase
489 Diodoro Sículo: iv.61.
490 Ovidio: Metamorfosis viii.152 y ss.; Homero: Odisea xix.178.
el útero de Escila con cachorros más bien que con serpientes, escorpiones y
ciempiés, Pasífae y Anfítrite son la misma diosa de la Luna y el Mar; y Minos,
como gobernante del Mediterráneo, se identificó con Posidón.
3. El sacrificio de las hijas de Jacinto en la tumba de Geresto puede referirse
a los «jardines de Adonis» plantados en honor del rey condenado a
muerte; como eran flores cortadas, se marchitaban en pocas horas. Pero Geresto
era un cíclope pre-aqueo (véase 3.b), y según el Etymologicum Magnum
(sub Geréstidas), sus hijas criaron al infante Zeus en Gortina; además,
Gerestíón era una ciudad de Arcadia en la que Rea fajó a Zeus. Por lo tanto,
las Hiacíntides eran probablemente las nodrizas y no las hijas de Jacinto,
sacerdotisas de Ártemis que en Cnido tenían el título de «Hiacintotrofos»
(nodriza de Jacinto») e identificables con las Geréstidas, pues el Zeus cretense
que moría anualmente (véase 7.1) era indistinguible de Jacinto. Quizá,
por lo tanto, el mito se refiere a cuatro muñecas que colgaban de un árbol
frutal en flor y que estaban encaradas a los puntos cardinales de la brújula,
en una ceremonia fertilizante de la «Ártemis Ahorcada» (véase 79.2 y
88.10).
4. Los siete jóvenes atenienses dedicados al Minotauro eran probablemente
sustitutos sacrificados anualmente en lugar del rey de Cnosos. Se
consideraría conveniente emplear víctimas extranjeras más bien que cretenses
nativos, como sucedía con el ritual de la Crucifixión cananeo, en el
cual, al final bastaban cautivos y criminales como sustitutos de Tammuz.
«Cada nueve años» significa «al final de cada Gran Año de cien lunaciones
». Después de haber sido sacrificados siete muchachos por el rey sagrado,
moría él mismo (véase 81.8). Las siete doncellas atenienses no eran sacrificadas;
quizás se convertían en ayudantes de la sacerdotisa de la Luna, y
realizaban proezas acrobáticas en corridas de toros, como las que se ven en
las obras de arte cretenses; era un deporte peligroso, pero no necesariamente
fatal.
5. Un instrumento de piedras musicales puede haber existido en Megara
según el modelo de un xilófono; no sería difícil fabricarlo. Pero acaso se
trate aquí de un recuerdo de la estatua cantante de Memnón en Egipto: hueca,
con un orificio en el fondo de la boca abierta, a través del cual pasaba el
aire caliente al amanecer cuando el sol calentaba la piedra (véase 164.2).
92.
DÉDALO Y TALOS
a. La ascendencia de Dédalo es discutible. Algunos llaman a su
madre Alcipe, otros Mérope y otros más Ifínoe; y todos le dan un
padre diferente, aunque se conviene generalmente en que pertenecía
a la casa real de Atenas, la cual pretendía descender de Erecteo.
Era un herrero admirable, pues le había enseñado ese arte
Atenea misma491.
b. Uno de sus aprendices, Talos, hijo de su hermana Policaste, o
Pérdice, le había superado ya en su habilidad en el oficio cuando
sólo tenía doce años de edad. Sucedió que un día Talos encontró
el maxilar de una serpiente o, según dicen algunos, el espinazo de
un pez, y al ver que podía utilizarlo para cortar un palo por la mitad,
lo copió en hierro y así invento la sierra. Este y otros inventos
suyos —como la rueda de alfarero y el compás para trazar círculos—
le valieron una gran reputación en Atenas, y Dédalo, que
pretendía haber forjado la primera sierra, se sintió pronto insoportablemente
celoso492. Llevó a Talos al techo del templo de Atenea
en la Acrópolis, le señaló ciertas vistas lejanas y de pronto le empujó
y le hizo caer a tierra. Pero, a pesar de todos sus celos, no
habría hecho daño a Talos si no hubiera sospechado que mantenía
relaciones incestuosas con su madre Policaste. Dédalo corrió al
pie de la Acrópolis y metió el cadáver de Talos en un saco con el
propósito de enterrarlo en secreto. Cuando le interrogaron unos
transeúntes, les explicó que había recogido piadosamente una serpiente
muerta, como lo exigía la ley —lo que no era enteramente
falso, pues Talos era un erectida—, pero había manchas de sangre
en el saco y su crimen fue descubierto, y el Areópago le desterró
por asesinato. Según otro relato, huyó antes que se viera el juicio493.
c. Ahora bien, el alma de Talos —a quien algunos llaman Calo,
Circino o Tántalo— voló en la forma de una perdiz, pero su cuerpo
fue enterrado en el lugar en que había caído. Policaste se ahor-
491 Apolodoro: iii.15.8; Plutarco: Teseo 19; Ferécides, citado por escoliasta sobre Edipo en Colona de
Sófocles 472; Higinio: Fábula 30.
492 Apolodoro: loc. cit.; Ovidio: Metamorfosis viii.236-59; Higinio: Fábula 274; Plinio: Historia natural
vii.57.
493 Fulgencio: Mitos iii-2; Primer Mitógrafo Vaticano: 232; Segundo Mitógrafo Vaticano: 130; Diodoro
Sículo: iv.76.6; Higinio: Fábula 39; Pausanias: vii.4.5.
có al enterarse de su muerte y los atenienses erigieron en su honor
un templo junto a la Acrópolis494.
d. Dédalo se refugió en uno de los demos del Ática, a cuyos
habitantes se les llama por él dedálidos; y luego en la cretense
Cnosos, donde el rey Minos tuvo el placer de recibir a un artífice
tan hábil. Vivió allí durante algún tiempo, en paz y gozando de
gran favor, hasta que Minos, cuando supo que había ayudado a
Pasífae a ayuntarse con el toro blanco de Posidón, lo encerró durante
un tiempo en el Laberinto, juntamente con su hijo Ícaro, cuya
madre, Náucrate, era una de las esclavas de Minos; pero Pasífae
puso en libertad a los dos495.
e. No era fácil, sin embargo, huir de Creta, pues Minos tenía todos
sus barcos bajo guardia militar y ofreció una fuerte recompensa
por su aprehensión. Pero Dédalo hizo un par de alas para él
y otro para Ícaro; estaban hechas con plumas de ave atadas con
hilos y otras menores pegadas con cera. Después de haber preparado
el par de alas de Ícaro, le dijo con lágrimas en los ojos:
«¡Hijo mío, ten cuidado! No vueles a demasiada altura para que el
sol no funda la cera, ni demasiado bajo para que el mar no humedezca
las plumas.» Luego deslizó sus brazos en su par de alas y
ambos emprendieron el vuelo. «Sígueme de cerca —gritó— y no
tomes un rumbo propio.»
Cuando se alejaban de la isla volando en dirección del nordeste,
agitando sus alas, los pescadores, pastores y agricultores que miraban
hacia arriba los tomaron por dioses.
f. Habían dejado a Naxos, Délos y Paros tras ellos a la izquierda
y estaban dejando Lebintos y Calimne detrás a la derecha, cuando
Ícaro desobedeció las órdenes de su padre y comenzó a remontarse
hacia el sol, regocijado con la altura a que lo llevaban sus
grandes alas. Poco después Dédalo miró hacia atrás y ya no pudo
ver a Ícaro, pero vio abajo las plumas de sus alas que flotaban en
el agua. El calor del sol había derretido la cera e Ícaro había caído
al mar y se había ahogado. Dédalo describió círculos alrededor
494 Pausanias: i.21.6; Servio sobre la Eneida de Virgilio vi.14; Helánico, citado por Escoliasta sobre
Orestes de Eurípides 1650; Ovidio: loc. cit.; Suidas y Focio sub Santuario de Perdix.
495 Diodoro Sículo: loc. cit.; Apolodoro: Epítome i.12.
del lugar hasta que el cadáver salió a la superficie, y luego lo llevó
a la cercana isla llamada ahora Icaria, donde lo enterró. Una
perdiz se posó en una encina y le observó cotorreando de placer:
era el alma de su hermana Policaste, por fin vengada. La isla ha
dado su nombre al mar circundante496.
g. Pero algunos que no creen en esta fábula dicen que Dédalo
huyó de Creta en un barco que le proporcionó Pasífae, y que en su
viaje a Sicilia estaban a punto de desembarcar en una islita cuando
Ícaro cayó al mar y se ahogó. Añaden que fue Heracles quien
enterró a Ícaro, y que en agradecimiento Dédalo le hizo en Pisa
una estatua que parecía tan natural que Heracles la tomó por un
rival y la derribó con una piedra. Otros dicen que Dédalo inventó
velas, y no alas, como un medio de dejar atrás a las galeras de
Minos, y que Ícaro, que timoneaba descuidadamente, se ahogó al
zozobrar su barco497.
h. Dédalo voló hacia el oeste hasta que descendió en Cumas,
cerca de Nápoles, y allí dedicó sus alas a Apolo y le erigió un
templo con techo de oro. Luego hizo una visita a Cámico, en Sicilia,
donde le recibió hospitalariamente el rey Cócalo, y vivió con
los sicilianos disfrutando de una gran fama y erigiendo muchos
edificios magníficos498.
i. Entretanto, Minos había reunido una flota considerable y salido
en busca de Dédalo. Llevó consigo una concha de Tritón y
adondequiera que iba prometía recompensar a quien pudiera pasar
por ella una hebra de lino, problema que, como bien sabía, sólo
Dédalo era capaz de resolver. Cuando llegó a Cámico ofreció la
concha a Cócalo, quien se comprometió a pasar la hebra, y, por
supuesto, Dédalo encontró el modo de hacerlo. Ató un hilo finísimo
a una hormiga, abrió un agujero en la punta de la concha y
atrajo a la hormiga a lo largo de las espirales untando con miel los
bordes del agujero. Luego ató la hebra de lino al otro extremo del
hilo de araña y lo pasó también a través de la concha, tirando de
ella. Cócalo devolvió a Minos la concha atravesada por el hilo,
496 Isidoro de Sevilla: Orígenes xiv.6; Higinio: Fábula 40; Ovidio: Metamorfosis viii.182-235.
497 Diodoro Sículo: iv.77; Apolodoro: ii.6.3; Pausanias: ix.112-3.
498 Virgilio: Eneida vi.14 y ss.; Pausanias: vii.4-5; Diodoro Sículo: iv.78.
pero Minos, seguro de que por fin había encontrado el escondite
de Dédalo, exigió su rendición. Mas las hijas de Cócalo no querían
perder a Dédalo, que les hacía tan bellos juguetes, y con ayuda
de él trazaron un plan. Dédalo pasó un caño a través del techo del
cuarto de baño y por él vertieron agua hirviendo o, según dicen
algunos, pez sobre Minos cuando éste estaba disfrutando de un
baño caliente. Cócalo, quien muy bien podía haber estado implicado
en el complot, entregó el cadáver a los cretenses alegando
que Minos había tropezado con una alfombra y había caído en una
caldera de agua hirviente499.
j. Los acompañantes de Minos lo enterraron con gran pompa y
Zeus le designó juez de los muertos en el Tártaro, con su hermano
Radamantis y su enemigo Éaco como colegas. Como la tumba de
Minos ocupaba el centro del templo de Afrodita en Cárnico, le
honraron allí durante muchas generaciones grandes multitudes de
sicilianos que iban a adorar a Afrodita. Al final Terón, el tirano de
Acragas, envió sus huesos a Creta.
k. Después de la muerte de Minos los cretenses cayeron en un
desorden completo, pues los sicilianos incendiaron la mayor parte
de su flota. De los tripulantes que se vieron obligados a quedarse
en la isla unos edificaron la ciudad de Minoa, cerca de la playa
donde habían desembarcado; otros la ciudad de Hiria en Mesapia,
y otros fueron al centro de Sicilia y fortificaron una colina que
llegó a ser la ciudad de Engio, llamada así por su arroyo que corre
en las cercanías. Allí construyeron un templo a las Madres, a las
que siguieron rindiendo grandes honores, como en su Creta natal500.
l. Pero Dédalo abandonó Sicilia para unirse a Yolao, el sobrino
y auriga de Heracles de Tirinto, quien se dirigió a Cerdeña al frente
de un grupo numeroso de atenienses y tespinos. Muchas de sus
obras todavía sobreviven en Cerdeña y las llaman dédalas501.
m. Ahora bien, Talos era también el nombre del sirviente de
499 Pausanias: loc. cit.; Apolodoro: Epitome i.14-15; Zenobio: Proverbios iv.92; Diodoro Sículo:
iv.79.
500 Diodoro Sículo: loc. cit.; Herodoto: vii.170.
501 Pausanias: vii.2-2; Diodoro Sículo: iv.30.
bronce con cabeza de toro que Zeus le había dado a Minos para
que guardase a Creta. Algunos dicen que era un sobreviviente de
la raza de bronce nacida de los fresnos; otros, que 1o forjó Hefesto
en Cerdeña y que tenía una sola vena que le corría desde el
cuello hasta los tobillos, donde entaponaba una aguja de bronce.
Su tarea consistía en dar tres veces al día la vuelta a la isla de Creta
y arrojar peñascos a todos los barcos extranjeros; y también en
recorrer tres veces al año, a un paso más pausado, las aldeas de
Creta mostrando las leyes de Minos inscritas en placas de bronce.
Cuando los sardos trataron de invadir la isla. Talos se puso al rojo
vivo introduciéndose en una hoguera y los destruyó con su abrazo
ardiente, mientras sonreía de manera feroz de ahí viene la expresión
«una sonrisa sardónica». Al final, Medea mató a Talos arrancándole
el alfiler del extremo de la vena y dejando que la sangre
vital escapara por ella; aunque algunos dicen que el argonauta
Peante le hirió en el tobillo con una flecha envenenada502.
*
1. A Hefesto se le describe a veces como hijo de Hera y Talos (véase
12.c) y a Talos como sobrino joven de Dédalo, pero Dédalo era un miembro
subalterno de la casa de Erecteo, fundada mucho tiempo después del
nacimiento de Hefesto. Estas discrepancias cronológicas son muy usuales
en la mitología. Dédalo («inteligente» o «hábilmente forjado»), Talos («sufridor
») y Hefesto («el que brilla de día») demuestran por la semejanza de
sus atributos que sólo son títulos diferentes del mismo personaje mítico.
Ícaro (de io-carios, «dedicado a la diosa Luna Car») puede ser otro de sus
títulos. Pues Hefesto, el dios herrero, se casó con Afrodita, a la que estaba
consagrada la perdiz; la hermana de Dédalo, el herrero, se llamaba Pérdice
(«perdiz»); el alma de Talos, el herrero, levantó vuelo como una perdiz;
una perdiz apareció en el entierro de Ícaro, el hijo de Dédalo. Además,
Hefesto fue arrojado desde el Olimpo, y Talos fue arrojado desde la Acrópolis.
Hefesto quedó rengo al caer; uno de los nombres de Talos era Tántalo
(«cojeando, o tambaleando»); la perdiz macho cojea en su danza amorosa
sujetando un talón con el que se dispone a golpear a sus rivales. Además,
el dios latino Vulcano renqueaba. Su culto había sido introducido desde
Creta, donde se llamaba Velcano y tenía un gallo como emblema, porque el
502 Suidas sub Risus Sardonicus; Apolonio de Rodas: Argonáutica 1639 y ss.; Apolodoro: i.9-26; Platón:
Minos 320c.
gallo canta al amanecer y era, por tanto, apropiado para un héroe solar. Pero
el gallo no llegó a Creta hasta el siglo VI a. de C, y es probable que haya
desalojado a la perdiz como ave de Velcano.
2. Parece que en la primavera se realizaba una danza erótica de la perdiz
en honor de la diosa Luna, y que los bailarines varones renqueaban y llevaban
alas. En Palestina esta ceremonia, llamada la Pesach («la renqueante»),
se realizaba todavía, según Jerónimo, en Beth-Hoglah («el Templo del Cojo
»), donde los devotos bailaban en espiral. Beth-Hoglah se identifica con
«la era de Atad», en la que se lloraba la muerte del rengo rey Jacob, cuyo
nombre puede significar Jah Aceb («el dios del talón»). Jeremías advierte a
los judíos que no deben tomar parte en esos ritos orgiásticos cananeos, y
cita: «La perdiz recoge pollitos que no ha parido.» Anafe, isla situada al
norte de Creta, con la que Minos hizo un tratado (véase 91.a), era famosa
en la antigüedad como lugar de descanso para las perdices emigrantes.
3. El mito de Dédalo y Talos, como su variante, el mito de Dédalo e Ícaro,
parece combinar el rito de quemar al sustituto del rey solar, que se había
puesto alas de águila (véase 29.1), en la hoguera de la primavera —cuando
comenzaba el Nuevo Año palestino— con los ritos de arrojar al pharmacos
con alas de perdiz, un sustituto análogo, desde un risco al mar (véase 96.3),
y el de punzar al rey en el tobillo con una flecha envenenada (véase 10 abajo).
Pero la admiración de los pescadores y labradores al ver volar a Dédalo
ha sido deducida, probablemente, de una ilustración que representaba a
Perseo o Marduk alados (véase 73.7).
4. En un sentido el laberinto del que escaparon Dédalo e Ícaro era el piso
de mosaico en el que estaba dibujado y que tenían que seguir en la danza de
la perdiz ritual (véase 98.2); pero la huida de Dédalo a Sicilia, Cumas y
Cerdeña se refiere, quizás, a la huida de los forjadores de bronce nativos de
Creta como consecuencia de sucesivas invasiones helenas. La treta de la
concha de tritón, y el entierro de Minos en un templo de Afrodita a la que
estaba consagrada esa concha (véase 11.3), indican que Minos, en este contexto,
era considerado también como Hefesto, el amante de la diosa del
Mar. Su muerte en un baño es un incidente tomado, al parecer, del mito de
Niso y Escila (véase 91.b-d); el equivalente celta de Niso, Llew Llaw, moría
en un baño mediante una treta; y lo mismo le sucedió a otro rey sagrado,
Agamenón de Micenas (véase 112.1).
5. El nombre Náucrate («poderío marítimo») recuerda las consecuencias
históricas de la derrota de Minos en Sicilia, el paso del poderío marítimo de
los cretenses a los griegos. El hecho de que era una de las esclavas de Minos
indica una revolución palaciega de los mercenarios helenos en Cnosos.
6. Si Policaste, el otro nombre de Pérdice, la madre de Talos, significa
polycassitere, «mucho estaño», pertenece al mito del hombre de bronce,
homónimo de Talos. La supremacía cretense dependía en gran parte de
abundantes abastecimientos de estaño, que se mezclaba con cobre chipriota;
según el profesor Christopher Hawkes, la fuente más cercana era la isla
de Mallorca.
7. Hesiquio dice que Talos es un nombre del Sol; originalmente, por tanto,
Talos sólo daba la vuelta a Creta una vez al día. Pero quizá los puertos
de Creta quedaban protegidos de los piratas por tres cuerpos de vigilancia
que enviaban patrullas. Y como a Talos el Sol se le llamaba también Tauro
(«el toro»; Bekker: Anécdotas i-344.10 y ss.; Apolodoro: i.9.26), su triple
visita anual a las aldeas era probablemente un recorrido regio del rey Sol
llevando su máscara de toro ritual, pues el año cretense se dividía en tres
estaciones (véase 75.2). El abrazo ardiente de Talos puede referirse a los
sacrificios de seres humanos quemados ofrecidos a Moloch, alias Melkarth,
que era adorado en Corinto como Melicertes (véase 70.5), y que probablemente
también era conocido en Creta. Como este Talos llegó de Cerdeña,
adonde se decía que había huido Dédalo cuando le persiguió Minos, y era
al mismo tiempo el regalo de Zeus a Minos, los mitógrafos han simplificado
la fábula atribuyendo su construcción a Hefesto, antes que a Dédalo;
Hefesto y Dédalo eran el mismo personaje. La sardónicus risus, o rictus,
un retorcimiento de los músculos faciales, sintomático del tétanos, quizás
se llamaba así porque el hombre-ciervo de los bronces sardos primitivos
tiene la misma sonrisa triste y boquiabierta.
8. La vena única de Talos pertenece al misterio de la fundición de bronce
primitiva mediante el método de la cire-perdue. En primer lugar, el herrero
hacía una imagen con cera de abejas que cubría con una capa de arcilla y
ponía en un horno. Tan pronto como la arcilla estaba bien cocida abría un
agujero entre el talón y el tobillo para que saliese la cera caliente y dejase
un molde en el cual se podía verter bronce derretido. Cuando llenaba ese
molde y adentro se enfriaba el metal, rompía la capa de arcilla y quedaba la
imagen de bronce con la misma forma que la original de cera. Los cretenses
llevaron el método de la cire-perdue a Cerdeña, juntamente con el culto de
Dédalo. Como Dédalo aprendió su oficio de Atenea, a la que se llamaba
Medea en Corinto, la fábula de la muerte de Talos puede haber sido una
interpretación errónea de una imagen que representaba a Atenea haciendo
una demostración del método de la cire-perdue. La tradición de que la fusión
de la cera causó la muerte de Ícaro parece pertenecer más bien al mito
de su primo Talos, porque Talos, el hombre de bronce, está íntimamente
relacionado con su homónimo, el forjador de bronce y supuesto inventor
del compás.
9. El compás forma parte del misterio del forjador de bronce y es esencial
para el dibujo exacto de círculos concéntricos cuando hay que forjar
cuencos, yelmos o máscaras. De aquí que a Talos se le llamara Circino («el
circular»), título que se refería tanto al curso del sol como al empleo del
compás (véase 3.2). Su invento de la sierra ha sido destacado con razón: los
cretenses tenían diminutas sierras giratorias de doble hilera de dientes para
los trabajos finos y las empleaban con una destreza maravillosa. Talos es el
hijo de una ninfa-fresno, porque el carbón de fresno produce un calor muy
elevado para la fundición. Este mito también arroja luz sobre Prometeo y su
creación del hombre con arcilla; en la leyenda hebrea el papel de Prometeo
lo desempeñaba el arcángel Miguel, quien trabajaba bajo la mirada de Jehová.
10. La muerte de Talos por Peante recuerda la de Aquiles por París, también
hiriéndole en el talón, y las de los centauros Folo y Quirón (véase
126.3). Estos mitos se relacionan íntimamente. Folo y Quirón murieron a
causa de las flechas envenenadas de Heracles. Peante era el padre de Filoctetes,
y cuando Heracles fue envenenado por otro centauro le ordenó que
encendiera la pira; como consecuencia, Filoctetes obtuvo las mismas flechas
(véase 145.f), una de las cuales le envenenó (véase 161.1). Entonces
París tomó prestadas las flechas mortales de Apolo Tesalio para matar a
Aquiles, el hijo adoptivo de Quirón (véase 164.j); y finalmente, cuando Filoctetes
vengó a Aquiles dando muerte a París, utilizó otra flecha de la aljaba
de Heracles (véase 166.e). El rey sagrado Tesalio era muerto, al parecer,
por una flecha untada con veneno de víbora, que su sucesor le clavaba entre
el talón y el tobillo.
11. En el mito celta el laberinto llegó a significar la tumba regia (Diosa
Blanca, p. 105); y que así sucedía también entre los griegos primitivos lo
indica su definición en el Etymologicum Magnum como «una cueva montañesa
» y por Eustacio (Sobre la Odisea de Homero xi p.1688) como «una
cueva subterránea». El etrusco Lars Porsena hizo un laberinto para su propia
tumba (Varrón, citado por Plinio: Historia natural xxxvi.91-3), y había
laberintos en las cuevas «ciclópeas», es decir, pre-helenas, de las cercanías
de Nauplia (Estrabón: viii.6.2), en Samos (Plinio: Historia natural
xxxiv.83) y en Lemnos (Plinio: Historia natural xxxvi. 90). Salir del laberinto
es, por tanto, reencarnarse.
12. Aunque Dédalo figura como ateniense, a causa del demo ático llamado
así en su honor, las artes dedálicas fueron importadas en el Ática desde
Creta, y no al contrario. Los juguetes que hacía para las hijas de Cócalo
eran, probablemente, muñecas con miembros movibles, como las que complacían
a Pasífae y su hija Ariadna (véase 88.e) y que parecen haber sido
utilizadas en el culto ático del árbol en honor de Erígone. De todos modos,
Policaste, la hermana de Dédalo, se ahorcó, lo mismo que dos Erigones y
Ariadna (véase 79.2 y 88.10).
13. Los mesapios de Hiria, luego Uria y ahora Oria, eran conocidos en la
época clásica por sus costumbres cretenses: cabellos con rizos aplastados,
túnicas con bordados de flores, hacha doble, etc.; y a la cerámica descubierta
allí se la puede datar en 1400 a. de C., lo que confirma la fábula.
93.
CATREO Y ALTÉMENES
a. Catreo, el mayor de los hijos sobrevivientes de Minos, tuvo
tres hijas: Aérope, Clímene y Apemósine; y un hijo. Altémenes.
Cuando un oráculo predijo que a Catreo le mataría uno de sus
propios hijos, Altémenes y Apemósine, la de los pies ligeros,
abandonaron piadosamente Creta, con un gran séquito, con la esperanza
de eludir la maldición. Desembarcaron en la isla de Rodas
y fundaron la ciudad de Cretenia, a la que llamaron así en
honor de su isla natal503. Altémenes se estableció luego en Camiro,
donde le honraban mucho los habitantes, y erigió un altar a
Zeus en el cercano monte Atabirio desde la cumbre del cual, en
los días claros, podía ver a lo lejos a su amada Creta. Rodeó el altar
con toros de bronce, que bramaban fuertemente siempre que
algún peligro amenazaba a Rodas504.
b. Un día Hermes se enamoró de Apemósine, quien rechazó sus
requerimientos y huyó de él. Esa noche la sorprendió cerca de un
arroyo. Ella se dio la vuelta otra vez para huir, pero él había tendido
cueros resbaladizos en la única senda por la que podía escapar,
de modo que Apemósine cayó de bruces y Hermes consiguió
poseerla. Cuando Apemósine volvió al palacio y con tristeza comunicó
a Altémenes su desgracia, él le gritó: «¡Mentirosa y ramera!
», y la mató a puntapiés.
c. Entretanto, Catreo, desconfiando de Aérope y Clímene, las
otras dos hermanas, las desterró de Creta, de la que era entonces
rey. Aérope, después de haber sido seducida por el pelópida Tiestes,
se casó con Plístenes, quien la hizo madre de Agamenón y
503 Apolodoro: iii.2.1.
504 Diodoro Sículo: v.78; Apolodoro: loc. cit.; Estrabón: xiv.2.2; Escoliasta sobre las Odas olímpicas
de Píndaro vii.159.
Menelao; y Clímene se casó con Nauplio, el célebre navegante.
Al fin, solo en la ancianidad y, por lo que él sabía, sin heredero de
su trono, Catreo fue en busca de Altémenes, a quien quería mucho.
Al desembarcar una noche en Rodas él y sus compañeros
fueron tomados equivocadamente por piratas y atacados por los
vaqueros de Camiro. Catreo trató de explicar quién era y por qué
había venido, pero los ladridos de los perros ahogaron su voz. Altémenes
corrió desde el palacio para rechazar la supuesta invasión
y, como no reconoció a su padre, lo mató con una lanza. Cuando
se enteró de que después de todo se había cumplido el oráculo a
pesar del largo destierro que se había impuesto, rogó que lo tragase
la tierra. De acuerdo con su deseo, se abrió una sima y desapareció
en ella, pero hasta el presente se le rinden honores de
héroe505.
*
1. Este mito artificial, que constata una ocupación miceno-minoica de
Rodas en el siglo XV a. de C., tiene también por finalidad explicar las libaciones
que se derramaban en una sima a un héroe rodio, así como los deportes
eróticos en los que unas mujeres danzaban sobre los cueros recién
desollados de los animales sacrificados. La terminación byrios, o buriash,
se da en el título regio de la tercera dinastía babilonia, fundada en 1750 a.
de C.; y el dios del Atabirio de Creta, como el dios del Atabirium (monte
Tabor) en Palestina, famoso por su culto del becerro de oro, era el hitita
Tesup, un dios Sol propietario de ganado (véase 67.1). Rodas pertenecía al
principio a la diosa Luna sumeria Dam-Kina, o Dánae (véase 60.3), pero
pasó a poder de Tesup (véase 42.4); y cuando se derrumbó el imperio hitita
fue colonizada por cretenses de habla griega que mantuvieron el culto del
toro, pero hicieron a Atabirio hijo de Preto («primer hombre») y Eurínome,
la Creadora (véase 1.a). En la época doria Zeus Atabirio usurpó el culto
rodio de Tesup. El bramido de les toros se produciría haciendo girar rhomboi,
o bramaderas (véase 30.1), utilizadas para ahuyentar a los malos espíritus.
2. La muerte de Apemósine en Camiro puede referirse a una represión
brutal, por los invasores hititas más bien que por cretenses, de un colegio
de sacerdotisas oraculares en Camiro. Las tres hijas de Catreo, como las
Danaides, son la familiar tríada de la Luna: Apemósine es la tercera perso-
505 Apolodoro: iii.2.1-2; Diodoro Sículo: loc. cit.
na, la equivalente de Camira. Catreo, muerto accidentalmente por Altémenes,
como Layo, muerto accidentalmente por su hijo Edipo (véase 105.d)t y
Odiseo por su hijo Telégono (véase 170.k), tuvo que haber sido un predecesor
en el reinado sagrado más bien que un padre; pero la fábula ha sido mal
relatada: el hijo, y no el padre, debía desembarcar y lanzar la lanza en forma
de pastinaca.
94.
LOS HIJOS DE PANDIÓN
a. Cuando Erecteo, rey de Atenas, fue muerto por Posidón, sus
hijos Cécrope, Pandoro, Metión y Orneo disputaron la sucesión; y
Juto, cuyo veredicto hizo rey al mayor, Cécrope, tuvo que abandonar
apresuradamente el país de Atica506.
b. Cécrope, a quien Metión y Orneo amenazaron con la muerte,
huyó primeramente a Megara y luego a Eubea, donde se le unió
Pandoro y fundaron una colonia. El trono de Atenas recayó en el
hipo de Cécrope, Pandión, cuya madre era Metiadusa, hija de Eupálamo507.
Pero no gozó del poder durante mucho tiempo, pues
aunque murió Metión, sus hijos con Alcipa, o Ifínoe, demostraron
ser tan envidiosos como él. Estos hijos se llamaban Dédalo, al que
algunos, no obstante, llaman su nieto; Eupálamo, a quien otros
llaman su padre; y Sición. A Sición se le llama también variadamente
hijo de Erecteo, Pélope o Maratón, pues estas genealogías
están muy confusas508.
c. Cuando los hijos de Metión expulsaron a Pandión de Atenas
él huyó a la corte del rey Pilas, Pilos o Pilón, un rey lélege de
Megara509, con cuya hija Pilia se casó. Más tarde Pilas mató a su
tío Biante y, dejando que Pandión gobernara en Megara, se refu-
506 Apolodoro: iii.15.1 y 5; Plutarco: Teseo 32; Pausanias: vii.1.2.
507 Ibíd.: i.5.3; Eustacio sobre Homero p. 281; Apolodoro: iii.15.5.
508 Ferécides, citado por Escoliasta sobre Edipo en Colona de Sófocles 472; Apolodoro: iii.15.8; Diodoro
Sículo: iv.76.1; Pausanias: ii.6.3.
509 Apolodoro: iii.15.5; Pausanias: iv.36.1 y i.29.5.
gió en Mesenia, donde fundó la ciudad de Pilos. Desalojado de
allí por Neleo y los pelasgos de Yolco, penetró en la Elide y allí
fundó una segunda Pilos. En Megara Pilia dio a Pandión cuatro
hijos: Egeo, Palante, Niso y Lico, aunque los hermanos envidiosos
de Egeo difundieron el rumor de que este último era hijo bastardo
de un tal Escirio510. Pandión nunca volvió a Atenas. Tiene
un altar de héroe en Megara, donde todavía se muestra su tumba
en el Risco de Atenea Somormujo, como prueba de que este territorio
perteneció en un tiempo a Atenas; fue disfrazada de esa ave
que Atenea ocultó a su padre Cécrope bajo sus alas y lo llevó sin
que sufriera daño alguno a Megara511.
d. Después de la muerte de Pandión sus hijos marcharon contra
Atenas, expulsaron a los hijos de Metión y dividieron el Ática en
cuatro partes, como su padre les había ordenado que hicieran.
Como Egeo era el mayor, recibió la soberanía de Atenas, en tanto
que sus hermanos echaron suertes para el reparto del resto del reino.
A Niso le tocó Megara y la región circundante hasta Corinto
al oeste; a Lico le tocó la Eubea y a Palante el Ática meridional,
donde engendró una tosca raza de gigantes512.
e. El hijo de Pilas, Escirón, quien se casó con una hija de Pandión,
disputó el derecho de Niso a Megara, y Éaco, llamado para
juzgar la disputa, concedió el reino a Niso y sus descendientes,
pero el mando de sus ejércitos a Escirón. En esa época se le dio a
Megara el nombre de Nisa, y Niso dio también su nombre al puerto
de Nisea, que él fundó. Cuando Minos mató a Niso lo enterraron
en Atenas, donde todavía se ve su tumba detrás del Liceo. Sin
embargo, los megarenses, quienes no admiten que su ciudad fuera
tomada por los cretenses, pretenden que Megareo se casó con Ifínoe,
la hija de Niso, y sucedió a éste513.
f. Egeo, como Cécrope y Pandión, vieron su vida amenazada
constantemente por las conspiraciones de sus parientes, entre ellos
510 Apolodoro: loc. cit.; Pausanias: iv.36.1.
511 Pausanias: 1.41.6; i.5.3 y i.39.4; Hesiquio sub Etia.
512 Apolodoro: iii.15.6; Sófocles, citado por Estrabón: i.6; Pausanias: i.5.4 y i.39.4.
513 Pausanias: i.39.4-5 y 19.5; Estrabón: ix.1.6.
Lico, de quien se dice que fue desterrado de Eubea. Lico se refugió
en el reino de Sarpedón y dio su nombre a Licia, después de
visitar a Afareo en Arene y de iniciar a la casa real en los misterios
de las Grandes Diosas Deméter y Perséfone, y también en los
de Atis en Andania, la antigua capital de Mesenia. Esta Atis, que
dio su nombre al país de Ática, era una de las tres hijas de Cránao,
el rey autóctono de Atenas que reinaba en la época del diluvio de
Deucalión. El bosquecillo de encinas de Andania, donde Lico purificaba
a los iniciados, lleva todavía su nombre514. Se le había
otorgado la facultad de la profecía y fue su oráculo el que declaró
posteriormente que si los mesenios mantenían a salvo cierta cosa
secreta, un día recuperarían su patrimonio, pero si no la mantenían
lo perderían para siempre. Lico se refería a una explicación de
los misterios de la Gran Diosa grabada en una hoja de estaño, que
los mesenios enterraron inmediatamente en una urna de bronce
entre un tejo y un mirto en la cumbre del monte Itone. El tebano
Épaminondas la desenterró finalmente cuando devolvió a los mesenios
su gloria anterior515.
g. El Liceo de Atenas también se llama así en honor de Lico;
desde los tiempos más primitivos ha estado consagrado a Apolo,
quien fue el primero que recibió el sobrenombre de «Liceo», y
ahuyentaba a los lobos de Atenas con el olor de sus sacrificios516.
*
1. Las genealogías míticas como éstas eran citadas siempre que se disputaba
la soberanía de estados o privilegios hereditarios. La división de Megara
entre el rey sagrado, quien realizaba los sacrificios necesarios, y su
sucesor, quien mandaba el ejército, tiene su paralelo en Esparta (véase
74.1). El nombre de Egeo es testimonio de la existencia del culto de la cabra
en Atenas (véase 8.1) y el de Lico lo es del culto del lobo; todo ateniense
que mataba un lobo estaba obligado a enterrarlo mediante suscripción
pública (Escoliasta sobre Apolonio de Rodas: ii. 124). El somormujo estaba
consagrado a Atenea como protectora de los barcos, y como el Risco de
514 Herodoto: i.73; Pausanias: i.2.5 y iv.1.4-5.
515 Pausanias: x.12.5; iv.20.2 y 26.6.
516 Ibid.: i.19.4; Escoliasta sobre Demóstenes: xxiv.114.
Atenea dominaba el mar, éste puede haber sido otro de los riscos desde los
que su sacerdotisa lanzaba al pharmacos emplumado (véase 70.7; 89.6,
etc.). Atis (actes thea, «diosa de la costa escarpada») parece haber sido un
título de la triple diosa ática; sus hermanas se llamaban Cránae («pétrea») y
Granéeme («punto rocoso»; Apolodoro: iii.14.5); y como a Procne y Filomela,
cuando se transformaron en aves, se las llamaba conjuntamente Atis
(Marcial: i.54.9 y v. 67.2), es probable que ella se relacionara con el mismo
ritual de la cima del risco. Atis, como Atenea, tiene otras epifanías de aves
en Homero (véase 97.4). Los misterios de las Grandes Diosas que concernían
a la resurrección fueron entenados entre un tejo y un mirto porque estos
árboles representaban, respectivamente, a la última vocal y la ultima
consonante del alfabeto de árboles (véase 52.3) y estaban consagrados a la
diosa de la Muerte.
95.
EL NACIMIENTO DE TESEO
a. La primera esposa de Egeo fue Mélite, hija de Hoples; y la
segunda Calcíope, hija de Rexenor; pero ninguna de ellas le dio
hijos. Atribuía eso, y las desdichas de sus hermanas Procne y Filomela,
a la ira de Afrodita, por lo que introdujo su culto en Atenas
y luego fue a consultar con el oráculo de Delfos. El oráculo le
advirtió que no debía abrir la boca de su repleto odre de vino hasta
que llegara al punto más alto de Atenas si no quería morir de
pena un día, respuesta que Egeo no pudo interpretar517.
b. En su viaje de regreso se detuvo en Corinto, y allí Medea le
hizo jurar solemnemente que la ampararía contra todos sus enemigos
si alguna vez se refugiaba en Atenas, y en cambio se comprometió
a procurarle un hijo por arte de magia. Luego hizo una
visita a Trecén, adonde sus viejos compañeros Piteo y Trecén,
hijos de Pélope, habían ido recientemente desde Pisa para compartir
un reino con el rey Ecio. Ecio era el sucesor de su padre
Antas, hijo de Posidón y Alcíone, quien, después de fundar las
517 Escoliasta sobre Medea de Eurípides 668; Apolodoro: iii.15.6; Pausanias: 1.14.6.
ciudades de Antea e Hiperea, se había hecho a la mar para fundar
Halicarnaso en Caria. Pero Ecio parece haber poseído escaso poder,
porque Piteo, después de la muerte de Trecén, unió Antea a
Hiperea en una sola ciudad que dedicó conjuntamente a Atenea y
Posidón y llamó Trecén518.
c. Piteo era el hombre más culto de su época y se cita con frecuencia
uno de sus apotegmas morales sobre la amistad: «No debes
marchitar la esperanza que la amistad ha concebido, sino colmar
bien su medida.» Fundó en Trecén un templo de Apolo Oracular,
que es el Templo más antiguo que sobrevive en Grecia, y
dedicó también un altar a la diosa triple Temis. Tres tronos de
mármol blanco, colocados ahora sobre su tumba detrás del templo
de Ártemis Salvadora, les servían a él y otros dos de asientos para
juzgar. También enseñó el arte de la oratoria en el templo de las
Musas de Trecén —fundado por el hijo de Hefesto llamado Árdalo,
el famoso inventor de la flauta— y existe todavía un tratado de
retórica escrito por él519.
d. Ahora bien, cuando Piteo vivía todavía en Pisa, Belerofonte
le había pedido que se casara con su hija Etra, pero lo enviaron a
Caria deshonrado antes que se pudiera celebrar el casamiento;
aunque seguía comprometido con Belerofonte, ella tenía pocas
esperanzas de que regresara. Por lo tanto, Piteo, afligido por la
virginidad forzosa de su hija, e influido por Medea, la cual les estaba
hechizando a todos desde lejos, emborrachó a Egeo y lo
mandó a la cama con Etra. Esa misma noche, a una hora más
avanzada, la gozó también Posidón. Pues, obedeciendo un sueño
que le envió Atenea, dejó al borracho Egeo y pasó vadeando a la
isla de Esfera, que se halla cerca de Trecén, llevando libaciones
para derramarlas en la tumba de Esfero, el auriga de Pélope. Allí,
con la connivencia de Atenea, la dominó Posidón, y luego Etra
cambió el nombre de la isla de Esfera en Hiera y erigió en ella un
templo a Atenea Apaturia, estableciendo la regla de que en adelante
toda muchacha trecenia dedicase su cinturón a la diosa antes
de casarse. Pero Posidón concedió generosamente a Egeo la pa-
518 Eurípides: Medea 660 y ss.; Estrabón: viii.6.14; Plutarco: Teseo 2.
519 Plutarco: loc. cít.; Pausanias: ii.31.3-4 y 8-9.
ternidad de todos los hijos que le nacieran a Etra durante los cuatro
meses siguientes520.
e. Cuando Egeo despertó y se encontró en el lecho de Etra, le
dijo a ésta que si les nacía un hijo no debía ser abandonado ni enviado
a otra parte, sino que se le debía criar secretamente en Trecén.
Luego volvió a Atenas para celebrar el Festival Panateneo,
después de ocultar su espada y sus sandalias bajo una roca hueca
llamada el Altar de Zeus el Fuerte, la que se hallaba en el camino
de Trecén a Hermíone. Si cuando el niño creciera podía mover
esa roca y recuperar las prendas, se le debía enviar con ellas a
Atenas. Entretanto, Etra debía guardar silencio para que los sobrinos
de Egeo, los cincuenta hijos de Palante, no conspirasen contra
su vida. La espada era una herencia de Cécrope521.
f. En un lugar llamado ahora Genetlio, en el camino que va de
la ciudad al puerto de Trecén, Etra dio a luz un niño. Algunos dicen
que le dio inmediatamente el nombre de Teseo, porque las
prendas habían sido depositadas para él; otros, que posteriormente
él obtuvo ese nombre en Atenas. Fue criado en Trecén, donde
su guardián, Piteo, difundió discretamente el rumor de que Posidón
había sido su padre; y un tal Cónidas, a quien los atenienses
siguen sacrificando un carnero la víspera de las Fiestas Teseas,
fue su pedagogo. Pero algunos dicen que Teseo se crió en Maratón522.
g. Un día Heracles, que comía en Trecén con Piteo, se quitó su
piel de león y la arrojó sobre un taburete. Cuando los niños del
palacio entraron comenzaron a gritar y huyeron, menos Teseo,
que entonces tenía siete años y que corrió a tomar un hacha de la
pila de leña y volvió audazmente dispuesto a atacar a un verdadero
león523.
h. A la edad de dieciséis años hizo una visita a Delfos y ofreció
a Apolo el primer cabello que le habían cortado al llegar a la viri-
520 Pausanias: ii.31.12 y 33.1; Apolodoro: iii.15.7; Plutarco: Teseo 3; Higinio: Fábula 37.
521 Plutarco: loc. cit.; Apolodoro: loc. cit.; Pausanias: ii.32.7.
522 Pausanias: ii.32.8; Plutarco: Teseo 4 y 6; Lactancio sobre la Tebaida de Estacio xii.194.
523 Pausanias: i.27.8.
lidad. Sólo se afeitó, no obstante, la parte delantera de la cabeza,
como los árabes y misios, o como los belicosos abantes de Eubea,
que con dio privaban a sus enemigos de una ventaja en la lucha
cuerpo a cuerpo, A esta dase de tonsura, y al recinto donde él realizó
la ceremonia, se les llama todavía téseos. Era ya un joven
fuerte, inteligente y prudente; y Etra lo llevó a la roca bajo la cual
Egeo había ocultado la espada y las sandalias y le refirió la historia
de su nacimiento. Teseo no tuvo dificultad para mover la roca,
a la que desde entonces se le llama la «Roca de Teseo», y recuperó
las prendas. Sin embargo, a pesar de las advertencias de Piteo y
de los ruegos de su madre, no quiso ir a Atenas por la ruta segura
del mar, sino que insistió en viajar por tierra, impulsado por el deseo
de emular las hazañas de su primo hermano Heracles, a quien
admiraba mucho524.
*
1. Piteo es un forma masculina de Pitea. Los nombres de las ciudades
que unió para formar Trecén indican una tríada calendaria matriarcal (véase
75.2), compuesta por Antea («florida»), la diosa de la Primavera; Hiperea
(«que está arriba»), la diosa del Verano, cuando el sol está en el cénit; y
Pitea («diosa-pino»), adorada en el otoño cuando Atis-Adonis (véase 79.1)
era sacrificado en su pino. Pueden ser identificadas con la diosa triple Temis,
a quien Piteo erigió un altar, puesto que el nombre Trecén es, al parecer,
una forma desgastada de trion hezomenon «[la ciudad] de los tres que
se sientan», y que se refiere a los tres tronos de mármol blanco que servían
a «Piteo y otros dos» como asientos para hacer justicia.
2. Teseo tuvo que tener originalmente un mellizo, pues su madre se acostó
con un dios y un mortal en la misma noche; los mitos de Idas y Linceo,
Castor y Pólux (véase 74.1), Heracles e Ificles (véase 118.3) lo aseguran.
Además, llevaba una piel de león como Heracles, y, por tanto, tuvo que
haber sido el rey sagrado y no el sucesor. Pero cuando, después de las guerras
persas, Teseo se convirtió en el principal héroe nacional de Atenas, al
menos su paternidad tenía que ser ateniense, porque su madre era de Trecén.
Los mitógrafos decidieron, en consecuencia, resolver el problema de
ambos modos. Teseo era ateniense, hijo de Egeo y mortal, pero siempre
que necesitase reclamar a Posidón como padre podía hacerlo (véase 98.j y
101.f). En cualquiera de los dos casos su madre seguía siendo de Trecén.
524 Homero: Ilíada ii.542; Pausanias: loc. cit. y ii.32.7; Plutarco: Teseo 5 y 7.
Atenas tenía allí intereses importantes. También se le concedió un mellizo
honorario, Pirítoo, quien, por ser mortal, no podía salir del Tártaro, como
hicieron Heracles, Pólux y el propio Teseo (véase 74.j 193.a; y 134.d). No
se perdonaron esfuerzos para relacionar a Teseo con Heracles, pero los atenienses
nunca llegaron a ser lo bastante poderosos como para convertirlo en
un dios olímpico.
3. Parece, no obstante, que hubo por lo menos tres personajes mitológicos
que se llamaban Teseo: uno de Trecén, otro de Maratón en Auca, y el
tercero del territorio lapita. No se unificaron en un solo personaje hasta el
siglo VI a. de C, cuando (como sugiere el profesor George Thomson) los
Butadas, un clan lapita cuyos miembros habían llegado a ser los principales
aristócratas de Atenas e incluso usurpado el sacerdocio pelasgo nativo de
Erecteo, presentaron al Teseo ateniense como un rival de Heracles dorio
(véase 47.4). Además, Piteo era evidentemente un título tanto eleano como
trecenio, que tenía también el héroe epónimo de un demo ático perteneciente
a la tribu de Cécrope.
4. La visita de Etra a Esfera indica que la antigua costumbre de la autoprostitución
por muchachas solteras sobrevivió en el templo de Atenea durante
algún tiempo después de haber sido implantado el sistema patriarcal.
Difícilmente puede haber sido traído de Creta, pues Trecén no es una ciudad
micénica, pero quizás era una importación cananea, como en Corinto.
5. Las sandalias y la espada son antiguos símbolos de realeza; la extracción
de una espada de una roca parece haber formado parte del ritual de la
coronación en la Edad de Bronce (véase 81.2). Odin, Galahad y Arturo tuvieron
que realizar todos ellos una hazaña análoga; y una espada inmensa,
con puño de león y hundida en una roca, figura en la escena de un casamiento
sagrado grabada en Hatasus (véase 145.5). Como a esta roca se la
llama tanto Altar de Zeus el Fuerte como Roca de Teseo, puede suponerse
que «Zeus» y «Teseo» eran títulos alternativos del rey sagrado que era coronado
allí; pero le armaba la diosa. El «Apolo» al que Teseo dedicó su cabello
sería Karu («hijo de la diosa Car»; véase 82.6 y 86.2), llamado también
Car, Q're, o Carys, el rey solar al que le cortaban anualmente el cabello
antes de su muerte (véase 83.3), como cortaban el del tirio Sansón y el
del megarense Niso (véase 91.1). En una fiesta llamada la Comiria («recorte
del cabello») los muchachos le sacrificaban sus guedejas en una ceremonia
fúnebre anual, y luego los llamaban cúretes (véase 7.4). Esta costumbre,
probablemente de origen libio (Herodoto: iv.194), se había extendido al
Asia Menor y Grecia; una prohibición de la misma se da en el Levítico
xxi.5. Pero en la época de Plutarco ya se adoraba a Apolo como el dios Sol
inmortal y, en prueba de ello, conservaba el cabello rigurosamente sin cortar.
6. La división que hizo Ecio de Trecén entre Trecén, Piteo y él mismo
recuerda el arreglo que hizo Preto con Melampo y Biante (véase 72.h). El
Piteo que enseñaba retórica y cuyo tratado sobrevivió hasta la época clásica
tiene que haber sido un personaje histórico posterior.
96.
LOS TRABAJOS DE TESEO
a. Teseo salió para librar de bandidos el camino costero que llevaba
de Trecén a Atenas. No se proponía intervenir en pendencias,
sino vengarse de todos los que se atrevieran a molestarle,
ajustando el castigo al delito, como hacía Heracles525. En Epidauro
le atacó Perifetes el rengo. Perifetes, a quien algunos llaman
hijo de Posidón y otros hijo de Hefesto y Anticlea, poseía una
gran maza de bronce, con la que solía matar a los caminantes; de
ahí su apodo de Corunetes, o «el hombre del garrote». Teseo le
arrancó la maza de las manos y lo mató con ella. Complacido con
su tamaño y su peso, en adelante la llevó a todas partes con orgullo;
y aunque él había podido parar su golpe mortal, en sus manos
esta arma siempre mataba sin fallar526.
b. En el lugar más estrecho del istmo, desde el que se ven el
golfo de Corinto y el Sarónico, vivía Sinis, el hijo de Pemón, o,
según dicen algunos, de Polipemón y Silea, hija de Corinto, quien
pretendía ser hijo de Posidón527. Le apodaban Pitiocantos o «doblador
de pinos», porque tenía fuerza suficiente para inclinar las
puntas de los pinos hasta que tocaban la tierra, y con frecuencia
pedía a los transeúntes que le ayudasen en esa tarea, pero cuando
lo hacían soltaba de pronto la punta del árbol, y éste, al enderezarse,
lanzaba al aire a los incautos quienes se mataban al caer. O
bien inclinaba las copas de dos árboles vecinos hasta que se toca-
525 Diodoro Sículo: iv.59; Plutarco: Teseo 7 y 11.
526 Higinio: Fábula 38; Apolodoro: iii.16.1; Pausanias: ii.1.4; Plutarco: Teseo 8.
527 Pausanias: loc. cit.; Ovidio: Ibis 507 y ss.; Apolodoro: iii.16.2; Escoliasta sobre Hipólito de Eurípides
977.
ban y entonces ataba a cada una de ellas un brazo de su víctima,
que era despedazada cuando los árboles volvían a enderezarse528.
c. Teseo luchó con Sinis, lo dominó e hizo con él lo que él
hacía con otros. En aquel momento una hermosa muchacha corrió
a ocultarse en un bosquecillo de juncos y espárragos silvestres. Él
la siguió y, tras una larga búsqueda, la encontró invocando a las
plantas y prometiéndoles que nunca las quemaría ni destruiría si
la ocultaban y salvaban. Cuando Teseo le juró que no la trataría
con violencia, ella consintió en salir de allí y resultó que era Perígune,
hija de Sinis. Perígune se enamoró de Teseo a primera vista,
le perdonó la muerte de su odioso padre y, a su debido tiempo, le
dio un hijo, Melanipo. Más tarde, la dio en matrimonio a Deyoneo
el ecalio. Yoxo, el hijo de Melanipo, emigró a Caria, donde llegó
a ser el antepasado de los yóxides, quienes no queman juncos ni
espárragos silvestres, sino que los veneran529.
d. Sin embargo, algunos dicen que Teseo mató a Sinis muchos
años después y le dedicó los Juegos ístmicos, aunque habían sido
fundados por Sísifo en honor de Melicertes, el hijo de Ino530.
e. Luego, en Cromión, persiguió y mató a una puerca montés
feroz y monstruosa que había dado muerte a tantos cromionios,
que ya no se atrevían a arar sus campos. Este animal, que llevaba
el nombre de la vieja que lo crió, era, según se decía, hijo de Tifón
y Equidna531.
f. Siguiendo el camino de la costa, Teseo llegó a los riscos escarpados
que se alzan del mar y que se habían convertido en un
baluarte del bandido Escirón. Algunos dicen que era corintio e
hijo de Pélope o de Posidón, y otros que era hijo de Heníoque y
Caneto532. Escirón acostumbraba a sentarse en una roca y obligar
a los viajeros a que le lavasen los pies; cuando ellos se inclinaban
528 Ovidio: Metamorfosis vii.433 y ss.; Apolodoro: loc. cit.; Higinio: loc. cit.; Diodoro Sículo: iv.59;
Pausanias: loc. cit..
529 Plutarco: Teseo 8 y 29
530 Mármol de Paros 35 y ss.; Plutarco: Teseo 25.
531 Plutarco: Teseo 9; Diodoro Sículo: iv.59; Ovidio: Metamorfosis vü.433 y ss.; Apolodoro: Epítome
i.l; Higinio: Fábula 38.
532 Estrabón: ix.1.4; Apolodoro: Epítome i.2; Plutarco: Teseo 25.
para hacerlo, les daba un puntapié y los arrojaba desde el risco al
mar, donde una tortuga gigante que nadaba por los alrededores
esperaba para devorarlos. (Las tortugas de mar se parecen a las de
tierra, sólo que son más grandes y tienen aletas en vez de patas.)
Teseo se negó a lavarle los pies a Escirón, lo levantó de la roca y
lo arrojó al mar533.
g. Pero los megareses dicen que el único Escirón con que Teseo
luchó era un honrado y generoso príncipe de Megara, padre de
Endéis, que se casó con Éaco y dio a luz a Peleo y Telamón; añaden
que Teseo mató a Escirón después de la toma de Eleusis, muchos
años después, y que celebró los Juegos ístmicos en su honor
bajo el patrocinio de Posidón534.
h. Los riscos de Escirón se alzan cerca de las Rocas Molurias, y
por ellos corre la senda que hizo Escirón cuando mandaba los
ejércitos de Megara. Al fuerte viento del noroeste que sopla hacia
el mar a través de esos riscos lo llaman Escirón los atenienses535.
i. Ahora bien, sciron significa «parasol» y al mes de Escirofon
se le llama así porque en el Festival de Deméter y Core que realizan
las mujeres el duodécimo día de ese mes el sacerdote de Erecteo
lleva un parasol blanco, y una sacerdotisa de Atenea Esciras
lleva otro en solemne procesión desde la Acrópolis, pues en esa
ocasión a la imagen de la diosa la untan con sciras, una especie de
yeso, para conmemorar la imagen blanca que hizo de ella Teseo
después de haber dado muerte al Minotauro536.
j. Prosiguiendo su viaje a Atenas, Teseo se encontró con Cerción,
el arcadio, de quien algunos dicen que era hijo de Bronco y
la ninfa Argíope, y otros que era hijo de Hefesto o Posidón537.
Desafiaba a los transeúntes a luchar con él cuerpo a cuerpo y lue-
533 Escoliasta sobre la Tebaida de Estacio i.339; Pausanias: i.44.12; Apolodoro: Epítome
i.2-3.
534 Plutarco: Teseo 10 y 25.
535 Pausanias: i.44.10-12; Estrabón: ix.1.4.
536 Escoliasta sobre Parlamento de las mujeres de Aristófanes 18; Aristófanes: Las avispas 925; Etymologicum
Magnum: sub Esciroforión.
537 Plutarco: Teseo 11; Apolodoro: Epítome i.3; Higinio: Fábula 38; Aulo Gelio: xiii.21.
go los aplastaba con su fuerte abrazo. Pero Teseo lo levantó
asiéndolo por las rodillas y, con gran complacencia de Deméter,
que presenciaba el combate, lo arrojó de cabeza a tierra. La muerte
de Cerción fue instantánea. Teseo no confiaba en la fuerza tanto
como en la destreza, pues había inventado el arte de la lucha
cuerpo a cuerpo, cuyos principios no habían sido comprendidos
hasta entonces. En Eleusis se muestra todavía el lugar donde luchaba
Cerción, situado en el camino que va a Megara, cerca de la
tumba de su hija Álope, a la que se dice que violó Teseo538.
k. Cuando llegó a Coridalo, en Ática, Teseo mató al padre de
Sinis, Polipemón, apodado Procrustes, quien vivía junto al camino
y tenía dos lechos en su casa, uno pequeño y el otro grande.
Cuando ofrecía alojamiento a los viajeros por la noche, hacía que
los hombres pequeños se acostasen en el lecho grande y los estiraba
en un potro para que se ajustasen a él; y a los hombres altos
los hacía acostar en el lecho pequeño y luego les serraba toda la
parte de las piernas que sobresalía de él. Pero algunos dicen que
sólo utilizaba un lecho y que alargaba o acortaba a sus huéspedes
de acuerdo con su medida. En todo caso, Teseo hizo con él lo que
él había hecho con otros539.
*
1. La muerte de Perifetes ha sido inventada para explicar la maza de
bronce de Teseo, igual a la que llevaba Heracles (véase 120.5). Se describe
a Perifetes como un rengo porque era hijo del herrero Dédalo y los herreros
eran ritualmente rengos (véase 92.1).
2. Como se creía que el Viento Norte, que dobla los pinos, fertilizaba a
las mujeres, los animales y las plantas, se describe a «Pitiocantos» como
padre de Perígune, una diosa de los sembrados (véase 48.1). El apego de
sus descendientes a las esparragueras y los juncales indica que los cestos
sagrados que llevaban en las Tesmoforias estaban tejidos con esos materiales,
y, por tanto, prohibidos para el uso corriente. La Cerda Cromiona, alias
538 Ovidio: Ibis 407 y ss.; Apolodoro: loc. cit.; Pausanias: i.39.3; Plutarco: Teseo 11 y
29.
539 Diodoro Sículo: iv.59; Apolodoro: Epítome i.4; Pausanias: ii.38.5; Higinio: Fábula 38; Plutarco:
Teseo 11.
Fea, es la cerda blanca Deméter (véase 24.7 y 74.4), cuyo culto fue suprimido
muy pronto en el Peloponeso. El que Teseo emprendiera su viaje sólo
para matar a una cerda preocupaba a los mitógrafos: Higinio y Ovidio la
convierten en un jabalí, y Plutarco la describe como una mujer bandido cuya
conducta repugnante le mereció el apodo de «cerda». Pero aparece en el
mito gales primitivo como la Vieja Cerda Blanca, Hen Wen, atendida por el
porquerizo mago Coll ap Collfrewr, que introdujo el trigo y las abejas en
Britania; y al porquerizo mago de Deméter, Eubuleo, se le recordaba en el
Festival de las Tesmoforias en Eleusis, en el que cerdos vivos eran arrojados
a una sima en su honor. Sus restos putrefactos servían luego para fertilizar
el trigo para sembrar (Escoliasta sobre Diálogos entre prostitutas de
Luciano ii.l).
3. Las fábulas de Escirón y Cerción se basan, al parecer, en una serie de
imágenes que ilustraban la ceremonia de arrojar a un rey sagrado como
pharmacos desde la Roca Blanca. El primer héroe que murió así fue Melicertes
(véase 70.h), o sea Heracles Melkarth de Tiro, quien parece haber
sido despojado de sus aderezos regios —la clava, la piel de león y los coturnos—
y luego provisto con alas, aves vivas y un parasol para aminorar
su caída (véase 89.6; 92.3 y 98.7). Esto es para indicar que Escirón, que
aparece dispuesto a arrojar de un puntapié a un viajero al mar, es el pharmacos
que se prepara para su prueba en las Esciroforias, que se celebraban
en el último mes del año, es decir, en el solsticio de verano; y que una segunda
escena, explicada como la lucha cuerpo o cuerpo de Teseo con Cerción,
le muestra levantado al aire por su sucesor (como en la terracota del
peristilo real de Atenas; Pausanias: i.3.1), mientras la sacerdotisa de la diosa
observa complacida. Ésta es una situación mitológica común: Heracles,
por ejemplo, luchó por un reino con Anteo en Libia (véase 133.h), y con
Erix en Sicilia (véase 132.q); Odiseo con Filomélides en Ténedos (véase
161.f). Una tercera escena, tomada como la venganza de Teseo con Escirón.
muestra al pharmacos lanzándose al aire con el parasol en la mano. En
una cuarta, ha llegado al mar y su parasol flota en las olas; la supuesta tortuga
que esperaba para devorarlo era sin duda el parasol, pues no hay constancia
de ningún culto de la tortuga en Ática. El Segundo Mitógrafo Vaticano
(127) hace que Dédalo, y no Teseo, mate a Escirón, probablemente a
causa de la relación mítica de Dédalo con el ritual del pharmacos del rey
perdiz (véase 92.3).
4. Todas estas hazañas de Teseo parecen tener relación recíproca. Los
gramáticos asocian el parasol blanco con una imagen de yeso de Atenea.
Esto recuerda los muñecos pharmacos blancos, llamados «argivos» («hombres
blancos»), que arrojaban al agua corriente una vez al año en la purificación
de los templos en el mes de mayo (véase 132.p); también las tortas
blancas en forma de cerdos y hechas con harina mezclada con yeso (Plinio:
Historia natural xvii. 29.2), que se utilizaban en las Tesmoforias en sustitución
de los restos de los cerdos recogidos de la sima de Eubuleo; «para no
defraudar a sus serpientes sagradas», según explica el escoliasta sobre los
Diálogos entre prostitutas de Luciano. El festival de las Esciroforias formaba
parte de las Tesmoforias. Thes tiene el mismo significado en Thesmoforia
que en Theseus, a saber, «prendas depositadas» en los cestos tejidos
con espárragos silvestres y juncos que santificó Perígune. Eran prendas fálicas
y el festival tenía carácter erótico; justifica esto la seducción de Perígune
por Teseo, y también la seducción de Herse por Hermes (véase 25.d).
El sacerdote de Erecteo llevaba un parasol porque era el presidente del culto
de la serpiente, y las funciones sagradas de los reyes antiguos quedaron a
su cargo después de haber sido abolida la monarquía, como quedaron en
Roma a cargo del sacerdote de Zeus.
5. El nombre de Cerción lo relaciona con el culto del cerdo. Lo mismo
sucede con sus padres: Branco se refiere al gruñido de los cerdos, y Argíope
es un sinónimo de Fea. Fue sin duda Teseo el hijo de Posidón quien violó
a Álope, es decir, suprimió el culto de la diosa Luna de Megara como
Zorra (véase 49.2).
6. Tanto a Sinis como a Escirón se los describe como el héroe en cuyo
honor fueron dedicados nuevamente los Juegos ístmicos; el apodo de Sinis
era Pitiocantos; y Escirón, como Pitiocantos, era un viento del nordeste.
Pero como los Juegos ístmicos habían sido fundados originalmente en memoria
de Heracles Melkarth, la destrucción de Pitíocantos parece referirse a
la supresión del culto de Bóreas en Atenas, el cual, no obstante, fue restablecido
después de las guerras persas (véase 48.4). En ese caso, los Juegos
ístmicos son análogos a los Juegos Píticos, fundados en memoria de Pitón,
que era el Viento Norte fertilizante y también el alma del rey sagrado muerto
por su rival Apolo. Además, «Procrustes», según Ovidio y el escoliasta
sobre Hipólito de Eurípides (977), era sólo otro apodo de Sinis-Pitiocantos;
y Procrustes parece ser un personaje novelesco inventado para explicar una
imagen familiar: el cabello del rey viejo —Sansón, Pterelao (véase 89.7),
Niso (véase 91.1), Curoi, Llew Llaw, o como quiera que se le llamase—
está atado al poste de la cama por su novia traidora, mientras su rival avanza,
con el hacha en la mano, para matarlo. «Teseo» y sus helenos abolieron
la costumbre de arrojar al rey viejo por la Roca Moluria y volvieron a dedicar
los juegos a Posidón a expensas de Ino; Ino era uno de los títulos anteriores
de Atenea.
97.
TESEO Y MEDEA
a. Cuando llegó al Ática, Teseo encontró junto al río Cefiso a
los hijos de Fítalo, quienes le purificaron de la sangre que había
derramado, pero especialmente de la de Sinis, su pariente materno.
El altar de Zeus Benigno, en el que se realizó esa ceremonia,
se alza todavía a la orilla del río. Luego los Fitálidas acogieron a
Teseo como su huésped; fue la primera verdadera hospitalidad de
que había sido objeto desde que abandonara Trecén. Vestido con
una larga túnica que le llegaba a los pies y con el cabello bien
trenzado, entró en Atenas en el octavo día del mes Cronio, llamado
ahora Hecatombeón. Al pasar junto al templo casi terminado
de Apolo el Delfín, unos albañiles que trabajaban en el techo le
tomaron equivocadamente por una muchacha y le preguntaron
con impertinencia por qué le dejaban andar sin acompañantes. Sin
dignarse contestar, Teseo desunció los bueyes del carro de los albañiles
y lanzó a uno de ellos al aire muy por encima del techo
del templo540.
b. Ahora bien, mientras Teseo crecía en Trecén, Egeo había
mantenido su promesa a Medea. Le dio albergue en Atenas cuando
huyó de Corinto en el célebre carro tirado por serpientes aladas
y se casó con ella, confiando con razón en que sus hechizos le
permitirían engendrar un heredero, pues, todavía no sabía que
Etra le había dado a Teseo541.
c. Pero Medea reconoció a Teseo tan pronto como llegó a la
ciudad y sintió celos por su Medo, el hijo que había tenido con
Egeo, de quien se esperaba generalmente que le sucediera en el
trono de Atenas. En consecuencia, convenció a Egeo de que Teseo
venía como espía o asesino e hizo que le invitara a un banquete
en el templo del Delfín. Egeo, que utilizaba el templo como su
residencia, le ofrecería entonces una copa de vino preparada por
ella. Esa copa contendría matalobos, veneno que Medea había llevado
de la bitinia Aquerusia, donde salió por primera vez de la
espuma mortífera que esparció Cerbero cuando Heracles lo sacó a
rastras del Tártaro; como el matalobos florece en las rocas desnu-
540 Pausanias: i.37.3 y 19.1; Plutarco: Teseo 12.
541 Eurípides: Medea 660 y ss.; Apolodoro: i.9.28.
das, los campesinos lo llaman «acónito»542.
d. Algunos dicen que cuando sirvieron el asado en el Delfinio,
Teseo desenvainó ostentosamente su espada, como si fuera a trinchar
la carne, con lo que atrajo la atención de su padre; pero otros
dicen que, sin recelar nada, se llevó la copa a los labios antes de
que Egeo observase las serpientes erectidas grabadas en el puño
de marfil de la espada y que entonces arrojó el veneno al suelo. El
lugar donde cayó la copa se muestra todavía, separado del resto
del templo.
e. Siguió el mayor júbilo que había presenciado hasta entonces
Atenas. Egeo abrazó a Teseo, convocó una asamblea pública y lo
reconoció como su hijo. Encendió fogatas en todos los altares e
hizo muchos donativos a las imágenes de los dioses; sacrificó
hecatombes de bueyes enguirnaldados y en todo el palacio y la
ciudad entera nobles y plebeyos banqueteaban juntos y cantaban
las hazañas gloriosas de Teseo que ya superaban en número a sus
años de vida543.
f. Luego Teseo fue, con el propósito de vengarse, en busca de
Medea, la cual le eludió rodeándose por una nube mágica y poco
después salió de Atenas con el joven Medo y una escolta que
Egeo le proporcionó generosamente. Pero algunos dicen que huyó
con Políxeno, el hijo que había tenido con Jasón544.
g. Palante y sus cincuenta hijos, quienes ya antes de eso habían
declarado que Egeo no era un verdadero erectida y por tanto no
tenía derecho al trono, se rebelaron abiertamente cuando aquel
extranjero andariego amenazó con frustrar sus esperanzas de gobernar
Atenas. Dividieron sus fuerzas: Palante, con veinticinco de
sus hijos y numerosos partidarios, marchó contra la ciudad desde
Esfeto, en tanto que los otros veinticinco se emboscaban en Gargeto.
Pero Teseo, informado de sus planes por un heraldo llamado
Leos, del clan de Agnunte, cayó súbitamente sobre los emboscados
y destruyó toda la fuerza. En vista de ello, Palante desbandó a
542 Plutarco: Teseo 12; Apolodoro: Epítome i.6; Ovidio: Metamorfosis vii.402 y ss.
543 Plutarco: loc. cít.; Ovidio: loc. cit.
544 Ovidio: loc. cit.; Apolodoro: loc. cit.; Diodoro Sículo: iv.55.6; Helánico, citado por Pausanias:
ii.3.7.
los suyos y pidió la paz. Los Palántidas nunca han olvidado la
traición de Leos y todavía los miembros de su clan no se casan
con los agnusios, ni permiten que los heraldos inicien sus proclamas
con las palabras «.¡Akouete leoi!» («Oíd, ciudadanos»), por
la semejanza de la palabra leoi con el nombre de Leos545.
h. Hay que distinguir a este Leos del otro Leos, hijo de Orfeo y
antepasado de los leóntides atenienses. En una ocasión en que reinaban
el hambre y la peste Leos obedeció al oráculo de Delfos
sacrificando a sus hijas Téope, Praxítea y Eubule para salvar la
ciudad. Los atenienses erigieron el Leocorión en su honor546.
*
1. Esta aventura artificial, con su dénouement teatral en la escena del envenenamiento,
recuerda la de Ión (véase 44.a); y el episodio del buey lanzado
al aire parece meramente una tosca imitación de las hazañas de Heracles.
La pregunta de los albañiles es anacrónica, pues en la edad heroica las
mujeres jóvenes iban de un lado a otro sin acompañamiento; ni podía Teseo
haber sido tomado equivocadamente por una muchacha si había dedicado
ya su cabello a Apolo, convirtiéndose en un Cúrete. Pero los deslices de la
fábula indican que ha sido deducida de una ilustración antigua en la que,
puesto que los hombres situados en el techo del templo se podían reconocer
como albañiles, se representaría un sacrificio realizado el día en que terminó
la construcción del templo (véase 84.1). Es probable que la figura tomada
por Teseo, quien desunce de un carro al buey blanco del sacrificio, sea
una sacerdotisa, y que, a causa de su decoración de delfines, se haya atribuido
erróneamente el templo a Apolo, aunque el delfín era originalmente
un emblema de la diosa Luna. El animal no es lanzado al aire. Se trata de la
deidad en honor de la cual se ofrece el sacrificio: una vaca-luna blanca, la
diosa misma, o el toro blanco de Posidón (véase 88.c), que compartía un
templo de la Acrópolis con Atenea y a quien, como dios del Mar, estaban
consagrados los delfines; los sacerdotes de Apolo, y no el que menos Plutarco,
se mostraban siempre celosos por aumentar su poder y su autoridad a
expensas de los otros dioses. Otra ilustración compañera, de la que puede
haberse deducido la fábula de la copa de veneno —el acónito era un paralizante
conocido— probablemente representaba a un sacerdote o sacerdotisa
545 Plutarco: Teseo 13.
546 Pausanias: i.5.2; Suidas sub Leos; Arístides: Oración panatenea; Jerónimo: Contra Joviniano
p.185, ed. Mart; Suidas sub Leucorión; Eliano: Varia historia xii.28.
haciendo una libación a las ánimas de los hombres sacrificados cuando se
pusieron los cimientos, en presencia de Perséfone y Cerbero. Plutarco dice
que Egeo vivía en el Templo del Delfín y no en una casa particular, lo cual
es correcto, pues, como rey sagrado, tenía habitaciones en el palacio de la
Reina (véase 25.7).
2. La expulsión de Medea, primeramente de Corinto y luego de Atenas,
se refiere a la supresión por los helenos del culto de la diosa Tierra; su carro
tirado por serpientes demuestra que era una Deméter corintia (véase
24.m). La derrota de los Palántidas por Teseo se refiere análogamente a la
supresión del culto de la Atenea original (véase 9.1 y 16.2), con su colegio
de cincuenta sacerdotisas; pallas puede significar «joven» o «doncella».
Otra versión del mismo mito es el sacrificio de las tres hijas de Leos, que
son en realidad la diosa en tríada. La doncella es Téope («rostro divino»),
la Luna Nueva; la ninfa es Praxítea («diosa activa»), la Abeja Reina. La
madre de Cécrope tenía el mismo nombre en Eubea (Apolodoro: iii.15.1 y
5); la vieja es Eubule («buen consejo»), la diosa oracular, a la que Eubuleo,
el porquerizo, sirvió en Eleusis.
3. Que los palántidas y agnusios no se casasen entre ellos puede ser una
reliquia de exogamia, con su complejo sistema de casamiento de grupo entre
las fratrías; cada fratría o sub-fratría se componía de varios clanes totémicos;
si es así, palántidas y agnusios pertenecerían a la misma subfratría y
el casamiento estaba permitido solamente entre miembros de subfratrías
diferentes (véase 80.5). El clan palántida tenía probablemente como tótem
una cabra, así como los agnusios tenían un cordero, los leóntidas un león y
los erecteidas una serpiente. Muchos otros clanes totémicos están insinuados
en la mitología ática: entre ellos los del cuervo, el ruiseñor, la abubilla,
el lobo, el oso y la lechuza.
4. A juzgar por los mitos de Teseo y Heracles, tanto la suma sacerdotisa
de Atenea en Atenas como la de Hera en Argos pertenecían a un clan del
león en el que adoptaban a los reyes sagrados; y un anillo de oro encontrado
en Tirinto muestra a cuatro hombres-león ofreciendo vasos para las libaciones
a una diosa sentada, que tiene que ser Hera, pues un cuclillo está
posado detrás de su trono (véase 12.4). A pesar de que en Creta no había
leones, figuraban también allí como animales de la diosa. Atenea no estaba
asociada con el cuclillo, pero sí con otras aves que podían ser de origen totémico.
En Homero aparece como halieto (Odisea iii.371) y gorrión (Ibid.,
XXI 5239); en compañía de Apolo como buitre (Ilíada vii.58), y en compañía
de Hera como una paloma (Ibid., v.778). En un pequeño jarrón ateniense
de 500 a. de C, se la ve como alondra; y Atenea somormujo, o alcatraz,
tenía un altar cerca de Megara (Pausanias: i.5.3 y 41.6; véase 94.c).
Pero la lechuza sabia era su epifanía principal. El clan de la lechuza conservó
su ritual hasta el final de la época clásica; iniciados disfrazados de
lechuza realizaban la ceremonia de cazar a su ave totémica (Eliano: Varia
historia xv.28; Pólux: iv.103; Ateneo: 391a-b y 629f).
5. La fábula de Plutarco sobre el Akaouete leoi es bastante admisible: en
las religiones primitivas sucedía con frecuencia que se prohibían palabras
porque se parecían al nombre de una persona, objeto o animal que no podían
ser mencionados sin peligro, especialmente palabras que sugerían los
nombres de parientes difuntos, aunque hubiera fallecido de muerte natural.
6. La negativa por los Palántidas de que Egeo y Teseo eran verdaderos
erectidas puede reflejar una protesta del siglo VI en Atenas contra la usurpación
por los butades inmigrantes (que retocaron la leyenda de Teseo) del
sacerdocio erectida nativo (véase 95.3).
98.
TESEO EN CRETA
a. Es materia de discusión si Medea persuadió a Egeo para que
enviara a Teseo contra el feroz toro blanco de Posidón, o si fue
después de la expulsión de Medea de Atenas cuando Teseo emprendió
la destrucción de ese monstruo que respiraba fuego, con
la esperanza de congraciarse más con los atenienses. Llevado por
Heracles desde Creta, dejado en libertad en la llanura de Argos y
arrojado desde allí a través del istmo hasta Maratón, el toro había
matado a centenares de hombres entre las ciudades de Probalinto
y Tricorinto, incluyendo, según dicen algunos a Androgeo, el hijo
de Minos. Sin embargo, Teseo se asió a los cuernos mortíferos y
arrastró al toro en triunfo a lo largo de las calles de Atenas, subiendo
por la ladera empinada hasta la Acrópolis, donde lo sacrificó
a Atenea o a Apolo547.
b. Cuando se acercaba a Maratón, Teseo había sido recibido
hospitalariamente por una solterona vieja y pobre llamada Hecalé,
o Hecalene, quien prometió un carnero a Zeus si él volvía ileso.
Pero ella murió antes de su regreso y él instituyó los ritos Hecalesios
para honrarles a ella y a Zeus Hecalio, ritos que todavía se
547 Apolodoro: Epítome i.5; Servio sobre la Eneida de Virgilio viii.294; Primer Mitógrafo Vaticano:
47; Pausanias: i.27.9; Plutarco: Teseo 14; Hesiquio: sub Bolinto.
realizan. Como Teseo no era más que un niño en ese tiempo,
Hecalé le había acariciado con carantoñas infantiles, y en consecuencia
se la llama comúnmente con el diminutivo de Hecalene,
más bien que Hecalé548.
c. En compensación por la muerte de Androgeo, Minos ordenó
que los atenienses enviaran siete muchachos y siete doncellas cada
nueve años —es decir a la terminación de cada Gran Año— al
Laberinto de Creta, donde esperaba el Minotauro para devorarlos.
Este Minotauro, que se llamaba Asterio, o Asterión, era el monstruo
con cabeza de toro que Pasífae había tenido con el toro blanco549.
Poco después de la llegada de Teseo a Atenas venció la fecha
del tributo por tercera vez, y sintió tanta lástima por los padres
cuyos hijos podían ser elegidos por sorteo que él mismo se
ofreció como una de las víctimas, a pesar de las fervorosas tentativas
que hizo Egeo para disuadirle. Pero algunos dicen que le tocó
ir por sorteo. Según otros, el rey Minos fue personalmente con
una gran flota a elegir las víctimas, y su mirada recayó en Teseo,
quien, aunque era natural de Trecén y no de Atenas, se ofreció voluntariamente
a ir, con la condición de que si vencía al Minotauro
sin armas se anularía el tributo550.
d. En las dos ocasiones anteriores el barco que conducía las catorce
víctimas llevaba velas negras, pero Teseo confiaba en que
los dioses le ayudarían, y por tanto Egeo le dio una vela blanca
para que la izase a su regreso en señal de buen éxito; aunque algunos
dicen que era una vela roja, teñida con jugo de coscoja551.
e. Una vez realizado el sorteo en el Tribunal de Justicia, Teseo
llevó a sus compañeros al Delfinio, donde hizo por ellos a Apolo
la ofrenda de un ramo de olivo sagrado, coronado con una banderola
de lana blanca. Las catorce madres llevaron provisiones para
el viaje y relataron a sus hijos fábulas y cuentos heroicos para
animarlos. Pero Teseo reemplazó a dos de las doncellas con un
548 Plutarco: loc. cit.; Calímaco: Fragmento 40, ed. Bentley; Ovidio: Remedios de amor 747.
549 Diodoro Sículo: iv.61; Higinio: Fábula 41; Apolodoro: iii.1.4; Pausanias: ii.31.1.
550 Plutarco: Teseo 17; Apolodoro: Epítome i.7; Escoliasta sobre la Ilíada de Homero
xviii.590; Diodoro Sículo: loc. cit.; Helánico, citado por Plutarco: Teseo 19.
551 Plutarco: loc. cit.; Simónides, citado por Plutarco: loc. cit.
par de muchachos afeminados que poseían un valor y una presencia
de ánimo extraordinarios. Ordenó a éstos que tomaran baños
calientes, evitaran los rayos del sol, se perfumasen el cabello y el
cuerpo con ungüentos y se ejercitasen en hablar, hacer gestos y
caminar como las mujeres. Así podía engañar a Minos haciéndolos
pasar por doncellas552.
f. Féax, el antepasado de los feacios, entre los cuales se hallaba
Odiseo, iba como piloto en la proa de la nave de treinta remos en
la que navegaron, porque ningún ateniense conocía todavía el arte
de la navegación. Algunos dicen que el timonel era Ferecló, pero
es probable que tengan razón los que le llaman Nausítoo, pues
Teseo, a su regreso, erigió monumentos a Nausítoo y Féax en Falero,
el puerto de partida; y el Festival de los Pilotos local se celebra
conjuntamente en honor de los dos553.
g. El oráculo de Delfos había aconsejado a Teseo que llevara a
Afrodita como guía y compañera en el viaje. En consecuencia le
ofreció un sacrificio en la playa, y he aquí que la víctima, una cabra,
se convirtió al morir en macho cabrío. Este prodigio mereció
a Afrodita el titulo de Epitragia554.
h. Teseo se hizo a la mar el día 6 del mes Muniquión [abril].
Todos los años en esa fecha los atenienses siguen enviando vírgenes
al Delfinio para propiciar a Apolo, porque Teseo omitió el
hacerlo antes de partir. El desagrado del dios se puso de manifiesto
en forma de una tormenta que obligó a Teseo a refugiarse en
Delfos y a ofrecer allí los sacrificios olvidados555.
i. Cuando la nave llegó a Creta algunos días después, Minos bajó
al puerto para contar las víctimas. Se enamoró de una de las
doncellas atenienses —no hay acuerdo sobre si era Peribea (la que
fue luego madre de Ayas), o Eribea, o Ferebea, pues las tres tenían
nombres parecidos— y la habría poseído allí mismo si Teseo
no hubiera protestado diciendo que era su deber, como hijo de Po-
552 Plutarco: Teseo 18; Historia de Demón, citado por Plutarco: Teseo 23.
553 Filócoro, citado por Plutarco: Teseo 17; Simónides, citado por Plutarco: loc. cit.; Pausanias: i.1.2.
554 Plutarco: Teseo 18.
555 Plutarco: loc. cit.; Escoliasta sobre Los caballeros de Aristófanes 725.
sidón, defender a las vírgenes contra los ultrajes de los tiranos.
Minos, riendo lascivamente, replicó que no se sabía que Posidón
hubiera mostrado nunca un respeto delicado por ninguna de las
vírgenes de las que se encaprichaba556.
—¡Ja, ja! —exclamó—. Demuestra que eres un hijo de Posidón
devolviéndome esta chuchería.
Y diciendo eso arrojó su sello de oro al mar.
—Demuestra tú primero que eres un hijo de Zeus —replicó Teseo.
j. Minos lo hizo. A su ruego: «¡Escúchame, Padre Zeus!», respondieron
inmediatamente un relámpago y un trueno. Sin más rodeos,
Teseo se sumergió en el mar, donde un gran cardumen de
delfines le acompañó honorablemente hasta el palacio de las Nereidas.
Algunos dicen que la nereida Tetis le dio entonces la corona
enjoyada, el regalo de boda de Afrodita que más tarde llevaría
Ariadna; otros, que fue la propia Anfitrite, diosa del Mar quien se
la entregó, y que envió a las nereidas nadando en todas las direcciones
en busca del anillo de oro. Fuera como fuese, cuando Teseo
salió del mar llevaba consigo tanto el anillo como la corona,
según ha constatado Micón en su pintura en la tercera pared del
templo de Teseo557.
k. Afrodita había acompañado ciertamente a Teseo pues, no sólo
Peribea y Ferebea invitaron al héroe caballero a sus lechos sin
que fueran desairadas, sino que, además, la hija de Minos, Ariadna,
se enamoró de él a primera vista. «Te ayudaré a matar a mi
hermanastro, el Minotauro —le prometió en secreto— si puedo
volver a Atenas contigo como tu esposa.» Teseo aceptó de buena
gana ese ofrecimiento y le prometió casarse con ella. Ahora bien,
Dédalo, antes de salir de Creta, había dado a Ariadna un ovillo de
hilo mágico y le dio instrucciones sobre la manera de entrar y salir
del Laberinto. Debía abrir la puerta de entrada y atar al dintel
el extremo suelto del hilo; el ovillo iría desenredándose y disminuyendo
a medida que avanzase, tortuosamente y dando muchas
556 Pausanias: i.42.1; Higinio: Astronomía poética ii.5; Plutarco: Teseo 29.
557 Pausanias: 1.17.3; Higinio: loc. cit.
vueltas, hacia el recinto más recóndito donde se alojaba el Minotauro.
Ariadna entregó ese ovillo a Teseo y le dijo que siguiera el
hilo hasta que llegara adonde dormía el monstruo, al que debía
asir por el cabello y sacrificar a Posidón. Luego podría volver siguiendo
el hilo, que iría enrollando y formando de nuevo el ovillo558.
l. Esa misma noche Teseo hizo lo que se le había dicho, pero es
motivo de mucha discusión si mató al Minotauro con una espada
que le dio Ariadna, o con sus manos desarmadas, o con su célebre
clava. En un friso esculpido de Amicle aparece el Minotauro atado
y conducido en triunfo por Teseo a Atenas, pero ésta no es la
fábula que se acepta generalmente559.
m. Cuando Teseo salió del Laberinto, salpicado con sangre,
Ariadna le abrazó apasionadamente y condujo al puerto a todo el
grupo ateniense. Pues, entretanto, los dos muchachos de aspecto
afeminado habían matado a los guardias del alojamiento de las
mujeres y puesto en libertad a las víctimas doncellas. Todos ellos
embarcaron sigilosamente en su nave, en la que les esperaban
Nausítoo y Féax, y se apresuraron a alejarse remando. Pero aunque
Teseo había desfondado previamente los cascos de varias naves
cretenses para impedir la persecución, se dio la alarma y se
vio obligado a librar un combate naval en el puerto antes de escapar,
afortunadamente sin pérdidas, a cubierto de la oscuridad560.
n. Algunos días más tarde, después de desembarcar en la isla
llamada entonces Día y ahora Naxos, Teseo dejó a Ariadna dormida
en la playa y se hizo nuevamente a la mar. El motivo por el
que actuó así será siempre un misterio. Algunos dicen que la
abandonó en favor de una nueva amante, Eglé, hija de Panopeo;
otros dicen que mientras le detenían en Día vientos contrarios reflexionó
sobre el escándalo que causaría en Atenas la llegada de
Ariadna561. Y no faltan quienes afirman que Dioniso se le apare-
558 Plutarco: Teseo 29; Apolodoro: Epítome 1.8.
559 Escoliasta sobre la Odisea de Hornero xi.322, citado por Ferécides; Homero: Ilíada xviii.590; Eustacio
sobre la Odisea de Hornero xi.320; Apolodoro: Epítome i.9; Ovidio: Heroidas iv.115; Pausanias:
iii.18.7.
560 Pausanias: ii.31.1; Ferécides, citado por Plutarco: Teseo 19; Demón, citado por Plutarco: loc. cit.
561 Escoliasta sobre Idilios de Teócrito ü.45; Diodoro Sículo: iv.61.5; Cátulo: lxiv.50 y ss.; Plutarco:
ció a Teseo en un sueño y le exigió amenazadoramente que le entregase
a Ariadna, y que cuando despertó Teseo y vio que la flota
de Dioniso se disponía a atacar Dia, levó anclas presa de un terror
súbito, y un hechizo de Dioniso le hizo olvidar su promesa a
Ariadna e incluso su existencia misma562.
o. Sea cual fuere la verdad, los sacerdotes de Dioniso en Atenas
afirman que cuando Ariadna se encontró en la costa desierta
irrumpió en amargos lamentos, recordando cómo había temblado
mientras Teseo se disponía a dar muerte a su monstruoso hermanastro;
cómo había hecho votos silenciosos por su buen éxito; y
cómo, por el amor que le tenía, había abandonado a sus padres y
su patria. Invocó al universo entero para que la vengase y el Padre
Zeus asintió con un movimiento de cabeza. Luego, amable y bondadosamente,
Dioniso, con su alegre séquito de sátiros y ménades,
acudió en socorro de Ariadna. Se casó en seguida con. ella y
le puso en la cabeza la corona de Tetis, y ella le dio muchos
hijos563. De ellos sólo a Toante y Enopión se los llama a veces
hijos de Teseo. La corona, que Dioniso puso más tarde entre las
estrellas como la Corona Boreal, había sido hecha por Hefesto
con oro ardiente y gemas rojas de la India colocadas en forma de
rosas564.
p. Sin embargo, los cretenses se niegan a admitir que existiera
alguna vez el Minotauro, o que Teseo conquistara a Ariadna por
medios clandestinos. Describen el Laberinto como solamente una
prisión bien vigilada en la que se mantenía a los jóvenes y las
doncellas atenienses preparados para los juegos fúnebres de Androgeo.
Algunos eran sacrificados en su tumba; otros eran entregados
como esclavos a los ganadores de los premios. Sucedía que
el cruel y arrogante Tauro, general de Minos, obtenía todos los
premios un año tras otro, pues ganaba todos los juegos en los que
tomaba parte, con gran disgusto de sus rivales. Además había
Teseo 29; Higinio: Fábula 43.
562 Pausanias: x.29.2; Diodoro Sículo: v.51.4; Escoliasta sobre Teócrito: loc. cit.
563 Pausanias: i.20.2; Cátulo: lxiv.50 y ss.; Higinio: Astronomía poética ii.5.
564 Plutarco: Teseo 20; Baquílides: xvi.116.
perdido la confianza de Minos porque circulaba el rumor de que
tenía un amorío adúltero con Pasífae, con la connivencia de Dédalo,
y uno de los hijos mellizos de ella se parecía mucho a él. En
consecuencia, Minos accedió de buena gana al pedido de Teseo
de que le concediera el privilegio de luchar cuerpo a cuerpo con
Tauro. En la antigua Creta asistían a los juegos tanto las mujeres
como los hombres, y Ariadna se enamoró de Teseo cuando tres
veces seguidas le vio lanzar al campeón sobre su cabeza y clavar
sus hombros en la tierra. El espectáculo proporcionó a Minos casi
la misma satisfacción; otorgó a Teseo el premio, lo aceptó como
su yerno y anuló el cruel tributo565.
q. Una canción beocia tradicional confirma esta tradición de
que no todas las víctimas eran sacrificadas. Explica que los cretenses
enviaban a Delfos la ofrenda de sus primogénitos, en su
mayoría hijos de esclavos atenienses cretanizados. Los delfianos,
sin embargo, no podían soportar esa carga sobre los recursos de
su pequeña ciudad y por lo tanto los enviaron a que fundasen una
colonia en Yapigia, Italia. Posteriormente se establecieron en
Beocia, Tracia, y la exclamación nostálgica de las doncellas botienas:
«¡Oh, dejadnos volver a Atenas!» es un recuerdo constante
de su origen566.
r. Los chipriotas y otros ofrecen un relato completamente distinto.
Dicen que Minos y Teseo convinieron en jurar que ningún
barco —con excepción del Argo, al mando de Jasón, quien tenía
la misión de librar el mar de piratas— podría navegar por Aguas
griegas con más de cinco tripulantes. Cuando Dédalo huyó de
Creta a Atenas, Minos violó su pacto al perseguirlo con barcos de
guerra, y así se ganó la ira de Posidón, que había sido testigo del
juramento, y desencadenó una tempestad que lo llevó a morir en
Sicilia. El hijo de Minos, Deucalión, heredó la querella y amenazó
con que si los atenienses no entregaban a Dédalo daría muerte a
todos los rehenes que le había dado Teseo al concluir el pacto.
Teseo replicó que Dédalo era pariente consanguíneo suyo y pre-
565 Plutarco: Comparación de Rómulo y Teseo; Filócoro, citado por Plutarco: Teseo 15; Servio sobre
Eneida de Virgilio vi.14; Filócoro, citado por Plutarco: Teseo 19.
566 Aristóteles: Constitución de los beodos, citado por Plutarco: Teseo 16; Plutarco: Cuestiones griegas
35.
guntó apaciblemente si no se podía llegar a alguna transacción.
Cambió varias cartas sobre el asunto con Deucalión, pero entretanto
construía barcos en secreto, algunos en Tumátidas, un puerto
lejos del camino público, y otros en Trecén, donde Piteo tenía
un astillero del que nada sabían los cretenses. Al cabo de uno o
dos meses se hizo a la mar su flotilla, al mando de Dédalo y otros
fugitivos de Creta; y los cretenses, tomando equivocadamente a
las naves que se acercaban por parte de la flota perdida de Minos,
les hicieron un gran recibimiento. En consecuencia, Teseo se apoderó
del puerto sin oposición, y fue directamente a Cnosos, donde
dominó a los guardias de Deucalión y mató al propio Deucalión
en una habitación interior del palacio. El trono de Creta pasó entonces
a Ariadna, con quien Teseo llegó generosamente a un
acuerdo; ella le entregó los rehenes atenienses y se concluyó un
tratado de amistad perpetua entre las dos naciones, sellado por la
unión de las dos coronas, pues, en efecto, Ariadna se casó con Teseo567.
s. Tras largos festejos, partieron juntos apara Atenas, pero una
tempestad los llevó a Chipre. Allí Ariadna, quien ya estaba encinta
de Teseo y temía que el mareo le hiciera abortar, pidió que la
desembarcaran en Amatunte. Se hizo eso, pero apenas había vuelto
Teseo a su nave cuando un viento violento obligó a toda la flota
a volver a hacerse a la mar. Las mujeres de Amatunte trataron a
Ariadna bondadosamente, consolándola con cartas que fingían
haberse recibido de Teseo, quien estaba reparando su nave en la
costa de una isla cercana; y cuando murió de sobreparto la enterraron
suntuosamente. En Amatunte muestran todavía la tumba de
Ariadna, en un bosquecillo consagrado a ella como Aridela. Teseo,
cuando volvió de la costa de Siria, se afligió mucho al enterarse
de que había muerto y dotó a su culto con una gran cantidad
de dinero. Los chipriotas celebran todavía el festival de Ariadna el
día 2 de septiembre, cuando un joven se acuesta en su tumba y
finge ser una mujer con dolores de parto; y adoran dos estatuillas
de ella, una de plata y la otra de bronce, que les dejó Teseo. Dicen
que Dioniso, lejos de casarse con Ariadna, estaba indignado por-
567 Cleidemo, citado por Plutarco: Teseo 19.
que ella y Teseo habían profanado su gruta de Naxos, y se quejó a
Ártemis, quien le dio muerte cuando estaba de parto con flechas
despiadadas; pero algunos dicen que ella se ahorcó por temor a
Ártemis568.
t. Para resumir la historia de Teseo: desde Naxos navegó a Délos,
y allí hizo sacrificios a Apolo y realizó juegos atléticos en su
honor. Fue entonces cuando introdujo la nueva costumbre de coronar
al vencedor con hojas de palmera y poner un tallo de palmera
en su mano derecha. También dedicó prudentemente al dios
una pequeña imagen de madera de Afrodita, obra de Dédalo, que
Ariadna había llevado de Creta y dejado en su nave, y que podía
haber sido objeto de comentarios cínicos por parte de los atenienses.
Esta imagen, que todavía se exhibe en Délos, descansa sobre
una base cuadrada en vez de pies y está constantemente enguirnaldada569.
u. Un altar con cuernos se alza junto al lago redondo de Délos.
Lo construyó personalmente Apolo cuando sólo tenía cuatro años
de edad, con los cuernos compactamente unidos de innumerables
cabras que había matado Ártemis en el monte Cinto; ésa fue su
primera proeza arquitectónica. Los cimientos del altar y las paredes
que lo encierran están hechas también completamente con
cuernos, todos ellos tomados del mismo lado de las víctimas, pero
se discute si del izquierdo o del derecho570. Lo que hace que la
obra figure entre las siete maravillas del mundo es que no se empleó
en la construcción mortero ni ningún otro coligativo. Alrededor
de ese altar —o, según otra versión, alrededor de un altar de
Afrodita en el que se había puesto la imagen dedálica— bailaron
Teseo y sus compañeros la danza llamada la Grulla, que consiste
en evoluciones laberínticas realizadas con pasos mesurados con
acompañamiento de arpas. Los delios bailan todavía esa danza
que llevó Teseo de Cnosos, Dédalo había construido allí para
Ariadna una pista de baile en la que estaba marcado en relieve de
marmol blanco un laberinto copiado del egipcio. Cuando Teseo y
568 Hesiquío sub Aridela; Peonio, citado por Plutarco: Teseo 21; Disputa de Homero y Hesíodo 14.
569 Plutarco: loc. cit.; Pausanias: viii.48.2 y ix.40.2; Calímaco: Himno a Délos 312.
570 Calímaco: Himno a Apolo 60 y ss.; Plutarco: loc. cit. y ¿Qué animales son más hábiles? 35.
sus compañeros bailaron la Grulla en Cnosos fue la primera ocasión
en que hombres y mujeres danzaron juntos. La gente chapada
a la antigua, especialmente los marineros, conservan la misma
danza en muchas ciudades de Grecia y del Asia Menor, lo mismo
que los niños en la campiña italiana, y constituye la Base de los
fuegos de Troya571.
v. Ariadna no tardó en vengarse de Teseo. Bien fuera por la
aflicción que sentía por haberla perdido, o bien por la alegría que
le produjo ver la costa de Ática, de la que le habían mantenido
apartado vientos prolongados, olvidó su promesa de izar la vela
blanca572. Egeo, que le esperaba en la Acrópolis, en el lugar donde
se alza ahora el Templo de la Victoria sin Alas, divisó la vela
negra, se desmayó, cayó de cabeza al valle de abajo y murió Pero
algunos dicen que se arrojó deliberadamente al mar, que desde
entonces se llama Egeo573.
w. Teseo no fue informado de ese doloroso accidente hasta que
terminó los sacrificios prometidos a los dioses por su feliz regreso;
luego enterró a Egeo y le honró con un altar de héroe. El día 8
del mes Pianepsión [octubre], la fecha de su regreso de Creta, los
atenienses leales bajan en gran número a la costa con ollas, en las
que cuecen diferentes clases de habichuelas para recordar a sus
hijos que Teseo, habiéndose visto obligado a dar a sus tripulantes
raciones muy pequeñas, coció sus restantes provisiones en una
olla tan pronto como desembarcó y llenó con ellas por fin los estómagos
vacíos de los atenienses. En este mismo festival de acción
de gracias se entonan cánticos para celebrar la terminación
del hambre y se lleva un ramo de olivo envuelto en lana blanca y
del que cuelgan las primicias de diversos frutos, para conmemorar
el que dedicó Teseo antes de partir. Como era la estación de la cosecha,
Teseo instituyó también el Festival de las Cepas, en agra-
571 Plutarco: Teseo 21; Calímaco: Himno a Délos 312 y ss.; Homero: Ilíada xviii.591-2; Pausanias:
ix.40.2; Plinio: Historia natural xxxvi.19; Escoliasta sobre Ilíada de Homero xviii.590; Eustacio sobre
Ilíada de Homero p.1166; Virgilio: Eneida v.588 y ss.
572 Cátulo: lxiv.40 y ss.; Apolodoro: Epítome i.10; Plutarco: Teseo 22.
573 Cátulo: loc. cit.; Pausanias: i.22.4-5; Plutarco: loc. cit. y Comparación de Rómulo y Teseo; Higinio:
Fábulas 4).
decimiento a Atenea y Dioniso, quienes se le aparecieron en
Naxos, o bien en honor de Dioniso y Ariadna. Los dos portadores
de las cepas representan a los dos jóvenes que Teseo llevó a Creta
disfrazados de doncellas y que caminaban a su lado en el desfile
triunfal que se realizó después de su regreso. Catorce mujeres llevan
provisiones y toman parte en este sacrificio; representan a las
madres de las víctimas salvadas, y su tarea consiste en recitar fábulas
y mitos antiguos, como hicieron también esas madres antes
de que zarpara el barco574.
x. Teseo dedicó un templo a Ártemis Salvadora en la plaza del
mercado de Trecén; y sus conciudadanos le honraron con un templete
cuando todavía vivía. Las familias que estaban obligadas a
pagar el tributo a Creta se encargaron de aportar las víctimas necesarias
para los sacrificios, y Teseo concedió su sacerdocio a los
Fitálidas en agradecimiento por su hospitalidad. La nave en que
fue a Creta ha hecho desde entonces un viaje de ida y vuelta a Délos,
pero la han reparado y recompuesto tantas veces que los filósofos
la citan como un ejemplo cuando discuten el problema de la
identidad continua575.
*
1. Grecia se cretanizó hacia el final del siglo XVIII a. de C, probablemente
por una aristocracia helena que se había apoderado del poder en Creta
una o dos generaciones antes y había iniciado allí una cultura nueva. El
relato claro y sencillo de la incursión de Teseo en Cnosos, citado por Plutarco
tomándolo de Cleidemo, parece razonable. Describe una rebelión de
los atenienses contra un señor cretense que había tomado rehenes como garantía
de su buena conducta; la construcción secreta de una flotilla, el saqueo
de la ciudad abierta de Cnosos durante la ausencia del grueso de la
flota cretense en Sicilia, y un subsiguiente tratado de paz ratificado por el
casamiento del rey de Atenas con Ariadna, la heredera cretense. Estos
acontecimientos, que apuntan más o menos al año 1400 a. de C., tienen su
paralelo en el relato mítico: Se exige a Atenas un tributo de jóvenes y doncellas
en compensación por el asesinato de un príncipe cretense. Teseo, al
matar astutamente al Toro de Minos, o al vencer al principal jefe militar de
574 Pausanias: i.22.5; Plutarco: Teseo 22 y 23; Proclo: Crestomatía, citado por Focio 989.
575 Pausanias: ii.31.1; Plutarco: loc. cit.
Minos en una lucha, libera a los atenienses de ese tributo, se casa con
Ariadna, la heredera del trono, y hace la paz con Minos.
2. La muerte por Teseo de Asterio, el de cabeza de toro, llamado el Minotauro,
o el «Toro de Minos»; su lucha con Tauro («toro»), y su captura
del toro cretense, son versiones del mismo acontecimiento. Bolynthos, que
dio su nombre al Probalinto ático, era la palabra cretense con que se designaba
al «toro bravo». «Minos» era el título de una dinastía de Cnosos que
tenía por emblema un toro celeste —«Asterios» podía significar «del sol» o
«del firmamento»— y era en forma de toro como el rey parece haberse
ayuntado ritualmente con la suma sacerdotisa como vaca-Luna (véase
88.7). Un elemento de la formación del mito del Laberinto puede haber sido
que el palacio de Cnosos —la casa del labrys o hacha doble— era un
complejo de habitaciones y corredores, y que los invasores atenienses tuvieron
dificultad para encontrar y matar al rey cuando lo tomaron. Pero esto
no es todo. Un espacio abierto delante del palacio estaba ocupado por una
pista de baile con un dibujo laberíntico que servía para guiar a los que bailaban
una danza de la primavera erótica (véase 92.4). El origen de ese dibujo,
llamado también laberinto, parece haber sido el laberinto tradicional de
matorrales que se utilizaba para atraer a las perdices hacia uno de sus machos,
enjaulado en la cerca central, con reclamos de alimento, reclamos
amorosos y desafíos; y los bailarines imitarían la danza de amor extática y
renqueante de las perdices machos (véase 92.2), cuyo destino era que el
cazador les golpease en la cabeza (Eclesiastés xi.30).
3. Una jarra de vino etrusca de Tagliatella en la que se ven dos héroes a
caballo explica la teoría religiosa de la danza de la perdiz. El que va delante
lleva un escudo en el que está dibujada una perdiz, y un demonio de la
muerte se posa detrás de él; el otro héroe lleva una lanza y un escudo en el
que está dibujado un pato. Detrás de ellos hay un dibujo laberíntico que se
encuentra no sólo en ciertas monedas de Cnosos. sino también en los dibujos
intrincados hechos en el césped y que pisaban los escolares británicos
en la Pascua de Resurrección hasta el siglo XIX. Los celos amorosos atraían
al rey a su muerte, explica el iconógrafo, como una perdiz en el laberinto
del matorral, y le sucedía su heredero. Sólo el héroe excepcional —un Dédalo
o un Teseo— volvía vivo; y en este contexto el reciente descubrimiento
en las cercanías de Bossinney, Cornualles, de un laberinto cretense tallado
en la superficie de una roca tiene gran importancia. La barranca donde el
Dr. Renton Green descubrió el laberinto es una de las últimas guaridas de la
chova de Cornualles; y esta ave aloja el alma del rey Arturo que perturbó el
Infierno y con quien Bosinney está íntimamente relacionada en la leyenda.
Una danza laberíntica parece haber sido llevada a Britania desde el Mediterráneo
oriental por agricultores neolíticos del tercer milenio a. de C, puesto
que toscos laberintos de piedra, análogos a los británicos hechos en el césped,
se dan en la zona «Beaker B» de Escandinavia y el nordeste de Rusia;
y en el sudeste de Europa se encuentran laberintos eclesiásticos, utilizados
en otro tiempo con propósitos penitenciales. A los laberintos ingleses
hechos en el césped se los llama habitualmente «Ciudad de Troya», y lo
mismo a los de Gales: Caer-droia. Probablemente los romanos los llamaban
así por su Juego de Troya, una danza laberíntica ejecutada por jóvenes
aristócratas en honor del antepasado de Augusto, el troyano Eneas; aunque,
según Plinio, la bailaban también los niños en la campiña italiana.
4. En Cnosos el culto del toro celeste sucedió al culto de la perdiz, y el
círculo de bailarines llegó a representar los cursos anuales de los cuerpos
celestes. Por lo tanto, si tomaban parte siete muchachas y doncellas, pueden
haber representado a los siete titanes y titánides del sol, la luna y los cinco
planetas (véase 1.3 y 43.4); aunque no se ha encontrado ninguna prueba
concreta del culto de los titanes en las obras de arte cretenses. Parece que la
antigua danza de la Grulla de Délos —también las grullas ejecutan una
danza amorosa— se adaptó igualmente a un dibujo laberíntico. En algunos
laberintos los bailarines se asían a una cuerda que les ayudaba a mantener
la distancia conveniente y seguir el dibujo sin equivocarse; y esto puede
haber dado origen a la fábula del ovillo de hilo (A. B. Cook Journal of
Hellenic Studies xiv.101 y ss., 1959); en Atenas, como en el monte Sípilo,
a la danza de la cuerda se la llamaba cordax (Aristófanes: Nubes 540). El
espectáculo en el ruedo taurino de Creta consistía en una exhibición
acrobática realizada por hombres jóvenes y muchachas que por turno se
asían a los cuernos del toro que embestía y daban saltos mortales hacia
atrás sobre su lomo. Éste era evidentemente un rito religioso, y quizás
también en este caso los ejecutantes representaban planetas. No pudo haber
sido un deporte tan peligroso como sugieren la mayoría de quienes escriben
sobre el tema, a juzgar por los escasos accidentes que se producen entre los
banderilleros en las plazas de toros españolas; y en un fresco cretense se ve
que un compañero estaba listo para recoger al joven o la muchacha que
daba los saltos mortales cuando caían a tierra.
5. «Ariadna», que los griegos interpretaban como «Ariagne» («muy santa
»), tenía que ser el título de la diosa Luna honrada en la danza y en el
ruedo taurino: «la alta y fértil madre Cebada», llamada también Aridela
(«La muy manifiesta»). La conducción de ramos cargados con frutos en
honor de Ariadna y de Dioniso, y el suicidio de ésta ahorcándose «porque
temía a Ártemis», indican que se ataban a esos ramos muñecas que representaban
a Ariadna (véase 79.2). Una muñeca-diosa beocia en forma de
campana que se ve en el Louvre con las piernas colgantes es Ariadna, o
Erígone, o Ártemis Ahorcada; y unas muñecas de bronce con miembros
separables se han encontrado en la Cerdeña de Dédalo. La corona de
Ariadna hecha por Hefesto en forma de guirnalda de rosas no es una fantasía;
en el tesoro de Mochlos se han encontrado finas coronas de oro con
joyas en forma de flores.
6. El casamiento de Teseo con la sacerdotisa de la Luna le hizo señor de
Cnosos y en una moneda cnosia se ve una luna nueva en el centro de un
laberinto. Pero la costumbre matrilineal privaba a una heredera de todo derecho
a sus tierras si acompañaba a su marido al otro lado del mar; y esto
explica por qué Teseo no llevó a Ariadna a Atenas, ni más allá de Día, isla
cretense a la vista de Cnosos. El Dioniso cretense, representado como un
toro —Minos, en realidad— era el marido legítimo de Ariadna; y el vino,
hecho en Creta, sería empleado en sus orgías. Esto puede explicar la indignación
de Dioniso, de la que informa Homero, porque Ariadna y Teseo, el
intruso, se habían acostado juntos.
7. Muchas costumbres atenienses antiguas del período micénico son explicadas
por Plutarco y otros en función de la visita de Teseo a Creta; por
ejemplo, la prostitución ritual de muchachas y la sodomía ritual (característica
del culto de Anata en Jerusalén (véase 61.1) y el de la diosa siria en
Hierápolis), las cuales sobrevivían como vestigios entre los atenienses en la
propiciación de Apolo con una ofrenda de doncellas y en la conducción por
dos muchachos homosexuales de ramas con frutos. La rama con frutos recuerda
la lulab que se llevaba en Jerusalén en el Festival de los Tabernáculos
del Año Nuevo, celebrada también a comienzos de otoño. El de los Tabernáculos
era un festival de la vendimia y correspondía a las Oscoforias, o
«conducción de racimos de uva», atenienses, el principal interés de las cuales
consistía en una carrera pedestre (Proclo: Crestomatía 28). Originalmente,
el vencedor se convertía en el nuevo rey sagrado, como en Olimpia,
y recibía una mezcla quíntuple de «aceite, vino, miel, queso picado y harina
», el néctar y la ambrosía divinos de los dioses. Plutarco asocia a Teseo,
el nuevo rey, con este festival al decir que llegó accidentalmente mientras
se estaba realizando y le disculpa de toda participación en la muerte de su
predecesor Egeo. Pero en realidad el nuevo rey luchaba con el rey viejo y
lo arrojaba, como pharmacos, desde la Roca Blanca al mar (véase 96.3). En
la ilustración que el mitógrafo ha interpretado mal evidentemente, la nave
con la vela negra de Teseo tiene que haber sido una embarcación lista para
salvar al pharmacos; tenía velas negras porque los pescadores del Mediterráneo
embetunan habitualmente sus redes y velas para impedir que el agua
salada las pudra. La grana o cochinilla proporcionaba un unte escarlata con
el que se untaba el rostro del rey sagrado, y por tanto estaba asociada con la
realeza. «Hecalé», la vieja solterona menesterosa, es probablemente una
forma anticuada de «Hécate Selene», «la luna que dispara lejos», es decir,
Ártemis.
8. La ingestión de habichuelas o habas por los hombres parece haber estado
prohibida en la época pre-helénica; los pitagóricos seguían absteniéndose
de comerlas, alegando que las almas de sus antepasados podían muy
bien residir en ellas y que si un hombre (no una mujer) comía una haba podía
privar a un antepasado suyo, hombre o mujer, de su probabilidad de renacer.
Por tanto, el banquete de habichuelas popular indica una burla helena
deliberada de la diosa que imponía esa prohibición; lo mismo se puede
decir de la donación que hizo Teseo de un sacerdocio masculino a los Fitálidas
(«cultivadores»), la forma femenina de cuyo nombre recuerda que el
cultivo de la higuera, como la plantación de habas, era al principio un misterio
limitado a las mujeres (véase 24.13).
9. Los chipriotas adoraban a Ariadna como la «diosa del Nacimiento de
Amato», título perteneciente a Afrodita. Su festival de otoño celebraba el
nacimiento del Año Nuevo; y el joven que imitaba sus dolores de parto era
su amante regio, Dioniso. Esta costumbre, llamada couvade, se encuentra
en muchas partes de Europa, incluyendo algunos distritos de Anglia Oriental.
10. El templo con cuernos de Apolo en Délos ha sido excavado recientemente.
El altar y sus cimientos han desaparecido, y el toro ha sucedido a
la cabra como el animal ritual en las decoraciones de las piedras, si, en verdad,
fue alguna vez una cabra; en un sello minoico se ve a la diosa en un
altar hecho enteramente con cuernos de toro.
11. El mural alegórico de Micón en el que aparece Tetis entregando una
corona y un anillo a Teseo, mientras Minos rebosa de ira en la costa, quizás
representa el paso de la talasocracia de los cretenses a los atenienses. Pero
es posible que Minos se casara simbólicamente con la diosa del Mar arrojando
un anillo al agua, como hacían en la Edad Media los dux de Venecia.
12. A Enopión y Toante se los llama a veces hijos de Teseo porque eran
los héroes de Quíos y Lemnos (véase 88.h), súbditos y aliados de los atenienses.
99.
LA FEDERALIZACIÚN DE ÁTICA
a. Cuando Teseo sucedió a su padre Egeo en el trono de Atenas
reforzó su soberanía ejecutando a casi todos sus adversarios, con
excepción de Palante y el resto de sus cincuenta hijos. Algunos
años después dio muerte también a éstos como medida de precaución,
y, cuando se le acusó de homicidio ante el tribunal de Apolo
el Delfín, alegó el pretexto sin precedentes de «homicidio justificable
», lo que le valió la absolución. Le purificaron de la sangre
derramada en Trecén, donde reinaba su hijo Hipólito, y pasó allí
un año entero. A su regreso sospechó que un hermanastro, llamado
también Palante, le era desleal y lo desterró inmediatamente.
Palante fundó luego Palantio en la Arcadia, aunque algunos dicen
que lo había hecho Palante, el hijo de Licaón, poco después del
diluvio de Deucalión576.
b. Teseo demostró ser un gobernante observante de la ley, e inició
la política de federalización, que fue la base del posterior
bienestar de Atenas. Hasta entonces Ática había estado dividida
en doce comunidades, cada una de las cuales manejaba sus propios
asuntos sin consultar al rey de Atenas salvo en momentos de
emergencia. Los eleusinos incluso llegaron a declarar la guerra a
Erecteo y abundaban otras querellas intestinas. Si esas comunidades
habían de renunciar a su independencia, Teseo tenía que acercarse
a cada clan y familia por turno, y eso fue lo que hizo. Encontró
a los labradores acomodados y a los siervos dispuestos a
obedecerle, y convenció a la mayoría de los grandes terratenientes
para que aceptaran su plan prometiéndoles abolir la monarquía y
sustituirla por la democracia, aunque él seguiría siendo general en
jefe y juez supremo. Aquellos a quienes no convencieron los argumentos
expuestos por él al menos respetaron su fuerza577.
c. Así se dio a Teseo poder para disolver los gobiernos locales,
después de convocar a sus delegados en Atenas, donde les proporcionó
una Sala de Consejo y un Tribunal, que todavía existen
hoy día. Pero se abstuvo de inmiscuirse en las leyes de la propiedad
privada. Luego unió los suburbios con la ciudad propiamente
dicha, que hasta entonces se componía únicamente de la Acrópolis
y sus dependencias inmediatas al sur, incluyendo los antiguos
templos de Zeus Olímpico, Apolo Pitio, la Madre Tierra, Dioniso
de los Pantanos y el Acueducto de los Nueve Manantiales. Los
atenienses todavía llaman a la Acrópolis «la ciudad».
d. Llamó cambien al día 16 del mes de Hecatombeón [julio]
576 Higinio: Fábula 244; Apolodoro: Epítome i.ll; Servio sobre la Eneida de Virgilio viii.54; Eurípides:
Hipólito 34-7; Pausanias: 1222; i.28.10 y viii.3.1.
577 Diodoro Sículo: iv.61; Tucídides: ii.15; Plutarco: Teseo 24.
Día de la Federación, y organizó un festival público en honor de
Atenea; en ese día se ofrece un sacrificio incruento a la Paz578.
Cambió el nombre de los Juegos Atenienses celebrados ese día
por el de Panateneos, con lo que los abrió para todo el país de Ática;
y también instituyó el culto de Afrodita Federal y de la Persuasión.
Luego renunció al trono, como había prometido, y dio al
Ática su nueva constitución, y bajo el mejor de los auspicios, pues
el oráculo de Delfos profetizó que Atenas surcaría los mares tormentosos
con la seguridad de un odre579.
e. Para ampliar la ciudad todavía más, Teseo invitó a todos los
extranjeros dignos a que se hicieran sus con ciudadanos. Sus
heraldos, que recorrían toda Grecia, empleaban una fórmula que
se utiliza todavía, a saber: «Venid acá todos, oh pueblo.» Grandes
multitudes afluyeron inmediatamente a Atenas y él dividió a la
población del Ática en tres clases: los eupátridas, o sea «los que
merecen bien de su patria»; los georges o «labradores», y los demiurgos
o «artesanos». Los eupátridas se encargaban de los asuntos
religiosos, proporcionaban los magistrados, interpretaban las
leyes y encarnaban la dignidad suprema; los georges cultivaban la
tierra y constituían la columna vertebral del Estado; los demiurgos,
con mucho la clase más numerosa, aportaban artesanos tan
variados como adivinos, cirujanos, heraldos, carpinteros, escultores
y reposteros580. Así Teseo se convirtió en el primer rey que
instituyó una república, que es por lo que Homero, en el Catálogo
de las naves, llama solamente a los atenienses pueblo soberano; y
su Constitución siguió en vigor hasta que se apoderaron del poder
los tiranos. Sin embargo, algunos niegan que sea cierta esta tradición;
dicen que Teseo siguió reinando como anteriormente y que,
después de la muerte del rey Menesteo, que condujo a los atenienses
contra Troya, su dinastía se mantuvo durante tres generaciones581.
578 Tucídides: loc. cit.; Plutarco: loc. cit.; Escoliasta sobre La paz de Aristófanes 962.
579 Pausanias: vii-2.1 y i.22.3; Plutarco: loc. cit.
580 Plutarco: Teseo 25; Homero: Odisea 383 y ss. y xix.135; Platón: El banquete 188d y República
529e; Herodoto: vii.31.
581 Plutarco: loc. cit.; Homero: Ilíada ii.552 y ss.; Pausanias: i.3.2.
f. Teseo, el primer rey ateniense que acuñó dinero, imprimió en
sus monedas la imagen de un toro. No se sabe si representaba al
toro de Posidón o a Tauro, el general de Minos, o si simplemente
con ello estimulaba la agricultura, pero su sistema monetario fue
causa de que el valer legal se citase en función de «diez bueyes» o
«cien bueyes», durante mucho tiempo. Emulando a Heracles,
quien había designado a su padre Zeus patrono de los Juegos
Olímpicos, Teseo designó a su padre Posidón patrono de los Juegos
ístmicos. Hasta entonces el dios así honrado había sido Melicertes,
hijo de Ino, y los juegos, que se realizaban de noche, habían
sido misterios, más bien, que un espectáculo público. A continuación
Teseo defendió el derecho ateniense a la soberanía de
Megara, y luego reunió a los delegados del Peloponeso en el istmo
y les indujo a que resolvieran una vieja disputa fronteriza con
sus vecinos jonios. En un lugar aceptado por ambas partes erigió
la célebre columna con una inscripción en el lado oriental que decía:
«Esto no es ya el Peloponeso, sino Jonia», y otra en el lado
occidental que decía: «Esto no es ya Jonia, sino el Peloponeso».
También obtuvo el consentimiento de los corintios para que los
atenienses ocuparan el lugar de honor en los Juegos ístmicos; ese
lugar consistía en tanto terreno como el que cubría la vela de la
nave que los había llevado582.
*
1. El elemento mítico de la fábula de Teseo se mezcla aquí con lo que
pretende ser la historia constitucional de Atenas; pero la federalización del
Ática está fechada con varios siglos de anticipación; y las reformas democráticas
de Teseo son propaganda del siglo V, inventadas probablemente
por Clístenes. Las reformas legales hechas durante la última monarquía judía
fueron atribuidas de igual modo a Moisés por los redactores del Pentateuco.
2. Los bueyes constituían el patrón del valor en la antigua Grecia, Italia e
Irlanda, como lo constituyen todavía en las tribus pastoriles atrasadas del
África Oriental, y los atenienses no acuñaron monedas hasta cerca de quinientos
años después de la guerra de Troya. Pero es cierto que en los lingotes
de cobre cretenses de un peso fijo se estampaba oficialmente una cabeza
582 Estrabón: ix.1.6
de toro o un becerro recostado (Sir Arthur Evans: Minóan Weights and Médiums
of Currency p. 335); y que los butades de Atenas, que parecen haber
sido en gran parte responsables por la evolución del mito de Teseo, pueden,
haber tenido presente esta tradición cuando acuñaron moneda en la que estaba
estampada la cabeza de buey, la divisa de su clan.
3. La división del Ática en doce comunidades tiene su análoga en un
arreglo parecido hecho en el delta del Nilo y, en Etruria, y en la distribución
del territorio cananeo conquistado entre las doce tribus de Israel; en
cada caso el número puede haber sido elegido para permitir el traspaso
mensual de la monarquía de una tribu a otra. Los griegos de la edad heroica
no distinguían entre asesinato y homicidio sin premeditación; en ambos
casos había que pagar un precio de sangre al clan de la víctima, y el matador
cambiaba luego su nombre y abandonaba la ciudad para siempre. Así
Telamón y Peleo siguieron siendo muy bien considerados por los dioses
después de su traicionero asesinato de Foco (véase 81.b); y Medea mató a
Apsirto sin contrariar a sus nuevos súbditos corintios(véase 153a y 156a).
En Atenas, no obstante, en el período clásico, el asesinato premeditado
(phonos) implicaba la pena de muerte; el homicidio sin premeditación
(akousia), la de destierro, y la ley obligaba al clan a inciar proceso. Phonos
hekousios (homicidio justificable) y phonos akousios (homicidio excusable)
eran refinamientos posteriores que probablemente introdujo Dracón en
el siglo VII a. de C.; éste último sólo exigía la expiación por medio de la
purificación ritual. Los mitógrafos, no han comprendido que Teseo evitó el
destierro permanente por el asesinato de los Palántidas sólo exterminando a
todo el clan, como hizo David con la «Casa de Saúl». Un año de ausencia
en Trézena bastó para librar a la ciudad de la mancilla causada por el asesinato.
100.
TESEO Y LAS AMAZONAS
a. Algunos dicen que Teseo tomó parte en la afortunada expedición
de Heracles contra las Amazonas y recibió como su parte en
el botín a su reina Antíope, llamada también Melanipa; pero que
este no fue un destino tan desdichado para ella, como pensaban
muchos, pues le había entregado la ciudad de Temiscira sobre el
río Termodón, en prueba de la pasión que él había encendido ya
en su corazón583.
b. Otros dicen que Teseo fue al país de las Amazonas algunos
años más tarde, en compañía de Pirítoo y sus camaradas, y que las
Amazonas, complacidas por la llegada de tantos guerreros apuestos,
no les hicieron resistencia. Antíope salió a recibir a Teseo con
regalos, pero tan pronto como subió a bordo de su nave, Teseo
ordenó levar, anclas y la raptó. Otros más dicen que Teseo permaneció
algún tiempo en Amazonia y agasajó a Antíope como su,
invitada. Añaden que entre sus compañeros se hallaban tres hermanos
atenienses, Euneo, Tóloas y Solunte, el último de los cuales
se enamoró de Antípode, pero como no se atrevía a cortejarla
directamente, pidió a Euneo que defendiera su causa. Antíope rechazó
esos requerimientos, pero siguió tratando a Solunte con la
misma cortesía que anteriormente, hasta que él se arrojó al río
Termodonte y se ahogó Teseo no se enteró de lo que había sucedido
y eso le afligió mucho. Recordando una advertencia que le
había hecho el oráculo de Delfos en el sentido de que si alguna
vez se sentía afligido en un país extraño debía fundar una ciudad
y dejar en ella a algunos de sus compañeros para que la gobernasen,
construyó Pitópolis, en honor de Apolo Pitio, y al río cercano
le dio el nombre de Solunte. Dejó allí a Eunéo, Tóloas y un tal
Hermo, noble ateniense a cuya primera residencia en Pitópolis se
le llama ahora equivocadamente «Casa de Hermes». Luego se
hizo a la mar con Antíope584.
c. La hermana de Antíope, Oritia, confundida por algunos con
Hipólita, cuyo ceñidor obtuvo Heracles, juró vengarse de Teseo.
Concluyó una alianza con los escitas y condujo una gran fuerza de
amazonas a través del hielo del Bósforo Cimerio, cruzó el Danubio
y pasó por Tracia, Tesalia y Beocia. En Atenas acampó en el
Areópago e hizo un sacrificio a Ares, acontecimiento por el que,
según dicen algunos, recibió ese nombre la colina; pero primeramente
ordenó que un destacamento invadiera Laconia y disuadiera
a los peloponeses de enviar refuerzos a Teseo por el istmo585.
583 Apolodoro: Epítome i.16; Hegias de Trézena, citado por Pausanias: i.2.1.
584 Píndaro, citado por Pausanias: i.2.1; Ferécides y Bión, citados por Plutarco: Teseo 26; Menécrates,
citado por Plutarco: loc. cit.
585 Justino: ii.4; Helánico, citado por Plutarco: Teseo 26-7; Diodoro Sículo: iv.28; Apolodoro: Epítome
d. Las fuerzas atenienses estaban ya formadas, pero ninguna de
las dos partes se decidía a iniciar las hostilidades. Al fin, por consejo
de un Oráculo, Teseo sacrificó a Fobo, hijo de Ares, y presentó
batalla el día 7 del mes de Boedromión, fecha en que se celebran
en Atenas los sacrificios llamados Boedromios; aunque algunos
dicen que el festival ya había sido fundado en honor de la
victoria que obtuvo Juto contra Eumolpo en el reinado de Erecteo.
El frente de batalla de las Amazonas se extendía entre el lugar
llamado ahora Amazonio y el Pnix, cerca de Crisa, El ala derecha
de Teseo descendió desde el Museo y cayó sobre el ala izquierda
enemiga, pero fue derrotada y tuvo que retirarse hasta el Templo
de las Furias. Recuerda este episodio una piedra erigida al jefe local
Calcodomte en una calle a cuyos lados se hallan las tumbas de
los que murieron en el combate y que ahora lleva su nombre. Pero
el ala izquierda ateniense atacó desde el Paladio, el monte Árdelo
y el Liceo y obligó al ala derecha de las Amazonas a retirarse a su
campamento, infligiéndoles muchas bajas586.
e. Algunos dicen que las Amazonas ofrecieron la paz sólo tras
cuatro meses de dura lucha; el armisticio, jurado cerca del templo
de Teseo, es conmemorado todavía con el sacrificio amazónico
que se realiza en la víspera de su festival. Pero otros dicen que
Antíope, ahora esposa de Teseo, peleó heroicamente a su lado,
hasta que la mató una flecha disparada por una tal Molpadia, a la
que Teseo dio muerte luego; que Oritía, con unas pocas compañeras,
huyó a Megara, donde murió de pena y desesperación; y que
las demás Amazonas, arrojadas del Ática por el victorioso Teseo
se establecieron en Escitia587.
f. En todo caso, ésta fue la primera vez que los atenienses rechazaron
a invasores extranjeros. Algunas amazonas que quedaron
heridas en el campo de batalla fueron enviadas a Caléis para
que las curaran. Antíope y Molpadia están enterradas en las cercanías
del templo de la Madre Tierra, y una columna de barro sei.
16; Esquilo: Euménides 680 y ss.
586 Plutarco: Teseo 21; Etymologicum Magnum: sub Boedromias; Eurípides: Ion 59; Cleiderao, citado
por Plutarco: loc. cit.
587 Clideino, citado por Plutarco: loc. cit.; Plutarco: loc. cit.; Pausanias: i.47.1; Diodoro Sículo: iv.28.
ñala la tumba de Antíope. Otras yacen en el Amazonio. Las Amazonas
que cayeron cuando cruzaban la Tesalia están enterradas
entre Escotusia y los Cinocéfalos, y unas pocas más cerca de Queronea,
junto al río Hemón. En la región pírrica de Laconia unos
altares señalan el lugar donde las Amazonas detuvieron su avance
y dedicaron dos imágenes de madera a Artemis y Apolo; y en
Trecén un templo de Ares conmemora la victoria de Teseo sobre
este destacamento cuando trató de abrirse paso por el istmo a su
regreso588.
g. Según un relato, las Amazonas entraron en Tracia por Frigia
y no por Escitia, y fundaron el templo de Artemis Efesia mientras
marchaban a lo largo de la costa. Según otro, se habían refugiado
en ese templo en dos ocasiones anteriores, a saber, en su huida de
Dioniso y después de haber vencido Heracles a la reina Hipólita;
y sus verdaderos fundadores fueron Creso y Éfeso589.
h. La verdad respecto a Antíope parece ser que sobrevivió a esa
batalla y que finalmente Teseo se vio obligado a matarla, tal como
había predicho el oráculo de Delfos, cuando se alió con el rey
Deucalión de Creta y se casó con su hija Fedra. La celosa Antíope,
que no era su esposa legal, interrumpió las fiestas nupciales
irrumpiendo en ellas completamente armada y amenazando con
dar muerte a los invitados. Teseo y sus compañeros se apresuraron
a cerrar las puertas y la mataron en un horrendo combate,
aunque ella le había dado a él un hijo, Hipólito, llamado también
Demofonte, y nunca había yacido con otro hombre590.
*
1. «Amazonas», derivada habitualmente de a y mazon, «sin pechos»,
porque se creía que se cortaban un pecho para poder disparar mejor las flechas
(pero esta idea es fantástica), parece ser una palabra armenia que significa
«mujerés-luna». Como las sacerdotisas de la diosa Luna en las costas
del sudeste del Mar negro llevaban armas, como lo hacían también en el
588 Plutarco: loc. cit.; Pausanias: i.2.1; i.41.7; iii.25.2 y ii.32.8.
589 Píndaro, citado por Pausanias: vii.2.4.
590 Higinio: Fábula 241; Apolodoro: Epítome i.17; Diodoro Sículo: iv.62; Ovidio: Heroidas 121 y ss.;
Pausanias: i.22.2; Píndaro, citado por Plutarco: Teseo 28.
golfo de Sirte en Libia (véase 8.1), parece que los relatos que de ellas hacían
los viajeros a su regreso crearon confusión en la interpretación de ciertas
imágenes atenienses antiguas que representaban a mujeres guerreras, y dieron
origen a la fábula ática de una invasión amazónica desde el río Termodonte.
Esas imágenes, que existían en la época clásica en el escabel del trono
de Zeus en Olimpia (Pausanias: v11.2), en el escudo de Atenea, en el
templete de Teseo, en la pared central del peristilo pintado de Atenas (Pausanias:
i.15.2) y en otras partes (Pausanias: i.17.1), representaban, o bien la
lucha entre las sacerdotisas pre-helenas de Atenea por el puesto de suma
sacerdotisa, o bien una invasión helena del Ática y la resistencia que éstas
opusieron. Sin duda había también sacerdotisas armadas en Éfeso —
colonia minoica, como indica el nombre del fundador: Creso («Cretense
»)— y en todas las ciudades donde había tumbas de Amazonas. Orina, o
Hipólita, se supone que se desvió varios centenares de millas de su camino
a través de Escitia, probablemente porque el Bósforo Cimerio —Crimea—
era la sede del salvaje culto taurino de Artemis en el que la sacerdotisa sacrificaba
víctimas masculinas (véase 116.2).
2. La interrupción de la boda de Fedra por Antíope puede haber sido deducida
de una ilustración en la que aparecía el conquistador heleno a punto
de violar a la suma sacerdotisa después de haber dado muerte a sus compañeras.
Antíope no era la esposa legal de Teseo porque pertenecía a una sociedad
que se resistía a la monogamia (véase 131.J). Los nombres de Melanipa
e Hipólito asocian a las Amazonas con el culto del caballo pre-heleno
(véase 43.2). El nombre de Solunte («peso en forma de huevo») puede derivarse
de una competencia para levantar pesos en los juegos fúnebres que
se celebraban en la colonia griega de Pitópolis, llamada así por la serpiente
oracular de su heroico fundador; parece haber sido costumbre allí arrojar
víctimas humanas al río Termodonte. Las Boedromias («corriendo en busca
de ayuda») eran un festival de Artemis acerca del cual se sabe poco: quizás
intervenían en él sacerdotisas armadas, como en el festival argivo de las
Hibrísticas (véase 160.5).
101.
FEDRA E HIPÓLITO
a. Después de casarse con Fedra, Teseo envió a su hijo bastardo
Hipólito a Piteo, quien lo adoptó como su heredero en el trono de
Trecén. Así Hipólito no tenía motivo para disputar el derecho de
sus hermanos legítimos Acamante y Demofonte, hijos de Fedra, a
reinar en Atenas591.
b. Hipólito, que había heredado de su madre Antíope la devoción
exclusiva a la casta Artemis, erigió un nuevo templo a la diosa
en Trecén, no lejos del teatro. Inmediatamente Afrodita decidió
castigarle por lo que tomó como un insulto a su persona y se encargó
de que cuando Hipólito asistiera a los misterios eleusinos,
Fedra se enamorase apasionadamente de él. Él se presentó vestido
con túnica de lino blanco y el cabello enguirnaldado, y aunque sus
facciones tenían una expresión dura, a ella le parecieron admirablemente
severas592.
c. Como en ese momento Teseo se hallaba en Tesalia con Pirítoo,
o quizás en el Tártaro, Fedra siguió a Hipólito a Trecén. Allí
erigió el Templo de Afrodita Atisbadora que dominaba el gimnasio,
y desde él observaba diariamente a escondidas mientras Hipólito
se ejercitaba en la carrera, el salto y el pugilato completamente
desnudo. Un antiguo mirto se alzaba en el recinto del templo y
Fedra punzaba sus hojas, impulsada por su pasión frustrada, con
una horquilla enjoyada, y todavía están muy perforadas. Cuando
más tarde Hipólito asistió al Festival Panateneo y se alojó en el
palacio de Teseo, Fedra utilizó el templo de Afrodita en la Acrópolis
con el mismo propósito593.
d. Fedra no reveló a nadie su deseo incestuoso, pero comía poco,
dormía mal y se puso tan débil que finalmente su vieja nodriza
sospechó la verdad y le suplicó oficiosamente que enviara una
carta a Hipólito. Fedra lo hizo; en ella confesaba su amor y decía
que había adoptado el culto de Ártemis, cuyas dos imágenes de
madera, llevadas de Creta, acababa de volver a dedicar a la diosa.
Le invitaba a que fuese a cazar un día. «Nosotras, las mujeres de
la Casa Real de Creta —decía— estamos sin duda destinadas a ser
deshonradas en el amor: lo atestiguan mi abuela Europa, mi madre
Pasífae y finalmente mi hermana Ariadna. ¡Ah, desdichada
591 Apolodoro: Epítome 1.18; Pausanias: i.222; Ovidio: Heroidas iv.67 y ss.
592 Pausanias: ii.31.6; Ovidio: loc. cit.
593 Ovidio: loc. cit.; Séneca: Hipólito 835 y ss.; Pausanias: ii.32.3 y 1.22.2; Eurípides: Hipólito 1 y ss.;
Diodoro Sículo: iv.62.
Ariadna, abandonada por tu padre, el infiel Teseo, que desde entonces
ha asesinado a tu regia madre —¿por qué las Furias no te
han castigado por mostrar semejante indiferencia tan poco filial
por su suerte?— y un día me asesinará a mí! Cuento contigo para
que te vengues de él rindiendo homenaje a Afrodita en mi compañía.
¿No podríamos irnos y vivir juntos, por lo menos un tiempo,
excusándonos con una expedición de caza? Entretanto, nadie puede
sospechar nuestros verdaderos sentimientos mutuos. Ya estamos
alojados bajo el mismo techo y nuestro afecto se considerará
inocente, e incluso digno de elogio.»594.
e. Hipólito quemó esa carta horrorizado y fue a la habitación de
Fedra para reprochársela, pero ella se rasgó la ropa, abrió las
puertas de la habitación y gritó: «¡Socorro, socorro, me violan!»
Luego se colgó del dintel y dejó una nota acusando a Hipólito de
delitos monstruosos595.
f. Cuando Teseo recibió la nota maldijo a Hipólito y ordenó
que saliera de Atenas inmediatamente para no volver más. Luego
recordó los tres deseos que le había concedido su padre Posidón y
pidió encarecidamente que Hipólito muriese ese mismo día. «Padre
—suplicó—, haz que una fiera le salga al paso a Hipólito
mientras : se dirige hacia Trecén.»596
g. Hipólito había salido de Atenas a toda velocidad. Cuando pasaba
por la parte estrecha del Istmo una ola gigantesca, que cubrió
incluso la Roca Moluria, se lanzó rugiendo hacia la costa, y de su
cresta surgió un gran lobo marino (o, según dicen algunos, un toro
blanco) que bramaba y arrojaba agua. Los cuatro caballos del carro
de Hipólito se desviaron hacia el risco, enloquecidos de terror,
pero como Hipólito era un auriga experto, impidió que se precipitaran
por el borde. Entonces el animal corrió amenazadoramente
tras el carro e Hipólito no pudo conseguir que sus caballos avanzaran
en línea recta. No lejos del templo de Ártemis Saronica se
alza todavía un olivo silvestre llamado el Rhachos Retorcido —
rhachos es el nombre que dan los trecenios al olivo estéril— y fue
594 Ovidio: loc. cit.; Pausanias: i.18.5.
595 Apolodoro: Epítome i.18; Diodoro Sículo: iv.62; Higinio: Fábula 47.
596 Plutarco: Vidas paralelas 34; Servio sobre la Eneida de Virgilio vi.480.
a una rama de ese árbol a la que se engancharon las riendas de
Hipólito. Su carro fue a dar de costado contra un montón de piedras
y se despedazó. Hipólito, enredado en las riendas y lanzado
primeramente contra el tronco del árbol y luego contra las piedras,
murió arrastrado por sus caballos, mientras su perseguidor desaparecía597.
h. Algunos dicen, aunque éste es un relato improbable, que Ártemis
le dijo a Teseo la verdad y lo llevó en un abrir y cerrar de
ojos a Trecén, adonde llegó a tiempo para reconciliarse con su
hijo moribundo; y que se vengó de Afrodita procurando la muerte
de Adonis. Pero es seguro que ordenó a los trecenios que rindieran
a Hipólito honores divinos, y que desde entonces todas las
novias trecenias se cortaran un bucle del cabello y se lo dedicaran.
Fue Diómedes quien dedicó el antiguo templo y la imagen de
Hipólito en Trecén y el primero que le ofreció su sacrificio anual.
Tanto la tumba de Fedra como la de Hipólito, la segunda un montículo
de tierra, se ven en el recinto de ese templo, cerca del mirto
con las hojas picadas.
i. Los propios trecenios niegan que Hipólito fuese arrastrado
por los caballos e incluso que esté enterrado en su templo, y no
quieren revelar el paradero de su verdadera tumba. Sin embargo,
dicen que los dioses lo pusieron entre las estrellas como el Auriga598.
j. Los atenienses erigieron un túmulo en memoria de Hipólito
junto al templo de Temis, porque su muerte había sido causada
por maldiciones. Algunos dicen que Teseo, acusado de su muerte,
fue declarado culpable, condenado al ostracismo y desterrado a
Esciros, donde terminó su vida en deshonra y dolor. Pero se cree
más generalmente que su caída se debió a una tentativa de violar a
Perséfone599.
k. El ánima de Hipólito descendió al Tártaro, y Ártemis, muy
indignada, pidió a Asclepio que resucitara su cuerpo. Asclepio
597 Pausanias: ii.32.8; Eurípides: Hipólito 1193'y ss.; Ovidio: Metamorfosis xv.506 y ss.; Plutarco: loc.
cit.; Diodoro Sículo: iv.62.
598 Eurípides: Hipólito 1282 y ss. y 1423 y ss.; Pausanias: ii.32.1-2.
599 Pausanias: i.22.1; Filóstrato: Vida de Apolonio de Tiana vii.42; Diodoro Sículo: iv.62.
abrió las puertas del armario del marfil donde tenía sus medicinas
y tomó la hierba con la que había resucitado el cretense Glauco.
Tocó con ella tres veces el pecho de Hipólito, repitiendo ciertos
encantamientos, y al tercer toque el difunto levantó la cabeza de
la tierra. Pero Hades y las Tres Parcas, escandalizados por esta
violación de su privilegio, convencieron a Zeus para que matara a
Asclepio con un rayo.
l. Los latinos dicen que entonces Ártemis envolvió a Hipólito
en una nube densa, lo disfrazó de anciano y le modificó las facciones.
Después de vacilar entre Creta y Délos como lugares más
adecuados para ocultarlo, lo llevó a su bosquecillo sagrado en la
italiana Aricia600. Allí, con su consentimiento, Hipólito se casó
con la ninfa Egeria, y todavía vive junto al lago entre espesos encinares,
rodeado de precipicios escarpados. Para que no recordara
su muerte, Ártemis le cambió el nombre por el de Virbio, que significa
vir bis, o «dos veces hombre» y no se admiten caballos en
la vecindad. El sacerdocio de Ártemis Aricia sólo es accesible para
esclavos fugitivos601. En el bosquecillo hay un viejo roble cuyas
ramas no se pueden romper, pero si un esclavo se atreve a
hacerlo, el sacerdote, que ha matado a su predecesor y por lo tanto
vive temiendo a cada hora la muerte, tiene que luchar con él, espada
contra espada, por el sacerdocio. Los aricios dicen que Teseo
rogó a Hipólito que se quedara con él en Atenas, pero él no
quiso.
m. En el templo de Asclepio en Epidauro una tablilla constata
que Hipólito le dedicó veinte caballos en agradecimiento por
haberlo resucitado602.
*
1. El episodio del amor incestuoso de Fedra por Hipólito, como el de la
mujer de Putifar y su amor adúltero por José (véase 75.1), está tomado del
600 Ovidio: Metamorfosis xv.532 y ss. y Fasti vi.745.
601 Virgilio: Eneida vii.775; Ovidio: Fasti v.312 y Metamorfosis xv.545; Estrabón: iii.263 y ss.; Pausanias:
ii.27.4.
602 Servio sobre la Eneida de Virgilio ví.136; Estrabón: v.3.12; Suetonio: Calígula 35; Pausanias: loc.
cit.
Cuento de los dos hermanos egipcio o de una fuente cananea común. Su
secuela se basa en la conocida ilustración gráfica en la que aparece el choque
del carro al final del reinado del rey sagrado (véase 71.1). Si, como en
la Irlanda antigua, un rugido profetice del mar en noviembre advertía al rey
que se acercaba su hora, esta advertencia estaría representada como un toro,
o una foca, posado con la boca abierta en la cresta de una ola. Las riendas
de Hipólito pueden haberse trabado en el mirto más bien que en el olivo de
aspecto siniestro asociado más tarde con el choque; precisamente en el mirto
que se alzaba cerca del templete de su héroe y que era famoso por sus
hojas perforadas. El mirto simbolizaba el último mes del reinado del rey
sagrado, como aparece en la fábula del choque del carro de Enómao (véase
109.j), en tanto que el olivo silvestre simbolizaba el primer mes del reinado
de su sucesor. Vir bis es una falsa derivación de Virbio, el cual parece representar
la griega hierobios («vida santa»), pues la h se convierte con frecuencia
en v, como en Hestia y Vesta, o Hésperos y Vesper. En The Golden
Bough Sir James Frazer ha demostrado que el ramo que el sacerdote guardaba
tan celosamente era de muérdago; y es probable que Glauco, hijo de
Minos (véase 90.c), a quien se ha confundido con Glauco hijo de Sísifo
(véase 71.a), resucitara por medio del muérdago. Aunque el culto preheleno
del muérdago y el roble había sido suprimido en Grecia (véase
50.2), un sacerdote refugiado del Istmo bien puede haberlo llevado a Aricia.
El nombre de Egeria muestra que era una diosa-muerta que vivía en un
bosquecillo de álamos negros (véase 51.7 y 170.1),
2. La ofrenda de un bucle por las novias a Hipólito tiene que ser una innovación
patriarcal, quizá con el propósito de privar a las mujeres de poder
mágico residente en su cabello, así como a las mujeres mahometanas se las
afeita al casarse.
3. La ocultación de la tumba de Hipólito tiene sus análogas en las fábulas
de Sísifo y Neleo (véase 67.3), lo que indica que fue enterrado en algún
punto estratégico del Istmo.
102.
LAPITAS Y CENTAUROS
a. Algunos dicen que el lapita Pirítoo era hijo de Ixión y Día,
hija de Deyoneo; otros, que era hijo de Zeus, quien, transformado
en caballo semental, corrió alrededor de Día antes de seducirla603.
603 Diodoro Sículo: iv.70; Eustacio sobre Homero p.101.
b. Informes casi increíbles acerca de la fuerza y el valor de Teseo
habían llegado a Pirítoo, quien gobernaba a los magnetes, en
la desembocadura del río Peneo, y un día resolvió poner a prueba
esas cualidades haciendo una incursión en el Ática y llevándose el
ganado que pacía en Maratón. Teseo le persiguió inmediatamente
y entonces, Pirítoo se volvió con audacia y le hizo frente, pero cada
uno de ellos sintió tal admiración por la nobleza y el aspecto
del otro que olvidaron el ganado y se juraron una amistad eterna604.
c. Pirítoo se casó con Hipodamia, o Deidamía, hija de Butes —
o, según dicen algunos, de Adrasto— e invitó a todos los olímpicos
a su boda, excepto a Ares y Ende, pues recordaba el daño que
Éride había causado en el casamiento de Peleo y Tetis. Como llegaron
al palacio de Pirítoo más huéspedes de los que podía contener,
sus primos los Centauros, juntamente con Néstor, Ceneo y
otros príncipes tesalios, se sentaron a las mesas en una vasta cueva
cercana sombreada por árboles.
d. Pero los Centauros no estaban acostumbrados a beber vino y
cuando olieron su fragancia rechazaron la leche agria que les
habían puesto delante y corrieron a llenar sus cuerpos de plata con
vino sacado de los odres. En su ignorancia bebieron el licor fuerte
sin mezclarlo con agua y se emborracharon de tal modo que
cuando la novia fue con su acompañamiento a la cueva para saludarles,
Eurito, o Euritión, se levantó de un salto de su asiento, derribó
la mesa y la sacó de la cueva arrastrándola por el cabello.
Inmediatamente los otros Centauros siguieron su ejemplo vergonzoso
y montaron lascivamente a las mujeres y los muchachos más
cercanos605.
e. Pirítoo y su paraninfo Teseo corrieron a salvar a Hipodamía,
le cortaron a Euritión las orejas y la nariz y, con la ayuda de los
lapitas, lo arrojaron de la caverna. La lucha que siguió, durante la
cual fue muerto el lapita Ceneo, duró hasta el anochecer; y así
comenzó la larga enemistad entre los Centauros y sus vecinos los
604 Estrabón: Fragmento 14; Epítome vaticano; Plutarco: Teseo 30.
605 Apolodoro: Epítome 1.21; Diodoro Sículo: iv.70; Higinio: Fábula 33; Servio sobre la Eneida de
Virgilio vii.304.
lapitas, dirigida por Ares y Éride en venganza por el desaire que
se les había hecho606.
f. En esta ocasión los Centauros sufrieron un serio revés y Teseo
los echó desde sus antiguos campos de caza en el monte Pelión
hasta la tierra de los eticios en las cercanías del monte Pindó.
Pero no fue una tarea fácil dominar a los Centauros, quienes ya
habían disputado el reino de Ixión con Pirítoo y que en esta ocasión
reunieron sus fuerzas e invadieron el territorio lapita. Sorprendieron
y destruyeron el principal ejército lapita, y cuando los
sobrevivientes huyeron a Foloe en Elide, los vengativos Centauros
los expulsaron y convirtieron a Foloe en una plaza fuerte propia.
Finalmente los lapitas se establecieron en Malea.
g. Fue durante la campaña de Teseo contra los Centauros cuando
volvió a encontrarse con Heracles por primera vez desde su
infancia; y poco después le inició en los misterios de Deméter en
Eleusis607.
*
1. Tanto los lapitas como los centauros pretendían descender de Ixión,
un héroe-roble, y tenían en común el culto del caballo (véase 63.a y b).
Eran tribus montañesas primitivas de la Grecia septentrional y los helenos
aprovecharon su antigua rivalidad aliándose primeramente con unos y luego
con los otros (véase 35.2, 78.1 y 81.3). Centauro y lapita pueden ser
palabras itálicas: centuria, «grupo militar de cien hombres», y lapicidae,
«desmenuzadores de pedernal?. (La etimología clásica habitual es, respectivamente,
de centtauroi, «los que alancean toros», y lapizein, «fanfarronear
».) Estos montañeses parecen haber practicado orgías eróticas, con lo
que ganaron una reputación de promiscuidad entre los helenos monógamos;
miembros de su raza neolítica sobrevivieron en las montañas de Arcadia y
en el monte Pindó, hasta la época clásica y vestigios de su idioma preheleno
se encuentran en la Albania moderna.
2. Sin embargo, es improbable que la batalla entre lapitas y centauros —
representada en el frontón del templo de Zeus en Olimpia (Pausanias:
1.10.2); en el templete de Teseo en Atenas (Pausanias: 1.17.2) y en la égida
606 Píndaro: Fragmento 166 y ss., citado por Ateneo: xi476b; Apolodoro: loc. cit.; Ovidio: Metamorfosis
xii.210 y ss.; Homero: Odisea xxi.295; Pausanias: v.10.2.
607 Plutarco: loc. cit.; Homero: Ilíada ii.470 y ss.; Diodoro Sículo: loc. cit.; Herodoto, citado por Plutarco:
loc. cit.
de Atenea (Pausanias: i.28.2)— se refiera a una simple lucha entre tribus
fronterizas. Estando relacionada con una fiesta nupcial regia patrocinada
por los dioses y a la que asistió Teseo con su piel de león, tenía que describir
un acontecimiento ritual que interesaba íntimamente a todos los helenos.
Heracles con la piel de león luchó también con los Centauros en un
festival análogo (véase 126.2). Hornero los llama «fieras velludas», y puesto
que no se diferencian de los sátiros en las pinturas de las ánforas griegas
primitivas, la ilustración representa probablemente a un rey recién instalado
—no importa quién— combatiendo con bailarines disfrazados de animales;
acontecimiento que, según demuestra A. C. Hocart, en su Kinship, era parte
integrante de la antigua ceremonia de la coronación. Euritión desempeña el
papel clásico de intruso (véase 142.5).
3. Si Ixión o Zeus era el padre de Pirítoo dependía del derecho de Ixión a
llamarse a sí mismo Zeus. El mito de su paternidad ha sido deducido evidentemente
de una ilustración en la que aparecía una sacerdotisa de Tetis-
Dia, hija de Deyoneo, «la hija divina de la costa») con el cabestro en la
mano, animando al candidato a la dignidad de rey a dominar al caballo salvaje
(véase 75.3). El nombre de Hipodamía («domadora de caballos») se
refiere a la misma ilustración. Zeus, disfrazado de semental, «corría alrededor
» de Dia, porque ese es el significado del nombre Pirítoo; e Ixión, como
el dios Sol, con los miembros extendidos sobre su rueda de fuego, daba
vueltas alrededor del firmamento (véase 63.2).
103.
TESEO EN EL TÁRTARO
a. Después de la muerte de Hipodamía, Pirítoo indujo a Teseo,
cuya esposa Fedra se había ahorcado recientemente, a hacer una
visita a Esparta en su compañía y llevarse a Helena, hermana de
Castor y Pólux, los Dioscuros, con quienes ambos deseaban relacionarse
mediante el matrimonio. Donde se halla ahora el templo
de Serapis en Atenas juraron ayudarse mutuamente en esa empresa
peligrosa, sortear a Helena cuando la hubieran conquistado y
luego a otra de las hijas de Zeus para el perdedor, cualquiera que
fuera el peligro608.
608 Diodoro Sículo: iv.63; Píndaro, citado por Pausanias: i.183; Pausanias i.41.5.
b. Una vez que decidieron eso, condujeron un ejército a Lacedemonia;
luego, cabalgando al frente de la fuerza principal, se
apoderaron de Helena mientras ésta ofrecía un sacrificio en el
templo de Ártemis Erguida en Esparta y se alejaron al galope con
ella. Pronto dejaron atrás a sus perseguidores y se zafaron de ellos
en Tegea, donde, como habían convenido, echaron suertes por
Helena, y Teseo resultó el ganador609. Preveía, no obstante, que
los atenienses no aprobarían de modo alguno que hubiese provocado
una pendencia de ese modo con los temibles Dioscuros, y
por lo tanto envió a Helena, que todavía no era núbil —tenía doce
años o, según dicen algunos, era todavía más joven— a la aldea
ática de Afidna, donde encargó a su amigo Afidno que la guardara
con la mayor atención y secreto. Etra, la madre de Teseo, acompañó
a Helena y la cuidó bien. Algunos tratan de disculpar a Teseo
relatando que fueron Idas y Linceo quienes robaron a Helena
y luego la confiaron a la protección de Teseo, en venganza por el
rapto de las Leucípides, por los Dioscuros. Otros explican que el
propio padre de Helena, Tindáreo, la confió a Teseo al saber que
su sobrino Enaróforo, hijo de Hipocoonte, se proponía raptarla610.
c. Pasaron algunos años, y cuando Helena tuvo ya la edad suficiente
para que Teseo se casara con ella, Pirítoo le recordó el pacto.
Consultaron juntos a un oráculo de Zeus, al que habían invocado
para que fuese testigo de su juramento, y su respuesta irónica
fue la siguiente: «¿Por qué no vais al Tártaro y pedís que Perséfone,
la esposa de Hades, sea la novia de Pirítoo? Es la más noble
de mis hijas.» Teseo se escandalizó cuando Pirítoo, que tomó
en serio esa sugestión, le obligó a mantener su juramento, pero no
se atrevió a negarse a ir y poco después descendieron, espada en
mano, al Tártaro. Eludiendo el paso a través del Lete, eligieron el
camino trasero, la entrada del cual está en una caverna del Ténaro
laconio, y no tardaron en llamar a las puertas del palacio de
Hades. Hades escuchó con calma su insolente ruego y, fingiendo
hospitalidad, les invitó a sentarse. Sin recelar nada, se sentaron en
609 Diodoro Sículo: loc. cit.; Higinio: Fábula 79; Plutarco: Teseo 31.
610 Apolodoro: Epítome i.24; Tzetzes: Sobre Licofrón 143; Eustacio sobre la Ilíada de Homero p.215;
Plutarco: loc. cit.
el asiento que él les ofreció, pero resultó ser la Silla del Olvido
que se convirtió inmediatamente en parte de ellos mismos, de
modo que no podían levantarse sin mutilarse a sí mismos. Unas
serpientes enroscadas silbaban a su alrededor, y entre tanto les
azotaban las Furias y les mordían los dientes de Cerbero, mientras
Hades les contemplaba sonriendo torvamente611.
d. Así siguieron atormentados durante cuatro años enteros, hasta
que Heracles, que fue por orden de Euristeo en busca de Cerbero,
les reconoció al ver cómo le tendían en silencio las manos suplicando
su ayuda. Perséfone recibió a Heracles como a un hermano
y le permitió bondadosamente que pusiera en libertad a los
malhechores y los llevara de vuelta al aire superior, si podía612.
Inmediatamente Heracles asió a Teseo por ambas manos y lo levantó
con fuerza gigantesca, hasta que, con un ruido desgarrante,
lo liberó de su asiento, pero un buen trozo de su carne quedó pegada
a la roca, que es por lo que los descendientes atenienses de
Teseo tienen unos traseros tan absurdamente pequeños. Luego
asió las manos de Pirítoo, pero la tierra tembló amenazadora y desistió.
Después de todo, Pirítoo había sido el inspirador de aquella
empresa impía613.
e. Según algunos relatos, no obstante, Heracles puso en libertad
a Pirítoo lo mismo que a Teseo; en tanto que, según otros, no liberó
a ninguno de los dos, sino que dejó a Teseo encadenado para
siempre en un asiento ígneo, y a Pirítoo acostado junto a Ixión en
un lecho dorado, y ante sus miradas famélicas presentan banquetes
magníficos que la mayor de las Furias les arrebata constantemente.
Incluso se ha dicho que Teseo y Pirítoo nunca fueron al
Tártaro, sino sólo a una ciudad tesprotia o molosia llamada Cíquiro,
cuyo rey Aidoneo, al descubrir que Pirítoo se proponía raptar a
su esposa, lo arrojó a una jauría de perros y encerró a Teseo en un
611 Higinio: Fábula 79; Diodoro Sículo: loc. cit.; Horacio: Odas iv.7.27; Panyasis, citado
por Pausanias: x.29.4; Apolodoro: Epitome i-24.
612 Séneca: Hipólito 835 y ss.; Apolodoro: ii.5.12; Diodoro Sículo: iv.26; Eurípides:
Locura de Heracles 619; Higinio: loc. cit.
613 Apolodoro: loc. cit.; Suidas sub Lispoi; Escoliasta sobre Los caballeros de Aristófanes 1368.
calabozo, del que Heracles lo sacó más tarde614.
*
1. A los héroes principales de varias mitologías se les atribuye haber perturbado
el Infierno: Teseo, Heracles (véase 134.c), Dioniso (véase 170.m) y
Orfeo (véase 28.c) en Grecia; Bel y Marduk en Babilonia (véase 71.1);
Eneas en Italia; Cuchulain en Irlanda; Arturo, Gwydion y Amathaon en
Britania; y Ogier el danés en Bretaña. El origen del mito parece ser una
muerte provisional que el rey sagrado simulaba sufrir al final de su reinado
normal, mientras un muchacho, interrex ocupaba su lugar durante un solo
día, eludiendo así la ley que le prohibía extender su plazo más allá de los
trece meses de un año solar (véase 7.1, 41.1, 123.4, etcétera).
2. Bel, y su sucesor Marduk, pasaron su período de abdicación luchando
con el monstruo marino Tiamat, una encarnación, de la diosa Mar Ishtar
que envió el Diluvio (véase 73.7); como los reyes irlandeses de la antigüedad,
de los que se dice que salieron a librar batalla con las rompientes
atlánticas, parecen haberse ahogado ceremonialmente. En un vaso Etrusco
se ve al rey moribundo, al que se llama Jasón, (véase 148.4) en las fauces
de un monstruo marino; de aquí ha sido deducida, al parecer, la anécdota
moral de Jonas y la ballena; Jonas es Marduk.
3. Los autógrafos atenienses han conseguido disimular la enconada rivalidad
entre Teseo y su mellizo suplente Pirítoo (véase 95.2) por los favores
de la diosa de la Muerte-en-Vida —que aparece en el mito como Helena
(véase 62.3) y Perséfone—, presentándolo como una fiel pareja real que,
como Castor y Pólux, hicieron una incursión amatoria en una ciudad vecina
(véase 74.c), y uno de los cuales quedaba eximido de la muerte, porque podía
pretender un nacimiento divino. Idas y Linceo, una pareja de mellizos
análoga, han sido introducidos en la fábula para destacar este punto. Pero el
nombre de Pirítoo, «el que da vueltas», indica que era un rey sagrado por
derecho propio, y en la pintura de un vaso de la Baja Italia se le ve ascendiendo
al aire superior y despidiéndose de Teseo, quien se queda junto a la
diosa de la Justicia, como si Teseo fuera solamente su heredero.
4. El rapto de Helena durante el sacrificio recuerda el de Oritía por Bóreas
(véase 48.a), y se puede haber deducido de la misma pintura, que representaba
las orgías eróticas en las Tesmoforias atenienses. Es posible, por
supuesto, que un templo de la diosa ática Helena en Afidna contuviera una
imagen u otro objeto de culto robado por los atenienses a su equivalente
laconia —si la visita al Tártaro es un duplicado de la fábula, pueden haber
hecho una incursión marítima en Ténaro— y que luego fuera recuperado
614 Diodoro Sículo: iv.63; Virgilio: Eneida vi.601-19; Eliano: Varía Historia iv .5 ; Plutarco: Teseo 31.
por los espartanos.
5. Los cuatro años que estuvo Teseo en el Tártaro son el período habitual
durante el cual un rey sagrado cedía su lugar al heredero; luego se instalaba
un nuevo rey sagrado, Teseo redivivas. Los atenienses hicieron la tentativa
de elevar a su héroe nacional a la categoría de dios olímpico, cómo Dioniso
y Heracles, afirmando que había eludido la muerte; pero sus enemigos los
peloponenses se opusieron con buen éxito a esa pretensión. Algunos insistían
en que no había escapado a la muerte, sino que le habían castigado
eternamente por su insolencia, como a Ixión y Sísifo. Otros interpretaban
racionalmente la fábula, diciendo que había ido a Ciquiro y no al Tártaro, y
se tomaban la molestia de explicar que Pirítoo no había sido mordido por
Cerbero, sino por perros molosios, los mayores y más feroces de Grecia. La
concesión más generosa que se hacía al mito ateniense era que Teseo, puesto
en libertad bajo fianza tras una estada humillante en la Silla del Olvido
(véase 37.2), había transferido apologéticamente la mayoría de sus templos
y altares a Heracles el Salvador, cuyos trabajos y sufrimientos imitaba.
6. Sin embargo, Teseo era un héroe de alguna importancia y hay que reconocerle
el mérito de haber visitado el Infierno, en el sentido de que penetró
hasta el centro del laberinto cretense, donde le esperaba la Muerte, y
salió de él sin que le hubiera ocurrido nada malo. Si los atenienses hubiesen
sido tan poderosos en tierra como lo eran en el mar, sin duda habría llegado
a ser un olímpico o, al menos, un semidiós nacional. La fuente central de
esta hostilidad a Teseo era probablemente Delfos, cuyo oráculo de Apolo
estaba notoriamente al servicio de los espartanos en su lucha contra Atenas.
104.
LA MUERTE DE TESEO
a. Durante la ausencia de Teseo en el Tártaro, los Dioscuros reunieron
un ejército de laconios y arcadios, marcharon contra Atenas
y exigieron la devolución de Helena. Cuando los atenienses
negaron que la tuvieran ellos, o que tenían la menor idea de dónde
podía estar, los Dioscuros procedieron a saquear el país de Ática,
pero los habitantes de Decelía, que desaprobaban la conducta de
Teseo, los guiaron a Afidna, donde encontraron y rescataron a su
hermana. Los Dioscuros destruyeron Afidna, pero los decelianos
están todavía exentos de todos los impuestos espartanos y tienen
derecho a asientos de honor en los festivales espartanos; sus tierras
fueron las únicas que se salvaron de la guerra peloponense,
cuando los invasores espartanos asolaron el Ática615.
b. Otros dicen que quien reveló el lugar en que se ocultaba
Helena fue Academo o Equedemo, un arcadio que había ido al
Ática por invitación de Teseo. Los espártanos, ciertamente, le trataron
con gran honor en vida y en sus posteriores invasiones respetaron
su pequeña propiedad junto al río Cefiso, a seis estadios
de Atenas. Esta propiedad se llama ahora Academia, un bello jardín,
bien regado donde se reúnen los filósofos para expresar sus
opiniones irreligiosas sobre la naturaleza de los dioses616.
c. Maratón mandaba el contingente arcadio del ejército de los
Dioscuros y, obedeciendo a un oráculo, se ofreció para el sacrificio
al frente, de sus hombres. Algunos dicen que fue él, y no Maratón,
el padre de Sición y Oorinto, quien dio su nombre a la ciudad
de Maratón617.
d. Ahora bien, Péteo, hijo de Orneo y nieto de Erecteo, había
sido desterrado por Egeo, y los Dioscuros, para mortificar a Teseo
hicieron que su hijo Menesteo regresara del exilio y le nombraron
regente de Atenas. Este Menesteo fue el primer demagogo. Durante
la ausencia de Teseo en el Tártaro se congració con el pueblo
recordando a los nobles el poder que habían perdido con la
federalización y diciendo a los pebres que les robaban el país y la
religión y se habían convertido en súbditos de un aventurero de
origen oscuro, quien, no obstante, había abandonado el trono y se
decía que había muerto618.
e. Cuando cayó Afidna y Atenas se hallaba en peligro, Menesteo
incitó al pueblo a que recibiera a los Dioscuros en la ciudad
corno sus benefactores y liberadores. De hecho se comportaron
muy correctamente y sólo pidieron que se les admitiese en los
misterios eleusinos como había sido admitido Heracles. Esa peti-
615 Apolodoro: Epítome i.23; Hereas, citado por Plutarco: Teseo 32; Herodoto: íx.73.
616 Dicearco, citado por Plutarco: loc. cit.; Diógenes Laercio: iii.1.9; Plutarco: Cimón 13.
617 Dicearco, citado por Plutarco: Teseo 32; Pausanias: ii.1.1.
618 Pausanías: x.35.5; Apolodoro: Epítome i.23; Plutarco: loc. cit.
ción fue concedida y los Dioscuros se convirtieron en ciudadanos
honorarios de Atenas. Afidno era su padre adoptivo, como Filio lo
había sido de Heracles en una ocasión análoga. En adelante se les
rindieron los hombres divinos a la salida de su constelación, en
agradecimiento por, la clemencia que habían mostrado con el populacho;
y llevaron jubilosamente a Helena de vuelta a Esparta,
con Etra, la madre de Teseo, y una hermana de Pirítoo como su
sierva. Algunos dicen que encontraron a Helena todavía virgen;
otros, que Teseo la había dejado encinta y que en Argos, al volver
a su patria, dio a luz a una niña, Ingenia, y dedicó un templo a Artemis
en agradecimiento por su buen parto619.
f. Teseo, quien volvió del Tártaro poco tiempo después, erigió
inmediatamente un altar a Heracles Salvador y volvió a
consagrarle todos sus templos y bosquecillos sagrados menos
cuatro. Sin embargo, las torturas, le habían debilitado mucho y
encontró a Atenas tan corrompida por las facciones y la sedición
que ya no pudo mantener el orden620. Después de hacer salir a sus
hijos a escondidas de la ciudad y enviarlos a Eubea, donde les dio
albergue Elpenor, hijo de Calcodonte —aunque algunos dicen que
habían huido antes de su regreso— y de maldecir solemnemente a
los atenienses desde el monte Gargeto, se embarcó para Creta,
donde Deucalión le había prometido albergarlo.
g. Una tempestad desvió la nave de su curso y el primer lugar
en que desembarcó fue la isla de Esciros, cerca de Eubea, donde
el rey Licomedes, aunque era amigo íntimo de Menesteo, le recibió
con toda la magnificencia debida a su fama y su linaje. Teseo,
que había heredado una propiedad en Esciros, pidió permiso para
establecerse allí. Pero Licomedes, hacía ya tiempo que consideraba
suya esa propiedad, y con el pretexto de mostrar a Teseo sus
límites, le llevó engañosamente a la cima de un alto risco y lo
precipitó desde él. Luego se excusó diciendo que Teseo había caído
accidentalmente cuando paseaba borracho después de comer621.
619 Plutarco: Teseo 33; Higinio: Fábula 79; Pausanias: ií.22.7.
620 Eliano: Varia historia iv.5; Filócoro, citado por Plutarco: Teseo 35; Plutarco: loc. cit.
621 Pausanias: i.17.6; Plutarco: loc. cit.
h. Menesteo, que había quedado en posesión absoluta del trono,
fue uno de los pretendiente de Helena, y condujo las fuerzas atenienses
a Troya, donde adquirió gran fama como estratega, pero
murió en batalla. Le sucedieron los hijos de Teseo622.
i. Se dice que Teseo raptó por la fuerza a Anaxo de Trecén, y
que yació con Yope, hija del tirinto Ificles, Sus amoríos turbaron
con tanta frecuencia a los atenienses que tardaron en apreciar su
verdadero mérito incluso varias generaciones después de su muerte.
Pero en la batalla de Maratón su espíritu se elevó de la tierra
para alentarlos y cayó plenamente armado sobre los persas; y
cuando se logró la victoria, el oráculo de Delfos ordenó que sus
huesos fuesen llevados a su patria. La población de Atenas había
sufrido los ultrajes de los esciros durante muchos años, y el oráculo
anunció que eso continuaría mientras ellos tuviesen los huesos623.
Pero recuperarlos era una tarea difícil, porque los esciros
eran no menos ariscos que feroces, y cuando Cimón conquistó la
isla no quisieron revelar el lugar donde estaba la tumba de Teseo.
Pero Cimón vio que un águila hembra escarbaba con el pico y revolvía
con las uñas la tierra en la cima de una colina. Consideró
eso como una señal del cielo, tomó una piqueta, fue apresuradamente
a donde estaba el agujero hecho por el águila y comenzó a
ensancharlo. Casi inmediatamente la piqueta chocó con un ataúd
de piedra y dentro de él encontró un esqueleto más grande de lo
ordinario, armado con una lanza de bronce y una espada; sólo podía
ser el de Teseo. El esqueleto fue conducido reverentemente a
Atenas, donde lo volvieron a enterrar con una gran ceremonia en
el templo de Teseo, cerca del Gimnasio624.
j. Teseo era un hábil tocador de lira y se convirtió en el patrono,
juntamente con Heracles y Hermes, de todos los gimnasios y escuelas
de pugilismo de Grecia. Su semejanza con Heracles es
proverbial. Intervino en la cacería del jabalí de Calidón; vengó a
los campeones que cayeron en Tebas y no fue uno de los argonau-
622 Plutarco: loc. cit.; Apolodoro: iii.10.8.
623 Plutarco: Teseo 29 y 36; Pausanias: i.15.4 y iii.3.6.
624 Pausanias: i.17.6 Plutarco: loc. cit.
tas porque estaba detenido en el Tártaro cuando ellos partieron
para la Cólquide. La primera guerra entre los peloponenses y los
atenienses fue causada por su rapto de Helena y la segunda por su
negativa a entregar los hijos de Heracles al rey Euristeo625.
k. Los esclavos y labradores maltratados, cuyos antepasados
buscaron en él protección contra sus opresores, se refugiaban en
su templo, donde se le ofrecían sacrificios el día 8 de cada mes.
Este día puede haber sido elegido porque llegó por primera vez a
Atenas desde Trecén el día 8 del mes Hecatombeón, y volvió de
Creta el día 8 del mes Pianepsión. O quizá porque era hijo de Posidón,
pues las fiestas de Posidón se observan también en ese día
del mes, porque siendo el ocho el primer cubo de un número par,
representa el poder inquebrantable de Posidón626.
*
1. Menesteo el erectida, que es elogiado en la Ilíada ii.552 y ss. por su
excepcional capacidad militar, y reinó en Atenas durante los cuatro años de
ausencia de Teseo en el Tártaro, parece haber sido su mellizo y co-rey mortal,
el equivalente del lapita Pirítoo. Aquí aparece como un prototipo de los
demagogos atenienses, quienes, durante el transcurso de la guerra peloponense,
favorecieron la paz con Esparta a cualquier precio; pero el mitógrafo,
aunque lamenta su táctica, cuida de no ofender a los Dióscuros, a quienes
los navegantes atenienses pedían ayuda cuando los ponían en peligro
las tormentas.
2. El tema del pharmacos emplumado reaparece en los nombres del padre
y el abuelo de Menesteo, y en la muerte del propio Teseo. Ésta se produjo
en la isla de Esciros («pedregosa»), nombre que se escribe también
Sciros, lo que indica que en la ilustración gráfica de la que se ha deducido
la fábula la palabra scir (forma abreviada de Scirophoria, que explica por
qué el rey es arrojado desde un risco) ha sido tomada equivocadamente por
el nombre de la isla. Si es así, Licomedes sería la víctima; el suyo era un
nombre ateniense común. Parece que originariamente se ofrecían sacrificios
a la diosa Luna en el octavo día de cada lunación, cuando entraba en su
segunda fase, que era el momento del mes oportuno para la plantación; pero
cuando Posidón se casó con ella y se apropió de su culto, el mes se convirtió
en un periodo solar que ya no estaba vinculado con la luna.
625 Pausanias: v.19.1; iv.32.1 y i.32.5; Plutarco: Teseo 29 y 36; Apolonio de Rodas: i.101.
626 Plutarco: Teseo 36.
3. La importancia mítica de Maratón («hinojo») reside en el uso que se
hacía de los tallos de hinojo para llevar el nuevo fuego sagrado desde un
fogón central a los particulares (véase 39.g) después de su extinción anual
(véase 149.3).
4. Antes de terminar con la historia de Teseo permítaseme que agregue
otra nota sobre el jarrón de Tragliatella (véase 98.3), en el que aparecen el
rey sagrado y su sucesor escapando de un laberinto. Ahora ya he visto la
pintura del otro lado de este jarrón, que tiene un interés extraordinario como
el prólogo de esa escapatoria: ilustra un desfile a pie en la dirección del
sol encabezada por el rey sagrado desarmado. Siete hombres le escoltan y
cada uno de ellos lleva tres jabalinas y un gran escudo con el dibujo de un
jabalí, y el sucesor armado con una lanza va a la retaguardia. Esos siete
hombres representan, evidentemente, los siete meses gobernados por el sucesor,
que caen entre la cosecha de manzanas y la Pascua de Resurrección,
y el jabalí es su insignia familiar (véase 18.7). La escena tiene lugar el día
de la muerte ritual del rey, y la diosa Luna (Pasífae, véase 88.7) ha salido a
su encuentro: una terrible figura con túnica y con un brazo en jarras, amenazante.
Con el otro brazo extendido le ofrece una manzana, que es su pasaporte
para el Paraíso; y las tres jabalinas que lleva cada hombre significan
la muerte. Sin embargo, al rey le acompaña una pequeña figura femenina
con túnica como la otra; podemos decir que es la princesa Ariadna (véase
98.k), que ayudó a Teseo a salir del laberinto mortal en Cnosos. Y él muestra
audazmente, como un contra-hechizo de la manzana, un huevo de Pascua,
el huevo de la resurrección. La Pascua era la estación en que se realizaban
las danzas de la ciudad de Troya en los laberintos hechos sobre el
césped en Gran Bretaña, y también en Etruria. Un huevo sagrado etrusco de
traquita negra pulimentada, encontrado en Perusa, con una flecha en relieve
a su alrededor, es este mismo huevo sagrado.
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